Open Access BASE1999

Arte, Ética y Educación

Abstract

¿Cómo se gesta una Tesis) Quimera es la primera palabra que me viene a la mente. Se trata –si se hace con rigor- de una gran empresa, de un largo y tortuoso camino que promete una satisfacción inmaterial: el conocimiento. ¿Para qué? ¿Tanto esfuerzo, tantas horas y tanta energía desarrollada para un fruto tan etéreo? Como un buen caminante, sólo al final del trayecto se entiende su trazado, se olvidan sinsabores y trasiegos, y se tamizará el conjunto de experiencia en la criba del recuerdo. Concepto y experiencia adquirirán un único sentido que justifique la acción. La presente propuesta de investigación pretende indagar –bajo el prisma de una óptica moral- las relaciones y circunstancia existentes entre la figura del artista y su convivencia con la dinámica actual del modelo de sociedades establecido. En este sentido, el aspecto globalizador de tendencias y disciplinas que adquiere el concepto arte, junto a la mediatización predominante económica de los sistemas sociales y una cierta atmósfera de disolución de ideologías y valores, han determinado la confluencia en un paradójico magma de relativismos, contradicciones o parciales aciertos. ¿El artista y su situación ética contemporánea? Ese bien podría ser el punto de arranque de toda de una Tesis. En las siguientes páginas trataré de desglosar esa intención y de formular los objetivos concretos a que me lleva. ¿Cómo surge esta idea? Hay una regla de oro más o menos implícita, que indica que una buena investigación implica un distanciamiento del objeto de estudio. En este caso y siendo de los más sincero, he tenido que hacer un verdadero gesto de heroicidad para discernir entre actuación personal e investigación aséptica. El caso es muy fácil de explicar: en principio, soy un individuo de formación universitaria, adscrito al ámbito de las artes plásticas y visuales y con un basto terreno opcional de desarrollo. En teoría podría especializarme en la posible aplicación de los teleservicios a mi terreno, el estudio del deterioro de las pinturas murales del siglo XI, o en montar un curso que verse sobre el paisaje en Mairena del Alcor. Estoy seguro que con empeño y empuje podría cumplir esos cometidos. Sin embargo, hay algo en común con todas esas opciones: no me apasionan en demasía, y sobre todo no me implican de manera directa. Hasta aquí el proceso lógico nos empuja a que cada uno trabaje (alguna ventaja tiene que tener la labor no remunerada), en lo que a cada cual le plazca y le haga disfrutar. Si además puede entrocarlo con una línea o grupo de investigación afín, miel sobre hojuelas. Pero mi situación se complica cuando encuentro las condiciones anteriores y además me afectan de manera directa. Es decir, cuando alguien recibe una educación y detecta falos graves, cuando alguien crece en una sociedad con serias trabas de integración y preocupación colectiva, y sobre todo cuando uno mismo comprueba, que lejos de preocuparse los afectados por una solución de conjunto, se impone una ley marcial de "sálvese quien pueda", el drama existencial se intuye. Soy artista como categoría social, soy un ser humano como condición primaria, y fui docente y pretendo ser educador como profesión. En resumen: Arte, Ética y Educación, así en mayúsculas, como si del propio título se tratara. Con estas perspectivas, el horizonte se presenta extenso, por no decir inabarcable. ¿Qué se pretende? ¿Establecer una panacea en esas tres categorías? ¿La solución definitiva a todos los problemas? Es posible, que en la ingenuidad del principiante surgieran atisbos de tan desproporcionada meta, pero rápidamente la humildad que produce la labor diaria me encaminó a jurisdicciones más tangibles. Aunque posteriormente haré un uso sistemático del diccionario para explicar determinada problemática metalingüística, en este momento y en ligazón con los párrafos anteriores, me gustaría hacer una reflexión terminológica de andar por casa. ¿Qué se entiende por acción visceral? ¿Y por racional? ¿Son antónimos? ¿Están imbricados? ¿Un acto visceral es un acto cerebral? ¿Controlamos nuestras implicaciones o somos