Bismarck frente al espejo
Resumen: Todo libro de memorias arrastra en su trajinar la vida de un hombre que, en calidad de autor o, si se prefiere, de cronista de si mismo, termina haciendo las veces de taumaturgo: persigue, por un lado, el propósito de revivir la historia ya recorrida y trata, por otro, de convertir a sus lectores en testigos privilegiados de un pasado irremediablemente perdido en el tiempo. De aquí el carácter necesariamente individual y subjetivo del género que nunca -por genuinos que resulten sus esfuerzos- puede evitar las trampas que le tienden los demonios de la parcialidad. Escribir en primera persona, asumiendo las mas de las veces el peligroso papel de protagonista absoluto, no es tarea fácil. Es que los souvenirs siempre tienen carácter histórico y toda historia, oral u escrita, es sin excepción una reconstrucción arbitraria. Bismarck confirma, al respecto, esta verdadera ley de hierro, razón por la cual en sus Pensamientos y Recuerdos –tal el título original que el propio Canciller de Hierro eligió para la obrahay que ir menos a la caza de una prolija y pormenorizada reflexión acerca del pasado alemán que a la búsqueda de un cuadro de época en donde se percibe, de la primera a la última página, su pasión y beligerancia.