4. La perspectiva de los burócratas: el pensamiento de Octavio Morató sobre la autonomía del BROU y el estatuto de los funcionarios bancarios Octavio Morató fue Gerente del BROU desde 1921 sucediendo a Jorge West. Dejó su puesto de Gerente en 1937, pasando a desempeñarse como Asesor Técnico del Banco hasta su jubilación definitiva en 1940. Fue funcionario del Banco desde su fundación en 1896. Inicia su carrera como Jefe de la sección Responsabilidades, pasa por Teneduría de Libros, Sub-Contador, Contador General, Gerente, Sub-Gerente A, hasta llegar a la Gerencia de la institución en 1921. Morató no sólo fue, además, uno de los economistas más influyentes de su época, referente permanente en cuestiones bancarias y financieras y activo participante en múltiples actividades académicas, políticas y técnicas a nivel nacional e internacional (1). La síntesis del pensamiento de Morató proviene de dos fuentes: la compilación de su actuación en el BROU titulada "Al servicio del Banco de la República y la economía uruguaya" (MORATÓ, 1976) y la conferencia dictada en 1924 en la Caja Nacional de Ahorros y Descuentos. Esta última fue publicada en forma de libro a posteriori, "Los funcionarios de las industrias del Estado" (MORATÓ, 1943). Este material es necesariamente incompleto. Como se consigna en "Al servicio.", Morató conservaba en su archivo personal copia de toda su actuación en el BROU, llenando la misma unos 50 biblioratos formato oficio. De ese archivo se incluyeron en el mencionado libro 52 informes referentes a múltiples cuestiones bancarias, económicas, proyectos de cambio y cuestiones de gobierno de la institución. Por tanto, queda dentro de nuestra exploración aquella zona de la actuación de Morató que el recopilador de "Al servicio ." encontró razonable y pertinente publicar. Por suerte, dicho recopilador (2) fue seguramente alguien que conoció de cerca los temas de mayor importancia para Morató y de los 52 informes publicados, hay 9 que están dedicados precisamente a temas relativos a la defensa de la autonomía administrativa de la institución (3).Esta síntesis tiene dos objetivos:Mostrar el sentido que para Morató comportaba el concepto de autonomía, como una forma peculiar de administración alejada de lo que él llama el"régimen desquiciador de la administración pública" (MORATÓ, 1976: 370).Mostrar los argumentos que empleó Morató para defender las prerrogativas del BROU para administrarse a sí mismo (dentro de lo que establecía la constitución y la tradición administrativa del instituto).4.1. El concepto de autonomía y su sentido en la vida política nacional según Octavio Morató. El punto basal de la defensa que hace Morató de la autonomía administrativa del BROU es su visión histórica de la misma. Es decir, su idea de que la autonomía es un producto peculiar de la historia del país. Como ha sido señalado (SOLARI, FRANCO, 1983), el origen histórico de la descentralización por servicios es algo que progresivamente fue perdiendo peso en los debates sobre las empresas públicas. De ahí la importancia de los argumentos de Morató: su argumentación histórica es una prueba de que en las empresas públicas se estaba creando un estamento muy particular de burócratas. Hay tres grandes ejes en la visión de Morató sobre los entes industriales y su rol en la vida política y económica del país:Hay una "razón histórica y una razón científica" para la autonomía administrativa.La organización autonómica (o ente autónomo) no puede ser tratada como el resto de la administración pública.Un ente autónomo busca la eficiencia de una empresa privada, pero no es una empresa privada.4.1.1. Hay una "razón histórica y una razón científica" para la autonomía administrativaComenzaremos por la conferencia dictada en 1924 en la Caja Nacional de Ahorros y Descuentos sobre el estatuto de los "funcionarios industriales" del Estado. En la misma, Morató defiende la tesis de que los funcionarios de la banca estatal son funcionarios "especiales". El objetivo es refutar la tesis rival según la cual a los mismos debían ser clasificados como funcionarios públicos. En el lenguaje de Morató, las autonomías (que constituyen la forma de organizar la intervención del Estado en la economía) tienen una "razón histórica y una razón científica". Para Morató, la historia impuso nuevas funciones al Estado y en la asunción de las mismas fue necesario delegar ciertos aspectos en corporaciones especializadas con variables grados de libertad para decidir. En un principio hubo autonomía técnica, pero la misma no implicaba autonomía administrativa. En la Instrucción Pública, Facultades de Estudios Superiores, Caridad Pública, etc.; el Poder Ejecutivo era quien nombraba los empleados, fijaba los sueldos, etc. Con la evolución de estos institutos, algunos de ellos comienzan a adquirir grados más elevados de autonomía administrativa en la medida en que por razón de su función perciben algún tipo de renta independiente de los recursos del Estado. Sucesivamente se llega a la constitución de los entes con mayor grado de autonomía, siendo – en la visión de Morató- los bancos República e Hipotecario los únicos con autonomía"completa"."Todas las escalas de autonomía que he descrito, no han resultado de la concepción de un plan general, sino de la gravitación de hechos, en algunos casos, de la ratificación de situaciones especiales creadas por la participación del Estado en empresas de servicio general en otros y del instinto, más que de la visión clara de las conveniencias públicas, en las primeras autonomías creadas; luego, de una concepción superior perfectamente disciplinada, que presidió las confirmaciones que se hicieron, reafirmando la política económica, dentro del terreno práctico de las autonomías, al reorganizar ciertos institutos" (MORATÓ, 1943: 26).Destaca el éxito del modelo organizacional del BROU y cómo dicho éxito"constituyó el más grande y poderoso estímulo para que el Estado se propusiera, con seguridad de éxito, entrar de lleno a detentar la explotación de industrias que estaban en manos de particulares, ya creando privilegios, ya adquiriendo instituciones privilegiadas, u organizándolas sobre la base de monopolios o constituyéndolas en competencia con la industria privada" (MORATÓ, 1943: 14-15).La base de la razón científica estará en la división del trabajo y la especialización de funciones. "Todas estas corporaciones [los Consejos Directivos de los servicios descentralizados] se constituyeron con el fin de entregar una gran parte de la gestión o de las funciones del Estado, a elementos especializados o que se especializaran en ellas, aplicando así la conocida y provechosa fórmula de la división del trabajo. Los consejos o Comisiones tenían, y tienen todavía, autonomía en su función técnica, es decir: en la función primordial, que ha sido objeto o es de su constitución. Naturalmente, la autonomía técnica debía girar dentro de las líneas generales que sus leyes orgánicas habían delineado, pero dentro de ellas, autonomía al fin" (MORATÓ, 1943: 23).Para Morató, división y especialización de funciones encarnan la búsqueda de la"eficiencia" en la administración pública:"(…) del estudio del conjunto de todas esas leyes especiales [las Cartas Orgánicas]y de su comparación se descubre que los grados de autonomía han sido inspirados, en todo tiempo, por estas dos ideas directrices: división del trabajo y la especialización de funciones, como medio de obtener la 'eficiencia' en ciertos ramos de la administración pública; la autonomía es el modo de realizar esos propósitos" (MORATÓ, 1943: 26).Como consecuencia de esta manera de pensar, Morató reclama que la autonomía se considere en toda la extensión del vocablo una vez aprobado el artículo 100 de la Constitución (4): "autonomía de gestión; autonomía de administración, por lo menos dentro de las líneas generales que las leyes especiales que rigen cada instituto y que no han sido derogadas, les ha acordado" (MORATÓ, 1943: 21).4.1.2. La organización autonómica (o ente autónomo) no puede ser tratada como el resto de la administración públicaMorató identifica a la administración pública con el predominio del patronazgo político en el ingreso y en el desarrollo de la carrera administrativa. Esto involucra una forma de organización no científica, irracional, "desquiciada"fruto del manejo "político" de su estructura. Frente a este concepto contrapone el de organización autonómica como aquella en la que es posible poner en práctica la "disciplina científica de la administración". Esto último es producto del hecho de no estar vinculada orgánicamente "al virus disolutivo de la política" (MORATÓ, 1976: 370) y tener la posibilidad de experimentar libremente con diferentes métodos de organización tal como sucede en la empresa privada. Un claro indicador de esta diferenciación está en la contraposición del régimen del BROU (o de los entes autónomos en general) como excepcional frente al de la administración pública como "régimen vulgar". Otro indicador es la constante asimilación que hace Morató del régimen autonómico con el de la empresa privada. Hay dos amenazas que Morató intenta conjurar. Por un lado, el problema del status de los funcionarios de los entes autónomos. Si los funcionarios del BROU son considerados como funcionarios públicos dos problemas enfrentan los administradores del instituto. Primero, el problema de la inflexibilidad del régimen de funcionarios públicos (se pueden contratar libremente pero no despedir libremente). Segundo, el problema de la autoridad de los administradores frente a los funcionarios. Si el ingreso y la carrera están sujetos a la intermediación política, el instituto pierde autoridad frente a sus funcionarios. La otra amenaza que percibe Morató es la posibilidad de que se multipliquen los controles del gobierno sobre las decisiones de los directorios autónomos. Más posibilidad de control central implica, para Morató, enlentecer la toma de decisiones del instituto.En lo que respecta a los funcionarios de los entes industriales, defiende la"condición excepcional" de los funcionarios del Banco (lo cual implica que no pueden ser considerados funcionarios públicos). Justifica esta excepcionalidad en la idea de organización "científica", asimilable en su régimen de ingreso y carrera al de la empresa privada:"Los funcionarios de las industrias del Estado están regidos por reglamentos especiales, dictados por el Directorio de la institución a la cual sirven. Los Directorios resuelven inapelablemente, sobre la situación de los empleados sometidos a su autoridad. Los empleados públicos son agentes del Estado; como tales tienen su representación y autoridad dentro del puesto para el cual han sido nombrados. Los empleados de las industrias del Estado tienen carácter privado y, como las instituciones de que forman parte, están sometidos a las disposiciones del derecho común, como cualquier particular. Los funcionarios de los Bancos de Estado, se encuentran en una posición -de hecho y de derecho- más aproximada a la de los Bancos privados, que a la de los empleados civiles del Estado"(MORATÓ, 1943: 31).En lo que respecta a los controles centrales, Morató critica –durante los años de 1930- algunos institutos creados con el fin de aumentar dichos controles. Tal es el caso del Tribunal de Cuentas. Este organismo fue creado en 1934 con el fin de realizar la vigilancia y superintendencia en todo lo relativo a presupuestos y gestión de la Hacienda Pública (5). En dos ocasiones, Morató escribió acerca de las disposiciones que regían al Tribunal y cómo las mismas afectaban el normal desempeño de las funciones del Banco (octubre de 1934 y agosto de 1936). En noviembre de 1936 Morató redacta un Memorando en el cual reúne sus opiniones sobre el Tribunal y su actuación con relación al BROU. En los primeros dos años de funcionamiento del Tribunal habían surgido frecuentes discrepancias con el BROU en cuanto a la apreciación de problemas de orden técnico-contable y administrativos y sobre las maneras de resolverlos (MORATÓ, 1976: 524-525).4.1.3. Un ente autónomo busca la eficiencia de una empresa privada, pero no es una empresa privadaEn este punto, aparece el otro elemento central de la concepción de ente autónomo. Si bien hay una constante asimilación de la organización y administración a los preceptos seguidos en la empresa privada, un ente autónomo no es una empresa privada. Se orienta a la consecución del lucro, pero no exclusivamente. Y esto porque el ente autónomo es el lugar, por excelencia para Morató, del interés público, entendido como el interés nacional más allá de "la divisa". Cuando Morató trata la defensa de la autonomía presupuestaria del BROU hace especial énfasis en este aspecto:"El Banco de la República no es una institución únicamente comercial, es una institución de carácter público y de utilidad pública. Como institución comercial, consulta los resultados financieros de sus negocios, hasta donde le permite asegurar la permanente solvencia de la institución; como entidad de carácter público, es un formidable punto de apoyo de las finanzas nacionales, del crédito público, del servicio de la circulación monetaria y de la estabilidad de la moneda y del cambio internacional; y, en fin, en su función de servicio público, fomenta el ahorro nacional, organiza toda clase de facilidades que pone a disposición del Estado y de la población en las mejores condiciones de comodidad; atiende los intereses superiores de la producción, del comercio y de la industria, con la multiplicación y diversificación de los servicios administrativos, técnicos e informativos, con el propósito principal de servir esos intereses .[Por tanto] no puede decidirse sobre el peso de los gastos administrativos del Banco de la República, considerados desde el punto de vista comercial, exclusivamente". (MORATÓ, 1976: 121)Y, en tanto el BROU (como ente autónomo) es el locus del "interés público", Morató siempre tiende a identificar el interés del BROU con el "interés nacional".No sólo el Banco debe estar protegido –vía descentralización autonómica- del "virus disolutivo de la política", sino también de las"conveniencias financieras del Estado". Un texto que resume estos 3 aspectos clave de la concepción autonomista de Morató es "El pacto de los partidos tradicionales y sus consecuencias en el Banco de la República" (MORATÓ, 1976). En el mismo hay una dura crítica del autor sobre el "pacto del chinchulín" celebrado entre los representantes batllistas y blancos en el CNA (6. En dicho documento, Morató advierte que las consecuencias del pacto serán el comienzo del fin de la "esencia básica de la formación de los entes autónomos", y en particular el fin de un estilo de dirección a nivel del BROU:"La adhesión del Directorio a la fórmula del Consejo Nacional de Administración, significa:el renunciamiento a la autonomía administrativa, dejándola en manos del Consejo Nacional;la sumisión de los intereses del Banco y los del país, comprometidos también, a las conveniencias financieras del Estado, identificados ambos para hacer frente a las vicisitudes que el tiempo pueda depararle a éste;la destrucción de la organización administrativa, de fundamental importancia para instituciones como el Banco de la República, y su sustitución por el régimen vulgar de la administración pública, donde predominan, no las condiciones de preparación y capacidad, sino las ventajas de interés político. El ingreso a la institución y el ascenso, no serán ya concedidos al más apto; el mejor adaptado triunfará" (MORATÓ, 1976: 369-370).5. ConclusionesPara cerrar la reflexión planteada en la ponencia, quisiéramos destacar tres elementos referidos al pensamiento del actor burocrático en los años veinte y treinta del siglo pasado.En primer lugar, la fuerte compenetración entre el personal jerárquico de carrera de la institución y los Directorios del BROU en la defensa de los "fueros autonómicos" del instituto.En segundo lugar, la relevancia del actor burocrático al momento de asegurar la continuidad de los objetivos para los cuales fueron creados los entes autónomos. Un aspecto no menor cuando se piensa en continuidades a nivel institucional. Para Octavio Morató el problema que está detrás de los cuestionamientos a las libertades administrativas de los entes frente a la administración central, es el desconocimiento de las razones históricas por las cuales los entes fueron dotados de dichas libertades. Consciente de que el formato autonómico es una rareza tanto desde el punto de vista constitucional como de los valores de la sociedad uruguaya, justifica la autonomía por razones "científicas". Por eso, el lenguaje abstracto de la"correlación entre función, gestión y agente" debe interpretarse con cuidado. No se trata de retórica positivista. Es un recurso argumental esgrimido en un momento en el cual la discusión sobre la administración de los entes se producía en forma desconectada con el marco histórico en el cual surgieron los mismos. Por eso Morató describe primero el marco histórico para luego justificarlo en términos"científicos".Por último, la autopercepción del actor burocrático acerca de su rol en la administración. Morató veía al conjunto de los Entes Autónomos Industriales y Comerciales como un espacio privilegiado para la realización del interés público. La clave de esta posibilidad estaba en la autonomía administrativa ya que permitiría una administración independiente del interés partidario. En la visión de Morató un Directorio autónomo es un Directorio que decide en función de los intereses del BROU, a los cuales equipara con los intereses del país. Un Directorio"político", "con divisa", nombrado en base a razones políticas o acuerdos electorales tendría como consecuencia transformar al BROU en una "repartición del Estado, a la manera de una oficina pública, bajo un director que no tiene facultades, atribuciones, ni independencia ni otro criterio que aquel que le permite el pequeñísimo margen de los reglamentos administrativos dictados por el CNA" (MORATÓ, 1976: 371).(1) Carlos Quijano al revisar la actuación del Banco República en la política monetaria de los años veinte comenta: "En ese período de nuestra historia bancaria hay dos o tres presidentes del Banco que actúan con una gran autoridad moral, pero hay un hombre que actúa con gran autoridad técnica, no obstante la modestia de su vida, que es don Octavio Morató, a quien no se le ha hecho la justicia que merece". (QUIJANO, 1995: 266)(2) En el libro referido no se aclara quien fue el recopilador, pero con toda seguridad fue el hijo de Morató, el Dr. Octavio Morató Rodríguez. Fue éste quien desde 1971 se ocupó de realizar gestiones ante el Senado para la publicación de la obra (MORATÓ 1976: 5 – 8). Es razonable pensar que el hijo de Morató conocía de cerca las preocupaciones de su padre dado que nació en 1901, contando con 42 años a la muerte de su padre en 1943.(3) Ver Morató (1976), asuntos nº: 5, 8, 9, 24, 25, 30, 32, 46 y 48.(4) Esta misma postura defendió el directorio del BROU a lo largo de los años de 1920. También coincidieron hombres de los partidos políticos como Martín C. Martínez que veían en el excesivo celo "literalista" de algunos juristas una traba a la realización de todo el potencial de los entes autónomos.(5) El artículo 201 de la Constitución de 1934 prescribe: "La vigilancia en ejecución de los presupuestos y la función de contralor en toda gestión relativa a la Hacienda Pública, será de cargo del Tribunal de Cuentas de la República, que actuará con autonomía funcional, siendo de resorte de la ley que proyectará el mismo Tribunal, la reglamentación de su autonomía, así como la fijación de las atribuciones no especificadas en este capítulo".(6) Téngase presente al leer las críticas de Morató que él mismo era de extracción batllista. Esto habilita a formular la siguiente pregunta: ¿era Morató al final de su vida más un hombre político, un batllista, que un burócrata al servicio del Estado? *Profesor de Fundamentos de la Investigación Social, Métodos de investigación y Taller de Monografía.Depto de Estudios InternacionalesFACS – ORT Uruguay(ma.baudean@gmail.com). BIBLIOGRAFÍAABERBACH, J.; PUTNAM, R. ; ROCKMAN, B. 1981. Bureaucrats and politicians in western democracies. Cambridge: Harvard University Press.ACEVEDO, Eduardo. 1934. Anales históricos del Uruguay. Tomo IV. Montevideo: Barreiro y Ramos.Banco de la República Oriental del Uruguay [Raúl Montero Bustamante]. (s.f.) El Banco República en su Cincuentenario. Memoria Histórica (1896-1946). Montevideo: BROU.BARRÁN, J. P. 1998. El Apogeo del Uruguay pastoril y caudillesco. Montevideo: La República, EBO.BARRAN, J.P.; NAHUM, B. 1971. Historia Rural del Uruguay Moderno. Tomo II. Montevideo: EBO.BARRAN, J.P.; NAHUM, B. 1973. Historia Rural del Uruguay Moderno. 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La historia es una disciplina incómoda para los filósofos de las ciencias sociales. Piénsese en la respuesta a la pregunta: ¿es posible encontrar leyes del desarrollo histórico de las sociedades? K. Popper creía que no y afirmaba que la creencia en dicha posibilidad era la fuente de los totalitarismos del siglo XX. Eso afirmaba en"The poverty of historicism" en 1957. Unos años antes Carl Gustav Hempel creía haber encontrado la fórmula básica para expresar una explicación en términos científicos a través de la formulación de leyes en un estilo nomológico deductivo (ver HEMPEL, 2005). Y creía que dicha fórmula también se aplicaba a la historia. En el campo de la sociología fue George Homans quien dio impulso a las ideas de filósofos como C. G. Hempel y R. Braithwaite quienes creían que era posible llegar a teorías deductivas de la misma naturaleza tanto en las ciencias naturales como en las ciencias sociales (ver HOMANS, 1970). A mediados de la década pasada, Philip S. Gorsky publica un provocador artículo en "Sociological Methodology" con el título "The poverty of deductivism" y retoma la vieja discusión sobre el lugar de la historia en la teorización en ciencias sociales (GORSKY, 2004). Lo hace, afirmando exactamente la tesis contraria a Popper: las ciencias sociales no son más que historia.Como señala Thomas Smith, el estudio de la historia es particularmente importante en la investigación en Relaciones Internacionales:"As either political backdrop or behavioral laboratory, history is never far removed from International theory and research. When theory is constructed from the bottom up, history provides the building blocks. When theory is constructed from the top down, history serves to test or falsify theoretical concepts. Case studies are focused, comparative historical analyses. The learning and institutionalist literature is explicitly historical and evolutionary. When quantitatively oriented researchers speak of 'events data' or 'data making', they are referring to historical representations abstracted from a welter of evidence. Normative theorists stress the historical context of moral action. Marxist theorists seek to uncover the hidden histories upon which international theory is founded, while postmodernists point out privileged views of the past that have shaped the discipline. (…) Formal theory, including game theory is perhaps the most ahistorical of theoretical approaches, yet increasingly it too is being put to the historical test". (SMITH, 1999, 8)La investigación histórica y el problema de la explicaciónEn el presente artículo retomaremos las ideas de uno de los sociólogos vivos más interesantes del siglo XX: Arthur L. Stinchcombe (1) (de aquí en más ALS). Al hacerlo pretendemos presentar una discusión del tema que está a medio camino entre las pretensiones deductivistas y el relativismo histórico. Al mismo tiempo pretendemos aportar elementos que apuntan a mostrar lo fructífero de la obra de investigadores que le dan una importancia clave a la historia en ciencias sociales.Antes de comenzar la exposición creemos importante dejar sentado que sentimos una profunda admiración por las ideas de ambos "bandos": aquellos que defienden el proyecto de que los resultados de la investigación deberían poder ser generalizables como la de aquellos que defienden que la investigación social debe explicar hechos históricos singulares e irrepetibles. Creemos que la postura de Stinchcombe busca un término medio mediante el cual, la investigación social se nutra de la particularidad histórica sin renunciar a encontrar generalizaciones aplicables más allá de los casos concretos que formaron parte del estudio realizado.Abordaremos el libro que ALS especialmente escribió sobre teoría social e historia y que se llama "Theoretical methods in social history" de 1978. En este libro Stinchcombe comienza a delinear una perspectiva sobre la explicación en ciencias sociales que hoy en día es una corriente ya instalada en el panorama de las mismas. Me refiero a la perspectiva analítica, la cual se nutre del pensamiento de cientistas sociales provenientes de diversas disciplinas como la economía (T. Schelling) o la sociología (R. Boudon, P. Hedström), así como de la filosofía (J. Elster, P. Manicas, W. Salmon) (2). La idea de mecanismo social como base de una explicación en términos científicos aparece delineada con claridad en la siguiente cita de Peter Hedström:"A social mechanism, as defined here, is a constellation of entities and activities that are linked to one another in such a way that they regularly bring about a particular type of outcome. We explain an observed phenomenon by referring to the social mechanism by which such a phenomenon is regularly brought about". (HEDSTRÖM, 2005, 11)La idea de "mecanismo" tiene una clara inspiración en el individualismo metodológico, la perspectiva según la cual toda explicación de un hecho social en términos agregados (como puede ser la civilización capitalista, la revolución rusa o las recientes revueltas en medio oriente) debe remitirse en última instancia a individuos y sus acciones. Para expresarlo en términos actuales, toda explicación en ciencias sociales debe tener micro fundamentos (LITTLE, 1991). Más allá de esta especificación, la idea de la existencia de un "mecanismo" vinculante entre causa y efecto pretende ser una alternativa a dos formas tradicionales de abordar la causalidad en ciencia: la explicación en términos nomológico - deductivos (covering law model) y la explicación en términos estadísticos. ¿Qué tiene de diferente la idea de mecanismo? Para entender su singularidad repasaremos en los siguientes excursos los principales elementos de las dos teorías rivales (covering law model y explicación estadística).Excurso 1. Covering law model: Carl Gustav HempelActualmente se reconoce en filosofía de la ciencia que el trabajo de C. G. Hempel sobre la explicación científica es la piedra angular de la discusión sobre la materia en la segunda mitad del siglo XX (SALMON 2006, MANICAS, 2006). Según W. Salmon el artículo original de Hempel con Paul Oppenheim de 1948 "is the fountainhead from which the vast bulk of subsequent philosophical work on scientific explanation has flowed –directly or indirectly" (SALMON, 2006, 8).Más allá de sus aciertos y errores hay que conocer el argumento de Hempel para adentrarse en la discusión contemporánea sobre qué es explicar en ciencia.En su formulación inicial, Hempel establece que una explicación científica adquiere la forma de un argumento deductivo con sus premisas y su conclusión. Supongamos que queremos explicar un cierto evento E. Dar respuesta a la pregunta ¿por qué E ocurre? implicaría subsumir el evento E en alguna ley general. Es decir, E queda explicado cuando su ocurrencia se deduce de ciertas leyes conocidas y de determinadas condiciones en las cuales el evento se produce. La explicación de un evento adquiere la forma de un silogismo en el cual una de las premisas establece al menos una ley general, otra premisa refiere a ciertas condiciones iniciales (ambas constituyen el explanans) y la conclusión es el evento que quiere ser explicado (explanandum). Se posee una explicación cuando el explanandum es una consecuencia lógica del set de premisas que constituyen el explanans.Esta idea puede representarse de la siguiente forma:Si ocurre A entonces ocurre B (la forma de una ley general)A ocurre (refiere a las condiciones iniciales o "relevantes") --- Por lo tanto, ocurre B (evento a ser explicado o explanandum)Esta explicación que está formulada para leyes universales también puede formularse de manera probabilística con lo cual tenemos un tipo de explicación que abarca procesos de pensamiento de tipo inductivo o estadístico (para profundizar en esta posibilidad ver MANICAS 2006; SALMON, 2006; HEDSTRÖM 2005).La debilidad habitualmente criticada a este modelo de la explicación científica es que no es suficientemente restrictivo como para eliminar explicaciones obvias o superficiales. Veamos un ejemplo conocido de este tipo de crítica al modelo de Hempel que aparece en Manicas (2006); Salmon, (2006) y Hedström (2005):Nadie que tome píldoras anticonceptivas en forma regular queda embarazadoPedro toma píldoras anticonceptivas regularmente --- Por tanto, Pedro no ha quedado embarazadoEl problema denunciado por los críticos de Hempel es que el covering law model está construido en términos de un argumento lógico en vez de estar construido en términos de causas y sus "poderes" para la producción de eventos ("poderes" o "capacidades" que hay que dilucidar teóricamente). La consecuencia que tiene esta deficiencia es que explicaciones incorrectas (como la presentada en el silogismo previo) deberían ser admitidas si se sigue