Producción Científica ; A finales de la década de los ochenta del siglo XX tuvo lugar en la antigua Checoslovaquia la conocida como Revolución de Terciopelo. La prensa española se hizo eco de lo que estaba aconteciendo en aquel país del Este europeo dando prioridad a dichas noticias dentro de su agenda. La perspectiva desde la cual estos medios analizaron y difundieron lo que sucedió al otro lado del "telón de acero", estuvo influida por el hecho de que los acontecimientos checoslovacos se desarrollaron cuando la Transición española comenzaba a formar parte de la memoria histórica de la nación y se empezaba a consolidar el imaginario colectivo sobre lo acontecido tras el final de la dictadura franquista. Teniendo en cuenta estas circunstancias, el presente trabajo trata de explicar cómo la prensa española narró la Revolución de Terciopelo a partir de las claves discursivas nacidas de la socialización del recuerdo del cambio político ocurrido en España durante la segunda mitad de los años setenta. ; In the late eighties of the twentieth century took place in Czechoslovakia the Velvet Revolution. The Spanish press told what was happening in that country of Eastern Europe by giving priority to such news in the media agenda. The perspective from which the media analysed and disseminated what happened across the "Iron Curtain", was influenced by the fact that Czechoslovak events took place when the Spanish transition was beginning to be part of the historical memory of the nation and began to consolidate the collective imagination of what happened after the end of Franco dictatorship. Given these circumstances, this article tries to explain how the Spanish press told Velvet Revolution from the discursive clues arising from the socialization of the memory of political change in Spain during the second half of the '70s.
Se está sintiendo cada día con más urgencia la necesidad de revitalizar las estructuras políticas de las naciones, tratando de encarnarlas en el cuerpo social del que emanan. En los países socialistas el proletariado obrero, consciente de su fuerza, hace sentir de cuando en cuando su presencia en forma inquietante ante el aparato burocrático del Partido que oficialmente le representa. Este es, sin duda, el sentido profundo de la "revolución de diciembre" del 70 en Polonia, por no hablar de la de la primavera del 68 en Checoslovaquia. "Es, en efecto, el caso polaco, la primera vez-- escribía André Martin-- desde hace cincuenta años en que la clase obrera de un país de régimen comunista se lanza a la calle, gana la partida, siembra el pánico en las alturas del aparato dirigente y obliga a un dictador a desaparecer, en la plena acepción del término. Ahora bien, oficialmente el régimen político de la Polonia popular representa a la clase trabajadora" . ; It is feeling with more urgency the need to revitalize the political structures of nations, trying to embody the social body from which they come. In socialist countries the proletariat laborers, conscious of their strength, make feel from time to time their disturbing presence at the party's bureaucratic apparatus which officially represents them. This is, without doubt, the profound meaning of "revolution of December" 70 in Poland, not to mention the spring of 68 in Czechoslovakia. "It is, indeed, the Polish case, the first time - André Martin wrote - for fifty years in the working class of a country under communist rule who took to the streets, wins, sow the panic in the heights of the ruling apparatus and requires a dictator to disappear in the full sense of the word. However, officially the political regime in Poland represents the popular working class. "
It is feeling with more urgency the need to revitalize the political structures of nations, trying to embody the social body from which they come. In socialist countries the proletariat laborers, conscious of their strength, make feel from time to time their disturbing presence at the party's bureaucratic apparatus which officially represents them. This is, without doubt, the profound meaning of "revolution of December" 70 in Poland, not to mention the spring of 68 in Czechoslovakia. "It is, indeed, the Polish case, the first time - André Martin wrote - for fifty years in the working class of a country under communist rule who took to the streets, wins, sow the panic in the heights of the ruling apparatus and requires a dictator to disappear in the full sense of the word. However, officially the political regime in Poland represents the popular working class. " ; Se está sintiendo cada día con más urgencia la necesidad de revitalizar las estructuras políticas de las naciones, tratando de encarnarlas en el cuerpo social del que emanan. En los países socialistas el proletariado obrero, consciente de su fuerza, hace sentir de cuando en cuando su presencia en forma inquietante ante el aparato burocrático del Partido que oficialmente le representa. Este es, sin duda, el sentido profundo de la "revolución de diciembre" del 70 en Polonia, por no hablar de la de la primavera del 68 en Checoslovaquia. "Es, en efecto, el caso polaco, la primera vez-- escribía André Martin-- desde hace cincuenta años en que la clase obrera de un país de régimen comunista se lanza a la calle, gana la partida, siembra el pánico en las alturas del aparato dirigente y obliga a un dictador a desaparecer, en la plena acepción del término. Ahora bien, oficialmente el régimen político de la Polonia popular representa a la clase trabajadora" .
