Libro de Investigación ; Cinco años después de la anterior edición de esta obra, ve la luz ahora, una nueva edición que es el reflejo de los avatares y a la vez socaires de la norma concursal y del realismo práctico de una insolvencia que ha desbordado los diques y continentes de la ley de 2003. Lo ha hecho de tal modo que se han sucedido a lo largo de estos catorce años desde la promulgación, y trece de vigencia, no pocas, inconexas y mal coordinadas reformas a la ley. Reformas que han manado del fragor y la extraordinaria crisis, por su dureza y sus efectos, económica que ha desolado y asolado el paisaje. Al número de concursos de acreedores, no muy alto, todo hay que decirlo, ha seguido un número altísimo de disoluciones y liquidaciones de sociedades mercantiles y empresas individuales que no han resistido los embates vividos, pero que, de un modo u otra, por unas u otras razones, no han desembocado en un procedimiento concursal. La irreversibilidad de la situación, el deterioro económico y el desierto de bienes y activo, ha preferido claudicar en la pasividad y la nada antes que abrir procesos que no arrumbaban hacia ningún lugar. Hoy como ayer se siguen cuestionando principios, dogmas, realidades y futilidades. Y en el ámbito que nos atañe, el de la masa pasiva, se cuestiona por enésima vez el privilegio, la preferencia en definitiva. Queda claro que para el legislador, los exposicionandos de motivos son lugar idóneo para el desahogo y la queja, lástima que no se acompañe acto seguido de esa misma firmeza cuando el bisturí debe diseccionar. La jurisprudencia ha matizado, completado, criticado, ampliado, cercenado prácticamente todos y cada uno de los limites que los créditos, reales o virtualmente que no mentalmente, han tenido y tienen entre doctrina y prácticos del derechos. Se ha corregido, se ha reinterpretado, e, incluso, rescrito asimismo. Insólito pero cierto. La masa pasiva sigue gozando de la centralidad e hilazón nervial de un procedimiento concursal que sigue basculando lejos del convenio y la solución de continuidad de la actividad empresarial por antonomasia. ; Five years after the previous edition of this book, it is now a new edition that reflects the avatars and at the same time takes advantage of the insolvency rule and the practical realism of an insolvency that has overflowed the dikes and continents of the Law of 2003. It has done so in such a way that it has happened during these fourteen years since the promulgation, and thirteen of time, not few, unconnected and badly coordinated reforms to the law. Reforms that have caused the crisis and the extraordinary crisis, due to its hardness and its economic effects that has desolated and devastated the landscape. To the number of competitions of creditors, not very high, everything must be said, has followed a very high number of dissolutions and liquidations of companies and individual companies that have not withstood the clashes experienced, but that, in one way or another, by some Or other reasons, have not resulted in insolvency proceedings. The irreversibility of the situation, the economic deterioration and the desert of goods and assets, has preferred to give up in passivity and nothing before opening processes that did not flow to any place. Today like yesterday, principles, dogmas, realities and futilities continue to be questioned. And in the area that concerns us, that of the passive mass, the privilege is questioned for the umpteenth time, the preference ultimately. It is clear that for the legislator, the explanatory motives are a suitable place for relief and complaint, a pity that it is not accompanied by this same firmness when the scalpel must dissect. Jurisprudence has nuanced, completed, criticized, amplified, severed virtually every one of the limits that credits, real or virtually not mentally, have had and have between doctrine and practitioners of rights. It has been corrected, reinterpreted, and even rewritten as well. Unusual but true. The passive mass continues to enjoy the centrality and nerveless spin of a bankruptcy procedure that continues to tilt away from the agreement and the solution of business continuity by antonomasia. ; info:eu-repo/semantics/publishedVersion
El legislador ha judicializado plenamente el concurso, excluyendo la solución de los problemas de insolvencia -o de algunos de ellos- fuera del proceso, y ha atribuido la competencia para conocer de él a unos jueces especializados, los Jueces de lo Mercantil, cuya justificación es discutible. El trabajo analiza ambas cuestiones. En primer lugar, la delimitación de las competencias de estos órganos judiciales y el régimen de su control, poniendo de manifiesto los desaciertos y las lagunas, que han dado lugar, en la práctica, al planteamiento de problemas de delimitación, en especial, en los casos de acumulación de acciones. Y también el propio instrumento procesal y las normas que para su agilización están previstas en la Ley Concursal, en especial en su Título VIII, resaltando que este objetivo ¿la "más pronta, eficaz y económica tramitación" del concurso¿ no se ha alcanzado en la práctica. ; The legislature has completely judicialized bankruptcy proceedings, thus eliminating the possibility of solving insolvency problems ¿or at least some of them¿ outside such procedures, and has assigned jurisdiction over such to speciaized judges (the Commercial Judges), whose justification is of questionable merit. The paper discusses both issues. First, the setting of jurisdictional boundaries for these judicial bodies and the oversight/control regime for such, highlighting the failures and shortcomings which have brought about, in practice, jurisdictional competence demarcation problems, especially in cases where there is a joinder/consolidation of bankruptcy actions. Also considered are the actual procedure itself and the procedural streamlining rules provided in the Bankruptcy Act, especially those in Chapter VIII. The paper notes that the goal of this law -the most timely, effective and economical resolution- of proceedings has not been achieved in bankruptcy practice.