estrictamente la propuesta del covering law model. En palabras de Hedström: "The fact to be explained can be logically derived from the premises –both of which can be assumed to be true- but the explanation is nevertheless incorrect because it refers to the wrong causal mechanisms" (HEDSTRÖM, 2005, 16).Veremos en la presentación de las ideas de Stinchcombe sobre la investigación histórica, que en éste tipo de perspectiva analítica no solo importa señalar que dos fenómenos aparecen juntos o uno sucede al otro sino que es necesario establecer por qué eso ocurre de determinada manera y en determinadas circunstancias. Precisamente, para Stinchcombe la investigación histórica es una fuente ineludible para descubrir y probar los mecanismos por los cuales determinadas causas producen determinados efectos.Excurso 2. La explicación estadísticaLa explicación estadística en su formulación tradicional está vinculada a la idea de "correlación" o "dependencia robusta". Si en el covering law model la explicación de un fenómeno implica que se posee una teoría desarrollada capaz de subsumir el fenómeno en sus leyes, el modelo estadístico desconfía de las teorías generales y se dirige a la constatación inductiva de regularidades. Esto es, a la asociación de dos fenómenos lo cual implica, en términos estadísticos, que los valores de dos variables tienden a variar en forma conjunta. Hay una sutileza a tener en cuenta cuando se aborda la explicación estadística: la asociación o correlación entre dos variables no necesariamente implica que una sea la causa de la otra, aunque sí es un indicador de que puede haber una relación de tipo causal. X e Y pueden tener una asociación robusta pero puede suceder que ambas sean un efecto de Z con lo cual la relación entre X e Y es espúrea (en términos llanos: se trata de una falsa relación de causalidad). Si bien siempre existe este riesgo también hay formas de controlar la espuriedad de la relación entre X e Y manteniendo constantes los valores de otras variables y observando qué ocurre con la relación original entre X e Y. De aquí viene uno de los pilares de la explicación estadística: una relación es robusta (y por tanto podemos creer que existiría una relación de causalidad entre ambas) si dicha relación al ser controlada por otras relaciones se mantiene firme.Hay dos problemas con este tipo de explicación. En primer lugar, no es posible controlar una relación entre dos variables mediante todas las posibles variables que podrían oficiar como control. En segundo lugar, constatar una regularidad no implica explicar porqué ocurre dicha regularidad. Ya desde Hume sabemos que la causalidad no es observable y este es un problema con mucha investigación orientada a la búsqueda de explicaciones meramente estadísticas. Por ejemplo, durante mucho tiempo se insistió en la importancia de la educación de la madre como predictor del nivel académico alcanzado por los hijos. Esta afirmación provenía de la constatación de una relación robusta entre el nivel educativo alcanzado por la madre y los resultados académicos de los niños. Ahora bien, ¿por qué ocurre este fenómeno? ¿Se trata de una transmisión de conocimiento desde la madre hacia el hijo? ¿Es debido a que una mayor educación en la madre hace que ésta sea más sensible a la evolución educativa de sus hijos e intervenga para componer problemas en la misma? La investigación estadística es muy útil para explorar la pertinencia de hipótesis alternativas como las planteadas recién, pero no es la herramienta capaz de generar por sí misma explicaciones de los fenómenos. En última instancia, la explicación de las relaciones es una cuestión de teoría, es decir, de una perspectiva teórica capaz de develar los mecanismos por los cuales un cierto fenómeno influye sobre otro. Esta es la principal crítica que desde tiendas "analíticas" se hace al tipo de investigación que confía exclusivamente en la detección y control de regularidades.Una propuesta heterodoxa para la investigación históricaEn "Theoretical Methods in Social History" ALS cuestiona tanto la investigación histórica cuantitativa sin una orientación teórica como la idea deductivista de emplear la investigación histórica sólo para validar teorías. Para ALS la investigación histórica es útil para construir teorías. En sus propias palabras:"Our object has been to analyze how generality can be wrested from historical facts" (1978, 115). El desacuerdo con el deductivismo no pasa por negar que un objetivo del trabajo científico sea elaborar y trabajar con conceptos generales, sino en la metodología para construir dichos conceptos. Por su parte, ALS también se separa de la perspectiva que niega la posibilidad de generalizar a partir del estudio de la historia, "the Nietszche – Dilthey side of epistemology" tal como le llama el autor. ALS afirma que los conceptos deben poder captar la singularidad de los hechos y que esto es clave para construir conceptos generales con alto potencial de ingresar en sentencias causales fructíferas.Para ALS la "gran teoría" (como el marxismo o el estructural funcionalismo) solo sirve como un punto de partida: nos facilita ciertos conceptos que nos ayudan a determinar por donde comenzaremos a observar el fenómeno de interés. En definitiva, las grandes teorías pueden mostrar coherencia lógica, pero no necesariamente ser capaces de explicar de forma coherente una secuencia empírica de eventos.La investigación histórica permite avanzar en la teorización aportando precisamente la clase de ajuste "a los hechos" que toda buena teoría debería tener. Este ajuste hace que la teoría tenga un mayor caudal explicativo. ALS explica su idea con suma claridad en el siguiente párrafo:"Concepts are things that capture aspects of the facts for a theory; they are the lexicon that the grammar of theory turns into general sentences about the world.The argument is that the power and fruitfulness of those sentences is determined by the realism and exactness of the lexicon of concepts, and not by the theoretical grammar. The problem of eliminating false sentences by research, the traditional problem of epistemology, is not as problematic as the problem of having sentences interesting enough to be worth accepting or rejecting. And this is determined by whether or not our concepts capture those aspects of reality that enter into powerful and fruitful causal sentences". (1978, 115) (énfasis agregado M.B.)¿Qué método de abordaje propone ALS para investigar un fenómeno histórico y poder teorizar a partir de él? En su forma más sencilla se compone de cuatro pasos.Tomar una secuencia de hechos claramente delimitada en el tiempoObservar la secuencia de hechos a partir de algún concepto general(tomado de teorías previas) con un foco preciso: tratar de vincular una serie de hechos que están conectados a dicha noción general como causa y efecto.Tratar de componer dicha secuencia de hechos en una teoría causalque pueda explicar la secuencia de interés.Probar los conceptos a partir de su capacidad para generar analogíasA continuación retomaremos cada uno de los pasos planteados por ALS para abordar un objeto de estudio histórico. Nos proponemos mostrar la originalidad de su perspectiva.Tomar una secuencia de hechos claramente delimitada en el tiempoUn gran problema de las grandes teorías de la historia como el marxismo o la teoría de la modernización es que trabajan con largo períodos. Este abordaje lleva al investigador a darle prioridad a los aspectos narrativos de la gran secuencia histórica antes que a la formalización de una secuencia causal capaz de mostrar la conexión entre los fenómenos. El marxismo, la teoría de la concentración del poder político (de Jouvenel) y la teoría de la modernización todas tratan de explicar el transcurso desde el siglo XV al siglo XX apelando a algún mecanismo "maestro" que opera a través de la historia y cuyos efectos son acumulativos. Para el marxismo ese mecanismo está en los conflictos que surgen a partir de la propiedad de los medios de producción, para de Jouvenel está en la concentración de poder en los gobiernos centrales, para la teoría de la modernización está en los procesos de diferenciación. ¿Cómo podemos hacer para establecer cuál mecanismo es el más importante en la generación del mundo moderno?Para ALS, la única forma de hacerlo es investigar una secuencia relevante de acontecimientos históricos de moderada extensión que permita (a partir de la riqueza y profundidad que brinda un contexto específico) probar que el mecanismo explicativo "maestro" puede postularse como variable exógena. Es decir, oficia como causa del output final sin ser afectado por cambios en las variables que integran el modelo.Observar una secuencia de hechos históricos y tratar de componer dicha secuencia en una teoría causalLos pasos 2 y 3 son clave en la exposición de ALS porque es en el proceso de ajustar una secuencia de hechos en una cadena de causas y efectos cuando "emergen" los mecanismos explicativos más fructíferos. ALS afirma que los buenos historiadores que tienen una inclinación teorética, no importando el paradigma del cual parten, pueden llegar a descubrir similares mecanismos teóricos. ¿Por qué? "Por que han mirado los hechos" nos diría el autor. Vinculado a este punto, el autor plantea la siguiente paradoja (la cual intenta resolver en el capítulo 2 del libro de referencia):"De Tocqueville's theory of revolution is almost completely unanticipated in conservative thought, Trotsky's theory of the Russian Revolution almost completely unanticipated in Marxist thought; they are very similar, and both are probably basically true". (1978, 5)La teoría de la revolución que puede extraerse de los escritos de de Tocqueville (sobre la revolución francesa) y de Trotsky (sobre la revolución rusa) son muy parecidas ya que recaen en similares mecanismos explicativos. ¿Cómo es esto posible? Para ALS es posible porque ambos historiadores construyen teorías adecuadas a la secuencia de hechos que quieren explicar y dado que estos hechos son análogos un resultado posible es que las teorías también lo sean. Sin duda, es un argumento fuerte y dedicaremos unos breves párrafos a mostrar la pertinencia del análisis de ALS. Pero antes, es importante que resaltemos la riqueza del pensamiento del autor. Contra toda intuición previa, ALS nos dice que dos investigadores que políticamente se ubican en las antípodas piensan igual cuando trabajan como teóricos de la sociedad. ¿No es acaso una buena prueba de la importancia de "razonar los hechos" ésta que nos ofrece ALS?Sin ser exhaustivos repasaremos un mecanismo explicativo del quiebre revolucionario que –según ALS- aparece teorizado de la misma manera en Trotsky y de Tocqueville.El mecanismo básico del cambio revolucionario que abordan de manera muy similar Trotsky y de Tocqueville es el relativo a la crisis de la autoridad tradicional. Toda revolución implica un cambio de autoridad. Por ello, para ambos autores (Trotsky y de Tocqueville) la reflexión sobre cuáles son los elementos que propician en un sistema social este cambio, es un punto clave en su explicación de la revolución.A ambos les interesa la decadencia de la autoridad real y se concentran en los mecanismos que permiten mantener o que son capaces de erosionar la legitimidad de dicha autoridad.Ambos autores apuntan a conceptos que permitan dar cuenta de qué condiciones favorecen en las masas la formación de la creencia en la posibilidad de una alternativa a la autoridad instituida. Ambos niegan que la privación sea por sí sola capaz de movilizar a los grupos sociales que forman parte del conflicto. Antes que por las condiciones de vida de la población se preocupan por problemas tales como la percepción de injusticia como motor de un proceso de extrañamiento entre los grupos sociales, lo cual genera un contexto que estimula (aunque no sea causa directa) el proceso revolucionario. Como puede verse, ambos autores remiten su explicación a mecanismos que operan a través de individuos. Por tanto, ambos tienen una posición encuadrada dentro del individualismo metodológico.Ambos intentan dar cuenta de un cambio cognitivo en la población que va desde el respeto a la autoridad hacia el activo cuestionamiento de la legitimidad de la autoridad instituida. Este cambio, para ambos autores, no depende exclusivamente de las condiciones de vida (factores estructurales de la situación). Es fruto de un cambio cognitivo en el cual es clave la deslegitimación de la autoridad, la posibilidad de imaginar una alternativa y la evaluación de que dicha alternativa tiene posibilidades de triunfar.Un elemento central de la legitimidad de una autoridad está en su efectividad en el cumplimiento de los fines para los cuales ha sido creada: "effectiveness, especially in services to the public, legitimates authority, and ineffectiveness makes the privileges of authority galling" (1978, 35).Ambos autores intentan explicar cómo ciertos patrones sociales, ciertas prácticas de gobierno y ciertos eventos históricos provocan una distribución desigual de la fé en los propósitos de la autoridad instituida y en la percepción de su efectividad al ser comparada con la efectividad de sus posibles alternativas. El foco del análisis de ambos autores está en los procesos cognitivos (3), fundamentalmente comparativos, que producen deslegitimación de la autoridad. Esta es una lección muy valiosa que surge de la investigación de Trotsky y de Tocqueville sobre los procesos revolucionarios: determinar contra qué es comparada la autoridad instituida (por parte de los grupos sociales que desafían o participan, activa o pasivamente, del derrocamiento de la autoridad establecida).En definitiva, tanto Trotsky como de Tocqueville extraen de sus respectivas investigaciones históricas, mecanismos que operan a nivel de la cognición de los actores y es a partir de estos procesos de cambio que dan una explicación de la particular secuencia de hechos que concluye en el quiebre abrupto de vastos esquemas absolutos de poder. "They are all directed at the problem of explaining the decay of authority, they all have something to do with people forming purposes and believing, or not believing, that particular social organs are effective in pursuing those purposes, and they have to do with the perception of possibilities". (1978, 40)"The gradual spreading of the conviction that perhaps a better alternative is really possible (…) is what both Trotsky and de Tocqueville see as the basic psychological process of undermining the traditional authority". (1978, 40)Así como Trotsky y de Tocqueville enfatizan en los mecanismos que estimulan el proceso revolucionario, también son capaces de encontrar en sus investigaciones, los mecanismos que desestimulan dicho proceso. Para ambos autores, por ejemplo, la discusión pública y la participación de los diferentes grupos sociales en la elaboración de la política tienden a no erosionar la legitimidad de las autoridades instituidas. Este tipo de mecanismo impide que se dispare un proceso de enajenación respecto a la autoridad y quienes la ejercen.Probar los conceptos a partir de su capacidad para generar analogíasAhora bien, ¿cómo es posible saber si la teoría a la que se ha llegado es promisoria? Para ALS, una teoría es "fuerte" cuando los mecanismos causales que emplea para explicar un fenómeno son válidos para explicar diferentes instancias históricas concretas. Es decir, cuando nos permite realizar analogías.La analogía es un típico producto de la investigación empírica. Considerar a dos objetos como similares (los predicados que A y B tienen en común y que los diferencian de un tercer objeto C) surge de una comparación minuciosa entre los objetos. Para ello hay que investigar (puesto que hay que hacer comparaciones). Una vez que tenemos un concepto que separa a dos objetos de otros, tenemos en potencia un concepto con alta capacidad para poder ingresar en sentencias causales. ¿Por qué? Porque podemos presumir que la analogía encontrada es causa de comportamientos similares entre A y B, comportamiento que en otros objetos adquiere valores diferentes.En la medida en que ALS defiende la estrategia de investigar series de eventos históricos de moderada extensión, el hallazgo de analogías fructíferas a nivel del comportamiento de los actores (individuales o corporativos) tiene mayor probabilidad de emerger durante el trabajo de investigación mismo. Ya que el estudio cuidadoso de la historia le ofrece al investigador un campo "rico" en posibilidades para hallar fenómenos análogos (fenómenos en los cuales los mismos mecanismos producen similares resultados). Por tanto, el estudio de la historia para ALS es una fábrica de conceptos con mayor potencial explicativo que el pensamiento teórico en abstracto, desarraigado. Es más fructífero construir conceptos a partir de la elaboración de analogías históricamente situadas que elaborarlos en abstracto sin un "teatro de operaciones" que pueda ayudar al investigador.Esto no implica un llamado al inductivismo ingenuo, "it is about the use of facts to improve ideas, to make them richer, more flexible, more powerful" (1978, 24).Un ejemplo de razonamiento por analogía tomado de Letras InternacionalesPara ejemplificar el método propuesto por ALS tomaremos un análisis realizado en Letras Internacionales por Javier Bonilla en editorial correspondiente al número 100 de la revista. En dicho editorial Bonilla aborda el problema de los "fundamentalismos islámicos" y su explicación en tanto fenómeno político. Dice acerca de los mismos:"Si hoy alguien quiere creer que los talibanes afganos, así como la miríada de grupos más o menos afines, autónomos o apoyados por distintos estados, son sólo "fundamentalistas islámicos" que, indignados por la irrespetuosa fuerza de la globalización generada en Occidente, han optado por defender su identidad religiosa y cultural, estará seguramente en todo su derecho. Pero tendrá inevitablemente que explicar dos cosas.La primera: ¿como se "defiende" la pureza del Islam mediante el expediente de aplicar 200 azotes y ejecutar de tres tiros en la cabeza en la plaza pública a una viuda encinta?. Si esta metodología no es la forma misma de instaurar el Terror para controlar a la población por el ejercicio del Terror mismo, no imaginamos un mecanismo mejor.La segunda: ¿por qué razones, tanto el 'modus operandi' de la exhibición pública del Terror, como el sistemático recurso al desmentido propagandístico cínicamente reñido con las evidencias que utilizan los talibanes, resultan ser prácticamente idénticos a los métodos de Lenin, de Hitler, de Mussolini, de Stalin, de Enver Hoxha, de Tito, de Pol Pot, de Castro o de Kim Jong-il , entre otros ?"(4).Este razonamiento puede ser tomado como un ejemplo de aplicación de la propuesta de ALS respecto a las analogías. Veamos la propuesta del editorialista en términos sencillos:Todo régimen político que es análogo a otro régimen político en el ejercicio del terror en forma pública es también análogo en no aceptar ninguna limitación ética, en la intención de imponer su relato y lograr sus fines (5). En consecuencia, una forma de conceptualizar qué es el régimen talibán es hacerlo formar parte del mismo conjunto que integran la Alemania nazi o la Unión Soviética bajo Stalin.Estas analogías son muy valiosas cuando nos enfrentamos a la explicación de un fenómeno político. En primer lugar, implican una conceptualización que recorre un camino que podríamos llamar "bottom – up". En el sentido que parte desde características observables del régimen y asciende en la conceptualización de las mismas (el camino inverso es despreocuparse de las características observables y aplicar apresuradamente una categoría teórica tomando al régimen como un vago ejemplo de la misma). En segundo lugar, apunta a clasificar las características observadas en alguna categoría análoga y ya conocida de régimen político. Esto permite ahondar en el estudio del fenómeno contemporáneo al menos con una herramienta desarrollada como punto de partida. La comparación minuciosa nos dirá si nuestro punto de partida es el correcto o no. En tercer lugar, nos permite eludir explicaciones aparentemente poderosas como aquella que hace del florecimiento de fundamentalismos la consecuencia de una misteriosa fuerza llamada "globalización" (nunca definida con precisión y desprovista de todo anclaje individual). Eludir este tipo de explicaciones basadas en grandes abstracciones es muy importante aunque los cientistas sociales solemos ser adictos a ellas. Conceptos como "globalización" o "modernidad líquida" son adictivos porque nos transmiten la sensación de que podemos explicar casi cualquier cosa con ellos. Sin embargo, su problema es que la inconsistencia de la definición de los mismos y su nulo anclaje en la actividad concreta de individuos no nos permiten esclarecer cómo es que esa fuerza llamada "globalización" genera aquellos fenómenos que queremos explicar. La utilización indiscriminada de estos conceptos nos hace sentir que al menos tenemos una explicación, aunque no se tenga la más mínima idea de cómo es que opera el explanans en el mundo concreto de los individuos que hacen o dejan de hacer determinadas cosas y con ello producen resultados a nivel colectivo.(1) Arthur L. Stinchcombe (1933) es actualmente profesor emérito en el Departamento de Sociología en Northwestern University. Previamente enseñó en Johns Hopkins, Berkeley, University of Chicago y University of Arizona. En su carrera se destacan tanto sus contribuciones al área de la metodología como de la construcción de teorías en ciencias sociales. Ha escrito más de 12 libros en muy distintas áreas como desarrollo agrícola, organización industrial y educación. Su segundo libro es un clásico en el área de la construcción de teorías y se llama precisamente "Constructing social theories", publicado originalmente en 1968. Dicho libro ha sido traducido al español. Ganó a lo largo de su carrera muchos premios, destacamos los más recientes: en 2004 Distinguished Career Prize, American Sociological Association; en 2007 Lazarsfeld Award for career contribution of methodology, ASA Methods Section. Una excelente entrevista en la que puede leerse sobre su trabajo de investigación hasta finales de la década de 1980 está en Swedberg (1990, ver bibliografía).(2) La lista no es exhaustiva. Pueden consultarse tres antologías de exponentes de la corriente analítica en las siguientes referencias especificadas en la bibliografía de este artículo: Hedström y Silverberg 1998, Hedström y Bearman, 2009 y Noguera et. Al., 2006.(3) Proceso cognitivo que se produce a nivel de los individuos que forman parte de los grupos en conflicto.(4) Disponible en:http://www.ort.edu.uy/facs/boletininternacionales/contenidos/100/editorialbonilla100.html(5) No aceptar limitaciones y pretender una sumisión total es una de las virtudes del concepto de totalitarismo que permiten diferenciar este tipo de régimen de otros que pueden ser similares en algún aspecto. Pablo Brum escribe: "Hitchens acota que totalitarismo 'is a useful term, because it separates 'ordinary' forms of despotism –those which merely exact obedience from their subjects- from the absolutist systems which demand that citizens become wholly subjects and surrender their private lives and personalities entirely to the state, or to the supreme leader'" (BRUM, 2011). *Profesor de Fundamentos de la Investigación Social, Métodos de investigación y Taller de Monografía.Depto de Estudios InternacionalesFACS – ORT Uruguay(ma.baudean@gmail.com). BIBLIOGRAFÍABRAITHWAITE, Richard. 1965 [1953]. La explicación científica. Madrid, Tecnos.BRUM, Pablo. 2011. El Impacto del Totalitarismo en el Siglo XX. Documento de Investigación Nº 62. Montevideo, FACS-ORT.GORSKY, Philip S. 2004. The Poverty of Deductivism: A Constructive Realist Model of Sociological Explanation. En: Sociological Methodology, 2005.HEDSTRÖM, Peter; SWEDBERG, Richard. 1998. Social Mechanisms. An analytical approach to social theory. New York, Cambridge University Press.HEDSTRÖM, Peter. 2005. Dissecting the Social. On the Principles of Analytical Sociology. New York, Cambridge University Press.HEDSTRÖM P., BEARMAN, P. (Editors). 2009. The Oxford Handbook of Analytical Sociology. USA, Oxford University Press.HEMPEL, Carl G. 2005 [1965]. La explicación científica. Estudios sobre la filosofía de la ciencia. Barcelona, Paidós.HOMANS, George C. 1970. Naturaleza de la ciencia social. Buenos Aires, Eudeba.LITTLE, Daniel. 1991. Varieties of social explanation: An Introduction to the Philosophy of Social Science.Colorado: Westview Press.MANICAS, Peter. 2006. A realist philosophy of social science. Explanation and Understanding. New York, Cambridge University Press.Analytical Sociological Theory Papers. En: Papers Revista de Sociología (número especial), 80, 2006, p. 1-307.POPPER, Karl. 1969 [1957]. The poverty of historicism. London, Routledge.SALMON, Wesley. 2006 [1989]. Four decades of scientific explanation. USA, University of Pittsburgh Press.SMITH, Thomas W. 1999. History and International Relations. London, Routledge.STINCHCOMBE, Arthur L. 1978. Theoretical methods in social history. New York, Academic Press.SWEDBERG, Richard. 1990. Economics and sociology. Redefining their boundaries: conversations with economists and sociologists. New Jersey, Princeton University Press.