Las representaciones cartográficas que con profusión se desarrollaron en Alemania nada más concluir la Gran Guerra pretedían ofrecer a Berlín una base científica para reivindicar la soberanía del país sobre los territorios cedidos a Polonia, Checoslovaquia, Bélgica y Francia. Procuraron materializar un discurso político serio y convincente, concebido para tener aplicaciones diplomáticas. La propaganda nazi, sin embargo, no recibió el trabajo de los geógrafos con los brazos abiertos. Tanto los conceptos lingüístico-etnográficos como los geoespaciales eran insuficientes para justificar el Nuevo Orden Europeo al que Hitler aspiraba. Antes de incorporarlo al acervo de la propaganda nacionalsocialista, los criterios utilizados por los cartógrafos de la inmediata postguerra fueron sustituidos por elementos culturales y raciales. Se retomaron los conceptos que ponían el acento en el factor humano, y mediante el recurso a la raza, fue posible dar forma a dos importantes consignas: la superioridad racial y cultural de los alemanes y la amenaza inminente de una invasión eslava. Esta manipulación permitió además justificar y legitimar una Política Exterior que pavimentó el camino a la Segunda Guerra Mundial. ; The cartographic representations that were developed in Germany after the First World War offered to Berlin a scientific base to claim the sovereignty of the country on the territories yielded to Poland, Czechoslovakia, Belgium and France. They tried to materialize a serious political speech, conceived to have diplomatic applications. Nazi propaganda, nevertheless, did not accept at all the work of the geographers. Both the linguistic-ethnographic concepts and the geopolitical were not enough to support the New European Order to which Hitler was aspiring. Before National Socialist incorporated it into the array of its propaganda, the criteria used by the cartographers of the immediate postwar were replaced with cultural and racial elements. The concepts that stressed the human factor were recaptured so it was possible to give form to two important slogans: the racial and cultural superiority of the Germans and the imminent threat of a Slavonic invasion. In addition, this manipulation allowed to justify and to legitimize a Foreign Policy that paved the way to the Second World War.