Sumario: 1. Fase común. 1.1. Comunicación a acreedores.1.2. Prohibición nombramiento administrador concursal.1.3. Sanción por no aceptación del cargo. 1.4. Retribución.1.5. Rendición de cuentas. 1.6. Continuación y acumulación juicios declarativos. 1.7. Interrupción de la prescripción. 1.8. Contratos de trabajo. 1.9. Rehabilitación de contratos. 1.10. Informe de la administración concursal. 1.10.1. Presentación del informe. 1.10.2. Formulación de cuentas anuales. 1.10.3. Comunicación de créditos. 1.10.4. Publicidad e impugnación del informe. 1.11. Propuesta de convenio anticipado (trámite escrito).2. Fase de convenio. 2.1. Propuestas de convenio ordinario.2.2. Junta de acreedores. 2.3. Presentación de propuestas de convenio. 2.4. Oposición al convenio aprobado. 2.5. Cumplimiento de convenio. 2.6. Incumplimiento de convenio. 2.7. Conclusión del concurso. 3. Fase de liquidación. 3.1. Plan de liquidación.3.2. Informe. 4. Calificación del concurso. 4.1. Informe de la administración concursal. 4.2. Informe del Ministerio Fiscal.5. Clausura y reapertura. 5.1. Clausura. 5.2. Reapertura. 6. Derecho transitorio concursal. 6.1. Conclusión y reapertura del procedimiento. 6.1.1. Conclusión. 6.1.2. Reapertura. 6.1.2.1. Inventario y lista de acreedores. 6.1.3. Apertura de concurso por incumplimiento de convenio. 6.1.4. Convenio en la quiebra.6.1.5. Propuestas de convenio. 7. Suspensión de pagos. 8. Quiebra. Sección 1.ª Declaración de quiebra. Sección 2.ª Administración de la quiebra. Sección 3.ª Efectos de la retroacción de la quiebra. Sección 4.ª Examen, graduación y pago de los créditos contra la quebrada. Sección 5.ª Calificación de la quiebra y rehabilitación del quebrado. Sección 6.ª Del convenio entre los acrreedores y el quebrado<br />
Este trabajo de investigación analiza la compensación de créditos aportando una visión general conforme a la regulación del Código Civil Español y profundiza en cómo opera esta figura en los concursos de acreedores. Mediante el estudio de la legislación, jurisprudencia y doctrina se confirma la regla general prohibitiva de la compensación en el concurso, después de la declaración de éste, por ser contraria al principio de igualdad de trato de los acreedores ; This research work analyses the credit compensation providing an overview as to the regulation of the Spanish Civil Code and explores how this figure operates in the state of insolvency. By studying the legislation, jurisprudence and doctrine, the prohibitive rule of compensation in the state of insolvency, after the declaration of this is confirmed, as contrary to the principle of equal treatment of creditors
The problem of the extensive processing that establishes procedural legislation in civil matters in the case of shares with creditors to claim their rights, who finally decide to sue for criminal proceedings by the Arts was analyzed. 205 to 208 COIP, because in many cases, can not acquire the resources that belong to them, so it was proposed to analyze critically the prosecution in the process ofbankruptcy, applying the qualitative method, deductive inductive, descriptive, bibliographic, field, with use of interview technique applied to the autoridade of the Faculty of Law of the University of Guayaquil, obtaining as most relevant 73 finding that cases in which the bankruptcy must be vented under criminal law, is when fraudulent insolvency checks "and / or fraudulent bankruptcy by altering assets and liabilities, which is punishable by one to three years in prison, caused by the difficulty of the process of bankruptcy, because in the country is not what has been simplified so that it can guarantee the rights of creditors, increasing therisk of fraudulent action on insolvency, concluding checking the premise that criminal proceedings where fraudulent insolvency, must protect legal rights of creditors prior contest, suggesting a procedure for implementation of the precautionary measures under sum presumption of ownership of creditors against the persons involved in fraudulent insolvency. ; Se analizó la problemática de la extensa tramitación que establece la legislación procesal en el ámbito civil en el caso de las acciones que tienen los acreedores para reclamar sus derechos, quienes por último