China ante la crisis iraní
China es parte concernida en la crisis iraní como comprador e inversor de primera línea en el sector energético que desarrolla Teherán y como miembro permanente de un Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que podría verse sobrepasado nuevamente, como en Irak, por los actores de un conflicto todavía más profundo. En las últimas semanas la crisis se ahonda y Pekín sigue en su postura conciliatoria envuelta en pragmatismo, elementos con los que nunca realmente ha perdido posiciones en el Golfo Pérsico, más allá del congelamiento de algunos contratos. Pero la región ya no es la que fue, y los prudentes llamamientos de la diplomacia china esconden una inquietud por los importantes intereses invertidos en Irán en el último lustro como parte de una estrategia geopolítica de gran alcance. Este análisis se propone, primero, exponer la dimensión de los intereses actuales de Pekín en Irán. En segundo lugar, analiza las probables vías de actuación de China en correspondencia con esos intereses frente a las perspectivas actuales. Por último, se pregunta por el significado estratégico de Teherán para Pekín, más allá de su condición de gran socio comercial emergente.