El pasado farmacéutico sevillano dista aún bastante de ser conocido. Parcela de nuestra historia local, de cultivo francamente mejorable, tuvo no obstante antes de la actual década alguna honrosa excepción en un panorama más bien árido. En este sentido hay que destacar a Francisco Murillo Campos que es sin duda el que más pinceladas ha trazado en este cuadro, sin que se quiera significar que reunidas con todas las más demás resulte una visión cabal del conjunto de este pasado. La Profesora López Díaz, puso de manifiesto que la restauración de los estudios de Farmacia en Sevilla, con la consiguiente actividad académica de esta Facultad, ha contribuido favorablemente a la reiniciación estructurada de trabajos encaminados a la justa compresión y posible reconstrucción histórica de la farmacia hispalense. Precisamente el conocimiento de estas enseñanzas predecesoras de la actual Facultad de Farmacia sevillana nos ofrece una muestra de la situación de abandono antes mencionada. Tres fueron esas instituciones docentes que tuvieron vida, aunque no muy larga por cierto, en la pasada centuria: El Real Colegio de Farmacia de San Antonio de Sevilla y dos Facultades o Escuelas Libres de Farmacia. Hasta fecha muy reciente, no se ha logrado saber el periodo exacto de tiempo durante el que funcionó el Real Colegio de San Antonio. En el trabajo donde se exponen tales datos, se da a conocer, en parte, la labor docente allí desarrollada. Si algún día aparece el archivo del mismo, podrá completarse con una visión desde dentro de la institución que ha sido imposible darla hasta ahora por haberse localizado solo testimonios externos. Pese a tu efímera vida, de 1815 a 1822, gozó el Colegio de San Antonio de un merecido prestigio. En su profesorado saliente encontró la Universidad Hispalense a sus primeros catedráticos de disciplinas científicas como la Química Experimental y la llamada entonces Historia Natural (Zoología, Mineralogía y Geología), asignaturas que se querían introducir en los planes de estudio y que no se impartieron hasta entonces, por falta de personal docente. La supresión del Colegio de San Antonio, del todo ajena al mismo, fue motivada por la política educativa del momento (trienio constitucional). Cuando las aguas volvieron al cauce anterior (1823), el Colegio de Farmacia de Sevilla no logró revivir. Como en Sevilla se hacía sentir la necesidad de los estudios de Farmacia, se explica que, en cuanto fue posible, surgieron de nuevo establecimientos para cursarlos. La ocasión más propicia se presentó en la Revolución de 1868. Como es sabido, la Junta Superior Revolucionaria presidida por el General Serrano proclamó la libertad de enseñanza. Además se decreto que las Diputaciones Provinciales y los Ayuntamientos podían fundar y sostener establecimientos de enseñanza. Se explica así que surgiera en Sevilla, en 1870, la Escuela Libre Provincial de Farmacia, que fue inaugurada el 13 de Noviembre de ese año. Lo que resulta inexplicable es que tres años más tarde se abriese otra Escuela Libre de Farmacia, creada y patrocinada por el Ayuntamiento de Sevilla en Septiembre de 1873. Murillo Campos estudió la primera de estas instituciones y la figura de su director. Sin embargo, debido a que los fondos documentales que sobre estas dos escuelas se conservan en el Archivo Histórico Universitario de Sevilla se han mezclado indistintamente, e incluso algunos documentos están rotulados erróneamente, el mencionado autor no logró advertir en sus investigaciones que en Sevilla no hubo una sola, sino dos facultades libres de Farmacia. La posible explicación de esta duplicidad, cuya innecesaridad ya se puso entonces claramente de manifiesto, habrá que dejarla para cuando llegue el turno de rehacer históricamente la docencia de la Farmacia en Sevilla. Solo se pretendía aquí trazar un cierto paralelismo de la discontinuidad manifiesta en el tiempo entre los intentos de institucionalizar las enseñanzas de Farmacia en la Capital de Andalucía y el estudio del pasado farmacéutico hispalense. Para las enseñanzas, unas lagunas de más de medio siglo a lo largo del Ochocientos y de casi una centuria entre el cierre de las mencionadas escuelas libres y la actual Facultad de Farmacia. Para obtener el título de Doctor en Farmacia en la Escuela Provincial era necesario cursar y aprobar las asignaturas de Análisis Químico Aplicado a la Farmacia e Historia de las Ciencias Médicas. Consta en el libro de matrículas que en el curso académico 1870/71 hubo ya ocho alumnos que recibieron clases de estas asignaturas. La de Historia es posible que fuera común para farmacéuticos y médicos que pretendieran obtener el grado de doctor pues no coinciden –al menos en el mencionado curso- los matriculados en ambas asignaturas del doctorado. Estas clases las explicaba Don Juan Bautista Muñoz, farmacéutico hispalense, que sería el primero que movido por un afán no sólo de mera erudición literaria, se ocupó en suelo sevillano de su pasado profesional. Ya en nuestro siglo no han sido tampoco mucho más los que han manifestado este mismo interés. El incremento, no ha sido paralelo con el del mucho mayor número de profesionales que, debido al notable aumento de población, se han dedicado en Sevilla al quehacer farmacéutico. Este trabajo pretende inscribirse en ese afán que, compartido aún por pocos, muestra deseo de aportar algo que nos permita desvelar la vida y obras de las personas, que siempre son los protagonistas de la historia, que en pasadas centurias fueron los artífices de esas Ciencias Médicas, si con estos términos se entiende también la Cirugía, Farmacia y en lo que tenga de científico el quehacer de barberos, sangradores, "melecineros" y algún otro tipo de profesional del mundo sanitario de antaño, integrante de aquel peculiar sistema de atención hospitalaria. Aunque el objeto más directo de esta investigación sea el de una farmacia hospitalaria, no quiere decir que el fruto de la misma haya de quedar reducido al ámbito del modelo elegido; un hospital fundado a mitad del siglo XV que se especializó después en la curación de heridos. En la documentación consultada aparecen noticias de medicamentos de elaboración extrahospitalaria que, para consumo de los ministros y enfermos, eran adquiridos en establecimiento privados. Las relaciones de esos medicamentos consumidos durante el año, debidamente tasados por el boticario que los elaboró, eran conocidos en la terminología del hospital como "botica de fuera". Este interesante material constituye una excelente fuente informativa sobre las boticas privadas sevillanas y, en general, sobre el nivel de conocimientos medicamentosos de los profesionales sanitarios de la época. Por otra parte la documentación correlativa a los autos capitulares de las Juntas de Gobierno del hospital, constituyen –como veremos- otra importante fuente de información para el estudio de las innovaciones quirúrgicas introducidas allí por su ilustre cirujano mayor Bartolomé Hidalgo de Agüero. Con esto queremos resaltar, lo que ya ha sido señalado en otra investigación análoga a esta sobre el Hospital del Amor de Dios de Sevilla, que trabajos de este tipo "darán pie de profundizar en el estudio y conocimiento de la historia farmacoterapéutica de Sevilla. La documentación básica utilizada para la elaboración de este trabajo está constituida por los 26 libros y los 159 legajos que forman lo que ha perdurado hasta nuestros días del archivo del Hospital de San Hermenegildo de Sevilla. Dicho repertorio documental, cuidadosamente catalogado, ordenado y conservado en el Archivo de la Diputación Provincial de Sevilla, es más que suficiente para darnos cabal y perfecta idea de lo que fue el Hospital del Cardenal, como también era conocido popularmente el mencionado nosocomio. Hay, sin embargo, una notable laguna en la documentación que nos impide tener una visión próxima e inmediata de sus primeros 120 años de funcionamiento. Es decir, de la época comprendida entre su fundación, llevada a cabo en 1453, y finales del año 1573 que es cuando comienza el primero de la serie de los "libros de acuerdos", la fuente más rica en datos para trazar la historia del hospital. De estos primeros 120 años del hospital, no es que se carezca de noticias puesto que existen una serie de documentos –instrumentos notariales, títulos de la fundación y exención, bulario, primitivas constituciones, cartas de privilegios reales, dotaciones, mandas y legados testamentarios, etc.-, que dan testimonio de la puesta en marcha, consolidación y afianzamiento de la institución asistencial objeto de este estudio. Estas hojas de pergamino y venerables documentos fundacionales, celosamente custodiados en archivo del hospital como se comprueba por los varios inventarios que se hicieron de los mismos, proporcionan una información genérica sobre el desarrollo del hospital, con sus momentos más sobresalientes, que nos permiten situarlo en el contexto histórico-social en el que nace, calibrar su importancia, prestigio, etc. Lo que no aparece en esas fuentes es el acontecer sencillo de cada una de las jornadas, es decir la descripción de los acontecimientos poco transcendentes (como por ejemplo el número de enfermos que ingresaban cada día, que tipo de medicina se cultivaba allí, etc.) que nos permitiría apreciar la asistencia que ofrecería y desarrollaba el centro, su funcionamiento cotidiano, dentro de la heterogeneidad característica de un hospital de aquella época. Los libros de acuerdos, donde el secretario asentaba los autos o decisiones emanadas de las Juntas Generales que cada año celebraban los Patronos del Hospital, constituyen, como quedó dicho, los más elocuentes testimonios de lo que allí acaecía. La riqueza de datos contenidos en estas series se completan o suplementan con los recogidos en las peticiones que eran presentadas en las Juntas. Estos escritos, rebosantes de espontaneidad y sencillez, eran leídos y despachados colegialmente por los Patronos. Normalmente, en un margen del papel anotaba el secretario del hospital la decisión o provisión con que era atendida o no la solicitud, que luego pasaba al libro de acuerdos en forma de auto. El conjunto de estas fuentes informativas proporciona una crónica deshilachada del acontecer local, llena de naturalidad no exenta de encanto, si se prescinde del dramatismo que la lejanía de los hechos contribuye a desdibujar. De esta forma, por ejemplo, aparece el hospital alcanzado con la esterilidad de los tiempos a consecuencia de la sequía de 1597, que siguió por contraste a la inundación de 1595 y que provocó un endeudamiento del que no salió sin una reducción notable de su misma hospitalidad, como se verá en el correspondiente capítulo. A lo largo del siglo XVII está siempre presente como telón de fondo el semblante lleno de contrastes de la ciudad hispalense. Su cosmopolitismo y poderío económico, ligado al comercio indiano, aunque ya comenzaba a declinar, con aquel flujo y reflujo de personas de tan variada clase y condición y el tráfico de mercaderías de todo tipo, aparece contrastante con la carestía de vida constante, consecuencia entre otros factores de la depreciación de la moneda. Esto es fielmente reflejado en las continuas peticiones de los ministros del hospital de ayudas de costa, aumento del salario o de las asignaciones que le dan a los que viven allí para las raciones, etc. Se detectan también los problemas demográficos que, sobre todo, aparecieron con fuerza tras el terrible "contagio" de 1649, además de otras catástrofes como inundaciones y terremotos que sufrió la ciudad a lo largo de la centuria. Queda fuera de los límites de esta investigación, que se reduce al estudio del hospital como centro sanitario, la organización administrativa, económica y financiera del mismo, además de otros aspectos que sabemos son objeto de un trabajo que intenta abordar el tema desde una perspectiva histórica de carácter general. La documentación de tipo financiero o administrativa supera con creces a la que corresponde solamente a la atención propiamente sanitaria. No hay que olvidar que la asistencia que presta el hospital, como todos los de su época, no se circunscribe sólo al ámbito sanitario. Es sabido que el concepto antiguo de hospitalidad pública discurría por un cauce mucho más ancho que el correspondiente al actual. Los hospitales eran centros de beneficencia en sentido amplio. Su modelo asistencial respondía al esquema de las llamadas obras de misericordia, perteneciente a la catequesis tradicional cristiana. En el caso que analizamos aparece esta realidad en casi todos los elementos que constituyen el legado documental del hospital. Son muchas las donaciones, mandas, fundaciones y agregaciones de administración de patronatos, etc. que procedentes de personas de toda condición hacen patente la voluntad de destinar sus bienes, a veces no muy cuantiosos, a practicar las obras benéficas que el hospital llevaba a cabo. Entre éstas se pueden enumerar: hospedar pobres necesitados (peregrinos, mendigos); dotar a doncellas o viudas; curar enfermos pobres; dar de comer a pobres de fuera del hospital; dar limosnas a viudas y pobres; redimir presos pobres; dar prebendas (pagar estudios) a muchachos pobres; sufragar gastos de enterramientos; vestir pobres; celebrar Misas por los difuntos; etc. Por lo expuesto se comprende que no hayamos urgado por muchos legajos y libros de contenido ajeno a los límites de nuestra investigación. Así ocurre, por ejemplo, con los abundantes libros de mayordomía o de caja de clavería donde se anotaba lo referente a los ingresos procedentes de arrendamiento, posesiones y tributos. En otros libros (de protocolos, de entradas en arcas, de veredas, de pago de tributos, de recibos e inquilinos, de gastos en las casas del hospital, de cuentas de débitos, de apeos, de cuentas de Patronatos, de capellanías, abecedario de inquilinos, etc.) se controlaba la administración de los bienes raíces y de otros que se habían ido añadiendo. Tampoco nos hemos detenido en examinar la extensa y variada documentación de tipo jurídico (judicial, notarial, etc.), ni en otra serie de documentos (libros de botillería, de cuentas de capellanía, de almoneda de enseres de pobres, cuadrante de misas, etc.) correspondientes al quehacer de algunos de los departamentos del centro. Para conocer la última fase de vida hospitalaria se ha recurrido al examen de los libros de actas de las diversas juntas de beneficencia (provincial, general, municipal) que se constituyeron sucesivamente en Sevilla para hacerse cargo de los establecimientos de caridad. Hemos procurado en cambio afinar en nuestra búsqueda por documentos donde queda recogido buena parte de la contabilidad del hospital: cuadernos mensuales de gastos diarios y de despensa, libros y cuadernos borradores de arcas, de recibo y gasto, de salarios, justificantes de gastos, etc. Las compras destinadas a la botica suelen estar englobadas, aunque no siempre, en los denominados gastos menudos. Estos suelen aparecer asentados en los referidos cuadernos mensuales de gasto diario, al menos en buena parte de los que se conservan del siglo XVII, donde a modo de dietario anotaban cada día las compras de artículos de primera necesidad siguiendo un esquema simple según se destinasen a la alimentación de los enfermos, del administrador o de los ministros que residían en el hospital. Hay casi siempre un cuarto apartado en el que bajo el epígrafe de extraordinario se anotan otros gastos que no eran destinados a las "raciones" como: productos destinados a la despensa, botica, limpieza, reparaciones, etc. Otras veces, sin embargo, los gastos de botica no son especificados cada día como extraordinarios. Aparece entonces al principio del cuadernos la cantidad total que recibe el boticario por lo adquirido para la botica durante ese mes o el anterior, que justifica entregando memoria. Algunas de esas memorias o justificantes se han conservado, por lo que resulta posible en tales casos saber cómo fue el aprovisionamiento de la botica en algún año de los que no se tienen otras noticias referentes a esas compras. Estos gastos de botica corresponden a las adquisiciones hechas para provisión de drogas, sustancias medicamentosas y productos galénicos, excipientes, utensilios, papel, libros, etc., es decir de todo lo necesario para que el boticario pudiese elaborar los medicamentos. Si estas series nos hubieran llegado completas, sería posible reconstruir buena parte de la actividad de esta farmacia hospitalaria. Hay sin embargo abundantes carencias en las mismas aunque irregularmente distribuidas. La gran laguna corresponde al mencionado espacio de tiempo con escasez documental: desde el comienzo de la andadura del hospital (1455) hasta finales del siglo XVI. Los cuadernos más antiguos que se han conservado son los de 1599, aunque no todos. A partir de esta fecha, la serie de estos cuadernos de gastos mensuales que han perdurado en lo que resta del archivo hospitalario, se prolonga por el siglo XVII, aunque no cubre toda esta centuria. Las lagunas más importantes es la que corresponde a los dos tramos cronológicos de 1663-1671 y 1676-1700. Hay que aclarar además que los años documentados no lo son normalmente al completo: es decir, que no se conservan por cada año todos los cuadernos mensuales correspondientes a los doce meses. Sin embargo, gracias a otro tipo de documentos –justificantes de pagos, recibos, relaciones anuales de gastos, etc.-, es posible retroceder hasta las últimas décadas del siglo XVI en el conocimiento histórico-terapéutico del hospital. Para las siguientes centurias, del XVIII y XIX, no se han localizado ejemplares de estos cuadernos mensuales de gastos, quizá porque la contabilidad se llevó según otro esquema más reducido, del que ha quedado menos eco documental. En cambio, a partir de 1663, si se han conservado buena parte de los llamados libros o cuadernos borradores de arcas (o de data de clavería) que contienen gran cantidad de apuntes sobre todo de tipo de pagos y cobros efectuados en el hospital. También para todo el siglo XVIII se han conservado completa otra serie conocida por "libros de recibo y gasto", en los que se especifican gastos pormenorizados a partir del recibo inicial de ingreso. No han aparecido entre la documentación los libros recetarios, que indudablemente existieron porque así lo disponía las Constituciones y, además, apareen mencionados entre las compras para la botica. En ellos consignaba el boticario todas las prescripciones que hacían los médicos durante la visita a los enfermos. Si se ha podido localizar, en cambio, en la Biblioteca Capitular y Colombina de Sevilla, un ejemplar del formulario de este hospital, impreso en 1763, del que fue autor su cirujano mayor el doctor Carlos Serra y Rossell, publicado bajo el patrocinio del establecimiento nosocomial, que se estudia al tratar de la botica, en la III parte de este trabajo. El Hospital del Cardenal es mencionado por los principales historiadores locales que desde hace más de 4010 años se han ocupado de trasmitirnos noticias y datos sobre el pasado sevillano. Vendrán citados en ocasiones para contrastar sus afirmaciones con los datos que emergen de las fuentes. Entre esta bibliografía ocupa aún un lugar destacado los eruditos tratados de Don Francisco de Paula Collantes de Terán y Caamaño sobre los establecimientos de caridad de Sevilla. El Hospital de San Hermenegildo ha sido también objeto de algunos trabajos sectoriales. Entre estos está la Tesis Doctoral leída en 1985 por el Doctor Guerra Gil con el título de: "El Hospital de San Hermenegildo en la Historia. La Reducción Hospitalaria.". el autor se vale de sus buenas dotes narrativas para trazar un cuadro, con el fondo lleno de colorido y vivos contrastes y una ambientación más bien subjetiva, en el que sitúa el hospital, de noticias y opiniones sobre su fundador, sobre la sociedad sevillana del siglo XVI y sobre las constituciones hospitalarias (sin distinguir las primitivas, de 1455, de las elaboradas siglo y medio más tarde, en 1603), que interpreta erradamente en varios puntos. Sólo a modo de ejemplo señalamos uno: califica de sistema democrático (¡en 1455!) al modo colegial, por mayoría de votos, con el que los Patrones del Hospital tomaban las decisiones de gobierno por haberlo expresamente indicado así el fundador. Estos Patronos, hay que aclarar, que eran los únicos dirigentes del hospital y que fueron designados "perpetuamente" por el fundador del hospital en tres personas determinadas por sus cargos. En cuanto al hospital propiamente dicho, llama la atención el contraste entre las muchas opiniones expresadas por el autor y el poco recurso a las fuentes. Estas se reducen, como documentación básica de la Tesis, a unos traslados del testamento del Cardenal Cervantes, de las constituciones del hospital y de unos breves autos relacionados con el reconocimiento de la exención que gozaba el centro, localizados en la Biblioteca del Arzobispado de Sevilla. Esta escasa base documental explica que a veces resulten contrapuestas algunas de sus afirmaciones con datos y conclusiones contenidas en los fondos documentales del hospital que el autor nunca vio, muy posiblemente por no estar aún catalogados y expuestos a la consulta del público. Más que nada resaltamos el hecho de que el examen unilateral de un documento, sin prestar atención cuidadosa también al contexto, nos puede llevar a conclusiones algo alejadas de la realidad. Al tratar de la génesis y redacción de las constituciones, y de la forma de gobernarse el hospital, se entenderá quizá mejor lo antedicho. Una monografía sobre un albarelo procedente de la botica del hospital se la debemos a mi ilustre colega Don Francisco Murillo Taravillo, tan tempranamente desaparecido, nos dejó un trabajo con la ilusión de abrir camino en el estudio de las boticas de antiguos hospitales hispalenses. En la parte dedicada a la del Hospital del Cardenal afirmaba que consultó su archivo "con resultado que, si son más de lo que yo esperaba, temo sean insuficientes para interesar a nadie". Me alegra dejar constancia que con motivo de este trabajo he sentido vivo interés por el fruto de su investigación. Aurelio Murillo terminaba su ensayo con estas palabras: "Con la natural timidez, propia de un primer trabajo de investigación histórica presentado a esta Sociedad, pido benevolencia a quien leyere estas notas, ya que el que suscribe sólo aspira a empezar a aportar datos, de los que muchos que existen, sobre la historia de nuestra profesión en Sevilla". Me satisface continuar por este camino, abierto hace 21 años, por un insigne colega proveniente de una dinastía de farmacéuticos y notables hombres de letras, de bien merecido prestigio y respetabilidad, afincados en Sevilla desde hade más de un siglo. Además de los documentos conservados de lo que fue archivo del hospital, se han buscado y examinado otras fuentes, impresas o manuscritas, que den noticias sobre el tema de la investigación. Se consigna en nota a pie de página en qué archivo o Biblioteca se encuentran. La literatura fármaco-terapéutica antigua utilizada aparece inserta al final entre las demás referencias bibliográficas de las obras consultadas. El trabajo lo hemos centrado en el periodo cronológico que estimamos como más importante en la vida del hospital: desde su origen hasta finalizar el Seiscientos. El XVII es siglo de decadencia, especialmente acusada en Sevilla durante su segunda mitad, por motivos sobradamente conocidos. La vida del hospital, como es lógico pensar, transcurre de forma paralela a la de la ciudad siguiendo su misma suerte y vicisitudes. No parece que en el resto de su existencia (1700-1837) pudiera llegar el hospital a la cima que alcanzó a finales del Quinientos cuando, como se verá, su cirujano mayor Bartolomé Hidalgo de Agüero establece su vía particular en la curación de las heridas, basada en su magnífica experiencia quirúrgica adquirida en el Hospital del Cardenal. Este método terapéutico desarrollado y puesto a punto por tan ilustre cirujano del Renacimiento, será el seguido en adelante en el Hospital, verdadera cuna de la que pasó a conocerse en la Historia de la Medicina con el nombre de "escuela sevillana". En el desarrollo del trabajo se han tenido presentes los cambios que ha experimentado el estudio del pasado a lo largo de este siglo. El positivismo y la historiografía marxista desplazaron al método tradicional. Se impuso así una historia denominada por las estructuras y los datos numéricos que se desarrolló a partir de los años treinta, hasta el presente. Se siguieron tendencia cuyas diferencias con el positivismo no están tanto en los datos como en los métodos y, sobre todo, en las explicaciones de los sucesos históricos. Entre esos métodos destacaron el marxista, la nueva historia y la cliometría norteamericana. Por distintas razones, estas tres formas de entender la investigación histórica han llegado a su límite. Según Lawrence Stone, profesor de historia en la Universidad de Princeton, la situación de las tres escuelas "señala el fin de una era: el término del intento por producir una explicación coherente y científica sobre las transformaciones del pasado. Este autor mantiene el desencanto con las respuestas obtenidas de estas historias analíticas y estructurales ha hecho cambiar el modo de trabajar. «Son cada vez más los "nuevos historiadores" que se esfuerzan por descubrir que ocurría dentro de las mentes de los hombres del pasado, y como era vivir en él, preguntas que inevitablemente conducen de regreso al uso de la narrativa». La primera vez que Stone anunció esta vuelta al arte de contar y criticó los excesos de los análisis estructurales, fue amplia e inmediatamente contestado. En febrero de 1980, Eric Hobsbawm publicó en la misma revista en la que había escrito Stone, otro artículo, en el que si bien reconoce los cambios en el modo de escribir la historia niega el fracaso del método analítico, y pone en duda el determinismo achacado por Stone. En cualquier caso, lo cierto es que lo señalado por Stone en 1979 se ha visto confirmado por las publicaciones posteriores. Se puede hablar de un nuevo rumbo de la historiografía, que no es el de la narrativa pura, ni tampoco el frio análisis de unos modelos de comportamiento. La simbiosis entre ambo estilos ha hecho posible recuperar viejos temas –la biografía, la historia política y de las instituciones, la historia local, etc.-, en los que la narración de un suceso o de la vida de unos individuos es el punto de partida para el estudio de situaciones más generales. En estas nuevas moradas históricas existen diferencias con respecto a los relatos tradicionales. Suelen centrarse especialmente en la vida y costumbres de los actores anónimos de la historia, más que en los reyes, políticos, militares y diplomáticos de renombre. Las fuentes empleadas suelen ser nuevas, al menos en su uso (actas notariales, registros judiciales, sentencias, etc.); hay una cierta vinculación con la antropología, en la medida en que trata de alcanzar el significado simbólico de los hechos narrados. En definitiva, lo que se busca es arrojar luz sobre los mecanismos internos de una cultura o de una sociedad del pasado. El objeto de nuestra investigación, encuadrada dentro del sistema hospitalario, incide también en este afán por penetrar en el conocimiento de mecanismos concretos de actuación social vigentes en época anteriores. El historiador Domínguez Ortiz considera los archivos hospitalarios como una "verdadera mina de historia social, pues a través de los marginados y del trato que reciben pueden atisbarse el entramado de la sociedad entera.". En la medida que lo permiten las fuentes conservadas, que son escasas para los siglos XV y XVI, procuramos adentrarnos en la organización y asistencia sanitaria del hospital: atención médica y quirúrgica, cantidad y procedencia de los acogidos, tipo y calidad de la asistencia farmacéutica que se desarrollaba, preparación científica y profesional de los facultativos de allí trabajaban, novedades terapéuticas que se introdujeron en el tratamiento de los enfermos, etc. Se ha procurado buscar trazas documentales que ayuden a confirmar lo que es de sobra conocido, sobre todo por la obra escrita del gran médico sevillano que se llamó Nicolás de Monardes: que fue en esta ciudad por donde se introdujo en Europa la materia médica procedente de América. Esta modesta contribución a la historia del medicamento no ha resultado todo lo esclarecedora que hubiera sido de desear por haberla interferido la mencionada escasez documental ya comentada para el siglo XVI. Se detecta el uso hospitalario de arsenal terapéutico procedente de las Indias, sobre todo durante el Seiscientos, porque para esta centuria tenemos datos. Pero es posible que esos nuevos remedios se estuviesen utilizando desde mucho antes en el hospital, sin que podamos datar de forma fidedigna la introducción de los mismos en este centro sanitario hispalense. El trabajo se quiere mantener, dentro de las modestas posibilidades de su autor, en aquel retorno a lo narrativo, sin excluir otras formas. Es decir, que se recurrirá a resúmenes y cuadros numéricos en la medida que ayuden a comprender mejor lo expuesto o que así lo requiera la materia, procurando no ahogar el texto con la excesiva cuantificación de lo que se dice. El testimonio de mi agradecimiento se dirige en primer lugar a la Profesora María Teresa López Díaz, que quiso encauzar y dirigir este trabajo, sin cuya valiosa ayuda no me hubiera sido posible llevarlo a cabo y concluirlo. Y también, de una manera especial, a todas las personas que trabajan en el Archivo de la Excma. Diputación Provincial de Sevilla, por las facilidades que me dieron para consultar sus fondos y publicaciones, además de su amable asesoramiento en Paleografía y otras cuestiones que me facilitaron mucho la labor investigadora. A todos aquellos que durante la realización del presente trabajo me han manifestado de alguna forma su apoyo, consejo o parte de su tiempo, les doy las gracias sinceramente. En este sentido, sea notorio mi agradecimiento a Don Enrique Castilla, Doctor Antonio Hermosilla, Don Juan Jesús Cabrillana, Doctor Ingeniero José Antonio G. de Velasco y al Profesor Muro Orejón, catedrático que fue en la Hispalense de Historia del Derecho Indiano. Singular ayuda y estímulo recibí de mi colega y amigo Francisco Murillo Campos, que tan generosamente ha gastado muchas horas para transmitirnos todo lo que logró desentrañar sobre nuestro pasado profesional en Sevilla.