deciden demandar por la vía penal mediante los Arts. 205 al 208 del COIP, porque en muchos de los casos, no pueden adquirir los recursos que les pertenecen, por ello se planteó como objetivo analizar de manera crítica la acción penal en el proceso del concurso de acreedores, aplicándose el método cualitativo, deductivo-inductivo, descriptivo, bibliográfico, de campo, con uso de la técnica de la entrevista aplicada a la autoridad de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil, obteniéndose como hallazgo más relevante que los casos en los cuales el concurso de acreedores se debe ventilar por la vía penal, es cuando se comprueba la insolvencia fraudulenta "y/o la quiebra fraudulenta por alteración de activos y pasivos, que es sancionada con uno o tres años de prisión, cuya causa es la dificultad del proceso del concurso de acreedores, porque en el país no se lo ha simplificado para que se pueda garantizar los derechos de los acreedores, incrementando el riesgo de la acción dolosa en la insolvencia, concluyéndose la comprobación de la premisa de que la acción penal en caso de insolvencia fraudulenta, debe proteger los bienes jurídicos de los acreedores previo concurso, sugiriéndose un procedimiento para ejecución de las medidas cautelares bajo suma presunción de la propiedad de los acreedores, contra los sujetos implicados en la insolvencia fraudulenta
Durante años la posición que la Administración Tributaria ha ostentado en el seno de los procedimientos concursales ha sido considerada de privilegio, particularmente en los casos en los que ésta actuaba en defensa de sus propios créditos. Tanto es así que, en ocasiones, podría entenderse que ese tratamiento privilegiado se deba a que su situación no es la de un acreedor común. Tal condición hace necesario cuestionarse el papel que la Administración Tributaria desempeña en el proceso concursal, y así tratar de aclarar si la condición de la Administración tributaria es la de un acreedor común o si, por su parte, ostenta de verdad una condición de acreedor privilegiado. Se trataría, pues, de comprender, en última instancia, el espíritu del legislador para fundamentar ese privilegio. En este sentido, no puede obviarse el delicado equilibrio que la Administración ha de mantener para conciliar los dos aspectos fundamentales que la empujan a defender el interés público: de una parte, el mantenimiento del tejido productivo del país, que requiere una ley concursal flexible en defensa de los acreedores y, de otra, la necesidad de recaudación para poder hacer frente a los gastos que nutren y posibilitan las estructuras sobre las que se ha construido nuestro Estado de Derecho. En definitiva, se trataría de delimitar de algún modo, desde el punto de vista fiscal, la frágil y delicada línea que perfila el no poco ambiguo concepto de interés común. Podemos decir que el conflicto en la aplicación de la Ley General Tributaria 58/2003 frente a la Ley Concursal 22/2003, se haya presente desde la fecha de publicación de las mismas. La evidente coincidencia en el tiempo de ambas normas podía suponer una aparente coordinación entre sus preceptos que por el contrario han ocasionado una fuente innumerable de litigios que suponen en la actualidad una extensa recopilación jurisprudencial por parte de los Juzgados mercantiles. La LC 22/2003 superaba las antiguas diferencias que se producían entre la declaración de suspensión de pagos y la declaración de quiebra, pero de algún modo aún permanece presente la idea de identificar el concurso de acreedores con la liquidación empresarial, y ello pese al intento del legislador de evitar la destrucción empresarial que supone esta forma de terminación del proceso. Si hubiera que destacar un elemento innovador de la LC 22/2003 podría ser el de la clasificación de los créditos y los privilegios inherentes a los mismos. El privilegio puede proceder no sólo de la clasificación jurídica que se les otorgue a los créditos sino otros de carácter procesal y material. En el caso de los créditos tributarios, estas prerrogativas se conceden por ejemplo en materia de comunicación y reconocimiento de créditos. Pero sin duda la mayor polémica se centra en el derecho de ejecución separada de los embargos administrativos. El