Un análisis cronológico de las peregrinaciones cristianas a lo largo de 2,000 años de existencia sugiere que ha habido cambios en su nivel de popularidad: fuerte, siempre que las clases dominantes (ya sean religiosas o civiles) protegen los santuarios populares, y débil, cada vez que las políticas restringen la práctica de las peregrinaciones. Este trabajo comienza con la caracterización de dos regímenes autoritarios, uno fascista en un país de Europa occidental, Portugal (1928‑1974), y uno comunista, en un país del centro de Europa, Eslovaquia (1948‑1989), en ese momento parte de Checoslovaquia. El objetivo de esta investigación fue explorar el status quo durante el período de gobierno de los dos regímenes autoritarios, analizar el enfoque adoptado por cada régimen con respecto a las manifestaciones religiosas y cómo, con la eventual transición a la democracia, sirvió para determinar la dinámica que encierra el santuario de peregrinación de cada país, Fátima (Portugal) y Levoča (Eslovaquia) respectivamente. Los resultados de la investigación muestran que en Portugal no hubo interrupción en la creciente popularidad y desarrollo de Fátima, desde los regímenes autoritarios hasta los democráticos. Mientras tanto, en Eslovaquia solo después de la reinstauración de la democracia, se permitió a las personas manifestar libremente sus creencias religiosas, lo que condujo a un renacimiento de las peregrinaciones y visitas a Levoča. Los resultados proporcionan una comprensión del papel del estado bajo regímenes autoritarios y las políticas implementadas que impulsaron la importancia y el potencial de los dos santuarios como destinos turísticos religiosos. ; A chronological analysis of Christian pilgrimages over the course of around 2,000 years of existence suggests that there have been swings in their level of popularity: strong whenever the ruling classes (whether religious or civil) protect popular sanctuaries and declining whenever policies constraint the practice of pilgrimages. This paper starts with the characterization of two authoritarian regimes, a fascist one in a western European country, Portugal (1928‑1974), and a communist one in a central European country, Slovakia (1948‑1989), at that time part of Czechoslovakia. The aim of this research was to explore the status quo during the period of government by the two authoritarian regimes, analyse the approach taken by each regime in regards to religious manifestations and how, with the eventual transition to democracy, it served to determine the dynamics surrounding each country´s main pilgrimage shrine, respectively Fatima (Portugal) and Levoča (Slovakia). The research findings show that in Portugal there was no interruption on the increasing popularity and development of Fatima, from the authoritarian to democratic regimes. Meanwhile, in Slovakia only after democracy was reinstated, was it allowed for people to manifest freely their religious beliefs that led to a revival of pilgrimages and visits to Levoča. The findings provide an understanding of the role of the state under authoritarian regimes and the policies implemented that prompted the importance and potential of the two shrines as religious tourism destinations.
El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Sede Académica Brasil, presentan, en ocasión del centenario del nacimiento de Salvador Allende, esta antología realizada por Frida Modak, donde se compilan algunos de sus más célebres textos y discursos. Salvador Allende, Presidente de Chile democráticamente elegido en 1970 y víctima del golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973, fue además de un político íntegro y un luchador incansable por la emancipación de los pueblos americanos, un intelectual de gran relevancia en el pensamiento social contemporáneo. En esta cuidadosa selección de textos, Frida Modak – quien fuera su Secretaria de Prensa – rescata las principales reflexiones de Allende sobre la práctica política y sobre la relación entre la democracia y la construcción pacífica del socialismo. Emerge de estos textos, un Salvador Allende cuyos aportes y contribuciones resultan cada vez más actuales para aquellos que, comprometidos con la lucha por una sociedad radicalmente democrática, trabajamos en el campo de las ciencias sociales. Esta edición de homenaje pretende ser algo más que el humilde tributo que desde CLACSO Y FLACSO rendimos a la figura de Salvador Allende. Es una forma de expresar nuestra convicción de que las ciencias sociales y el pensamiento crítico pueden y deben ser una herramienta de lucha contra la opresión, la injusticia y la exclusión. Un grito de libertad que ninguna dictadura podrá callar jamás. ; INDICE El nombre encontrado Eduardo Galeano Salvador Allende y las ciencias sociales Emir Sader y Ayrton Fausto