Transcript of an oral history interview with Linnea "Lin" (Peterson) Westberg conducted by Sarah Yahm at the interviewee's home in Nashua, New Hampshire on February 5, 2015, as part of the Norwich Voices oral history project of the Sullivan Museum and History Center. Lin Westberg was one of the first women to join the Norwich University Corps of Cadets in 1974. Includes discussion of her experiences as a student at Norwich University and her later careers in the Air Force and as a school counselor. ; Linnea "Lin" Westberg (Peterson), NU 1978, Oral History Interview February 5, 2015 Interviewee's home in Nashua, New Hampshire Interviewed by Sarah Yahm Transcribed by C.T. Haywood, NU '12 February 10, 2015 SY: Okay, so let me just start the official interview. I'm here with Linn Westberg. It's—it is February 5th 2015 and I'm at her house in Nashua, New Hampshire. And usually you start an oral history interview from the beginning. So where were you born? LW: I was born in Lowell, Massachusetts. Grew up in Westford, Mass. SY: Excellent LW: Not too far from there. SY: And when you were growing up what did you want to be? LW: Hmm….Originally something in the medical field I think. You know, I didn't really have any great ideas about careers although my mother was pretty, I guess for her time, sort of ahead of the game. She was a lab director of a meteorology lab and she worked for the federal government which back then - so she was sort of the only mom that wasn't in the neighborhood when we were growing up, you know. But I, she managed it kind of like how we all do today. So I think when it was I went to Norwich that I sort of solidified my different goals and career plans. SY: And did you come from a military family? LW: No, that's interesting because I was sort of going through my things when you called a little bit and my dad was not in the military, but both brothers were. So my oldest brother served in the Army, First Lieutenant Jeff Peterson, and unfortunately he was tragically killed while he served at a young age. And he's buried at Arlington. We were just there. My brother—other brother, Greg Peterson, went to Norwich and so he also served. He was in the Army and he did a full career, both active and then as a reserve officer and he retired as lieutenant colonel and he was a helicopter pilot. So… SY: Were they both in Vietnam? LW: Um no, J—my oldest brother, was killed you know while he was on active duty, but not in Vietnam. And then my, the middle brother, 'cause they're quite a bit older than me, the middle brother, he, there's a law where sole surviving sons and daughters do not have to serve if, you know, so he was able to do - he didn't have to go to Vietnam. He was able to fly [clears throat] like he flew in Korea and did things like that, so. And he's a big supporter of Norwich. He went up there on a basketball scholarship and then his son went to Norwich and his wife's sister went to Norwich. So there's sort of this legacy [chuckles] and I think that's pretty common. SY: I think it is too. Do you remember going up and visiting him there? LW: Oh yeah. SY: Yeah what you think? LW: Very much. SY: What was your first impression? LW: So Greg is ten years older than me and I very much, you know, we used to take the old Route 12 up from here before they built all the 89 and everything, and so it was a big trek to go up there. And I distinctly remember going up there that first Parent Weekend with my parents and seeing him at Norwich and you the whole military thing and it really, I mean it really, it was just an amazing thing to see. You know, you'd [he'd] been an athlete in high school went up there on a basketball scholarship, full basketball scholarship, and you know I was kind of enamored with the school but never of thought of it as a place for me at the time. SY: Well, and that's funny 'cause when I interview, I mean I've mostly been interviewing men and I always ask them like, "did you play war as a kid? Did you play military? Did you play army?" And I should ask you that that too. LW: Yeah, I tended to do a lot of kind of boy th— I think I was a tomboy. I remember asking for cap guns and race cars and I never thought really, and I played with all the traditional girl toys too. But yeah I grew up in a neighborhood where there were a lot kids and we went out and we had acorn fights and we played outside for hours at a time. So very, you know sort of busy kind of kinda outdoorsy kinda upbringing. Camping, all those kinds of things. Hiking. SY: So when did you find out that Norwich was taking women? LW: I think it was my senior year. So I had applied to three or four colleges: Wellesley College, which is an all-girls school; Northeastern University that my oldest brother had gone to; and then University of Lowell, which was the local state school. And in, I really wasn't excited about any…I guess it just hadn't hit me and I said to my dad, "I'd like to go up and look at Norwich." And he's like, "No, that's another admissions fee. We're not going up there." And I said, so I kind of begged him and he said, "Alright." So we went up in the [laughs] in the middle of the winter and, 'cause I just remember walking around the campus in the snow. And it hit me right away that's where I was gonna go because I think it was surprisingly, and people are I think who don't know Norwich, it was extremely welcoming environment. So you would think like Wellesley being all-girls or some of these other schools, but I think it's 'cause it's small. So it was about 1500 students and, you know, the professors were friendly. We met the president, and we met the commandant of cadets. It just was, you know, I said, "This is it. This is where I want to go." That's how I ended up there. SY: And did you know you were gonna be in the Corps? LW: No. SY: Okay. LW: No, because women - here were women matriculating prior to me getting there from Vermont College, meaning they were coming over on a bus and taking classes. And then there was a small contingent of women enrolled in the ROTC program who I believe were just kinda coming over for ROTC classes but they weren't in the Corps. So they would wear the uniform one day a week, go to classes, and then back over to Vermont College to live. So sometime between my visit and the spring of my senior year, in that summer, some decisions must have been made. I don't know. Because I got a call over the summer from Colonel John Wadsworth asking me if I wanted to join the Corps of Cadets. I knew, I knew they were women, somehow I knew, because I wouldn't have wanted to do the bus thing from Vermont College. But he asked me if I wanted to join and I said, I mean it was a very quick decis--I said, "Sure, yeah, I'll do that." [chuckle] Honestly, I really had no idea what that meant. I just, I kind of though like everybody was doing it you know. And without like today's social media you weren't connecting with other people so the first I knew was that when I showed up there in August. SY: Did you get this letter? LW: Let me see, "Dear Ms." [chuckles] SY: Yeah, they left it blank, they didn't fill that in, I think it's hilarious. I think that was their prototype. I just found that in the archives yesterday LW: Oh my gosh. SY: in Loring Hart's papers. Pausing to read. SY: But you remember getting a phone call not a letter? LW: I got a phone call, I don't remember this letter actually. SY: Yeah. LW: It could have come, yeah, honestly I don't remember. But I don't know I'd love a copy at some point, that's interesting. SY: Here take it. LW: Oh thank you, SY: It's yours, I have a scan Linn laughs SW: and I just printed it out. I have some other things from the archives too if you want them you can take them. LW: Yeah, that's kind of fun to read, yeah. SY: Yeah. LW: Yeah, I've some newspaper articles too for you. I don't know if you have them, SY: Oh okay. LW: That you can—yeah, sort of the local Vermont papers were kind of interested in what was going on. SY: Oh excellent. LW: Yeah, so I'll share all that SY: Very cool. LW: before you go. SY: So okay, so you show up and you said, "Sure, I'll be in the Corps," right? So then did you have a moment where you were like "what did I get into?" LW: Yeah, definitely. Sort of the first issue was they hadn't told us that everybody showing up was gonna be wearing khaki pants and white shirts. So we showed up in like street clothes. So we already stood out, right, being female. And then to have like really bright clothes, I was like "oh my gosh," you know and then I thought okay this is really interesting. I think my aha moment was definitely in the auditorium or the Plumley Armory when President Hart said, "We'd like to welcome four young women into the freshmen class, Norwich University, you know. 150 years. It was a really nice speech, but we sort of all looked at each other and thought "oh my gosh." SY: Did he make you stand up? LW: I don't remember having to stand up. I just remember feeling really out there, really out there. And my dad was in the back of the room and I was a little worried about him because I was the youngest, my mom had passed away, and I was looking around saying, "oh my God, what's he gonna do?" you know. And he was chatting everybody up and I said, "Okay, he's gonna be fine," and then they marched us up the Hill and you know that's when it really starts. They put you through the whole indoctrination so… SY: And what was— LW: But that didn't seem that unusual because we were just, like they didn't separate us or anything, we were just all part of it. So I didn't feel – and you'd already started, you know, that's where you really begin to connect with the other freshmen. That's really when it starts because you realize you know, okay, the cadre, all these like really mean people and you know when they're not looking you're whispering to each other and you start to connect that way and you know, so. SY: So I somehow thought that women were separated, but you were all tangled, you were all together? LW: Yeah, we were and we weren't. So like that day we were, you know where we went the whole [group went]. But it became pretty apparent that they probably had tried, but hadn't completed like figuring out what we were gonna wear. Because they go, typically freshmen go and they issue your uniforms and so we were getting some uniforms but not all uniforms. SY: Did they cut your hair? LW: We did not have to cut our hair but we had to wear it up. So I came with like hair down to my, you know way down my back, but right away, you know, the Army regulation is above your collar. So we all had long hair and it all had to go up. I think we got white shirts so that improved the whole and whatever we had for pants [chuckles] 'cause the freshmen wore them until they got their uniforms. You wear the khakis. So that was a little bit better but probably one of the biggest challenges was they moved us into Gerard Hall which was the female civilian dorm. And we were put on the top floor upper right corner, upper left corner there, and all the freshmen other women were on the same floor down at the other end of the hall. And that was really weird because we were, you know, going through the whole Rook thing and they weren't. So we'd, you know - but in a way it was we did bond with them as well so it was this dual experience. I mean they were, you know, going out on Friday night and getting dressed up and going out on dates and we couldn't do any of that. So they housed us there for a while and actually our cadre, Nancy whom you've met, and Roberta and Diane Halliday, and there's—I can't think of Mary's last name. So they— SY: Moskos, was it Moskos? LW: That was Roberta Moskos. And Mary - she's in one of the articles - also lived on the floor with us which was also unusual 'cause typically just freshmen males would live to together and maybe a couple of the cadre. And then rest of the upperclassmen would be in the dorm but not on the floor where you're going through that training. So… SY: Yeah it sounds like from when I was talking with Nancy that the relationship between you and the other women who were your cadre was different. LW: Yeah, it was, it was. Yeah I think it was hard for them, yeah this is all in reflection later but I think it was hard for them because they hadn't had full benefit of being freshmen themselves and all that training. But I think they did a really good job trying to do what they were supposed to do. But it was a little more, there was a little more familiarity with them than we would have had certainly with the male cadre. And sometime, maybe November/December, they decided to move us from Gerard Hall over to Patterson Hall and put us in with male freshmen platoon. Got that name right. And so that turned out to be much better because we had, we had freshmen counterparts, males that we were working with every day but we also had sort of these upperclassmen that were supporting us, you know, in addition to like the women cadre. SY: And did you feel sup—'cause I know that the cadre you know that, I mean some of the members of the Corps were like "yay women," and some were not. So how did that play itself out for you? LW: I definitely felt that. For me it was more positive than negative. More support. I think I learned somehow early on that when you're a minority going into that kind of a situation that you somehow, you want to blend to some degree. So, you know, it's much easier to figure things out from within that organization than from trying to fight [chuckles]. Do you know what I mean? So I think I did that, I blended in and I got really active and busy at Norwich. And so then I made a lot of connections and that's how people judge you, based on those personal connections rather than being part of a group. Now people that didn't know us personally, maybe weren't in any classes with us, or that's where you might get a little bit of trouble or they were like from the '50s or something, that whole attitude about women. And there was definitely a few of them floating around. SY: What about professors. Did you feel like the professors welcomed you in their classrooms? LW: Oh yeah, yeah, yeah. My roommate is actually the first woman engineer at Norwich. And so she was in all classes with all males and all those engineering professors. I think she would say they were great, you know, and her classmates were great. My professors were wonderful, very supportive, you know. It's a very stressful year trying to keep up with everything as a freshmen there. You know you have to re—you're just learning so much at once. It's like a double education. You're learning your academic stuff but you're also doing all that military stuff. It's like getting a master's degree in human relations 'cause you're learning all about how people interact, and the way people behave in groups. And it's really - when you're going through you don't recognize it, but later you realize "wow" 'cause you come out. And then when you get to the workforce you're like, "wow that was unbelievable what I learned there." SY: So now that you're a counselor, right? LW: Yeah,. SY: So I'm wondering if you can like take your counselor head and think back on that year. So what was, what sort of psychologically was going on during that Rook year? For you and for everyone? LW: I think, to some degree what went on with us was went on with everybody else. Like we had one girl leave, but there were other freshmen that left, you know, it just wasn't a good fit. Perhaps I think, I—you know oftentimes I look back and go would I do that again? Would I choose to do what I did because it has made everything else so much easier? On the other hand, I look at my kid's college educations and I say, "oh." My husband and I go, "are you kidding me?" They, what do they do with all the free time? They only have like five classes or four. We're thinking they're just you know, so I go "yeah I know, but th—it just," in a lot of ways like a lot more than I've witnessed other people had to do that went to a regular college. So… SY: And what about that sense, 'cause isn't the whole idea of the Rook year to sort of break down individuality and create that sense of a collective. Do you remember that process happening? LW: Very much, yeah. And they absolutely do do that. They take you back to the very the basics, you know… SY: Any anecdotes that you remember, any moments? LW: Oh yeah all that stuff in the halls [chuckles]. Getting dragged out in the middle of the night, having them scream at us. I don't know, you know, going—I think, I don't know, I think I - I remember looking around and looking at the fear on everybody's face because you really, like you think this is real what you're going through. And it's very similar to the military training so it's, it's really in many ways identical I think. But you're dealing with less trained people so and you're dealing with college students meaning age wise as far as being thrown into these leadership positions. So you know, I would say, I remember, I remember walking in the gutter, I remember being pulled out of the meat line a lot which was you know and you had to, they'd scream questions at you from the Norwich Rook Book. But I was a diligent student so I didn't struggle with that, you know reading my book and whatever. There was always somebody else that couldn't answer a question. [laughs] So that was, that was pretty easy. I think the physical stuff was the hardest for me and I found that throughout even when I went into the military because it's really a male model okay? And all they do is sort of cut it back a little bit for women, but it's really designed for men and I think they were trying to figure that out at Norwich. And so in the beginning like when we were running, and when they first put us in the guy platoon to run - and I ran a lot before I went to Norwich 'cause I knew you kind of had to be a little bit in shape - and it was still really hard. So you know the more I got in shape the easier it became, but I could never keep up with the men. So you always felt like a little bit sort of a like a day late and a dollar short. You know what I mean? SY: Did you also feel like you had the responsibility to prove that women could do it? LW: Yes, yeah. But I don't know, you know I think on the other hand I used to think about some of the guys that were having trouble and then thinking like, wow you know 'cause I mean they would they were a little softer on us if we couldn't do it. But they would scream at the guys if they couldn't do it. So that was, so I was very empathetic I think to anybody that struggled because it was just something that was harder for us. It really was. And then you know people were not slouches by any means it's just that it was a different level of fitness than you know I'd been used to certainly. So I think a big, kind of a cool moment for us, we did the Dog River whatever it's called thing, and all of us did really well on that. So we tended to do really well in things requiring stamina and distance and maybe not so well in speed or strength. Certainly I know like my upper body strength, I just didn't have it. Women didn't do push-ups back then, you know, and so, or pull ups or any of that kind of stuff. So I remember that being, that being very challenging and worrying about it like, "Oh my God what if I fall behind? What if I?" You know. That was always weighing on your mind. The other stuff like wearing the uniform, memorizing all of this intellectual pieces were not hard. SY: It was the physical part? LW: It was the physical part. Yeah. SY: Could you talk a little more about that idea of like feeling like you were standing in for a whole group or? LW: You mean like representing women? Yeah I think that's an interesting phenomena and it has made me very sensitive to minorities: religious minorities, racial minorities. Because people tended…I always felt responsible for like whatever I was doing whether it be academically (I know that's ridiculous, but) or how I presented myself is representing not just myself, but like all women. And that's a lot of pressure. So I think, and I think we all kind of felt that way. And I think we also kept an eye on each other like worrying about what they were, other people were doing because particularly we felt super responsible as more women came to Norwich. To make sure, to try to make sure that the path was laid, if you will, and that it was a little bit easier. Because you wanted people to do well, you know, and you didn't want to stand out. You didn't want to, you just wanted to be part of the group, honestly. SY: I'm wondering if you have a memory of like real triumph and a memory of "I want to quit." You know what I'm saying? I would imagine you have both of those. LW: I think that "I want to quit" was they, the whole thing getting recognized thing went on and on [chuckles]. So we did not get recognized till Valentine's Day timeframe. So that started in August and it's like, "Oh my gosh are we ever getting out of the gutter here," you know? It gets to the point where you kind of want to just, you know, be an upperclassmen I guess. And so I think that was like "uh" [sound of frustration] and also when you would see people drop out or struggle or have a hard time that's always very challenging, I think. I loved my classes. I was tired all the time though like you know the professors are trying to keep you awake, because you're up all night doing crazy ridiculous stuff - you know, ironing and doing your brass. I think it's a stamina test in a lot of ways. So I think that's kind of when I was like, "alright." And we did, not my year but subsequent years there were people that would always because it became an option to be a civilian at Norwich. If it wasn't fun people could like [making a noise of pulling the plug] go over to the civilian side, you know. We didn't entirely have that option. I mean I suppose I could have but I was like Norwich is the Corps, you know. Why wouldn't I do that once you're there and you realize that? And then I think probably that same thing I think, you know, graduating from there was a big deal [chuckles]. Graduating with all those guys. That was a pretty, you know, was proud of that. SY: Yeah do you remember how you felt that day? LW: Yeah I was like wow [chuckles], we did this, you know? Three of us made it through from that freshman class. I mean there were only four so that was really good statistics, I think, considering. It was really, every year was groundbreaking if you know what I mean, like women had never held positions of rank, women had never been platoon leaders, women had never commanded a company, women had never, you know, been in ROTC X year. So every year it was the first. So it was wasn't just that first day of Norwich it was all through, so getting through was. But by then, you know, there were women coming behind us so it didn't seem so different. SY: How, was it like to mentor those women coming after you? LW: Well I decided my first year. I, you know, I went back and I didn't and this is another thing that I really learned at Norwich, but coming back I didn't really get involved in sort of the cadre stuff too much. I mean you had to go and apply for these positions and I don't know it was a self-confidence thing but my roommate did, she did and I was like wow I can do that. So I think it was my junior year and I really went for it. I wanted to do like the job that was probably considered the most difficult, and being a platoon sergeant where you're really kind of in charge of a lot of people. And so that, that was, that was a really cool. That was, you know. And that was also the same year, now that was my senior year that - trying to remember. So my senior year I applied to be a company commander and was selected and I've got to tell you you're always sort of like "Am I good enough or they picking me because I'm a woman?" Do you know what I mean? I don't think I felt that way so much but I was always wondering if other people were thinking it [chuckles], "are they doing it because," you know? But I think I earned the respect of my peers so I—once I settled into that and was able to handle it than I felt okay about it, you know? SY: About being? LW: Yeah. SY: In a leadership position? LW: Yeah. SY: And what, I mean I think that something that Norwich does well is it trains people to be leaders to take on leadership roles. So what type of leader did you become, were there models that you were like, "ooh I want be a leader like that" and then other people who you were like, "I don't want to be a leader like that?" LW: Yeah, it's funny you mention that because, um. So when they, so I think I told you my husband's a Norwich grad. So he was actually a junior when I was a freshman and he was one person that I did watch. And it wasn't, it was even before we started dating or any of that, because he was a very sort of honest, you know, just sort of a wonderful supportive person to all of the women. And I thought, but yet he was really respected by everybody. And I think, I think that's the kind of – and he cared about people. So I think that's that perfect blend of a leader, really, somebody who people want to work for because they know that you care about them and you put your, you put them first. And he had actually volunteered to have us in his group. So [chuckles] you know, and so we got to work pretty closely with he and there was… SY: Uh oh hold on. LW: Oh sure, Recording pause and resumes SY: But [coughs] so yeah at the time. So I wonder how your husband felt about women and coming into the Corps? LW: I was asking him I said, "Do you have any memories of this stuff?" I did sort of try to find out like what happened before we came, "Did they train you guys?" He said, "Not much." He felt like it, they weren't really very ready. There was a lot of resistance talked about among the other cadets that he recalls, you know so. I think a lot of the guys that kind of were on our side were the more independent, you know, progressive, kind of thinking kind of people. SY: And what was the resistance about? LW: Women. Just Norwich you know. I think we used to joke "150 years of tradition unmarked by progress." Which really wasn't true because I think they were very progressive in their way. It's just that you sort of you know, I think things happen when things are ready to happen to some degree. I mean women had certainly served in the military, but no woman had gone through a military college prior to what we did. Two years later women were admitted to the service academies and actually we went, we went as a group to West Point and worked with those freshmen. SY: What was that like? LW: They, they were so happy to see us [chuckles]. They were. They had no idea what they gotten into. And I, you know there was a lot of back and forth, I remember because Norwich I think they still send people. There used to be different like, I don't know if history professors set it up, but there were different things you could do, you know, over while you were at Norwich. Or West Point kids, guys would come up to Norwich. And mostly what they experienced is what we experienced and I think we were just there to be supportive. And we talked to the, you know they were actually active Army officers in charge of them. It was very different. It's way more real military. And I came out of there thinking, "Wow you know, Norwich is really a learning lab." I mean they, we didn't have a lot of supervision by Regular Army officers, you know. People were trained, but so you learned as you went, I think, more than having everything spelled out for you. So… SY: Which has its pros and cons, I would imagine? LW: Yeah, well sometimes your—but you know, it's funny, because human behavior is human behavior, you know? But I think they were very watchful to make sure that nothing really negative has, we didn't really have any horrifically negative experiences I would say. At least none that I personally experienced or that would be any different than anyone at a college, you know. But, yeah I would say and it's probably still a problem, I mean how trained is somebody after one year in the Corps of Cadets? You know, so. But I think they're mindful of that and oversee it. I mean, I'm talking about the adults, the staff, the professional staff at the college. And it was helpful to us, they brought in a woman she—she was. she became the Dean of Women. So my first year they brought in a, her job was to kind of I think oversee and look out for us and help with any kind of issue that came up. SY: Oh her name, what was her name? LW: Nunez de Cela. SY: Yeah. LW: Yeah, and actually I have a nice letter from her. SY: Really? LW: Yeah, that I'll show you, SY: I'm wondering if you could read it. Is it long? LW: Where is that letter? [recorder turns off and then turns back on] SY: So let's talk about that letter. LW: Oh, you want me to read the letter? SY: Yeah, yeah I think you should 'cause there's something, it's very respectful and I like the way she talked to you, yeah. LW: Okay, so this is a letter dated February 13, 1975, wow. Dear Private Peterson: At the Recognition Dinner last night I wondered how many of the Rooks, cadre, and staff, realized how different your experiences as Rooks have been from those of the male cadets. Well different they have been no less valid, in many ways yours has been the greatest contribution made to Norwich this year. It is a comfort to follow an established pattern of behavior created by 156 years of tradition. It is a comfort to have leaders who are experienced in guiding new students through the mazes of those behavioral patterns. And finally it is comforting to know exactly where you're headed and what to expect when you arrived there. For you there has no such comfort. From the first you've have had to share the rather awesome responsibilities for the future, not only for your future but also for that of the women who will follow you and of the University as a whole. Your training period demanded maturity from the very first. More than any other Rooks this year you have had the courage and the determination to be first. To make Essayons a reality. As you might well guess the old lady is very proud of you. Best wishes for continued success. Sincerely, Nadine Nunez de Cela, Dean of Women, Assistant Commandant, Norwich University. SY: That's awesome, and she had no military background, did she? LW: I don't think so. SY: Huh, so and what happened to her? LW: [sighs] She was there for a few years. And I was telling you earlier that they decided it would be beneficial to bring in an active Army officer into the ROTC detachment, which was a pretty good move on their part. I will say they were, I think they were forward thinking. I really felt that way. Just, there were always lots of questions everything from well when do you wear this uniform? You know nobody was really familiar with women's uniforms [chuckles]. So I think having somebody there and who had some connections in the Army and who'd been through all of that and in her own way. I mean she was a major at the time, so that was, so I think she's sort of became, I guess you would call it more of the informal. I mean, she was really a regular ROTC instructor but I think her side job was to help us where we needed help and help us pave the path I guess. SY: Yeah [coughs] so did you plan on commissioning? LW: When I was at Norwich, yes. So once I got there I decided that I really liked it, the military lifestyle which I had really had not thought about. There were no role models for women honestly, out there in the world. I mean unless you had a military parent or something, you know. Even though my brothers served it still wasn't something women did in any quantity, and it certainly wasn't in the media. But I really liked the lifestyle once I got through that freshman year and I thought, "Okay, this would be kind of cool," you know, a career. And then, then I met my future husband and he was two years ahead of me and getting a commission in the Marine Corps. So I could not figure out how this was gonna work. So I left the Air Force ROTC program and started to pursue Marine officer commissioning. SY: So what was that like? LW: So it was like, okay I had to go take the officer qualifying test, did all of that which was not easy, because it was definitely a male geared test. [chuckles] It was all like angles and it was a very interesting test. It wasn't anything like the Air Force qualifying test. So that was hard, but I did it. And then so basically I graduated from Norwich and I got married like a week later, and then I left after my honeymoon for Marine Officer Candidate School in Quantico, Virginia. And when I landed