guiñoles sin remisión? ¿Dónde conecta la lógica? Todas estos interrogantes, además de hacerme tragar mi supuestísima sapiencia, me ayuda a sintetizar el enunciado. En última instancia, toda nuestra actividad reside en impulsos cerebrales, que eufismísticamente podría subdividirse en actuaciones viscerales –las más ligadas a componentes emotivos- y racionales, donde las decisiones se basan en juicios esterilizados- que auxiliados por la lógica les impide incoherencias formales y sería de suponer y desear, que también de fondo. Con todo ello pretendo justificar la seriedad del trabajo presentado, que a pesar de tener fuertes implicaciones emocionales, se sostiene por una metodología científica que avala los resultados. No se trata pues, de un artificio literario que entretenga por una cuidada prosa y un tupido argumento. No hablamos de un manifiesto político, de un mitin solapado que soliviante las masas; y desde luego no es un lomo decorativo de estantería o una pieza paralepípeda de arcilla cocida con fines constructivos. Sí se trata de un trabajo serio, sistematizado y con una lógica aplicación. Sí es un trabajo de irremediable implicación personal, incluso si se quiere, con un matiz terapéutico que aleje males propios y ajenos; es más, en alguna ocasión es posible que el énfasis y la vehemencia de la sintaxis indique un nivel de malestar e inconformismo con la realidad tratada; y es que formarse éticamente implica descubrir la mayor parte de las veces, una materialidad putrefacta, de fuerte hedor; conductas de la condición humana que avergüenza la pertenencia a una entidad social; sinrazones que se afianza en los baluartes de la más pura incongruencia, y una irremediable perspectiva de sombrío futuro. Pero no es ese el mensaje final: la propuesta es de lucha y de esperanza por una mejora sustancial en cualquier escala de cambio; mejora en definitiva, por un beneficio colectivo y porque los cambios en cada sector consigan una mejoría de conjunto. Para asegurar el terreno y consolidar los cimientos del proyecto, vamos a marcar tres apuntes correspondientes a los tres ámbitos que el título propone: Cuando Goya marcó su lámina 43 de los Caprichos con la leyenda "El sueño de la razón produce monstruos", plasmaba el desencanto de aquella ilustración que quiso entronizar la razón con una maltrecha España. La esperada transformación social frustraba las más dignas aspiraciones y empujaba la labor artística a los oscuros tonos que predominaban en la realidad (AA.VV., 1992b:85). Este ejemplo nos presitúa en el umbral de la condición más vital de un artista. Sea cual fuere su papel, su obra o relevancia social, no debe desmarcarse de su situación social, del momento y circunstancias que le toca vivir. "La teorías son necesarias pero insuficientes cuando de las ciencias humanas se trata, porque las ciencias humanas algo tienen que ver siempre con la práctica". (CAMPS, 1994:15). En efecto, existe una sentencia que sitúa a la ética como la parte práctica de la filosofía. Ese calificativo implica no sólo una categoría, sino que de hecho, el desarrollo de la ética implica la acción del día a día, la reflexión permanente de cada acto, en cada campo y terreno de las relaciones humanas. Amalio Blanco, decano de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, ejercía un fuerte alegato por salvar a la moral y la educación de las terribles garras de una economía neoliberal, que convirtiera derechos fundamentales en una mercancía para el mejor postor: "… más que una transmisión de conocimientos, habilidades y destrezas, la educación es por encima de todo, una empresa ética comprometida sin reservas caprichosas con los valores que alimentan las libertades,…" (BLANCO, 1997:29). Es decir, pretender reducir la educación a una empresa meramente técnica, supondría uno de las mayores aberraciones y de los más lamentables retrasos que pudieran tener lugar. La educación es el instrumento vital de cualquier reforma, y constituye el pilar fundamental del desarrollo ético de una sociedad. Así pues, queden planteado aquí los bosquejos iniciales y elementales del porqué hacer una Tesis en los términos descritos. En