artículo 77 de la LGT recoge el derecho de prelación general que ostenta el crédito tributario con el que se erige de manera preferente frente a todos los demás acreedores de un mismo deudor, salvo que se tratara de acreedores que disfrutaran de garantía real inscrita, o de ciertos créditos de los trabajadores. El mismo trato recibiría la prerrogativa de la Administración para proceder por sí misma contra el patrimonio de su deudor a través del procedimiento de apremio. Examinada la condición del crédito tributario en todas sus posibles versiones en el seno del concurso, se hace necesario atender a las soluciones legales previstas para la terminación del mismo, como son el convenio y la liquidación. Esta cuestión asume una mayor relevancia en la consideración de las últimas reformas de la LC 22/2003, donde se refuerza el convenio como la solución normal del concurso. Entre las posibles excepciones al par conditio creditorum, figura el crédito tributario, cuya defensa del privilegio, por el carácter indisponible de su naturaleza, podía establecer la duda sobre su superioridad. Prevalencia que sin embargo no puede llegar a considerarse pese a la categoría que ostenta el interés protegido, representado por el bien y el interés común. La satisfacción del interés comunitario se hace real través de un sistema tributario justo, que manifiesta dicha finalidad como principio inspirador y vertebrador del ordenamiento tributario. Si bien es cierto que el ordenamiento concursal centra su interés en la satisfacción de los acreedores, a través de un sistema de igualdad entre los mismos, y persiguiendo el mantenimiento de la actividad empresarial, ha de tenerse en cuenta que el objetivo de la ley es encontrar el mejor mecanismo para otorgar satisfacción a los acreedores en pro del fomento de la seguridad jurídica que asegure los parámetros de Justicia y Bien común indicados. Para entender si la clasificación o prelación que realiza la LC 22/2003 rompe la igualdad en el trato del crédito tributario y en concreto cómo afecta sobretodo en materia de obligaciones accesorias y sanciones son fundamentales los conceptos de cuota y deuda tributaria. La solución legal, refrendada por la jurisprudencia determina que serán créditos subordinados los intereses de demora y recargos devengados con anterioridad a la declaración del concurso. Ocuparán el grupo cuarto de entre los créditos subordinados las cantidades derivadas de multas y sanciones. El antiguo 91.4 LC 22/2003, cuando se refiere a la cuantía correspondiente al cincuenta por ciento del crédito público que no se encuentre clasificado de manera expresa en otra categoría se incorpora a la categoría de crédito privilegiado. Así lo ha manifestado el Tribunal Supremo (STS núm. 1232/2009, de 21 de enero, confirmando una jurisprudencia consolidada que cierra la polémica en torno a los créditos subordinados. La ley establece en primera posición a aquellos privilegios que incumben a las garantías reales, en este sentido la LC 22/2003 impide claramente la ejecución de las garantías reales que recaigan sobre bienes ¿afectos o necesarios¿ a la actividad económica del concursado hasta que se apruebe un convenio o se abra la fase de liquidación, siendo el tiempo de espera máximo de un año. Se trata de un privilegio fundamentado para quienes protegieron su crédito con una garantía sobre cosa ajena, garantizando sus derechos. La legislación concursal es clara en la reducción de privilegios de la Hacienda Publica en orden a mantener la igualdad de acreedores, y favorecer el convenio. El tratamiento desigual ha de ser en cualquier caso equitativo con todos los acreedores, y no solo con los créditos públicos. En este caso se concreta la preferencia, y se pone de manifiesto el uso privilegiado de información y lo que es más importante, su actuación como grupo de presión en la fundamentación de la norma. El tema de la ejecución separada, requiere analizar en primer lugar cuales pueden continuar de entre aquellas que se hubiesen iniciado antes de la declaración del concurso. La LC 22/2003 establece que podrían continuar las actuaciones de ejecución en las que se hubiese dictado providencia de apremio antes de la declaración del concurso. Son destacables los cambios