there, I realized that this was a first, that no women had gone through Marine OCS with the men. So we were, and prior to that actually I—my husband had connected me with some women and they made it sound like so great, "Oh they teach you how to wear makeup," and "oh you know." It sounded very fluffy. Well it wasn't [laughs]. When I got there it was terrible, oh my gosh it was. I mean they were really out to prove something. So there were fifty women that started with me in this platoon. And imagine I'd already been through Norwich so this was, like the guy was yelling at my ear, but I was like you know that didn't bother me, none of that. The physical stuff was crazy and so each day somebody was getting hurt. So by the third week, like I want to say a third of the women were gone. And so everyday you'd wake up and go it was like okay whose gonna, you know fall off the obstacle course or so. I ended up dislocating my knee which was a minor injury compared to other people. Rehabilitated there and they wanted to cycle me back through and I said, "You know I just don't think I'm cut out. You know I'm not cut out for this." So that was, you know, and then I think I told you a little bit about my story. I later ran into my classmate and decided, you know, I still wanted to serve so went to officer training for the Air Force and I did get commissioned there in June of '80. SY: And it seems like you were like this is crazy I want out. It doesn't seem like you were angsty about it, it doesn't seem like you were like or were you? LW: That I was what? SY: Like you were self-hating about not making through the Marine Corps training? LW: No, I mean, that day I fell off the um, you know, got injured. I was definitely disappointed 'cause I, I thought it was gonna work as far as the two of us being able to be stationed together and you know I still wanted that military career. But I knew that, you know it's interesting because that experience, because there's been lot of conversation later about women serving in combat. And that experience showed me that you have to be a very unusual woman to serve in an infantry combat role. Now, serving in combat can mean a variety of things. You know Air Force pilots are in a plane. It's very different than humping like we were fifty pound packs and rifles and heavy boots and you know you're just smaller physically. The only female that was doing really well was my bunkmate. She was a black belt in karate before she got there. So she was already like super fit. And frankly everybody was like "Get me out. This is like too much." I think they've improved that a lot, you know, I think they learned a lot from that first class. But no I didn't, I was just like, just this isn't… SY: And they weren't rooting for you either? LW: I didn't feel that way. No. SY: Yeah, LW: No. SY: So, okay, so what was the Air Force training like? LW: [laughs] The Air Force is, well physically it's not as demanding. I mean you have to do things like I had to train to run a mile and a half in twelve minutes which is no joke. I had to get up every morning with a bunch of people. You know we would go out and do that and practice. It's a lot of, the Air Force is a huge organization and in a lot of ways I think of it like a business. You're learning all facets of that organization, so it's a lot of classwork actually. You're learning about the mission, you're learning discipline with the marching and the keeping your room clean and all of that. But after Norwich that was a breeze. I mean it was just like go through it, you know. And but there, there were a couple of turning points for me. I had a captain who was my squadron commander and I had applied - so your first six weeks you're sort of in the training mode. Your second six weeks you're in the leadership mode. And you apply for these different positions and I had said, "Oh maybe I'll be the woman liaison officer." So if you can see where women were thinking, okay? And he looked at me and he said, "No," he said, "I want you to apply to be the wing commander," which was the top job and I was like, "Oh you're kidding. I can't do that." He goes, "Yes you can." He said, "I've been watching you for six weeks. That's definitely what you should do." So it took somebody else to tell me that I could do that. And I applied and I got the second position. And so that was that was, that was very conf—that was a huge confidence builder. So, but Norwich had kind of laid the groundwork and then here I was in another situation and it was that person that kind of reached out to me. And so I learned that that's like, I like to do that for people. SY: Yeah, and so have you done that for people? LW: Yes, tried, to, where I see strengths you know you try to point it out. That's how we learn. We learn from other people and how they treat us, right? SY: Yeah it's true, LW: When you think about it yeah, so…. SY: So tell me about your career in the military, so where'd you go next? LW: So then they to another school, so I became. I went to a school Biloxi, Mississippi and I had gone into the Air Force from Guam because that's where my husband was stationed with the Marine Corps, and really wanted to go back there obviously. So this short, small window that opened when I went in was to put officers into flight squadrons to sort of deal with all the administrative details that needed to be dealt with. So that so I went to a school to learn how to be an ex— they called an executive officer and I showed up on the island of Guam for my first assignment at Andersen Air Force Base, walked in with my orders to do that. And they're like "Oh we already have a guy here that's doing it. We're gonna send you over to the maintenance squadron." So I spent a year and a half working in B-52 maintenance squadron which I loved. I loved being on flight line. That was fabulous you know. SY: So did you learn how to fix B-52s? [laughs] LW: No, but all the guys in the squadron that's they did. And women. So I was more, you know as an officer you oversee all of that but you're not turning the actual wrench yourself, you know. So but I just loved it. You're up early, you know, watching the planes take off, watching the guys load them. And making sure that they have everything they need to do their job basically. That's sort of. And while I was there I had an opportunity to work for a general officer, I became a general's, what they call an aide-de-camp. So I worked for him and that was a first, you know, and that was kind of an unusual job I think. So I traveled with him and his entourage, I guess you could call it, and got to do. And I went into the office and became a protocol officer. So we handled all the visiting dignitaries. I got to meet like George Bush, and congressmen would come through. Because this was a big airstrip in the middle of the ocean and they had to refuel so we entertained them all as they came through. But that was fun. SY: And were you living on base with your—? LW: Ah no, yeah we lived, my husband was stationed at the Marine Corps barracks. I was stationed at Andersen and we lived in the middle at the Naval Hospital housing. So we lived with all the Navy doctors and nurses, and dentists and… SY: And I would imagine you had sort of a weird position, like I wonder how you interacted with sort of the Army wives on base. LW: That's…. SY: Weird? LW: Yeah. Ah yes. Well it, not so much on the Air Force base but the mar— so I was part of the Marine Officers' wives club [laughs]. So I would go to work and do my Air Force thing but I loved all these women and so, you know, we had a great time. It was very international group of women, all nationalities that these Marines had met in their assignments all over the world. We just had a great time. Everybody is young, no kids. But we did all traditional wifely things you know. Became very, very, close-knit to that group, as well as all the Air Force people so it was sort of the best of both worlds. And we loved our medical neighbors. It was a fun two years. A lot of good traveling 'cause you're very close to everything in the Far East. So and then from there I went to, I wanted to just, my husband was getting out of the service so I just wanted to find a big city to be stationed in so he could start his career. So we ended up in Denver and he started a civilian career and I worked there in an Air Force training squadron and kind of worked my up to become a squadron commander there which was a great job, because I learned how to be in charge of large groups of people trying to accomplish a mission. That was fun. The location was fun, the people were fun, so I really enjoyed that. Once again had a, you know, some female experiences if you want to call it that. I came in, when I was first assigned there, there was a black first sergeant and he was tough. And I could tell he was like "uch" a woman, and he made some comment like, "Oh I don't think I really want to work for a woman," and I said, "What if I said to you, I don't want to work for black guy?" And he was really taken aback. I don't think, I don't know what he expected from me but we after that we hit it off perfectly [laughs]. It was just I came at him the way he came at me and he knew I wasn't going to fool around and he took care of me and watched my back. You always say that about a good NCO, they watch your back. Even planned my promotion ceremony so, you know, but it was. But I knew how to handle him because of Norwich, you know. I knew, like I don't know what another woman would have done in that situation coming in cold not having worked with all men for four years at Norwich. SY: So what is the skillset? Is it just being direct? Is it just being clear? Is it not being bullied, like what is it? LW: Yeah I think its self-confidence, the way you present yourself that people respect. Yes, and it's also not being bullied. Frankly [clears throat], it's really easy and it's not just for women, but it's really easy to get taken advantage of or get pushed around. It's recognizing when that's happening and asserting yourself and sticking up for yourself and that's nothing that I was born with, I learned all of that. I mean I tell my students now in class, you know I told them 'cause I teach a guidance class, that, you know, the way you present and carry yourself is really how you're gonna be treated. You're gonna be treated the way you demand to be treated, so don't let people do that to you. And that held true in business. Let's face it business is still majority of men and it held true in the military. It holds true everywhere I think, so you know. SY: Yeah, did you see other women [coughs]. Sorry, did you see other women when you were in the service who like didn't have that skillset? Did you see women being bullied or harassed or situations like that? LW: You know it's funny I definitely dealt with some difficult situations, but the few that I dealt with did not involve military women. It was some civilian women. But, you know, I came right to their aid if I thought I saw something going on that was inappropriate, and made sure it was handled and taken care of and made it clear that it wasn't gonna be happening. And I think that makes a big difference, you know. I think most women that are in the military going through the training gives them a pretty good skillset, you know. Unless they have come to the military with issues or something, but the training, meaning mental health problems or other things like that. I think for the most part you know the training is good and it teaches you know teaches you those things like how to, how to lead, how to take care of yourself, how to do what you need to do. SY: Yeah, that makes a lot of sense. I'm just gonna go look at my questions. LW: Sure. SY: While I'm doing that why don't you tell me about the Iranian students? LW: Yes, so the Iranian students came in I want to say around 1980 , so I would have been like a sophomore, junior. And they came in in a pretty large number. I mean, and they came in with you know a lot of money. It's really interesting to drop these - they were young, college age kids - in the middle of Vermont. And they really didn't, it was interesting, I think it was true culture shock for them to have, because what happened was my senior I had a, I was a company commander so I had a lot of the Iranian students in my company. And at first they were like "aah" you know they didn't want anything to do with women being in charge of anything. But they came around because they didn't have a choice. But then you know the whole overthrow then they disappeared. And I'm trying to remember when that happened. And they left all of their belongings. SY: Were you there when that happened? LW: Yeah. SY: It was '80 I think . LW: 1980, yeah and some of them defected. I mean some of them went to Canada, some just disappeared into Vermont and I think some went back. SY: Do you remember, I hear there was like a flea market where they were selling all their stuff, do you remember that day? LW: They didn't, a lot of it was left [chuckles]. I mean they left very expensive stuff in their rooms and just left, you know. I think the ones that were afraid and didn't want to go back they didn't care, they were just out of there. But yeah, I'm sure it was, you know, I'm sure. I didn't buy anything but I'm sure there, I'm sure that probably did happen. But yeah, I remember some kids driving Corvettes and you know they were there on full scholarship with big stipends and obviously were the crème de la crème you know. You didn't get out of the country and go to school in another country then if you weren't somebody, so. SY: And what about the Iranian women cadets? Did you know any of them? LW: I did not, that must have been after me or something because I don't remember any women being there, unless I'm just… SY: I think there were a couple, LW: Were there? SY: But maybe just a couple. LW: Yeah that I don't remember. SY: Yeah, yeah and I think they were also integrating their, the navy there. so yeah. LW: Oh okay. SY: Did you know Bizhan? LW: No. SY: That's interesting. He was, I think he was supposed to be class of '80 LW: Okay. SY: He now runs FacOps at Norwich. LW: Oh! SY: He happened to have, he had a different visa than the other cadets because he was like, "I don't think I want to be in the navy anymore," so he was technically out of the navy. LW: Oh. SY: He was able to stay, LW: When this all happened? SY: Right, when everybody else left, yes. LW: Okay. SY: He watched all his friends leave. And do you remember the news of that when you were on campus? LW: You know Norwich, there was never any news [laughs], It was, you were in a bubble, you know. So I think what we knew was what we witnessed and saw and people told us, and I don't remember reading about it, and we certainly didn't have televisions in our rooms [laughs] or anything or you know. We had WNUB but… SY: Right, but that's— LW: Pretty isolated. SY: Yeah, it's funny when I've been interviewing the Vietnam era folks they say the same thing. And it drove them crazy. LW: Laughs SY: They were like I'm - LW: What's going on? SY: going to go there and I don't know what's happening [coughs]. I guess I'm wondering how your Norwich education affects your life today. LW: Well it has affected my life ever since being, um, time management, huge, how to get a lot done in a short amount of time. I think knowing what's important meaning like I watch people get upset and stressed a lot at work about things that I don't think are that worth worrying about. Because I always go to that place like, 'cause over the years when you serve in them military you meet a lot of people that did serve in very unsavory conditions, or had family who had died, or you just heavy duty stuff and so I kind of look at the world from a different perspective and I think it started at Norwich. It helps me in my work every day because I think my perspective is just, you know, I think. One thing that's been interesting, I think my years in business were easy because of Norwich, because what I know about working with males which is different, it really is, behaviorally, the way they think. …But of course I met my wonderful husband. You know I always say that's why I went to Norwich [laughs]. SY: To get your M-r-s. [in a joking tone]. LW: Well no, I had no intention of really. You know there were women that dropped out and got married and I was like "I would never do that. Never." And, but no just the fact that I met him and we're married all these years later, it's just been a wonderful marriage and so I was lucky 'cause I look at it like when I said to my dad that day, "No," I begged him "let me go look at it." You know I did meet Jim there, so that's huge. SY: That's huge. LW: That affects my life everyday [chuckles]. SY: So, okay, so you were in the military for a while. LW: Yup. SY: And then when did you retire? LW: So I did eight years. So in 1988 I got out and I was stationed at Hanscom Air Force Base, that was my last assignment. And I had crossed trained into, like at the end when I was in Denver I said "I need to find a career that I can do on the outside." And my colonel let me go to Contracting Officer School which is a great program. I mean I went to a lot of different schools to become a contracting officer, and did that at Hanscom. So I did like major weapons systems acquisition which is very transferable to the outside. Got out mostly because I had had my first child. I still loved the work but the Air Force had said they'd wanted me to go to Air Command and Staff College at Maxwell Air Force Base, and it's a ten month school, and I just I couldn't leave my son for ten months and go down there. So I said, "Okay, now's the time I'm getting out." Stayed home with him but then was able to take those skills and I worked at a engineering company for quite a while, eight years I guess doing contract negotiation for them. So, you know and did the whole mother juggle thing [chuckles]. SY: Yup, and when did you retrain to be a counselor? LW: A counselor? So when my second child came along it got a little more challenging for me to balance everything the way I wanted to do it. So I stayed home with my daughter Caroline. I guess I worked for a couple of years and then was home with her. So when she got into late middle school I decided—then I was like okay I'm going to go back to work here. What do I really want to do now? Researched a bunch of things, decided to take a course and just see if I enjoyed it, and just fell in love with the field. I think if Norwich had had psychology I would have majored in that but they didn't have that major. And so went back and that was great because I was still home, but I was going to school, and then when she went to high school I was able to find a position as a school counselor. That's what I'm doing now. SY: And you love it. LW: I do. SY: Excellent! LW: Yeah, yeah. SY: One other question, LW: Yeah. SY: And then I don't know if I have any other real questions, you know again I've been reading these books and memoirs by women in the academies. And they talk about this push and pull between sort of trying to blend in and trying to sort of seem as masculine as possible and also wanting to be seen as feminine and as like a potential partner and how did you juggle that? LW: I never wanted to be masculine. Like I always knew I was, you know I never really, but it, but it's a struggle. You know so there's the physical traits in how you carry yourself, but there's also just the, kind of the way you think and the way you approach the world. There's masculine and feminine, right, ways to and I think I just tried to stay true to myself I think in who I was. You know but I mean, yeah, the uniforms were not attractive [chuckles] you know? And the civilian girls always looked so awesome! We were like "Oh my God where'd they ever find these shoes, these black tie shoes?" We would laugh about it/ You had to have a lot of like self-confidence, you really did, because c'mon, you know? SY: And when you went to the Regimental Balls were you allowed to wear dresses or did you have to wear your uniforms? LW: That's interesting 'cause I think it was my first year that I went we were allowed to wear dresses. And I had to borrow a dress 'cause I didn't, you know, from one of the civilian women. She had beautiful gowns and so we all got one from her I guess. But then I was looking through my yearbook and there's a picture of me and I think they changed the rules and we had to wear, and we weren't happy about that. But yeah you know, you're yeah the same but different, let's face it, right? You know I certainly didn't want to wear that Army uniform to the Junior Week or whatever it was, but we all did, you know? SY: Right, of course. LW: Yeah. And I, the pictures [chuckles] so here you go again. So I was on the like the court they picked a queen and I mean, I can't—I don't know if they still do all that. SY: Oh, right I meant to ask you about that. You were Homecoming Queen? LW: Homecoming Queen, yeah. But the picture's of me in the uniform so I'm like was I really picked or was that [laughs] but yeah so that I believe… SY: Who was Homecoming King? LW: Well that, that was different, the All-American Homecoming Queen thing that was, I'm, George Turner, do you know that name? So he was like I think he was head of public relations or something. His wife was the librarian for a number of years. Big sports enthusiasts. SY: I do know that name. I do know him, yes. LW: He wrote a nomination for that and so there were fifty college women. We all came together. It was a pretty cool experience actually and went to Florida and were in the Orange Bowl Parade and the whole. But that was, it was more, it wasn't like, I didn't have to do anything to get that let's put it that way. [laughs] I didn't win anything or achieve anything. I think it was, you know, hey take the opportunities though when you get them, right sometimes. SY: Right, yeah, exactly. So then there are just some questions like do you think about service? Did Norwich teach you to think about service? Do you think about this idea of the citizen soldier? If these are ideas you relate to, great. If they're not ideas you relate to that's fine [laughs]. LW: No they're ideas that I relate to. That's the first thing they talk to you about, and you don't know what that is. Today kids do. Then I think we did it, you know my parents had me in Girl Scouts, and going to church and all of those things, but you didn't conceptualize that that was being a good citizen. And the whole idea of a citizen soldier, which is really the foundation of Norwich, and absolutely carried that all the way through. That is part of being in the military. It's who you are and so raised our kids that way. We're both that way. I just think it's part of yeah, you know. And it becomes ingrained in you like that's how you believe and want to live your life. It's part of you know, it's part of what's important and in fact I think somewhere in the museum there's a beautiful plaque and it—I took a picture of it when I was up there. But that's what it was, you know, to be able to serve that's what it is. That's what service means being in the service. SY: And did you, I wonder if you feel like your job now is similar in terms of service, do you feel that way? LW: Oh yeah, I look at my job actually as a paid volunteer job. So even when I wasn't working, and that's how I actually had to convince them to take me in my interviews because I hadn't worked for a number of years and breaking back into the work force. But I said, I haven't been sitting at home, this is what I've done which was everything from I mean, involved in a lot of fundraising and different things. And so yes this is, this is something I would do even if they weren't paying me. So yeah, it's that kind of work and I'm fortunate to be able to do it you know. SY: Yeah, absolutely. LW: Yeah. SY: So any last thoughts? LW: No, I'm just, you know, every year when I go up I'm happy to see more women in the Corps of Cadets. And I'm happy to see, you know, that they've had a regimental commander. Like women to me appear very blended in. I always love watching them in the parade and I try to catch up with them when I'm there and just say, "How is, what's going on, what's it like, what's it like for you?" They're always shocked when I tell them [laughs] I'm in the first class of women, you know, and they have a lot of questions. They're curious, really curious about that. And I always look for the girls with the white name tags, 'cause I know they're freshmen, you know at least the Rooks. If I go up for like an Alumni Weekend just to check in they're like "really" 'cause I think it's in the Rook Book or something, I don't know. SY: I wonder if when we do this exhibit if we should have an event which is an opportunity for women in the Corps now to talk to previous women in the Corps. LW: Oh yeah, that would be great. SY: That would be great. I think, I think I'm gonna suggest this to my boss tomorrow, 'cause I think that would be fabulous 'cause I think there's probably a real hunger to talk about it and have a sense of how things have changed and how they're the same and… LW: Oh yeah, yeah, absolutely, there's a lot of people out there that you know I think Norwich is truly I mean my first job out of the military I got through a Norwich connection. It's just the way the college is and I think the more anyway you can connect. And I think even women going into business out of there or into education or into nursing or into engineering there's alum that have gone before them that are willing to, you know, to help them out so yeah that would be kind of fun. SY: Yeah that would be great. LW: Kind of fun, yeah, SY: That would be, that would be exciting I think. Okay cool, I'm gonna press stop but…