Allende, ¿político o estadista? Almino Affonso Introducción Frida Modak Allende por Allende Revolución y democracia La gran tarea Pensamiento Socialista Romper los moldes de la economía liberal Soy socialista El socialismo es humanista Checoslovaquia: libre determinación y socialismo Legalidad, institucionalidad, libertad Un proyecto al servicio del hombre No daré un paso atrás No al salto en el vacío Sociedad de anticonsumo La nueva Constitución Las libertades políticas Al pueblo de Chile La seguridad nacional Relevancia de una gestión Libertad religiosa Informar leal, veraz y oportunamente No hay prensa libre Economía Chile, un Vietnam silencioso Nuevos métodos de dominación Integración para el cambio La doctrina Allende La banca al servicio del país Área social de la economía Crisis de los sistemas de posguerra Ciencia y tecnología modernas para el Tercer Mundo Economías pretendidamente"sanas" En la perspectiva del 2000 Políticas sociales Las fuerzas sociales hicieron posible esta victoria Democracia económica para lograr la igualdad social Valorar el capital humano Participación popular La responsabilidad de los trabajadores en el gobierno La revolución necesita la presencia de la mujer La economía de Chile reclama una Reforma Agraria Dignificación del campesino y el mapuche El acceso a la tierra Política exterior América Latina en busca de un nuevo proyecto ONU: Interrogantes y escepticismo Cuba y la revolución latinoamericana Reemplazar a la OEA Coordinar los movimientos antiimperialistas Operación UNITAS VII en Chile Vietnam lucha por todos Relaciones Chile-Estados Unidos Integración más allá de lo económico Proyectar América Latina en el mundo No intervención Cada pueblo: su propia ruta Perú y Chile El primer encuentro con Fidel y el Che Chile y México Juventud La revolución no pasa por la universidad Los jóvenes en la Patria Nueva Creo en los jóvenes Actuar y prepararse para actuar Deporte para todos En el año de la juventud Epílogo La Moneda, 11 de septiembre de 1973
El artículo se propone estudiar la relación entre la música y las figuras de la mujer representadas en la película Safo, historia de una pasión dirigida por Carlos Hugo Christensen. El director inaugura un cambio en la cinematografía de la época al introducir a principios de la década del '40 temáticas audaces como el erotismo, las pasiones turbulentas, el suicidio, las traiciones o el divorcio.
El encargado de la música es George Andreani, un compositor nacido en Varsovia en 1901 que se forma musicalmente en Berlín, Viena y Praga, y que antes de llegar a la Argentina, huyendo del nazismo, ya había compuesto numerosas bandas musicales y recibido premios en Checoslovaquia y Francia. A partir del film El inglés de los güesos (1940), Christensen y Andreani forman un tándem estrecho entre director y compositor, como queda evidenciado en los más de veinte títulos en los que trabajan juntos.
La cohesión compositiva de la música está basada fundamentalmente en el uso del leitmotiv de impronta wagneriana que se presenta asociado a los personajes de Selva, la femme fatal, Irene la adolescente ingenua y Teresa, la tía santa. En forma paralela a la construcción musical de los personajes, la banda musical se adhiere al arco dramático subrayando los climas y emociones. Andreani maneja la orquestación con pericia mediante un uso rico y contrastante de la paleta tímbrica, explotando los recursos de los lenguajes romántico y post-romántico.
El personaje de Selva (la femme fatal) interpretado por Mecha Ortiz está asociado leitmotívicamente a un vals lento y pastoso, trabajado con ritmos apuntillados y con la melodía a cargo de las cuerdas, tocada con portamentos connotando la sensualidad y densidad de esta mujer experimentada. Es el motivo más desarrollado a lo largo del film y el que sufre las mayores transformaciones. Su progresiva ruptura y fragmentación construida mediante contrastes de registro, orquestación y ritmos, genera la variedad de climas conforme la trama se tensiona.
Como contraposición, el motivo musical de Irene (la ingenua) interpretado por Mirtha Legrand es elegante y brillante, asociado al tópico musical del minuet. La banda sonora presenta un tercer motivo, asociado a Teresa (la tía del protagonista) construido en base al tópico de "la mañana", de carácter pastoral y bucólico no sólo representa al personaje sino también al espacio rural idílico y católico.
Uno de los hallazgos del trabajo es la relación entre los estereotipos de mujer que aparecen en las películas y su trascendencia más allá de la pantalla en la vida de las actrices, cuestión que se verifica en la representación de las estrellas del cine en las revistas de la época de manera análoga a las figuras que representan en los filmes, tanto en las fotografías como los textos y entrevistas.
