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Las migraciones internacionales son uno de los temas de mayor relevancia en los inicios del siglo XXI. Las naciones receptoras de inmigrantes deben velar por generar equitativas condiciones de vida para el conjunto de la población. Hoy en día estamos en medio de una gran paradoja: por un lado la globalización que pretende uniformizar y por otro la reivindicación de las articularidades culturales de cada pueblo. En este artículo se ejemplifica las nuevas migraciones con el caso chileno pues se evidencia un importante flujo inmigratorio en las dos últimas décadas lo cual plantea los problemas de la inserción de los grupos culturales foráneos en un ambiente local con una tendencia histórica a la representación social de un homogéneo (el Uno simbólicamente en nuestro texto) mas que transita con fuerza hacia ambientes de pluralidad cultural, en un contexto de globalización y posmodernidad que hemos representado por la emergencia del Tres. Es esta tensión social la que hemos expresado en este texto como una forma de motivar el pensamiento reflexivo en torno a los tránsitos hacia una sociedad más abierta ideológicamente, diversa culturalmente e imperativamente más participativa y dialogante.

The concept of social exclusion, applied widely in the European Union, has in recent years been gaining use in Bangladesh, mostly by international development agencies. Does this discourse of deprivation, developed in the welfare states of northern Europe, have salience in its application to deprivation in countries like Bangladesh where, for example, 31% of the rural population lives in chronic poverty? The concept of social exclusion has three principal components: a dynamic and relational perspective which requires the identification of who or what causes exclusion; an explicit recognition of multiple dimensions of deprivation; and a longitudinal perspective, recognizing that individuals and groups are dynamic intra- and intergenerationally. The Social Exclusion Knowledge Network of the World Health Organization Commission on Social Determinants of Health expanded the concept to include health status as a contributor to and an outcome of exclusion and to show that actors beyond the state or public sector can critically impact exclusionary processes. In the Bangladesh application, the relevance of the modified model was explored to find that while there are negative associations between social exclusion and health status, much stronger documentation is needed of the relationship. The modification of including multiple sectors, such as private enterprise and civil society, in addition to the state, as having potential to impact exclusionary processes is fundamental to the application of the social exclusion model in Bangladesh.