The laws of history are as absolute as the laws of physics, and if the probabilities of error are greater, it is only because history does not deal with as many humans as physics does atoms, so that individual variations count for more. — Isaac Asimov, Foundation and Empire From a certain point onward there is no longer any turning back. That is the point that must be reached. — Franz Kafka, The Trial INTRODUCTION How ought we characterise the exercise of power in our societies? Are they societies that confine and discipline our bodies, or ones that control us in potentially subtler ways? This article adopts the framework for analysis used by twentieth century French philosopher Gilles Deleuze in his short but defining essay on the subject, 'Postscript on Societies of Control'.[1] It firstly considers the background to the concept of control, then provides a definition of the concept, and, finally, asks whether our society is one of control. It argues that Deleuze is correct to say control has replaced discipline as the primary mechanism of power in our era. ORTHODOXY In order to address the question of whether societies of control are increasingly replacing disciplinary societies, it is imperative first to understand what disciplinary societies are. Discipline is a concept developed most powerfully by Deleuze's contemporary, Michel Foucault.[2] Foucault's philosophy primarily concerns the technologies of power operating within society and their effect on human autonomy. He pursues this study via a genealogical approach; that is, he employs a historical critique to interrogate the workings of powers at play in modern society. In this way—despite his vocal opposition to Hegel—Foucault is very much Hegelian in his belief that close examination of historical parallels and events can clarify and deepen our understanding of present-day technologies of power and how they shape or restrict our autonomy.[3] Through his historical work, which spans various societal and public institutions, Foucault identifies a fundamental change in the mechanisms of power exercised by the state in the eighteenth and nineteenth centuries. He articulates this shift as a transition away from sovereign power to technologies of discipline. This notion of discipline and disciplinary society is perhaps best exemplified by Foucault's enquiry into the French penal system in his Discipline and Punish.[4] The book opens with vivid depictions of public torture and execution in pre-eighteenth century France. Foucault explains that the physicality and the public nature of punishment in the French criminal system up until then was an essential aspect of the exercise of sovereign power. Yet, while brutal public spectacle instilled fear and awe, it also provided public fora for communities to revolt against the perceived injustices of the sovereign. By moderating power through the benevolent reform of the criminal, by the discipline of the docile body, and by the fragmentation of public space into discrete, segregated institutions, state power could be obscured and, thus, maintained. These forces are the hallmarks of a disciplinary society. REVISION In his 'Postscript', Deleuze—building on the work of Foucault—argues that the twentieth century has marked a shift from disciplinary societies to societies of control. A precise definition of control and societies of control has proven to be elusive;[5] it is therefore helpful to consider both the antecedents and critiques of Deleuze's analysis in addition to his work itself.[6] Antecedents Deleuze has attributed the concept of control to William Burroughs.[7] Burroughs, in turn, provides not a definition of control, but brief observations as to its exercise; in truth, his analogies are of only limited assistance when read in the context of mechanisms of power within society at large.[8] Nevertheless, there are two salient points to note. Firstly, Burroughs establishes that when one maintains total or absolute power over the actions of another, they can more accurately be said to be using them rather than controlling them. Secondly, Burroughs shows that control requires concessions and illusions: controllers must make concessions to the controlled in order to maintain the illusion of choice and free agreement, obscuring their true motives in order to avoid revolt. In contrast to Burroughs, Félix Guattari provides an analogy of control that usefully supports the conception Deleuze comes to advance: the gated home and community accessed and exited via electronic cards.[9] This has elements of discipline, as movement being granted or denied constitutes a form of confinement. But, as Deleuze argues, it also represents a departure from the disciplinary society, as 'what counts is not the barrier but the computer that tracks each person's position […] and effects a universal modulation'.[10] Among his identified influences, Deleuze contends that Foucault sees as 'our immediate future' societies of control.[11] Deleuze particularly emphasises that Foucault's work on discipline is historical (focused on the exercise of power in the nineteenth century); we should, therefore, not be so naive as to assume Foucault would not have recognised the possibility of further historical change. Indeed, Deleuze says that Foucault concludes his Discipline and Punish with the explicit recognition that a prison as a physical space is becoming less important in the exercise of power. This, Deleuze suggests, presages a fuller analysis of a new sort of power.[12] Deleuze makes these forceful arguments as to Foucault's understanding of power in response to a critique by Paul Virilio that Foucault did not understand the nature of modern power. Ironically, that critique is also an important precursor to Deleuze's analysis. Virilio argues that the patrolling of the highway—and not the prison—exemplifies the exercise of police power. Deleuze concurs, adding that modern authorities possess predictive technologies that anticipate the movement of subjects and consequently have less need for confining subjects. Deleuzian societies of control That predictive power is a hallmark of control. In his 'Postscript', Deleuze fleshes out this position polemically. It must be noted that Deleuze never attributes any concrete definition to the notion of control itself; he is primarily concerned with how a society of control operates. This section will similarly consider the features and modes of operation that constitute a Deleuzian society of control. Much like with the disciplinary society, the technologies of power that govern a society of control cannot be boiled down to one single technology or mechanism. Instead, there are targeted and multi-faceted ways in which societies of control manage the lives of their subjects. Most fundamentally, there are no enclosures or strictly delineated confined spaces (like, for instance, the disciplinary society's schools, barracks, and factories, which are all subject to clear separation from one another). Instead, there is a single modulation, which allows for the coexistence and connection of various states (the corporation, the education system, and the army are all connected, one flowing into the other). This brings us to the next point: exploring how these spaces or states are connected. The disciplinary society operates on the basis that its subjects start over when they move from one space to another. Though it does recognise analogies between the spaces (the discipline of the school may be similar to the discipline of the army), the spaces and norms are ultimately distinct from each other, with one having little bearing on the other. Societies of control, on the other hand, are predicated on connection between spaces, such that 'one is never finished with anything.'[13] These connections encourage a culture of constant progression or improvement. The question this cultural attitude begs (to what ends is progression and improvement directed?) admits no answer. There are also differences in the conceptualisation and treatment of the person. The disciplinary society takes the individual and subjugates her through discipline so that she will conform to the mass. No such subjugation is necessary in societies of control. The individual is not viewed as a member of a mass, but as a data point, a market audience, a sample. This allows for targeted control to take shape, where compliance is not forced upon the individual (as with discipline) but facilitated. There are no overarching aims or requirements outlined by societies of control (no 'watchwords'). The society is governed merely by way of codes that function as 'passwords'; these can allow or deny the individual access to certain information or amenities. The control of access is presumably based on the conduct of the individual and is a means of exercising control over individuals' choices: the individual self-disciplines because of incentives and disincentives encoded within herself as a data-point. This, in turn, suggests (perhaps even necessitates) a degree of technological surveillance that goes beyond that of the comparatively simple model of the Benthamic Panopticon Foucault famously employs. Additionally, there are no clear hierarchies, if there are any at all. Unlike in disciplinary societies, power is not centralised or in the hands of a single 'owner' or state. Rather, control is exercised by a corporation—invested with its own personhood—comprising stockholders. The make-up of this corporation is transitory and fundamentally transformable. All of these technologies—singular modulation across singular space, an ethos of the relentless pursuit of progress, the 'dividualisation' or 'data-fication' of the individual, the facilitation of compliance, the use of codes as passwords, technological surveillance, and the absence of clear hierarchies of power—together create a society of control. Critiques Here we will explore three critiques of Deleuze's thesis: the privatisation of public space, the role of surveillance in control, and the telos of control. Privatisation Michael Hardt deals at length with the Deleuzian conception of societies of control, both in his joint work with Antonio Negri on Empire, as well as more specifically, in a piece titled 'The Global Society of Control.' Here, Hardt contends that there is an incompleteness to Deleuze's work on control, and proceeds to elaborate on the operation of societies of control to fill in these purported gaps. He does so by situating these societies within his and Negri's broader framework of Empire. The study is multifaceted, but here only one aspect of the critique will be considered: the erasure of the dialectic between public and private. 'There is no more outside,' insists Hardt.[14] This is to say, there are no longer any meaningful or permanent divisions between private and public spaces. Nikolas Rose, similarly, argues that inherently public spaces (like public parks, libraries, and playgrounds) are being abandoned in favour of privatised and privately secured places (like shopping malls and arts centres) for acceptable members of the public.[15] Those who have no legitimate, consumerised reason to occupy these new privatised 'public' spaces are denied access to them. Populations and classes of people deemed 'dangerous' or 'undesirable' are excluded from the private-public spaces and, so, from society itself. Deleuze touches on this idea of exclusion as well, in saying that 'three quarters of humanity', who are too poor for debt (as in, those who cannot be managed through the mechanisms of 'control', because these mechanisms rely on monetary and consumerist incentives or 'passwords') and too numerous of confinement (which makes it logistically difficult to subject them to technologies of 'discipline' that rely on confinement) will have to face exclusion to shanty towns and ghettos.[16] From this, we can take two points. Firstly, that neither the societies of control, nor disciplinary societies are or have ever been able to exercise control or discipline over every individual; when they are unable to, they simply exclude these potentially unpredictable and uncontrollable threats to order. Secondly, there is the implicit acknowledgment that technologies of control and discipline can coexist; to conceive of discipline and control as dichotomous notions would be inaccurate.[17] In fact, the question posed by this essay itself may fall victim to a false dichotomy between Foucauldian discipline and Deleuzian control. These mechanisms of power are not necessarily mutually exclusive. We should, therefore, be wary to adopt a view that control represents a natural or irreversible progression (from discipline) in the exercise of power (as Hardt and Negri may be suggesting in saying that control is an intensification of discipline),[18] because they are contingent historical realities. That is what Foucault's work—and Deleuze's analysis of it—suggested of discipline, and it is no less true in the case of control. Thus, we can qualify our thesis by saying that while societies of control are increasingly replacing those of discipline, technologies of discipline (and even of sovereignty) are still employed in certain contexts. Surveillance Surveillance is implicit within Deleuze's conception of control (in the understanding of the individual as a mere data point, not the member of a mass), but Oscar Gandy articulates this technology more explicitly.[19] Such an emphasis on surveillance is problematised, however, by Rose, who posits that societies of control are not predicated on surveillance but on the instilling of self-discipline and self-regulation in their subjects. That rather misses the mark, because, as we have seen, societies of control employ a range of technologies to exercise power. Nothing suggests an emphasis on self-discipline ought to exclude the technology of surveillance, which is implicit in the incentivisation of labour and use of passwords. Telos But Rose's critique of surveillance does helpfully inform another point of discussion: the odd ideas prioritised within societies of control. Deleuze makes brilliant and incisive concluding remarks about this telos of self-improvement and self-actualisation. But what are the motivations behind this ethos of motivation? That is the question Deleuze poses in his conclusion, and it is a question that largely remains unanswered. In some ways, one can only hazard a guess at the mechanisms at work here. That is rather the point. Societies of control have evolved such that their technologies of power and their telos can be more obscure than that of disciplinary societies. VALIDATION With definitions—or, rather, understandings—of both disciplinary societies and societies of control to hand, this essay considers whether it can be said that the latter are replacing the former. The institutions of the disciplinary society Foucault identifies in his body of work—the home, the school, the prison, the barracks, the factory—are all still extant. However, as we have noted above, there need be no 'either/or' as between societies of discipline and of control; the question is more accurately one of degree and we must identify whether a general movement may be occurring. Again, that movement need not be total or irreversible. Such a movement seems to be taking place all around us. For example, remote working and learning, which Deleuze identified as increasing in the 1980's and which has skyrocketed in light of the coronavirus pandemic, has weakened substantially the disciplinary segregation of physical space.[20] At the same time, it has strengthened the all-encroaching productivity ethos of societies of control by placing work or study (itself little more than a preparatory step towards work) within the walls of the private family home. Whilst coronavirus may have accelerated a shift towards societies of control, this trend runs much deeper still. Below, we shall seek to validate the shift Deleuze identifies by employing and analysing four impressionistic vignettes. Vignette A In April 2021, Chinese state television broadcast an exposé of intolerable working conditions faced by food delivery drivers—long hours, meagre pay, algorithms that encourage dangerous driving and heavily fine lateness, and harassment from customers who have full and 'live' access to drivers' locations and contact details. China's couriers are estimated to contribute to close to 1% of the country's economic activity, but the undercover government official earned just £4.52 over a 12-hour shift.[21] The courier works in no strictly delineated or confined space, but everywhere, openly. He is the subject of constant surveillance. Customers have his precise location, his 'ETA', the corporation's promised delivery slot, and his personal mobile phone number at their fingertips. The threat of an angry call or harsh review might appear in those circumstances to operate rather like a panopticon unconfined by space, enforcing conformity. But that is only a minor part of this story; it is secondary to the algorithmic surveillance and control in which both the courier and the customer are merely variables. Drivers will be set timescales in which to complete a delivery determined by the average speed at which drivers have previously made that journey or a similar journey. If they beat that timeframe, they may be rewarded with bonus pay. If they fail, their pay will be docked. Both processes—the incentivisation of speed and disincentivisation of slowness—are automated. The algorithm does not care how the driver gets from A to B, only that he does so quickly and does not damage the customer's goods in the process. So, drivers will travel recklessly in order to beat the clock to boost their meagre pay, but this only shortens the average time of journey completion, making pay boosts harder to achieve and pay docks more likely and contributing to an insane culture of paranoia and uncertainty. Compliance with the requirements of speed in this system is facilitated, not forced. In paying the less perfect worker less and the more perfect worker more, the corporation is nudging the courier to an (ultimately ephemeral) standard of compliance. But it need take no further punishing or corrective action: it knows that the courier, impacted by these forces, will correct himself. The password operating here is that of a courier 'score' that determines the level of pay afforded for work done. This is ripe terrain to consider Deleuze's challenge as to whether the unions will be able to resist forces of control upon the breakdown of the workplace. China, where organised labour is met with fear and hostility, shows that the communist party will intervene by challenging monopolies and exposing low pay. They may moderate the technology of power, but they will not extinguish it; the work is too economically important for that. In the UK, there have been increased efforts by unions to protect insecure, 'gig-economy' labourers and they have had some success.[22] But here too the overall system of algorithmic control is not removed, but mollified. Vignette B A London-based junior employee at Goldman Sachs, one of the largest investment banks in the world, has complained that staff face 18-hour shifts that mean they are earning less than the UK living wage and regularly take sick leave due to burnout. In 2015, US employee Sarvshreshth Gupta, who had been working 100-hour weeks, took his own life.[23] The company has a £50,000 entry-level base salary.[24] The company's average employee takes home about £260,000 per year.[25] It is at first blush surprising that employees at Goldman Sachs could be said to be subjects of control by twenty-first century technologies of power, and even more surprising to suggest that their situation is comparable to that of couriers in China. But this is precisely the sort of topsy-turviness that is to be expected from (and ultimately serves to legitimate) societies of control, where we all 'work hard'. The impetus to 'get ahead' is central to the ethos of self-improvement and motivation instilled by societies of control. That is perhaps nowhere more evident than amongst the new, highly-remunerated, highly-overworked, 'meritocratic', professional or upper class of managers, bankers, and lawyers.[26] Previously, elite status was maintained through generations by inheritance. That method of status-maintenance has now mostly been displaced by investments in 'human capital'. This can be achieved directly—through funding private schooling, tuition, and even work placements paid for by the volunteer—or indirectly, through covering children's rent and paying for their goods. The crucial factor in bringing about this shift has been the rise of 'meritocracy', which purports that success (i.e. the rate of remuneration for one's work) is a result and marker of an individual's inherent drive and talent but which in reality allows 'a relatively tiny segment of the population […] to transmit advantage from generation to generation' because elite parents stack the odds in favour of their children's advancement from birth.[27] This is the society of control in action: demanding, inequitable and possessing an obscured, democratically-papered-over telos, drive and skill directed at productive activities. But the elite class are not spared from the brutalities of this system, as the above vignette suggests. Since societies are increasingly meritocratic (in the sense that the most skilled and driven will generally be remunerated the most, not in the sense that the system promotes a level playing field) young elite professionals still have to work incredibly hard to 'climb the ladder'. Even if they reach seemingly secure positions of employment, they will still want to continue to reap the rewards of their labour, still need to work intensively to secure funds to invest in their children's human capital, and still be motivated by the overwhelming and corrupting cultural ideal of self-improvement and motivation. The name of Goldman Sachs' personnel team, 'Human Capital Management', is telling. It has been noted, '[l]ives are things that people have; capital has rates of return.'[28] Vignette C About one in every hundred adults in Britain has been trained as a 'mental health first aider' by the MHFA.[29] They advertise their 'proactive' services thus: 'for every £1 spent by employers on mental health interventions, they get back £5 in reduced absence [.] and staff turnover.'[30] The second of five listed responsibilities for first-aiders is to communicate concerns about 'anyone in your workplace, for example to an appropriate manager.'[31] Separately, the UK government is providing '£1 million for innovative student mental health projects' that offer targeted support to those identified statistically as being at highest risk of mental ill-health.[32] Deleuze argued the hospital was being replaced by 'neighbourhood clinics, hospices, and day care'.[33] Similarly, the above vignette suggests that the power that would in a disciplinary society be exercised by the asylum has, in our societies of control, been exercised dispersedly by employers, with the aim being to improve profit-margins and productivity rates. The actual mental wellbeing of employees—or, rather, of human capital—is a means to that end that may give rise to some incidental good. But even these incidental goods are monetised, such as when companies compete on their 'work-life balance' or their inclusion of private therapy in 'healthcare plans' so as to attract the most human capital. Under these conditions, the public healthcare officials sectioning or supporting a member of the public who risks harm to herself or others are reduced in their significance. In their place, the anxious employer preempts possible harm to the corporation by proactively addressing and preventing harm to the employee. Similarly, 'mental health teams' in schools and universities are encouraged by the government to anticipate, based on a series of data-sets, those students who are 'more at risk' and provide targeted interventions to safeguard their health (and, by extension, their productivity). Deleuze says that 'the socio-technological study of the mechanisms of control […] would have to be categorical'. By this it is meant that we must look to each institution of power—the healthcare system, the corporate system, the educational system—and describe the power being exercised there. The above vignette shows that that has become an artificial mode of analysis in this era of control. The healthcare system has been radically dispersed, with detection, prevention, and mitigation (recovery being ancillary) of illness now increasingly undertaken by the corporation and its agents, including crucially the employee herself qua employee or human capital. She will contact her mental health first aider colleague or her employer (though any difference between the two seems doubtful). She will purchase products—self-help books, meditation apps, tickets to motivational talks—with a view to her greater productivity and, hence, 'employability'. In fact, the monetary value she attributes (through her valuable spare time as much as through her pay-power) to her own productivity and employability may reduce the corporate system's nascent role in facilitating compliance; her self-improvement becomes her guiding, internalised ethos as a consumer-employee and she will discipline herself, knowing this self-improvement will be coded and rewarded. Thus, technologies of power in the modern, mental health context cannot be identified within a healthcare system, a corporate system or an education system, nor even within what might be dubbed a 'consumer system'; there is no single system of operation of which we can speak. This conceptual challenge itself demonstrates the ultimate annihilation of the institutions Deleuze anticipates in societies of control. Vignette D In May 2021, the UK government proposed halving state funding for university courses they do not regard as 'strategic priorities', such as music, drama, visual arts, and archaeology. It is estimated that such courses would run at a deficit of £2,700 per enrolled student, and many courses may therefore have to close if the plans go ahead. The government says the decision is 'designed to target taxpayers' money towards the subjects which support the skills this country needs to build back better'.[34] They also say universities should "focus [.] upon subjects which deliver strong graduate employment outcomes in areas of economic and societal importance".[35] Deleuze foretold the 'effect on the school of perpetual training, and the corresponding abandonment of all university research'.[36] Alarming an idea as this may be, the above vignette should at least discourage us from dismissing it altogether. The government's proposal betrays a deeply production-oriented approach to higher education that sees knowledge and learning as purely instrumental to the development of concrete 'skills' to be directed at the most economically valuable production of goods and services and, correspondingly, the strongest employment outcomes. The UK education system no longer possesses its own watchwords (save, perhaps, 'instilling British Values'). Instead, all activity is directed at the future employment prospects of the student. The privatisation of schools (through academisation in England) has allowed for corporate sponsorship that makes this close instrumentalism perfectly plain: the corporation's senior managers become senior managers of underperforming schools and they are expected to foster students' 'aspirations'. Here, the corporate and educational systems are blended together, the former funding the latter, the latter supplying labour to the former. The physical spaces in which learning occurs can at times barely be distinct from the corporate, whether a company name is printed across the school entrance ('Bridge Academy in partnership with UBS') or affixed to laptops donated to school students studying remotely. CONCLUSION There is a great deal of truth to Deleuze's thesis that societies of control are replacing disciplinary societies. We have noted the destruction of swathes of confined and discrete spaces; the intermixing of institutions; the pervasive power of technology to tweak and modulate behaviour through coding; and the pointless but universal ethos of motivation. As Deleuze ably demonstrates, analyses of discipline, confinement, hierarchy, and masses can only take us so far in understanding these forces. More necessary in our quest to uncover the telos we are being made to serve is a socio-technological study of control and its methods. However, this essay has also sought to demonstrate the limits of Deleuze's proposed methodology. For a 'categorical' socio-technological study of control becomes more elusive the more deeply a society succumbs to control. Schools, prisons, barracks, hospitals, factories, offices, and homes are increasingly blended (and so less discrete) environments. The office educates, entertains, protects, and diagnoses its employees. The school is a business, its pupils are prospective employees. University is a career stage. Beds, dining tables, and lounges are workstations. For those on 'home detention' during coronavirus in the United States or under TPIMs (Terrorism Prevention and Investigation Measures) in the United Kingdom, these same spaces are prison cells. The gradual annihilation of the disciplines as physical and conceptual spaces—which Deleuze foresaw—also renders obsolete our existing methods of understanding power. We are in need of new tools to respond to these developments; the study of categories must be replaced with the study of networks and systems. We must explore with curiosity and thoroughness the complex web of relations operating through spaces and lives. 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[2] On their complex relationship before and after Foucault's death, see François Dosse, 'Deleuze and Foucault: A Philosophical Friendship' in Nikolae Morar, Thomas Nail and Daniel W Smith (eds), Between Deleuze and Foucault (Edinburgh University Press 2016). [3] James Muldoon, 'Foucault's Forgotten Hegelianism' (2014) 21 Parrhesia 102. [4] Michel Foucault, Discipline and Punish: The Birth of the Prison (Alan Sheridan tr, 2nd edn, Vintage Books 1995) [5] Michael Hardt, 'The Global Society of Control' (1998) 20(3) Discourse 139. [6] Deleuze cites these authors in his 'Postscript': (n 1). [7] Gilles Deleuze, 'Foucault: Lecture 19' (University of Paris, 15 April 1986). [8] Burroughs himself concedes his analogy of the life-boat is a 'primitive' one: William S Burroughs, 'The Limits of Control' in James Grauerholz and Ira Silverberg (eds), Word Virus: The William S Burroughs Reader (4th edn, Fourth Estate 2010). [9] 'Postscript' (n 1) 7. [10] ibid. [11] 'Postscript' (n 1) 4. [12] Foucault refers to it as 'biopower'. Biopower is not something that this essay will address, but we can observe that it may be that the Foucauldian notion of biopower and the Deleuzian notion of control are broadly similar or even the same: for a fuller discussion of that relationship, see Thomas Nail, 'Biopower and Control' in Between Deleuze and Foucault (n 2). [13] 'Postscript' (n 1) 5. [14] Hardt (n 5) 140. [15] Nikolas Rose, 'Government and Control' (2000) 40(2) The British Journal of Criminology 331. [16] 'Postscript' (n 1) 7. [17] JM Wise, 'Mapping the Culture of Control: Seeing through The Truman Show' (2002) 3(1) Television & New Media 29. [18] Nail, 'Biopower and Control'. [19] Wise, 'Culture of Control' 33. [20] Deleuze, 'Foucault: Lecture 18'. [21] Yuan Yang, 'China's food delivery groups slammed after undercover TV exposé' Financial Times (London, 29 April 2021). [22] For instance, many will now be recognised as 'workers' rather than as 'self-employed', with greater protections: Uber v Aslam [2021] UKSC 5. [23] Kalyeena Makortoff, 'Goldman Sachs junior banker speaks out over "18-hour shifts and low pay' The Guardian (London, 24 March 2021). [24] ibid. [25] Michael Foster, 'Guess How Much Goldman's Average Salary Is (GS)' Investopedia (25 June 2019). [26] Stefan Collini, 'Snakes and Ladders' London Review of Books (London, 1 April 2021) 15. [27] ibid 22. [28] ibid. [29] Mark Rice-Oxley, 'UK training record number of mental health first aiders' The Guardian (2 September 2019). [30]MHFA, 'Being a Mental Health First Aider: Your Guide to the Role'. [31] MHFA, 'Workplace Info Pack'. [32] Department for Education and others, '£1 million for innovative student mental health projects' UK Government (5 March 2020). [33] 'Postscript' (n 1) 4. [34] Lanre Bakare and Richard Adams, 'Plans for 50% funding cuts to arts subjects at universities "catastrophic' The Guardian (6 May 2021). [35] Richard Adams, 'English universities must prove "commitment" to free speech for bailouts' The Guardian (16 July 2020). [36] 'Postscript' (n 1) 7.