El artículo toma como enfoque teórico a la teoría de género, en particular, a las aplicaciones de esta perspectiva para estudiar el cine y la música, como el trabajo pionero de Laura Mulvey para el cine clásico (Mulvey, 2001), el libro germinal de Susan McClary que aborda la música desde una musicología feminista (McClary, 2002) y los enfoques más recientes de Pilar Ramos López (Ramos López, 2003) y Laura Viñuela (Viñuela Suárez, 2003). Para el abordaje del análisis musical consideramos a la Teoría Tópica, (Ratner, 1980) que permite desentrañar la construcción del sentido musical a través de los tópicos como unidades discursivas que cobran sentido en un contexto sociocultural.
Metodológicamente, realizamos un cruce entre las herramientas del análisis musical con el análisis fílmico atravesado con el marco teórico propuesto y complementado con fuentes documentales como entrevistas y artículos de prensa de la época.
The legal protection of animals of the Czech Republic has its roots as far back as in early 20th century with the first anti-cruelty provisions of the then Czechoslovakia. Nevertheless, the 40-years long communist regime, which lasted until 1989, brought discontinuance in all the law system including animal protection. Thus, completely new animal protection legislation came during the first decade of building a democratic legal system, which was at the same time the decade of preparing our country to the European Union accession in 2004. Today, the legal background of animal protection in the Czech Republic is of a high standard; however, there are minor legislative and administrative imperfections that cause application problems and lower the effectiveness of the animal protection. Initially, this paper introduces basic features of the current Czech animal protection legislation and draws attention to the new Czech legal status of non-human animals. However, the main target of the author is to give a detailed picture of the Czech anti-cruelty legislation; the survey is supported by a short insight in rules of handling stray animals to illustrate the Czech legal approach to companion animals' protection. From 2014, animals will no longer be objects in legal sense in the Czech Republic. Thanks to the new Czech Civil Code, approved in February 2012 and coming in force in two years, the Czech Republic has finally joined the countries that had already reflected in law the ongoing ethical shift of human relations to other living beings that are also capable to experience pain and suffering. The new legal status of animals will apply not only within the civil law, but throughout the whole Czech legal system. What is more, it will cover not only vertebrates, but all non-human animals. ; La protección jurídica de los animales en la República Checa hunde sus raíces en las primeras disposiciones contra la crueldad hacia los animales de la entonces Checoslovaquia, a inicios del siglo XX. Sin embargo, los cuarenta años del régimen comunista, que duró hasta 1989, trajeron la languidez de todo el sistema legal, incluida la protección de los animales. Así, la nueva legislación en materia de protección de los animales se promulgó durante la primera década de la construcción de un sistema democrático, que era, al mismo tiempo, la década en la que se preparó nuestro país para la adhesión a la Unión Europea, que tendría lugar en 2004. Hoy en día, el marco jurídico de la protección de los animales en la República Checa presenta un estándar alto, pero hay pequeñas imperfecciones legislativas y administrativas que causan problemas de aplicación y reducen la eficacia de la protección de los animales. Este artículo expone las características básicas de la actual legislación checa de protección de los animales y nos llama la atención acerca de la nueva situación jurídica de los animales no humanos en Chequia. Sin embargo, el principal objetivo de la autora es dar una imagen detallada de la legislación en contra de la crueldad animal vigente en la República Checa; la investigación se apoya en un enfoque de las reglas relativas al manejo de animales callejeros, para así ilustrar la aproximación jurídica checa a la protección de los animales de compañía. Desde 2014, los animales ya no estarán considerados como cosas en la República Checa. Gracias al nuevo Código Civil, aprobado este febrero y que entrará en vigor dentro de dos años, la República Checa se ha finalmente unido a aquellos países que ya han reflejado en su derecho el cambio ético en cuanto a las relaciones entre los humanos y los animales, seres capaces de experimentar dolor y sufrir. Este cambio está socialmente aceptado. El nuevo estatus legal de los animales no sólo tendrá efectos civiles, sino que afectará a todo el sistema legal checo. Y, más aún, no solamente incluirá a los vertebrados, sino a todos los animales no humanos.