los capítulos siguientes se desglosa los enfoques concretos de la investigación y el propio diseño del método investigador que se ha tomado a tal efecto. El Objetivo general es Identificar y analizar la problemática de carácter ético del artista y su obra en relación a la dimensión social y profesional que adquiere. Los Objetivos específicos: - Detectar en el panorama ideológico general y concreto del área, las tendencias objetivas y universalizadoras que nos acerquen a una concepción operativa de la ética. - Examinar la figura y circunstancias del artista demostrando sus implicaciones y repercusiones morales en los procesos y ámbitos artísticos. - Establecer las coordenadas fundamentales que normalicen una propuesta de código deontológico del sector, con orientaciones específicas y aplicaciones educativas en el conjunto de la formación reglada y su posterior conexión laboral. Un análisis inmediato de los objetivos formulados nos indican líneas muy específicas y delimitadoras de la investigación. En primer lugar, se apunta la figura del artista como ente central del problema ético (Cf. 2.2); esto es, se abordarán indagaciones en las estructuras básicas que rodean el ámbito profesional del artista. Se trata de generar una reflexión en torno a la dimensión de éste y como le afecta a nivel moral y ético el desempeño de sus funciones. No es por tanto, una disección ética de cada una de las áreas artísticas, sino una orientación a manera de pieza clave, que determine las directrices básicas de la relación propuesta entre arte, ética y educación. Se confirma una tendencia general a la universalización: estamos hablando de establecer códigos de deber de amplia divulgación y de seguras interconexiones con otros ámbitos. No son modelos sectorizados ni relativistas de inútil aplicación. La demarcación espacial está localizada por un lado, en el dominio hegemónico del panorama socioeconómico predominante, y por otro, en el seno de las democracias desarrolladas, que a pesar de ser el modelo de máxima garantía política, no está exento de graves inconsistencias. En ese sentido, se analiza una casuística que predominante pertenece al contexto español, pero que sirve de representación y fácil extrapolación a los objetivos previstos. En el vector tiempo, el análisis se centra en el momento actual y en formas pretéritas que persistan. Todo ello hace que el trabajo sea prioritariamente de una viva y encarnada actualidad, sin que por ello se dejen de estudiar circunstancias, actividades, o ejemplos recientes de relevancia notable. En definitiva, aportar una visión crítica al conjunto de los sistemas que rigen o influyen en un sector profesional es siempre loable. Sólo el contraste de opiniones puede acercarnos al ideal objetivo de funcionamiento. Todo es revisable y siempre podemos inducir, aclarar u orientar medidas de beneficio y equidad que sirvan para una mejora sustancial, o para propiciar renovaciones estructurales. Dicho propósito no tiene mejor encauzamiento que a través del sistema de enseñanza. Por ello si tuviéramos que discernir una subdivisión de objetivos, o mejor dicho, un encadenamiento de los mismos a los ya descritos, debiéramos conectar con la siguiente propuesta: - Promover un discurso congruente e inmediato entre los procesos de aprendizaje de carácter artístico y su probable trascendencia ética. - Analizar y estipular en el terreno artístico, la interconexión de los sistemas educativos entre sí, y su posterior anexión a las estructuras socio-laborales. - Delimitar una clara aplicabilidad en la experiencia práctica de dicho sector, de las actitudes, normas y valores básicos establecidos. - Revitalizar los objetivos, contenidos y estrategias de las artes plásticas y visuales en relación a su repercusión ética. La línea de ataque se centra por tanto en los procesos educativos, verdadera dovela clave del arco social. Es esa mi vocación y estoy convencido de las posibilidades revolucionarias que pudiera tener dicho frente, para tratar de solucionar la problemática más acuciante del campo de las artes plásticas y visuales.

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