El objetivo principal de nuestra tesis doctoral es presentar propuestas de regulación del régimen jurídico brasileño de evaluación de impacto ambiental, buscando fijar los elementos imprescindibles para que tal instrumento jurídico pueda funcionar eficazmente y coherentemente con el alto grado de protección ambiental que se desea lograr, ayudando a nuestro país a integrar la protección del medio ambiente en sus políticas de desarrollo económico. No obstante, para llegar a un esquema investigativo que nos permita el desarrollo de una propuesta institucional eficiente para Brasil, nos ocupamos también de describir los antecedentes, principios y objetivos de la política medioambiental brasileña en un intento de delimitar el tema específico objeto de nuestra tesis doctoral, a partir de consideraciones sobre el estado de derecho socioambiental instituido en Brasil con la promulgación de la Constitución Federal de 1988. Debemos poner de relieve que la utilización de la Unión Europea y en especial España y Francia como referencias obedece a supuestos comparativos estrictos, pues lo que pretendemos es determinar cómo se podrá perfeccionar la evaluación ambiental de proyectos e implantar en Brasil la evaluación ambiental estratégica, a partir de la experiencia exitosa de la Unión Europea, buscando la construcción de un corpus institucional que permita que Brasil logre un mayor desarrollo social, económico y político. Hay que dejar claro que no es la intención de este estudio usar el proceso europeo y las demás legislaciones nacionales como un modelo a implantar tal cual en Brasil sino más bien como una referencia a tener en cuenta, puesto que se tratan de Estados distintos, es decir, consideramos las disparidades y diferencias existentes entre Brasil y los países supra citados. Los avances tecnológicos realizados en los dos últimos siglos no fueron capaces de disminuir la incertidumbre acerca de los efectos de las actividades humanas en la naturaleza. Al contrario, en estos momentos, la sociedad teme más que nunca que los actuales modelos de producción y consumo generen, en un corto espacio de tiempo, efectos aún más devastadores e imprevisibles. El cambio climático, la escasez del agua, el agotamiento de fuentes energéticas y de otros recursos naturales son problemas que constituyen una amenaza real a nivel mundial . La necesidad de implantación y observancia de los principios de prevención y precaución, destacados en la Declaración de la Cumbre de Río, en 1992, es incontestable. En este contexto, la evaluación de impacto ambiental se presenta como un mecanismo indispensable para una actuación política capaz de conducir las actividades productivas en la perspectiva de la sostenibilidad. Aunque en el ordenamiento jurídico brasileño estén vigentes numerosas normas, tanto en el ámbito constitucional, legal o infra legal, para la regulación de la materia, id est, el régimen jurídico de protección del medio ambiente y en especial el sistema de evaluación de impacto ambiental de proyectos (EIA), ello no impide en Brasil la autorización administrativa de proyectos altamente impactantes (desde el punto de vista ambiental) y tampoco se exige a su promotor, ni la realización de las medidas de mitigación necesarias, ni se le imponen medidas compensatorias proporcionales a la magnitud de los impactos ambientales negativos generados por los proyectos y actividades objeto de la autorización. De la misma manera, en Brasil, los conflictos inherentes a la incorporación de lo condicionante ambiental al proceso de toma de decisiones públicas son frecuentes y exacerbados, lo que se debe, sobre todo, a la escasa transparencia del procedimiento administrativo de autorización ambiental y a la insuficiente participación ciudadana . Como consecuencia de la globalización, las normas de preservación del medio ambiente aparecen como óbices que retardan y dificultan el crecimiento económico del país, argumento este utilizado por el poder económico para obligar a los gobiernos a flexibilizar las normas de protección ambiental bajo la amenaza de invertir en otros países. Brasil ha cedido a estas presiones ejercidas por el capital, implementando políticas neoliberales que apoyan la flexibilización de las leyes de protección del medio ambiente . Con el objetivo de romper con ese movimiento irresponsable de regresión de la legislación de la protección ambiental, destacaremos la importancia de introducir mejoras en el régimen jurídico de la evaluación de impacto ambiental. En la presente tesis analizaremos el concepto de la evaluación de impacto ambiental, sus modalidades y su incorporación a diversos ordenamientos jurídicos a partir de finales de la década de los 60 del pasado siglo. En este sentido, estudiaremos el régimen jurídico europeo de evaluación de impacto ambiental y la transposición normativa realizada por el derecho español y francés, así como su repercusión, analizando los resultados obtenidos después de más de 40 años de experiencia en el uso de la evaluación de impacto ambiental en estos países con distintas tradiciones jurídicas y ambientales en relación a Brasil. El ejercicio comparativo nos llevará a presentar observaciones y sugerencias, consistentes en innovaciones metodológicas y mejoras procedimentales al régimen jurídico de la EIA vigente en Brasil, además de constatar la imprescindible y urgente necesidad de institucionalización de la evaluación de impacto ambiental de planes y programas, o lo que es lo mismo, la evaluación ambiental estratégica (EAE) en el ordenamiento jurídico brasileño. Mejoras estas que podrán conferir la necesaria transversalidad a las políticas públicas de preservación medioambiental, materializándose el principio de integración de la protección del medio ambiente en todas las políticas públicas, requisito indispensable para que se consiga un desarrollo económico que, de facto, pueda considerarse sostenible. El objetivo de este trabajo es, pues, apuntar medidas capaces de promover la mejora del régimen jurídico brasileño de la EIA y de la EAE, haciéndolo más completo, eficaz y eficiente. Con ello, en nuestra opinión, se evitará la producción de daños ambientales injustificables, a tenor de los beneficios económicos y sociales generados por la ejecución de las acciones planeadas, pues el carácter preventivo de la evaluación de impacto ambiental y su capacidad de orientar las acciones humanas para que estas se amolden a la necesidad de preservación del medio ambiente, son atributos necesarios para garantizar la utilización racional de los recursos naturales, de manera que el medio ambiente se integre armónicamente en el proceso productivo, evitando el desperdicio de recursos naturales y los daños ambientales. Asimismo, estos cambios que vamos a proponer conferirán, a nuestro juicio, mayor legitimidad a las leyes, a las políticas, planes y programas de gobierno implementados, una vez que la amplia participación ciudadana es un requisito intrínseco de los procedimientos de evaluación de impacto ambiental. CONTENIDO DE LA INVESTIGACIÓN La metodología que vamos a seguir en esta investigación es la que comúnmente se desarrolla en este tipo de estudios científicos jurídico-sociales, fundando nuestra investigación en la doctrina, legislación y jurisprudencia, que consideramos más autorizadas a la hora de proponer medidas para la mejora del régimen jurídico brasileño de la EIA y de la EAE. La metodología debe centrarse en los aspectos principales establecidos para una investigación relacionada con el ámbito del derecho ambiental, sobre todo por el carácter fragmentario del marco normativo e institucional que se encuentra en la producción y aplicación de las normas ambientales. En este sentido, deberán utilizarse métodos que permitan el análisis de la evolución de la normativa ambiental, específicamente de los principios generales del derecho ambiental y de los procedimientos de evaluación de impactos, dada su naturaleza obligatoria. Por lo tanto, el método histórico permitirá analizar cómo se desarrollaron los diferentes mecanismos de evaluación del impacto ambiental. También el método inductivo permitirá ver cuáles fueron los instrumentos de regulación incorporados por Brasil que efectivamente influyeron en la formación legislativa ambiental volcada hacia la creación de subsistemas específicos de evaluación de impactos. También se adoptará el método comparativo para establecer cómo es la adopción, aplicación y ejecución de las medidas relacionadas con la evaluación de impactos en España, en Francia y en la Unión Europea, aunque no se pretende crear ni adoptar un "modelo" específico, pues, como se ha señalado anteriormente, las diferencias existentes entre los sistemas jurídicos nacionales lo impide. Aún sobre los aspectos teóricos y metodológicos, buscamos seguir una vertiente critico-metodológica que, en las palabras de GUSTIN y DIAS : Supone una teoría crítica de la realidad y sostiene dos tesis de gran valor para repensar la ciencia del derecho y de sus fundamentos y objeto: la primera sostiene que el pensamiento jurídico es tópico y no deductivo, es problemático y no sistemático. Esa tesis trabaja con la idea de la razón práctica y de la razón prudencial para favorecer la decisión jurídica. La segunda tesis forma parte de la versión postulada por la teoría del discurso y por la teoría de la argumentación. Esa línea comprende el derecho como una red compleja de lenguajes y significados. Por supuesto, la multidisciplinariedad que siempre está presente en el tema de la protección del medio ambiente deberá abordarse desde el contexto de los temas transversales, tales como la ecología, la biodiversidad, los recursos hídricos, la gestión de los residuos, etc. Estos temas se vinculan, sin duda, a la aplicación de los principios generales del derecho ambiental y a los procedimientos de evaluación de impacto ambiental. Tampoco podremos dejar de tratar su perspectiva histórica. Aunque se ha descrito brevemente, tuvo especial relevancia para el conocimiento de las circunstancias en las cuales se basaron las políticas medioambientales europea y brasileña. La estructura es el soporte de una investigación, siendo además la base que otorga coherencia al estudio. Los contenidos que se abordarán a lo largo de la presente tesis son ciertamente heterogéneos, por lo que se hace necesario encontrar el modo de conectarlos adecuadamente. Como nuestra tesis se fundamenta en un examen eminentemente comparativo, es menester realizar una precisión de orden metodológico con relación al derecho comparado que se utilizará a lo largo de la presente investigación. Para facilitar el ejercicio de comparación que presentamos, hemos dividido la presente tesis doctoral en dos partes, subdivididas en ocho capítulos. En este formato, la primera parte trata de la evolución de las políticas medioambientales de la Unión Europea y de Brasil. En el capítulo I nos dedicaremos al estudio de la evolución histórica y de la contextualización del concepto y de la definición del principio de desarrollo sostenible a fin de demostrar el camino recorrido hasta su concepción multidimensional actual. En el capítulo II, antes de adentrarnos en el tema de los principios generales del medio ambiente, presentaremos breves consideraciones sobre la distinción doctrinal entre principios y reglas jurídicas. A continuación, abordaremos el principio de ¿No Regresión¿, poniendo de relieve su importancia como principio rector del derecho ambiental. También destacaremos la interrelación entre la evaluación de impacto ambiental y los más importantes principios funcionales del derecho ambiental, además de señalar su conexión con el principio de integración ambiental y con el objetivo del desarrollo sostenible. En el capítulo III analizaremos brevemente la política medioambiental de la Unión Europea, destacando los aspectos que consideramos más relevantes para la comprensión de la evolución de la política medioambiental en el viejo continente, sobre todo intentando comprender porqué y de qué manera la UE está siendo capaz de lograr inserir la preservación ambiental en todas las acciones y políticas que repercuten en el medio ambiente. En el capítulo IV nos dedicaremos a describir y averiguar cómo se desarrolló la política medioambiental en Brasil. En este capítulo, presentaremos las bases del nuevo constitucionalismo ambiental brasileño, o sea, el estado de derecho socioambiental, instituido en Brasil por la Constitución Federal de 1988. La segunda parte es, indudablemente, el núcleo principal de la tesis doctoral, en la cual describimos la actual estructura del régimen jurídico brasileño de evaluación de impacto ambiental, analizándolo desde una visión crítica, a fin de determinar las vicisitudes que esta estructura comporta en aras de fijar los elementos que pueden ser modificados y perfeccionados. En el Capítulo V, realizaremos un análisis de la evolución histórica de la evaluación de impacto ambiental, abordando sus antecedentes y evolución en Europa. En seguida pasaremos al estudio de la evaluación ambiental de proyectos analizando los principales aspectos de esa herramienta jurídica en Brasil y en España y mencionando, aunque brevemente, el sistema francés de evaluación de impacto ambiental de proyectos. El capítulo VI se dedicará al estudio de la evaluación ambiental estratégica. Se pondrán de relieve las principales diferencias entre la EIA y la EAE, con el objetivo de comprobar que los dos instrumentos son complementarios e igualmente necesarios para el funcionamiento de un sistema de evaluación de impacto ambiental que se desee eficaz y eficiente. En este capítulo destacaremos la importancia de la evaluación ambiental estratégica de las leyes y de las políticas públicas. Aunque la aplicación de tales modalidades de evaluación estratégica no tenga carácter obligatorio en los Estados miembros de la UE es el objetivo de este estudio demostrar que son también necesarias para concretar el principio de integración ambiental, ya que es incontestable que las leyes y las políticas públicas pueden generar impactos significativos en el medio ambiente. En el capítulo VII trataremos de la participación ciudadana en la evaluación del impacto ambiental. A partir de consideraciones sobre la participación ciudadana en los regímenes jurídicos brasileño y español, intentaremos aportar sugerencias para ampliar la participación ciudadana en los procedimientos de evaluación del impacto ambiental. La propuesta institucional expuesta en el Capítulo VIII constituye la verdadera aportación de la tesis doctoral, al establecer las características, la naturaleza jurídica y los requisitos que deberán orientar la institucionalización de la evaluación ambiental estratégica en Brasil. Para conseguir este objetivo, analizaremos en primer lugar los efectos de las políticas neoliberales implantadas en Brasil en los últimos años. A partir de los errores identificados en la política medioambiental de nuestro país en una sociedad de riesgo, indicaremos las razones que nos llevan a considerar la evaluación ambiental estratégica como uno de los instrumentos más eficaces para garantizar la sostenibilidad, que solo se alcanzará poniendo en práctica el principio de integración de la protección del medio ambiente en todas las acciones públicas de desarrollo. Finalmente, destacamos que nuestra aportación se basa en la creación de un sistema que incremente el grado de protección volcada hacia la tutela anticipatoria de los riesgos que podrían causar daños al medioambiente. CONCLUSIONES PRIMERA: Se constata que en Brasil los efectos ambientales de las acciones de desarrollo económico no son sistemáticamente evaluados, ya sea en el ámbito federal, por el Instituto Brasileño del Medio Ambiente (IBAMA), o ya sea en el ámbito estatal, por los distintos organismos estatales con competencia en materia medioambiental. En este sentido, se ha pronunciado una auditoría realizada por el Tribunal de Cuentas de la Unión Federal ¿ TCU en 2009, que ha puesto de relieve que el IBAMA en el proceso de otorgamiento de licencias ambientales no tiene un sistema eficiente para evaluar los beneficios de la concesión de licencias y el impacto real de las obras o emprendimientos licenciados en el medio ambiente. Y, además, señala que no son utilizados por el citado instituto (IBAMA) instrumentos capaces de identificar y medir los beneficios, ni siquiera saber si las medidas de preservación del medio ambiente están siendo adoptadas por los responsables. Hay una falta sistemática de seguimiento de las licencias concedidas. La falta de seguimiento del impacto ambiental de las actividades licenciadas obstaculiza el desarrollo de normas y criterios para orientar a los promotores y a sus equipos técnicos en la preparación del estudio de impacto ambiental, lo que genera un círculo vicioso. Además, con mayor seguridad en torno a la falta de seguimiento de las licencias ambientales, se observa, asimismo, que, en Brasil, acarrea la ausencia de verificación y por tanto la imposibilidad de proponer medidas para disminuir los impactos ambientales negativos de la obra o actividad, permitiendo que ocurra graves e irreversibles daños ambientales. Además, se constata que en Brasil durante el procedimiento de otorgamiento de licencias ambientales se producen indeseables injerencias, como las presiones políticas para la concesión de licencias, como hemos visto ha tenido lugar con la autorización de la Central Hidroeléctrica de Belo Monte. SEGUNDA: Se constata la escasa efectividad del sistema de evaluación del impacto ambiental en Brasil. Las causas que motivan esta escasa efectividad pueden resumirse en las siguientes: a) La no vinculación del órgano ambiental responsable de la concesión de licencias ambientales a lo apuntado en los estudios técnicos realizados durante el procedimiento de licenciamiento ambiental. b) La no vinculación del órgano ambiental responsable de la concesión de licencias a lo discutido en las audiencias públicas, excluyéndose a los ciudadanos de la participación en el proceso de toma de decisiones. c) La baja calidad de los estudios técnicos y la inconsistencia de sus diagnósticos, dada la falta de una valoración adecuada de los proyectos, lo que lleva a resultados y conclusiones negligentes, contrarios a la teoría y estudios científicos existentes. d) La falta de imparcialidad de los técnicos contratados, que presentan análisis tendenciosos y de baja calidad técnica para apoyar los objetivos de los proponentes del proyecto. e) La vulneración del derecho de los ciudadanos de acceso a la información medioambiental. f) La ausencia de sanciones efectivas, tanto de naturaleza civil, como penal, a los funcionarios responsables de la expedición de licencias, así como a los técnicos responsables de la elaboración de los estudios medioambientales e incluso a los proponentes de los proyectos, por incumplimiento de las normas que regulan la evaluación de impacto ambiental en Brasil, cuando sea pertinente y esté prevista en el ordenamiento jurídico vigente. TERCERA: Como ha quedado expuesto, la evaluación de impacto ambiental de proyectos y la evaluación ambiental estratégica son instrumentos complementarios e interdependientes. Como hemos señalado, un sistema de evaluación de impacto ambiental para que sea completo, eficaz y eficiente necesita establecer la evaluación de los impactos ambientales desde la fase embrionaria del proceso de toma de decisiones, esto es, desde la fase del planeamiento estratégico del desarrollo, cuando, al menos en teoría, todas las opciones aún están abiertas, incluso, la opción cero, que significa no realizar la acción cuando los estudios ambientales realizados demuestren que sus potenciales beneficios no justificarían los perjuicios que su implementación traería al medio ambiente. Pues bien, en virtud de lo expuesto, concluimos que el sistema de evaluación de impacto ambiental brasileño es incompleto, ineficiente e ineficaz, ya que no determina, no contempla, la evaluación de impacto ambiental a partir de la fase del planeamiento estratégico. CUARTA: El crecimiento económico continua siendo el principal objetivo de las políticas públicas en Brasil, que posterga y desplaza a un segundo plano la protección ambiental. En este sentido, hemos podido comprobar cómo alcanza incluso al Poder Legislativo que ha dado origen a un movimiento de flexibilización de la legislación de protección del medio ambiente. Así pues, bajo la ¿justificación¿ (burda excusa) de que el rigor de las leyes ambientales está suponiendo un obstáculo para el crecimiento económico del país, se están promulgando leyes que permiten la ocupación irrestricta de áreas de protección ambiental, que amnistían de penalidades a los causadores de daños ambientales o que flexibilizan las normas procedimentales de protección ambiental, que están permitiendo autorizar obras y actividades sin que sus impactos ambientales sean previamente evaluados, causando un grave retroceso en materia de protección medioambiental y desarrollo sostenible. QUINTA: Además de lo anterior, también hemos puesto de relieve en nuestro estudio la ausencia de reglamentación jurídica de la EAE en Brasil. A nuestro juicio, ésta es la principal deficiencia del régimen jurídico brasileño de evaluación de impacto ambiental. Tal deficiencia le impide a Brasil hacer efectivo el principio de integración de la protección del medio ambiente en su proceso de crecimiento económico, sobre todo, ello es aún más grave si se tiene en cuenta que el desarrollo sostenible constituye un principio y un objetivo del Estado de Derecho Socioambiental establecido por la Constitución Federal de 1988. Por ello, ante esta grave deficiencia del ordenamiento jurídico ambiental brasileño, hemos propuesto (con la finalidad de suplir esta laguna jurídica) una metodología inspirada en el derecho comparado, en el derecho europeo y en la normativa de algunos de sus Estados miembros, para que, sobre todo (sin ánimo de exhaustividad en este momento) se someta a evaluación de impacto ambiental las decisiones públicas desde la fase de su planificación, gestionando los riesgos al medio ambiente, garantizando que la participación ciudadana sea real y efectiva en dicho procedimiento, lo que conferirá mayor legitimidad a las políticas públicas. Además, nuestra propuesta llega más lejos, pues, entendemos que en Brasil no solo los planes y programas capaces de generar impactos ambientales significativos deben ser sometidos a EAE, sino que también deben serlo las leyes que tengan tal potencialidad. Entendemos que de ser así, en Brasil se daría un gran paso para alcanzar el reto que supone avanzar hacia un verdadero ¿desarrollo sostenible¿. BIBLIOGRAFÍA MÁS RELEVANTE A. LIBROS BAUMAN Z. La globalización. Consecuencias humanas, Fondo de cultura económica, México, 2010. BAUMAN, Z. Modernidad líquida, Fondo de Cultura Económica de Argentina, Buenos Aires, 2002. BECK, U. La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad, Paidós, Barcelona, 1998. BECK, Ulrich. Sociedade de risco. Rumo a uma outra modernidade, 2a edición, Editora 34, São Paulo, 2011. CUYÁS PALAZÓN, M. M. Urbanismo Ambiental y Evaluación Estratégica, Atelier Libros Jurídicos, Barcelona, 2007. ESTEVE PARDO, J. El desconcierto del Leviatán. Política y derecho ante las incertidumbres de la ciência, Marcial Pons, Madrid, 2009. ESTEVE PARDO, J. Ley de Responsabilidad Medioambiental Comentario Sistemático, Marcial Pons, Madrid, 2008. ESTEVE PARDO, J. Derecho del medio ambiente, 2ª edición, Marcial Pons, Madrid, 2008. 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Ego te provoco: algunas consideraciones preliminares.El continuo despliegue de potencias extra-regionales por el hemisferio ha adquirido nuevas connotaciones estos dos últimos años. En ambientes políticos, y comunidades epistémicas, han surgido visiones contrapuestas a la hora de evaluar estos despliegues. Por un lado, están quienes ven esta problemática de forma relativamente benigna y en lo medular acorde a las tendencias globalizantes que estarían abarcando todo el planeta sin excepciones de país, cultura, economía o sociedad. Por otro, están quienes matizan las intensidades y diferencian entre los objetivos buscados por una u otra potencia extra-regional. China, India, Rusia e Irán, los actores extra-regionales más activos, tendrían motivaciones distintas; y la receptividad también sería diferenciada. Sin embargo, en los nichos e intersticios por donde circula la influencia extra-regional queda al descubierto una característica común cual es la ausencia relativa del otrora omnipresente comportamiento de Estados Unidos.En este contexto, plagado de factores multidireccionales, es la penetración iraní la que suscita mayor atención. También es sobre la que hay menor información en fuentes públicas. Ello no ha sido óbice, sin embargo, para que, desde 2005 en adelante, ésta penetración sea no sólo ostensible sino creciente. En visibilidad y en complejidad.En efecto, Irán se está desplegando por América Latina a través de una hábil combinación de elementos propios de soft y del hard power. Emplea también una gama de otros elementos intermedios. Los énfasis de unos, o de otros, está relacionados no sólo con el diseño conceptual y praxis desplegada por Teherán, sino también con la receptividad que ha tenido en cada país de la región. De esta forma, se han generado tendencias que hacen de la relación de Irán con los países latinoamericanos un tema esencial de la agenda de seguridad hemisférica.Siguiendo a dos de los más prolíficos autores en esta materia, Román Ortiz y Ely Karmon, y teniendo en consideración el carácter complejo del diseño conceptual y la praxis de la penetración iraní, se sostiene la hipótesis general de que la principal motivación de los iraníes es la obtención de influencia en el "patio trasero de EEUU".Aunque el despliegue iraní se observa en la mayoría de los países del hemisferio, cinco sudamericanos son los que concentran mayor actividad (en orden alfabético): Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela. Con cada uno, se registra una relación multifacética y no desprovista de elementos sui generis, que poco o nada tienen que ver con los cánones tradicionales de las relaciones bilaterales. En consecuencia, identificar y problematizar estos elementos coadyuva en la muy intrincada tarea de desentrañar las razones por las que, por primera vez en su historia milenaria, los persas se muestran interesados en esta zona del mundo.Para alcanzar un foothold en América del Sur, el régimen iraní se procura diversos tipos de elementos categorizables en a) aquellos de poder suave (diplomacia pura y formal, lazos culturales inocuos, como el hermanamiento de ciudades, convenios universitarios y otros), b) elementos intermedios (apoyo material y espiritual a comunidades shií en la región, a mezquitas y centros religiosos) y c) elementos definitivamente duros (acuerdos militares o industriales vinculados a asuntos de seguridad y defensa o comerciales con dicha finalidad, o bien actividades encubiertas con grupos terroristas afines como Hizbollah). Denominador común de todos estos elementos es su ubicación en el contexto de una estrategia a prioridefinida.La vastedad de los elementos señalados, así como el fortísimo sigilo con que son ejecutados, ha llevado a que analistas y académicos privilegien dos posturas para entender su impacto; ambas benignas. En efecto, la mayoría las ve como algo irrelevante, por momentos incluso con cierta indiferencia, casi como un sub-producto de las excentricidades del régimen de los ayatollahs, mientras que en otros momentos, buscan asociarla a cierta inevitabilidad de los cambios en el escenario mundial y a la pérdida relativa de la influencia estadounidense en América del Sur. Sin embargo, ambas relativizan las verdaderas consecuencias y no dan cuenta de su naturaleza. Naturaleza y consecuencia van de la mano. La primera se entiende por su rasgo fundamental, cual es que toda la estrategia iraní está en manos del Pasdaran. Por cierto que ello no implica necesariamente que todas las consecuencias sean previsibles o inmediatas. Pero al ser el Pasdaran el principal instrumento de la penetración, no se puede sino asociar la penetración a los objetivos e imperativos estratégicos de Teherán, vale decir con los planes nucleares, con la competencia estratégica con EEUU, con la construcción de bases capaces de propinar golpes de represalia en el corazón mismo de Norteamérica y, last but no least, con el papel global asignado a la religión. En otras palabras, con la capacidad de disuasión iraní. Por lo mismo no es casualidad que los planes de desarrollo nuclear y misilístico estén bajo tuición del Pasdaran. Tampoco es casualidad que el despliegue esté tan estrechamente vinculado a su estrategia de promoción del fundamentalismo islámico y a la pretensión de aislar a Israel (1). Vista en el contexto de los imperativos estratégicos de Irán, la generación de complicidades con gobiernos afines es fundamental.En esta materia, el despliegue iraní en la región registra novedades generales y específicas a lo largo del bienio 2010-2011.Hannibal ante portas: Irán se despliega en América del SurCuasi de forma paralela a la gira del Presidente Barack Obama por Brasil, Chile y El Salvador en marzo de 2011, el Viceministro de Relaciones Exteriores iraní, Behrouz Kamalvandi realizó un periplo por Quito, Bogotá y La Paz. Pocas semanas más tarde, al iniciar junio de 2011, el influyente y controversial Ministro de Defensa iraní, Ahmed Vahidi, llegó a Caracas para desplazarse luego a La Paz. Asimismo, a fines de 2010, el régimen de Ahmedinejad destinó US$ 4.500 millones para esta nueva etapa de su despliegue en América del Sur (2).Esta verdadera proliferación de recursos económicos, políticos abiertos y encubiertos, así como diplomáticos indica que los énfasis de estos dos últimos años se han comenzado a vincular crecientemente con el poder duro. De acuerdo a las previsiones de Elías Eliaschev, durante 2011 se completará la designación de 150 cargos para el staff que se dedica a América Latina en general, y de esa masa de US$ 4.500 millones, ya se han empezado a ejecutar US$ 87 millones (una transferencia supervisada por el propio comandante general de las brigadas Quds, Qassem Soleimani), de los cuales, a su vez, siete milllones han ido directo a Hizbollah(3).Parece razonable entonces asumir la hipótesis de que el poder duro ha adquirido centralidad. Sin embargo, los ritmos e impulsos que vaya observando el despliegue iraní dependerá finalmente de los nioveles de receptividad de cada país sudamericano(4). Esta responde a necesidades y motivaciones específicas. De ahí que el despliegue deba tener también una atención relativa en aquellos elementos de poder blando y toda la gama intermedia. Los sucesos acaecidos en torno a la visita de Ahmed Vahidi a Bolivia, examinados infra, así como el objetivo de alcanzar pronto US$ 20 mil millones en inversiones diversas de Irán en la región, confirman esta necesidad que tendrá Irán de ir acomodando su estrategia a las citadas sensibilidades de cada país sudamericano.En cuanto a los elementos de poder suave, el más importante verificador de tendencia del despliegue está dado por el incremento de embajadas iraníes en la región. Teherán tenía hasta el 2007 (5) sólo cinco embajadas en América Latina; de ellas únicamente tres en América del Sur. Hacia el 2011, el número de legaciones con embajador residente ha crecido ostensiblemente. Once suman hasta mediados de 2011 las embajadas iraníes en América Latina. Un dato anexo es que salvo Guyana y Surinam, la diplomacia iraní mantiene legaciones en todos los países de la región, y la única donde no hay embajador residente es aquella en Paraguay. Sin embargo, las visitas a Asunción del embajador concurrente -desde Montevideo- tienen la inusual frecuencia de una por mes; sin contar las constantes visitas de personeros de gobierno a Asunción (6). Finalmente, dentro del ámbito de poder suave, destaca también el apoyo manifiesto expresado por los embajadores de los países integrantes del ALBA en Teherán el 16 de julio de 2010, reiterando el "derecho soberano de Irán para generar energía atómica y utilizarla para fines pacíficos". Declaración vista con satisfacción en Teherán ya que permite visualizar algunos signos homogéneos en la receptividad regional. Debe tenerse en consideración que en los asuntos concernientes al vínculo con Irán, son los países sudamericanos del ALBA (Venezuela y Bolivia) los que llevan la iniciativa (7).En definitiva, se trata de un bienio lleno de connotaciones de alto significado, de una tendencia in crescendo, que, sin embargo, podría terminar abruptamente si la enfermedad del Presidente venezolano eclipsa su protagonismo.a) Relatio in terrorem: ArgentinaLas relaciones argentino-iraníes, a lo largo de estos dos últimos años, siguieron muy fuertemente marcadas por las reverberaciones de los brutales atentados a la embajada israelí y contra la AMIA en 1992 y 1994, respectivamente (8).Antecedentes con poderosa significación fueron descritos y fundamentados por Pepe Eliaschev en el diario Perfil (26.3. 