actuales por los ya no basta con la providencia de apremio sino que es necesario que exista también diligencia de embargo. A todo ello se añade un límite temporal: esas ejecuciones podrán continuar hasta la aprobación del plan de liquidación. Así pues podemos decir que no se ha ampliado el privilegio de la ejecución separada sino que, por el contrario, materialmente la Administración tributaria ha retrocedido. Si consideramos el concurso como un embargo generalizado de los bienes del concursado, parece que cobra plenamente sentido el hecho de que sólo puedan continuar aquellas ejecuciones administrativas en las que se hubiere ya trabado algún bien antes de la declaración de concurso y no simplemente se hubiera dictado una providencia de apremio. Aunque si bien es cierto, que en lo que concretamente se refiere a privilegio como tal, la administración pasa a lugares menos garantizados la remisión a la diligencia de embargo es más correcta. La esencia del trabajo busca concretar la conexión entre el interés general perseguido por el tributo y el sostenimiento del gasto público, a la vista del desarrollo socioeconómico que pasa por la conservación de la empresa y la consecuente preservación de los puestos de trabajo. Puede entenderse que el pago a un acreedor distinto de la Hacienda Publica por parte del empresario, es vital para que su empresa continúe en funcionamiento, ello supondrá generación de rentas, y esas rentas constituirán futuros hechos imponibles sobre los que exigir nuevos tributos. Se produce un movimiento causa-efecto-causa donde la clave parece ser la condición de la insolvencia, el carácter culpable o no del concurso y ofrecer, a quien manifieste viabilidad económica a medio plazo, un convenio que facilite el cumplimiento de las obligaciones tributarias pendientes. Pensar que condonar un crédito vencido liquido y exigible es inviable, ha dejado paso a replantearse, en qué casos se ha de actuar en otra dirección. Dentro de la búsqueda de la seguridad y coherencia, cuando se concede un aplazamiento o un fraccionamiento la Administración Tributaria exige garantías. Una garantía admitida es, por agilidad y economía frente a la hipoteca, la anotación preventiva de embargo. Pues bien, si resulta que al final esa garantía que se ofrece a la Administración, llegado el momento en el que el obligado tributario se declara en concurso, se elimina por el juez, se entiende entonces que se recurra a la figura de la hipoteca. La reflexión que se plantea es que si la LC 22/2003 hubiera querido dotar al juez mercantil de un mecanismo para levantar los embargos administrativos, podría haberse asegurado para determinados casos la viabilidad de la actividad de un concursado. De esta manera se cumple con el objetivo de salvaguardar el interés del concursado, pudiendo procederse a levantar los embargos administrativos. Ello sin perjuicio del resto de acreedores tributarios a lo que se les encarece el crédito al no aceptarse como garantía la anotación de embargo y en su defecto la hipoteca. La mayor critica que pesa sobre la posición del acreedor público, es la superior protección que la ley puede otorgarle pese a contar ella con mecanismos suficientes que la sitúan con ventajas notorias frente a otros acreedores. Una ventaja puede ser, contar con información privilegiada. De ahí que la falta de actuación ante una manifestación de insolvencia de más de tres mensualidades en el pago de las cuotas tributarias pueda suponer una responsabilidad de la Administración en la situación de insolvencia, por permitir mantener un sujeto empresarial en el mercado en condiciones anti-competitivas que podría poner en peligro a otras empresas. Por tanto esa información privilegiada puede actuar en doble sentido como privilegio y a la vez como obligación para la Administración Tributaria. La Administración Tributaria ha atravesado las reformas legislativas con la debida cautela y protección del interés general. En múltiples ocasiones no se ha cuestionado la existencia y cuantía de los créditos, sino las posibles dificultades para que el crédito fuera pagado. En definitiva la preocupación de la Administración tributaria reside en el cobro. Resueltos a nivel jurisprudencial los principales problemas suscitados