La capacidad de adaptación de los países a las circunstancias distintas, tendrá como uno de sus ejes la identificación de espacios geográficos que, por su dinamismo y el éxito de sus transformaciones, puedan ser un motor de recuperación económica. En el caso de México, los anclajes de posicionamiento internacional son claros, pero también deben revisarse desde otra mirada. El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (conocido como T-MEC) fue una opción oportuna y afortunada cuyos beneficios ya se han percibido en momentos críticos derivado de la pandemia del coronavirus. El Tratado de Integración Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT o CPTPP) y la llamada modernización del acuerdo global entre México y la Unión Europea definen en Asia y Europa a dos regiones en donde, bien aprovechadas, convergerán enormes opciones futuras para México. No obstante, tal vez se requerirá de nuevos enfoques post coronavirus que examinen y clarifiquen esas opciones y sus desafíos. En el caso de la región Asia-Pacífico es cierto que ahí se ubican en la actualidad algunos de los más importantes socios comerciales de México (como son los casos de China, República de Corea, Japón, India, Malasia y Viet nam) y que uno de cada cinco dólares que comerciamos en 2018 fue con esa región (Martínez, 2019), pero también es cierto que desde hace al menos una década se registra un déficit enorme en nuestra balanza comercial con esas naciones y, en algunos casos, dificultades de empresas mexicanas de algunos sectores para competir con sus pares asiáticas en un entorno de apertura y plena competencia. La región europea, por su parte, fue reconocida por largo tiempo como la principal opción de diversificación para México (Ruano, 2013). Sin embargo, por un lado, no se distinguen diferencias en un mosaico en el que caben lo mismo desde las 27 naciones de la UE hasta potencias como Rusia y Turquía ni, por otro lado, se matizan los alcances y las posibilidades en las propias subregiones que conforman la Unión Europea. En ese contexto, uno de nuestros déficits de análisis se ubica en las naciones europeas que, hasta la guerra fría, conformaron el antiguo bloque comunista. Por ello, luego de más de 5 años como diplomáticos en Varsovia, recibimos con gratitud el interés de "Política, Globalidad y Ciudadanía" de dedicar este número monográfico a las relaciones de México con región de Europa Central -o bien de Europa del Centro/Este- y, en particular, con las naciones que conforman el llamado Grupo Visegrado que se formó hace 30 años (en 1991) bajo la inspiración principal de los dos grandes líderes de Europa Central en aquella época: el presidente de Polonia, Lech Walesa, y el presidente de la entonces Checoslovaquia, Vaclav Havel. Lo integraban originalmente Checoslovaquia, Polonia y Hungría. Luego de su nacimiento en 1993, la República Eslovaca se mantuvo también como parte de este grupo informal. Hoy día, resulta extendido el concepto de que el Grupo Visegrado es la expresión política más consistente de Europa Central y prácticamente todos los documentos del Grupo Visegrado aluden constantemente a ellos mismos como Europa Central, si bien es claro que esta subregión, en su conjunto, es bastante más amplia y podría incluir a todo el espacio geográfico ubicado entre los mares Báltico, Adriático y Negro. En nuestra opinión, es de gran pertinencia entender a profundidad en lo particular y como bloque a las naciones del grupo Visegrado. Los objetivos y grandes logros de este grupo en un primer periodo de su existencia se asociaron a la construcción de regímenes de democracia parlamentaria y economía de mercado; a su ingreso a la Unión Europea en el 2004; y, a su ingreso a la OTAN. En algunos círculos en México hay una visión estática y de hace 30 años sobre la realidad de los países de este grupo. En realidad, hoy son naciones muy prosperas, educadas, de crecimiento económico constante y desarrollos impresionantes de infraestructura. El grupo en su conjunto tiene 65 millones de habitantes y cerca del 15% de los legisladores del Parlamento Europeo. A partir del ingreso a la Unión Europea de estas naciones, en el 2004, el grupo se mantuvo como un grupo de presión política al interior de la Unión Europea y como bloque que ha desplegado un esfuerzo de integración subregional, además de procurar vinculaciones con terceros actores y con otras regiones. Bajo la hipótesis de trabajo de que las relaciones de México con Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría tienen aún un enorme potencial de crecimiento, el presente número es un heterogéneo crisol de visiones desde ambas orillas del Atlántico, con autorizadas reflexiones de académicos expertos en Europa Central de prestigiadas instituciones como la Universidad de Varsovia; el Instituto Polaco de Asuntos Internacionales; la Universidad Jaguelónica de Cracovia; la Universidad de Adam Mickiewicz en Poznań (todas éstas de Polonia); la Universidad Palacký de Olomou (República Checa); la Universidad Nacional de Servicio Público; la Universidad Károli Gáspár de la Iglesia Reformada; la Universidad Corvinus de Budapest (éstas 3 últimas de Hungría); y la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. En lo que respecta a las relaciones con Polonia, Bartłomiej Znojekrevisa comenta sobre la presencia de México en la política exterior de Polonia desde 2004, en que, como se ha dicho, se registró la ampliación de la Unión Europea con el ingreso de Hungría, República Checa y Eslovaquia y la propia Polonia, entre otros países bálticos y de Europa Oriental. De 2004 a la fecha, dice Znojek, México se ha convertido en un socio latinoamericano clave para Polonia. En opinión de Znojek, "el desarrollo del diálogo político polaco-mexicano debe servir principalmente para crear condiciones favorables para las actividades en las esferas de comercio e inversión mutuas" Por su parte, en su texto "Distancias a vencer y mitos a romper: el establecimiento de las relaciones diplomáticas mexicano-polacas", Edyta Kwiatkowska se aboca a explorar los momentos históricos clave, a partir de la Primera Guerra Mundial, que marcaron el periodo formativo de las relaciones diplomáticas bilaterales. En el mismo contexto, Joanna Gocłowska-Bolek analiza las economías de México y Polonia con énfasis en su complementariedad y enorme potencial. Lejos del Vístula y aproximándonos al Danubio, Mónika Szente-Varga -historiadora con especialización en las relaciones entre México y Hungría- y Agustín Sánchez Andrés nos presentan una investigación binacional en la que se explican las relaciones entre México y Hungría desde 1990 a la fecha, destacando también, como punto de inflexión, la adhesión de Hungría a la Unión Europea en la multicitada ampliación del 2004. Por su parte, Attila Kovács y Sándor Nagy nos presentan una interesante visión integral de la relación mexicano húngara – desde las relaciones políticas y diplomáticas hasta los lazos económicos y culturales- y dan cuenta de la intensificación de nuestros intercambios en las últimas décadas Lukasz Czarnecki revisa el impacto del Reglamento de control de Inversiones Extranjeras Directas de la Unión Europea en las relaciones económicas de México con los países de Europa Central e identifica nuevas perspectivas del desarrollo, así como potenciales campos estratégicos, en los cuales se pueden desarrollar nuevos intercambios económicos desde una perspectiva post pandémica. Por nuestra parte, los suscritos presentamos una nota sobre Europa Central desde la perspectiva de la creación del Grupo Visegrado, que tiene como punto de partida un diálogo que sostuvimos en la ciudad de Gdansk con el célebre líder obrero y expresidente polaco Lech Walesa, artífice del propio Grupo Visegrado y actor central del fin del comunismo en Europa y la transformación de Polonia. Este número se enriqueció considerablemente con dos trabajos desde una perspectiva cultural, sobre aspectos muy poco conocidos de los vínculos de México con esa subregión europea. Pavel Štěpánek nos invita a un viaje imaginario por el trabajo del grabador checo-eslovaco Koloman Sokol, quien vivió en México de 1937 a 1941 e, incluso, tuvo una exposición individual en el Palacio de Bellas Artes en 1938. Por su parte, el gran escritor Juan Villoro generosamente contribuye con el texto "Sergio Pitol y Polonia: la magia de la traducción", en donde, a partir del libro Sergio Pitol: el Bristol y Polonia (Negrín, Salazar y Pawelczik, 2020) reflexiona sobre la fecunda y perecedera relación que ese célebre escritor mexicano tuvo con Polonia y con otras naciones centro europeas en su vida personal y diplomática. Se ha dicho que entre 2021 y 2030 será "el decenio de Europa Central" por su estabilidad, niveles de crecimiento económico y fortaleza democrática (Timo, s.f.). Este número de Política, Globalidad y Ciudadanía propone una aproximación a esa subregión que es indispensable conocer ya que cuenta con todo el potencial para convertirse en socio estratégico de nuestro país en todos los ámbitos.