2011). El primero apunta a la propuesta de la Casa Rosada para negociar un acuerdo secreto entre los dos gobiernos para dejar de lado el proceso judicial que lleva a cabo el juez Alberto Nisman contra exdiplomáticos y altos funcionarios iraníes a cambio de un compromiso por mayor intercambio comercial (9). La revelación de este antecedente tuvo como resultado que la visita del canciller Hector Timmerman a Israel, anunciada para fines de marzo, estuvo a punto de ser cancelada debido al profundo malestar causado en el gobierno iraní. Declaraciones posteriores de la cancillería argentina, negando la propuesta, mitigaron el estado de crispación bilateral, y el canciller finalmente se desplazó a Jerusalén.Un segundo antecedente de alta significación, y que causó gran molestia en el juez Nisman, es la revelación de tareas de reclutamiento y recolección de fondos en Brasil por parte de Hizbollah, Hamas y Al Qaeda en la zona de la Triple Frontera, en las que el iraní Moshe Rabbani, sindicado como autor intelectual del ataque a la AMIA, es fundamental. Rabbani ha visitado ocasionalmente Brasil utilizando pasaporte falso (10). Para ahondar aún más la controversia, Rabbani participó en abril de 2011 en un programa de radio junto al activista kirchnerista Luis D´Elía negando la versión de sus viajes a Brasil. Anexo a esta problemática, durante el bienio continuó también la controversia en torno a las actividades de la embajada de Irán en Buenos Aires. El juez Rafael Rafecas, por ejemplo, denunció que desde esa legación se financia a muchas agrupaciones anti-judías y que el nexo es el activista pro-gubernativo Luis D´Elía (11).El intento de revertir el estado de deterioro generalizado que existe en las relaciones bilaterales, y que Eliaschev adjudica a la influencia del canciller Timmerman, ocurrió meses después de que la Presidenta Cristina Fernandez, hablando ante la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2010, propusiera una solución a la Lockerbie, que comprendiera un proceso judicial a los iraníes acusados por el caso de la AMIA en un tercer país, por mutuo acuerdo entre Irán y Argentina (12). No queda muy claro la finalidad de la propuesta, ya que, como era dable esperar, provocó una agria carta respuesta de Irán dirigida al Presidente de la Asamblea General(13).Finalmente cabe consignar que en el plano comercial, a inicios de abril de 2011, se anunció que Teherán empezará a incrementar sus compras de soya. La iniciativa surgió no sólo por el interés de Irán sino por la baja de las exportaciones argentinas de este producto a la India para las que era necesario encontrar otro poder comprador (14).En suma, el bienio 2010-2011 ha servido para constatar que el vínculo iraní-argentino sigue alterado en sus cimientos (15). La intensidad de las reverberaciones que continúan emanando de los atentados a la embajada israelí y a la AMIA ponen necesariamente un signo de interrogación a la evolución ulterior que tenga este problema, cuya solución definitiva no se divisa. En tal sentido, el principal elemento a monitorear es la presunta oferta emanada de Teherán a mediados de julio orientada a re-tomar el diálogo.b) Dulce periculum: las tentaciones bolivianas El bienio 2010-2011 fue especialmente fructífero para la relación entre estos dos países. Mirado desde el punto de vista de la estrategia iraní, los antecedentes del período consolidaron a Bolivia, en términos cualitativos, como el segundo eslabón más importante en la región. Mirado desde la perspectiva boliviana, asistencia iraní en diversos ámbitos superó los US$ 1200 millones lo que convirtió a Irán en el segundo donante del país, superando a la Unión Europea (16).En el plano diplomático adquirieron relevancia varios hechos como la inauguración de la embajada iraní en La Paz, en septiembre de 2010, el viaje del Presidente Morales a Teherán un mes más tarde (17), y los desplazamientos realizados por varios altos personeros del gobierno iraní por territorio boliviano durante el primer semestre de 2011. Desde el punto de vista comunicacional, lo más destacado del viaje de Morales a Teherán y Tabriz, fue el anuncio de que Irán asistiría a Bolivia en la construcción de una planta de energía nuclear. Dado que el asunto carece de toda viabilidad debido al precario nivel de masa crítica existente en Bolivia respecto a esta materia, el anuncio adquiere singularidad. Desde ahora en adelante habrá movimientos, algunos visibles, otros menos, de especialistas y personeros vinculados a elementos de poder duro iraní. En este marco, fuertes sospechas tiene la aprobación de un proyecto de ley por el Congreso boliviano en junio de 2011, destinado a facilitar el turismo entre los dos países, ya que, pese a no existir cifras oficiales sobre el tema, todas las estimaciones apuntan a un flujo prácticamente inexistente.Otros dos elementos de poder duro son tanto la declaración conjunta emitida tras el viaje de Morales, en el sentido de que ambos países señalan a EEUU como enemigo común, como también el anuncio de crear un banco binacional que permitirá gestionar futuros proyectos. Esto último, ya se había visualizado un mes antes del viaje de Morales, cuando el ministro de Industrias y Minas de Irán, Ali Akhbar Mehravian asistió a la presentación de cartas credenciales del embajador Alireza Ghozeilee en La Paz, asunto que además, coincidió con la apertura física de la legación persa. La cartera del ministro constituyó una señal indicativa del énfasis que Irán está dando a este vínculo. Consecuentemente, durante la visita de Mahrebi, ambos países suscribieron acuerdos en materias de gas, petróleo y petroquímica. Además, Mahrebi inauguró las dependencias de la Iranian Oil en Santa Cruz y ofreció una nueva línea de crédito por US$ 254 millones que permitirá expandir los proyectos existentes y examinar nuevos proyectos en torno a la extracción del litio.Posteriormente, en marzo de 2011, la visita del Vicecanciller Behrouz Kamalvandi hizo anuncios que reforzaron el carácter estratégico que está asumiendo Bolivia en el despliegue iraní en la región. Kamalvandi anunció tanto la creación de un Centro Geocientífico, que se dedicará a estudiar datos geológicos de Bolivia, como de una red de transmisión y de antenas que permita crear un canal nacional de televisión. El objetivo central del Centro Geocientífico es localizar yacimientos de uranio. Hasta ahora, los estudios sobre localización y caraterísticas de depósitos uraníferos bolivianos son confusos, debido a su obsolescencia y poca acuciosidad. Uranio existiría en la Cordillera de Los Frailes, en Cotaje (Potosí) y en Mamonó, el este del país cerca d ela frontera con Brasil, en el Parque Noel Kempff Mercado y bajo el Bosque Seco Chiquitano (ambos forman el ecosistema El Pantanal). Tras la visita de Mehravian, la ministra boliviana de Planificación, Viviana Caro manifestó, "hay intenciones de realizar trabajos, pero lo que se necesita es una carta geológica actualizada en la que colaborará Irán" (18). Jorisch sostiene que el litio podría ser utilizado como un acelerador alternativo en el enriquecimiento de uranio. Durante su visita, Kamalvandi firmó acuerdos justamente para explotar litio (algo acordado inicialmente durante la visita de Ghozeilee)(19). Además, comprometió una línea de crédito adicional a la de US$ 270 millones ya existente para construir represas. Se trata de una línea crediticia abierta que se materializará apenas lo disponga el gobierno de Morales.Una significancia mayor tiene la llegada a Bolivia, en junio de 2011, del ministro de Defensa iraní, Ahmed Vahidi (20), quien visitó La Paz y Santa Cruz. Declaraciones de Vahidi ofreciendo todo tipo de ayuda militar que Bolivia demande y la invitación a la inauguración de la Escuela Militar del ALBA, ratifican la hipótesis sustentada acerca de la especificidad estratégica que tiene el despliegue iraní en Bolivia. Como trascendió por la prensa, Vahidi debió interrumpir su estadía en Bolivia, cuando fue detectado por el servicio de inteligencia argentino (SI) mientras se efectuaba una ceremonia en el Colegio Militar de Aviación (COLMILAV) en la que se entregaban licencias de pilotos a cadetes de Bolivia, Venezuela y Panamá. Ello motivó la rápida queja del gobierno de Cristina Fernández, quien advirtió al Presidente Morales sobre el retiro de la invitación que se le había cursado para que visitara Buenos Aires la semana siguiente (21). Bolivia presentó sus excusas al gobierno argentino, y ni Morales ni su ministra de Defensa, Cecilia Chacón se refirieron públicamente al incidente. Vahidi, sin comentarlo directamente, valoró positivamente su paso por Bolivia y reiteró que "la cooperación total con los países latinoamericanos goza de prioridad para Irán"(22).El carácter estratégico de Bolivia en el despliegue iraní en la región, había quedado esbozado en octubre de 2010, cuando el ministro de Economía y Finanzas de Bolivia, Luis Arce informó de un acuerdo entre los dos países para la compra de equipos militares iraníes, el mantenimiento de las aeronaves de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), así como un acuerdo para entrenamiento militar. Ese anuncio ministerial ocurrió dos semanas después que Morales llegara procedente de Teherán (23).En síntesis, la relación bilateral ha entrado en una etapa cualitativamente distinta estos dos últimos años, marcada por claras intenciones de fortalecer un compromiso que adquiere visos de estratégico. El interés manifestado por ambos en esta línea indica que se debería generar mayores niveles de asociatividad bilateral en el futuro cercano. En todo caso, si Bolivia no cautela los aspectos políticos formales de este acercamiento, se producirán inevitablemente fricciones inesperadas con terceros, tal cual de desprendió de la tensión argentino-iraní en relación a Vahidi. La experiencia de este hombre clave del Pasdaran en Bolivia es una señal que los próximos pasos del acercamiento bilateral se caractericen por la opacidad y el sigilo.c) De omnibus dubitandum, las aprehensiones del neo-lulismobrasileño Las relaciones bilaterales durante el bienio, sometidas a las reverberaciones del viaje del Presidente Ahmedinejad a Brasil, ocurrido en las postrimerías del 2009, siguen mostrando señales ambivalentes. Sin embargo, la fuerza ex intra de algunas de éstas indican que, paulatinamente, se ha ido instalando la idea de poner las relaciones bilaterales bajo premisas nuevas. Son señales que, decodificadas, ofrecen matices diferenciadores respecto a los años de lulismo puro.En efecto, a lo largo de casi todo el 2010 se observó una atención brasileña muy deferente hacia problemática iraní, ejemplificada en la crítica que hizo el canciller Celso Amorim en marzo de ese año a la imposición de sanciones contra el régimen de Teherán. El pragmatismo del lulismo puro cobró expresividad en el acuerdo Brasil-Turquía (marzo 2010), que provocó desconcierto en varios países centrales, malestar en Washington y preocupación en Israel (24). Ese acuerdo, percibido positivamente por Ahmedinejad, se suscribió en el marco de la cumbre de los G-15 realizada en Teherán.Otra señal proveniente del pragmatismo lulista había ocurrido poco antes, en abril de 2010, cuando Petrobras anunció que mantendría sus oficinas en Teherán y todas sus inversiones en el Mar Caspio, pese al clima internacional desfavorable. Prosiguió al mes siguiente, cuando de forma demostrativa, Lula realizó una visita oficial a Teherán, que culminó en el controversial acuerdo con Turquía. Continuó en junio de 2010, cuando, en votación dividida, el Consejo de Seguridad aprobó sanciones (Resolución 2040) con los votos en contra de Brasil y Turquía (ambos miembros no permanentes del órgano en ese momento).En esta postura pragmática subyacía una visión muy clara. Lula veía los asuntos internacionales con un prisma que favorecía la mantención del diálogo con todo tipo de regímenes y de rechazo a la imposición de sanciones. Para Lula, el efecto de las sanciones terminaban recayendo en los más pobres. Lula, además, insistía en el necesario respeto a la cultura, costumbres y leyes de todos los países, alegando que de lo contrario se alimentaba las tendencias al caos en el sistema internacional.Sin embargo, la asunción de Dilma Roussef comenzó a ofrecer matices respecto allulismo puro, denominación que parte del supuesto que con Dilma el lulismo sigue representando el prisma central de la política exterior brasileña.Sin embargo, los nuevos matices, advertibles en las primeras decisiones de Dilma en torno a la problemática iraní, sugieren que subyacen ideas nuevas. Aunque es prematuro visualizar la intensidad que estas ideas nuevas, se pueden conjeturar énfasis de tipo cuasi doctrinario, por ejemplo en materia de derechos humanos, vistos tanto genéricamente como en lo relativo al de las mujeres. Tal inclinación salpicará directamente la relación con Irán.Dos novedades interesantes sobre esto son las siguientes. Dilma, por ejemplo, fue mucho más dura que su antececesor en cuanto a criticar la lapidación de Sakineh Ashtiani, por presunta complicidad en asesinato de su esposo. Indicó que era "inaceptable y medieval". Apenas ocurrido el hecho, y en su calidad de candidata presidencial, Dilma, solicitó al entonces Presidente Lula, que diera indicaciones a su embajador en Teherán, Antonio Luis Salgado para reunirse con autoridades de la cancillería persa e informarles que Brasil estaba en condiciones de garantizar asilo a Ashtiani.Luego, ya en funciones, invitó a la abogada disidente Shirin Ebadi, Premio Nobel de la Paz 2003, asunto que irritó a la cancillería iraní. Luego, el ministerio de Cultura brasileño formuló críticas a la censura de las obras del escritor Paulo Coelho en Irán.Probablemente el dato más significativo ocurrió en 2011, cuando, por primera vez en 10 años, Brasil (junto a Panamá y Colombia y contra Cuba y Ecuador) votaron a favor de una moción en la Comisión de Derechos Humanos para monitorear la situación de éstos en Irán. Baste recordar que el año previo -2010, es decir bajo ellulismo puro- Brasil se abstuvo (25).Aunque el re-enfoque brasileño implicará que Brasil ya no tendrá un papel tan relevante en el establecimiento del foothold iraní en la región, el régimen de Ahmedinejad ha reaccionado con cautela ante las nuevas señales provenientes de Brasilia. No ha hecho ver sus molestias y pareciera optar por darle preeminencia a los espacios e intersticios que se muestren disponibles. En esa línea, anunció que establecerá un centro comercial durante el segundo semestre 2011 para facilitar negocios entre los dos países (26). El régimen iraní es consciente que el deterioro de la relación bilateral perjudicará más a Irán que a Brasil. Además, también hay señales de continuidad.Vital en este aspecto es la mantención del negocio de la triangulación de alimentos, carnes y azúcar que realizan empresas brasileñas instaladas en Dubai y Emiratos Arabes Unidos.Huelga subrayar que este recalibramiento seguirá siendo monitoreado por Washington y las potencias centrales. A lo largo del bienio ha habido varios motivos de preocupación que podrían repetirse. Por ejemplo, según revelaciones de Wikileaks, a fines de 2010, se produjo una situación que generó preocupación en EEUU y en Alemania, ya que la empresa Machine Sazi Tabriz (MST) habría estado adquiriendo material de uso dual a la brasileña Mello SA Maquinas e Equipamentos. Siemens habría detenido a última hora importantes envíos a Mello SA que iban a ser entregados a MST (27).En definitiva se puede establecer que la relación brasileño-iraní pasa por momentos de ciertas re-definiciones producto de los cambios políticos internos en Brasilia. Dado que la cautela dominará la apreciación de ambos, es probable que la agenda bilateral no oscile entre elementos de poder duro ni blando, sino descanse en aquellos intermedios, donde las cuestiones estrictamente comerciales vayan adquiriendo centralidad. (1) Los dos principales instrumentos globales de la línea estratégica anti-israelí son ese híbrido llamado Hizbollah y el Pasdaran; ambos con capacidades para operar en cualquier parte del globo. Los mortíferos ataques en Buenos contra la embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 y contra la AMIA en 1994, ejecutados conjuntamente, son los mejores ejemplos de dicha capacidad. Karmon sostiene que la amenaza terrorista es el principal desafío a la seguridad internacional y que después de la guerra fría no se podría hablar de un conflicto armado donde no se haga uso del instrumento terrorista. En tal sentido –añade- la gran amenaza actual proviene de lo que denomina la "coalición iraní", compuesta por Irán y su proxy organization, Hizbollah, creado por el Pasdaran, por Siria, por Hamas.(2) La cifra aparece en varias de las referencias utilizadas en este texto. Según Eliaschev, las prioridades de esta nueva fase del despliegue iraní son: la Triple Frontera (Brasil, Paraguay, Argentina), Venezuela y Panamá. (3) Ver: "Venezuela e Irán".(4) Otros elementos de poder duro son el esfuerzo por instalar en la región bancos iraníes o bien formar instituciones bancarias asociadas así como la cooperación para la prospección y explotación de recursos energéticos específicos (uranio, litio, petróleo y gas).(5) Fecha referencial clave. El despliegue iraní adquirió contornos más precisos y sistémicos con la Conferencia Internacional sobre América Latina, denominada "Desarrollo en América Latina: su papel y su estatus en el futuro sistema internacional" (febrero, 2007) y en la que participaron invitados de Argentina, Venezuela, Colombia, Cuba, Brasil, Uruguay y Ecuador aparte de latinoamericanistas de Italia, Rusia, y China". Fue un seminario auspiciado por el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní y sirvió para dar luces acerca del diseño conceptual y modelos de praxis para materializar la iniciativa. Procuró insertar conceptualmente el despliegue en las corrientes revolucionarias de la época, buscando asociar las figuras de los comandantes Chamran y Guevara como simbólicas del encuentro revolucionario entre Irán y América Latina. El gobierno iraní invitó a exponer al seminario a dos hijos de Guevara. Pocos meses más tarde, en Teherán e Isfahan, también con auspicio de organismos de gobierno, se efectuó el Primer Congreso Internacional de Literatura Latinoamericana. Ver Witker, op cit. pp. 171-172.(6) La relación de Irán con Paraguay se inicia bajo mandato del Presidente Lugo el 15 de agosto de 2008. Un trascendido relevante en las relaciones de Irán con esta zona del mundo es la presunta petición formulada a inicios de abril de 2011 por Ahmedinejad al Presidente paraguayo, Fernando Lugo en orden a garantizar asilo para Muammar Gaddafi.(7) Ver "Apoyo del ALBA a Irán" en el sitio http://www.noticiasdeiran.com (accesado el 01.06.2011).(8) La trayectoria y los eventos dramáticos ocurridos en la capital argentina apuntan a un diseño conceptual y praxis específicas del interés de Irán en Argentina, pues no se divisan motivos demográficos o migratorios, ni económicos, ni gran colaboración militar, aunque sí hay versiones, no confirmadas, de interés en la industria nuclear argentina a comienzos de los 90. Sí tiene fuerza explicativa la numerosa población judía en Argentina. Al asumir a los aproximadamente 250 mil judíos argentinos como blanco de su despliegue global, se advierten elementos coherentes con el esquema antijudío que marca la diplomacia iraní desde fines de los 80.(9) El acuerdo habría nacido tras una oferta hecha por Timmerman mientras efectuaba una visita a Aleppo, Siria entre el 23 y 24 de enero de 2011. Los mediadores iban a ser el Presidente sirio Bashar al Assad y su canciller Walid al Mohalem. El texto de Eliaschev asegura que en septiembre de 2010 y febrero de 2011 se produjeron tratativas directas, aunque discretas, entre Argentina e Irán a nivel de "funcionarios poco conocido".(10) Pagina 12 y Perfil (7 de abril). El juez Nisman identificó una casa de seguridad de Rabbani y otros 20 terroristas en Sergipe N° 67 en la ciudad Foz de Iguacú.(11) Rafecas instruye casos contra algunos grupos terroristas como Quebracho. Esas afirmaciones las hizo en una reunión realizada en la Sociedad Hebraica del Pilar, Buenos Aires el 30 de marzo de 2011.(12) Hay versiones que indican que esta fórmula habría sido propuesta en 2003 y que no se habría encontrado ningún país dispuesto a servir como tal.(13) "Respuesta de Irán a Argentina en Naciones Unidas" en http://www.noticiasdeiran.com (accesado 14.6.2011).(14) El intercambio comercial entre Irán y Argentina llegaba en 2011 a US$ 1.200 millones anualmente.(15) Inicialmente, las investigaciones tropezaron con las enormes dudas acerca de qué pudo haber motivado esta expansión terrorista hacia América del Sur. También se hicieron públicas varias hipótesis argentino-céntricas de un presunto descontento del mundo musulmán por la participación de Buenos Aires en la primera guerra desatada por Estados Unidos contra Irak, aunque Irán era muy hostil al Irak de Saddam Hussein 1980-1988. Ese resentimiento musulmán se habría visto alimentado también por otros motivos. Los daños causados a Irak, financista de Egipto, y potencial beneficiario del proyecto misilístico Cóndor (desarrollado por Argentina y Egipto), abandonado por Menem por imposición de Estados Unidos. Luego estaría la decepción de Trípoli tras haber invertido fondos en la campaña electoral de Menem. Otro elemento de resentimiento musulmán con Argentina sería la distancia que tomó Buenos Aires respecto del Movimiento de No Alineados en 1991 y su acercamiento a Estados Unidos. Por último, la desilusión experimentada por Damasco ante los diversos viajes de Menem a Medio Oriente en los que no visitó Siria (el país de sus ancestros), a la vez que se convertía en el primer Presidente argentino en viajar a Israel. Todas hipótesis excesivamente argentino-céntricas y carentes de efectivo poder explicativo.(16) Irán ha financiado una fábrica de textiles, una de cemento, un hospital en El Alto, una procesadora de lácteos y ha iniciado estudios para una ensambladora de tractores. La suma es un conjunto de créditos que forman parte del llamado Plan de Cooperación Industrial válido por cinco años firmado en 2007 durante la visita de Ahmedinejad a La Paz. Notoriedad tiene un reportaje de la BBC (27.11.2009) alerta sobre la posible obligatoriedad que existiría en el centro hospitalario construido en El Alto para que las mujeres porten velo.(17) La visita de Morales incluyó un desplazamiento a la ciudad de Tabriz donde visitó una fábrica de tractores. Irán tiene la oferta de instalar una ensambladora similar a la levantada en Venezuela.(18) Ver: "Uranio y agua para Irán" en http://www.noalamina.org (accesado 10.6.2011).(19) Sobre este punto, las negociaciones se habían iniciado en octubre de 2010 durante la segunda visita de Morales a Teherán. Bolivia tiene un depósitos estimados de 100 millones de toneladas métricas (TM) de litio, lo que correspondería al 70% de las reservas mundiales.(20) Excomandante general de la Fuerza Quds del Pasdaran. Existe orden de captura internacional por su participación en el atentado contra la AMIA en Buenos Aires en 1994. Por años nexo entre Teherán y Hizbollah. Su cargo actual implica una tuición directa en el programa de desarrollo nuclear de Irán. La orden de captura de Interpol se extiende a Moshen Rabbani (ex agregado de prensa en la embajada iraní en Buenos Aires), Ali Akhbar Velayati (excanciller), Alí Fallahijan (exministro de Informaciones), Alí Rafsanjani (expresidente), Moshen Rezai (exasesor presidencial), Hadi Soleimanpour (exvicecanciller).(21) Gran parte de la prensa mundial consignó esta nota ese día. El canciller David Choquehuanca endosó responsabilidades a funcionarios medios del Ministerio de Defensa. Otro antecedente que apoya la sospecha de una circunstancia embarazosa es que Vahidi se encontraba alojado en el mismo hotel (Casa Blanca), que el Presidente Morales. Ver La Tercera, Santiago de Chile 6.6. 2011.(22) La Prensa (Bolivia) 03.06.2011.(23) El anunció precisó que podrían adquirirse FAJR-3, S-68 e IRAN-140 así como helicópteros. Ver Los Tiempos, Cochabamba 1.11.2010.(24) El acuerdo consistía en que Irán se comprometía a enviar 1200 kilos de uranio enriquecido al 3,5% hacia Turquía y recibiría el producto enriquecido al 20% para usos médicos, en un proceso supervisado por EEUU, Francia y Rusia más el Organismo Internacional de Energía Atómica.(25) Aprobada por 22 votos a favor , 7 en contra y 14 abstenciones.(26) Aunque la relación entre ambos países también se remonta a comienzos del siglo 20 sólo a partir de los 90 comenzó a registrar cierto volumen al intercambiar alimentos. Sin embargo, a partir de 2003, Petrobras obtuvo una primera licencia de exploración de petróleo en el Mar Caspio con lo que la relación bilateral aumentó fuertemente. En 2004, Petrobras obtuvo una segunda licencia y en 2007 una tercera. El 2009, asociada con Repsol, obtuvo derechos de explotación del bloque Tosan, también en el Caspio.(27) State 123431 SIPDIS E.O. 12958: DECL:12/12/2034 *El autor es politólogo y periodista de la Universidad de Chile,PhD en Comunicaciones por la Universidad Carlos IV de Praga, República Checa y egresado del Centro Hemisférico de Estudios de la Defensa, National Defense University (CHDS-NDU). Ha sido jefe de la Mención en Relaciones Internacionales del Doctorado en Estudios Americanos de la Universidad de Santiago y jefe de Cátedra de Estudios Internacionales de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE) de Chile. En la actualidad es profesor de la ANEPE y la Universidad Alberto Hurtado de Santiago de Chile,profesor visitante del Colegio Interamericano de Defensa, Washington DC. Ha publicado varios artículos sobre terrorismo y seguridad internacional en revistas académicas, destacando "Los guiños de Mefisto. Relaciones Irán-América Latina, los casos de Chile y Argentina", "El síndrome de Herostratos o la conversión de terroristas en íconos". "Momentos palmerstonianos: retórica integracionista y conductas divisivas a la luz de la cumbre energética de 2007".