en cuanto a qué créditos podían ser privilegiados y cuáles no, la propia Administración ha evolucionado hasta el punto de admitir la firma de convenios, con inclusión de quitas y esperas que eran inimaginables no hace tanto tiempo y que hoy se consideran, bajo el cumplimiento de la ley, una solución práctica y coordinada con el espíritu de la LC 22/2003. Se considera entonces que la Administración evoluciona más allá de una posición estática hacia donde la realidad jurídica la va dirigiendo. La consideración de la postura de la Administración Tributaria y la evolución de la misma en base a los propios impulsos normativos que se han producido en materia de refinanciación, es aplicable también al crédito público. En el análisis de los datos, las cifras en el entorno macro y microeconómico de los concursos de acreedores son contundentes e indican que, en función del tamaño de la empresa en dificultades, el papel que desarrolla la Hacienda Pública y la Seguridad Social, es determinante en la consecución del mismo. Sin duda el interés legislativo es el impulso de la vía del convenio, pero quizás se condiciona demasiado al tamaño de la empresa, el volumen de la deuda o incluso, y lo que es peor, al asesoramiento y la fuerza del mismo. Por ello hemos de entender que el legislador debería ser consciente de la realidad concursal de nuestro país y la pequeña dimensión del concurso. Una visión más amplia de quienes pueden lograr esa segunda oportunidad, supondría sin duda la subsistencia de muchas pymes que de otro modo terminarán irrevocablemente en liquidación. Si el estudio individual del deudor, de su trayectoria y de su viabilidad y compromiso son esenciales para lograr la consecución del mismo, es hora de dar un paso adelante y dar cumplimiento a otro de los mandatos constitucionales que inspiran el ordenamiento tributario, y es el de la generalidad e igualdad. No olvidemos que la Ley surgió con un espíritu canalizador e integrador ante cualquier insolvencia financiera y, en este sentido, España se encuentra lejos de la senda definitiva para que la ley recoja la llamada segunda oportunidad, una oportunidad para todos aquellos que demuestren las condiciones exigidas incluidas, por qué no esta vez, las personas físicas. ; Derecho
La presentación y tramitación de un concurso de acreedores de
una persona física, especialmente si está casada, a pesar de ser una realidad con
la que se encuentran los diversos operadores jurídicos, no ha sido objeto del debido
tratamiento en la ley concursal.
En el presente estudio se analizan diversas cuestiones que suscita el concurso
de acreedores de persona física casada, en caso de que esté sujeta al régimen
económico matrimonial de comunicación foral, con especial atención a la regulación
contenida en el artículo 77.2 de la ley concursal en relación con la determinación
de la masa activa y la facultad del cónyuge del concursado para solicitar la
disolución de la comunidad conyugal. Konkurtso Legean ez da behar bezala landu pertsona fisiko baten
hartzekodunen konkurtsoaren aurkezpena eta tramitazioa, batez ere ezkonduen
kasuan, nahiz eta eragile juridikoek beren lanean topatzen duten errealitatea izan.
Ikerketa honetan pertsona fisiko ezkonduaren hartzekodunen konkurtsoak sortzen
dituen hainbat kontu aztertzen dira, zehazki, foru-komunikazioko ezkontzako
araubide ekonomikoari lotuta baldin badago. Konkurtso Legearen 77.2. artikuluan
jasotako erregulazioari erreparatzen zaio bereziki, masa aktiboa eta konkurtsopekoaren
ezkontidearen ezkontza-erkidegoa desegiteko ahalaz hausnartzea egin
nahian. The submission and procedure for the creditor¿s meeting by a
natural person, specially in case of a married person, despite being a situation
whom with several legal actors have to deal, it is not handled by the Act on
voluntary bankruptcy. In this study, several questions that arise from creeditor¿s
meeting by a married natural legal person are studied, if the person is subjected
to the marriage settlement of foral communication, and with special attention
to the rules of section 77.2 of the Act on voluntary bankruptcy in relation to the
determination of the active assets and the spouse¿s right of the insolvent to ask for
the dissolution of the conjugal community.
