Democracy and the outcasts : notes for a cultural theory of the "post-democratic" transformation. ; La democracia y los excluidos : apuntes para una teoría cultural de la transformación "posdemocrática"
In the debate on the "crisis" of the Western liberal democracies, we can recognize a theoretical counterposition between different visions of democracy. On one side, someone denounces the "post-democratic" drift by revealing the residue between the ambitious democratic ideals and their concrete realization. On the other side, someone else answers the scope of the transformation by resorting to a much less demanding normative model of democracy, which can be referred more or less directly to the democratic elitism of Joseph A. Schumpeter. The article states that the discussion cannot have a solution, because it implies a contrast between opposing normative models. All that remains is to reintroduce the perspective of the subjects into the very definition of democracy, elaborating a cultural theory of democracy, capable of recording the fact that conflicts are more or less constantly modifying the meanings of democracy itself. Precisely for this reason, a cultural theory of democracy –which puts the same definition and redefinition of democracy at the centre of a constant conflict between different interpretations– cannot ignore the voice of the excluded. ; En el debate sobre la "crisis" de las liberaldemocracias occidentales se puede reconocer una contraposición teórica entre diferentes visiones de la democracia. Por una parte, algunos denuncian la deriva posdemocrática al poner de manifiesto el residuo entre los am biciosos ideales democráticos y su concreta realización. Por otra parte, otros contestan al alcance de la transformación, recurriendo a un modelo normativo de democracia mucho menos exigente, que puede remitirse más o menos directamente al elitismo democrático de Joseph A. Schumpeter. El artículo afirma que la discusión, al implicar una contraposición entre modelos normativos opuestos, no puede tener una solución. En cambio, lo único que queda es volver a introducir la perspectiva de los sujetos en la definición misma de la democracia, elaborando una teoría cultural de la democracia capaz de registrar el hecho de que los conflictos van más o menos constantemente modificando los significados de la democracia misma. Precisamente por eso, una teoría cultural de la democracia –que ponga la misma definición y redefinición de este concepto en el centro de un conflicto constante entre interpretaciones diferentes– no puede desatender la voz de los excluidos.