A través de regular específicamente el proceso de quiebra dentro de la Ley de Concursos y Quiebras, se persigue la finalidad primordial de organizar de forma legal, colectiva y general a todos los acreedores del deudor que se ha declarado fallido, con el objeto de integrar, depurar y conservar el patrimonio de dicho deudor insolvente, para liquidarlo de la mejor y más eficiente manera posible, haciendo efectivo el principio de igualdad de tratamiento. No obstante de que la quiebra en su regulación legislativa tiene un marcado carácter procesal, contiene también una parte muy importante de derecho sustancial o de fondo. Tratándose la quiebra de un proceso netamente liquidatorio, la Ley 24.522 ha adoptado, respecto de dicha institución, una tendencia clara que persigue la realización de los bienes, de la manera más adecuada posible, en beneficio de la masa y de la comunidad de intereses vinculados a la empresa. ; Fil: Lencina, Lucas Eder. Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias Económicas; Argentina.
El presente trabajo tiene como objeto de estudio la regulación del concurso de acreedores en la obra maestra de dos grandes juristas españoles del siglo XVIII, don Ignacio Jordán de Asso y del Río y don Miguel de Manuel y Rodríguez, autores del primer manual universitario reconocido oficialmente, sus Instituciones de Derecho real de Castilla, publicada por primera vez en 1771. Tomando como base la legislación castellana, contenida en la Nueva Recopilación y en las Partidas, así como la obra de Salgado de Somoza, explicaron con detenimiento tan complicada institución como es el concurso de acreedores. ; The present work takes as an object of study the regulation of the creditors' contest in the masterpiece of two big Spanish jurists of the 18th century, don Ignacio Jordán de Asso y del Rio and don Miguel de Manuel y Rodríguez, authors of the first university manual recognized officially, his Instituciones de Derecho real de Castilla, published by the first time in 1771. Taking as a base the Castilian legislation contained in the New Summary and in the Items, as well as Salgado de Somoza's work, they made clear thoroughly so complicated institution since it is the creditors' contest.
La entrada en vigor del texto refundido de la ley concursal supuso un antes y después en la legislación española en esta materia, unificando la normativa hasta el momento dispersa. En el presente trabajo procederemos a examinar la legislación vigente en esta materia desde una perspectiva estrictamente procesal. Así, examinaremos tanto los institutos preconcursales como la regulación del proceso concursal desde su solicitud hasta su finalización, incluyendo el sistema de recursos. Además, introduciremos algunas pinceladas referentes a las modificaciones que se introducen en el anteproyecto de reforma de la ley concursal, publicado en agosto de 2021 por el ejecutivo. ; The entry into force of the Bankruptcy Law constituted a turning point in Spanish legal system, unifying the legal regulation that had been dispersed until that moment. In this thesis, we will exam the current legislation from a procedure law perspective. Thus, we will study Pre-Bankruptcy Institutions and also the Bankruptcy proceeding from its request to its termination, including the appeal system. Furthermore, we will introduce a few guidelines on draft bill to reform the Bankruptcy Law, which was published in August 2021. ; Universidad de Sevilla. Máster Universitario en Relaciones Jurídico-Privadas
El objeto de este trabajo es el análisis del concurso de acreedores en Roma y el concurso de acreedores en la actualidad, regulado en la Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal. Para comenzar este análisis nos centramos en primer lugar en el estudio del derecho concursal Romano para posteriormente analizar la ley concursal actual y finalmente exponer las principales similitudes y diferencias entre ambos en las conclusiones del presente trabajo. El método de investigación que hemos seguido para la realización de este estudio ha variado en la primera parte del mismo, en la cual hemos realizado una indagación entre las diferentes interpretaciones de los autores respecto de las aportaciones de los principales juristas romanos, mientras que, en la segunda parte, dedicada al derecho concursal actual, nos hemos basado principalmente en el análisis de la Ley Concursal con referencias a distintos autores. La principal conclusión a la que hemos llegado es que se ha necesitado un amplio y arduo desarrollo legislativo para llegar a la configuración del derecho concursal actual, basándose siempre la ley en los principios y la estructura del derecho Romano Clásico y simplificando las complejidades que este presentaba. ; The aim of the present work is the analysis of the arrangement with creditors both in Rome and currently regulated by the Law 22/2003, 9th July, bankruptcy law. To begin with, we will focus on the Roman Law of Bankruptcy to continue with the present Bankruptcy Law and finally to expose the main similarities and differences between them in the conclusion of this paper. The investigation method followed has varied from the first to the second part. In the first part an inquest between the different interpretations of various authors regarding the contributions made by the main Roman jurists was done. On the other hand, in the second part, which is dedicated to the present Roman Law of Bankruptcy, we have mainly based on the analysis of the aforementioned law making reference to a variety of authors. The most ...
[ES] La liquidación de una empresa conlleva la valoración de sus activos en general, y de los activos financieros en particular. La modificación de la Ley Concursal de mayo 2015 exige que, en el momento actual, estas valoraciones sean realizadas por un experto independiente a la Administración Concursal. En el presente TFM que se propone se estudia la normativa señalada y se describe el procedimiento de valoración de los activos financieros, especialmente las acciones y las obligaciones por ser los más frecuentes. Para ello se tendrá en cuenta la información recogida en la página Web oficiales de Mercados y Bolsas españolas, del Banco de España, de la Dirección General del Tesoro, así como la información económico financiera y los tipos de interés vigentes en cada momento. Finalmente, dicho procedimiento se aplicará a la valoración de los activos financieros de una empresa concreta en liquidación. ; Rubio Donat, L. (2017). El concurso de acreedores y la valoración de los activos financieros. Aplicación a una empresa. http://hdl.handle.net/10251/89483. ; TFGM
Che purpose of this work is to address various aspects of bankruptcy as well as the responsibility of the administrators and the bankruptcy administrator. On the one hand, we are going to address the evolution of bankruptcy regulations, to continue with the basic aspects of bankruptcy, to focus, in turn, on the sixth section or qualification section, in which the bankruptcy will be classified as fortuitous or as guilty. We will also see the consequences of qualifying as guilty. On the other hand, we will analyze the labor, tax, criminal and corporate liability that company administrators may incur, as well as the possible liability of the bankruptcy administrator. To end with a brief presentation of the "emergency bankruptcy law".In this way, we will make an analysis of the new bankruptcy legislation in which, as we will see, several important changes are produced to improve the coherence and harmony of bankruptcy regulations. ; El objeto de este trabajo es abordar varios aspectos del concurso de acreedores, así como la responsabilidad de los administradores y del administrador concursal. Por un lado, vamos a abordar la evolución de la normativa concursal, para seguir con los aspectos básicos del concurso de acreedores, para centrarnos, a su vez, en la sección sexta o sección de calificación, en la que se calificará el concurso como fortuito o como culpable. Además, veremos las consecuencias de la calificación como culposo. Por otro lado, analizaremos la responsabilidad laboral, tributaria, penal y societaria en la que pueden incurrir los administradores de las sociedad, así como la posible responsabilidad del administrador concursal. Para finalizar con una breve exposición del "derecho concursal de emergencia". De esta forma, haremos un análisis de la nueva legislación concursal en la que, como veremos, se producen varios cambios importantes para mejorar la coherencia y armonía de la normativa concursal.
En el derecho mexicano de la insolvencia, el concurso mercantil es el procedimiento previsto por la ley para solucionar la situación del comerciante que ha incumplido sus obligaciones vencidas. La ley concursal contempla la posibilidad de que el comerciante pueda ser rehabilitado y continúe desarrollando sus actividades con el auxilio del Instituto Federal de Especialistas en Concursos Mercantiles. Dicho instituto es un órgano auxiliar de la administración de justicia federal que funciona a través de los siguientes funcionarios: el visitador, que realiza una evaluación de la situación del comerciante; el conciliador, quien asesora la actividad comercial del comerciante fallido, elabora la lista de acreedores y propone el convenio de solución (cuando esto no se logra, se declara la quiebra del comerciante con la venta de sus bienes para el pago a los acreedores), lo cual se realiza con la participación del síndico.