Existen pocos casos en la historia financiera contemporánea que se puedan comparar con el caso AIG. Probablemente el más cercano a éste, haya sido la quiebra en 1931 del banco austríaco Credit-Anstalt, el cual para muchos de los historiadores significó el momento en que la crisis financiera empezó a profundizarseEs que desde el corazón de Europa, el impacto se sintió rápidamente en el sistema bancario de Polonia, Hungría, Checoeslovaquia, Rumania y Alemania, para pronto sumar nuevas dificultades a la situación bancaria del Reino Unido, llevando a una fuerte devaluación de su moneda con consecuencias a lo largo del planeta.En el libro "The Credit-Anstalt crisis of 1931" (Cambridge University Press 1991), Aurel Schubert analiza de forma detallada el proceso de deterioro del Credit-Anstalt y las consecuencias que a lo largo y ancho del globo tuvo su quiebra, especialmente en lo relacionado a las dificultades que en ese momento hubieron para lograr un apoyo financiero internacional al banco, como prestamista de última instancia, de forma de evitar su quiebra y sus lamentables consecuencias.En 1987 John Kenneth Galbraith señalaba que "little is ever really new" en el mundo de las finanzas. Posiblemente la frase mantiene su vigencia indiscutida en muchos aspectos de las finanzas internacionales, pero la reciente crisis del sistema financiero internacional nos ha mostrado que hay novedades tanto desde el punto de vista de los instrumentos utilizados, como de las soluciones propuestas.Es difícil en un período tan cercano en el tiempo, extraer conclusiones ciertas y finales sobre la forma en la que los gobiernos de las potencias centrales han tratado de resolver la actual crisis, sobre todo teniendo en cuenta que si bien la crisis financiera ha pasado, la crisis económica permanece entre nosotros.Tal vez uno de los elementos diferenciales de las soluciones previstas en la presente crisis en comparación con la de la Gran Depresión y en especial la del Credit-Anstalt, haya sido el rescate por parte del gobierno de los Estados Unidos a la aseguradora AIG.Ya hemos analizado en artículos anteriores las características principales que el caso AIG tuvo, pero resulta interesante destacar algunos puntos de la misma, a la vista del reciente informe enviado al Congreso de los Estados Unidos por parte de la United States Government Accountability Office, en relación al estado de la asistencia gubernamental provista a AIG.Sin duda uno de los aspectos centrales a destacar, ha sido que el millonario rescate por parte del gobierno norteamericano, tuvo como principales beneficiarios a bancos europeos. De acuerdo a las cifras oficiales, de las siete principales contrapartes de AIG en el último trimestres del 2008 (es decir en el momento del rescate gubernamental), solamente dos de ellas eran bancos de los EE.UU., mientras que los restantes cinco correspondían a bancos europeos (Société Générale, Deutsche Bank, Barclays, UBS y BNP Paribas).Esto quiere decir en pocas palabras, que si AIG caía, entonces los compromisos asumidos por parte de la aseguradora con estos bancos europeos también caían, con lo cual existían posibilidades reales de que dichos bancos enfrentaran problemas graves de liquidez o situaciones de mayor gravedad.Esto no es un tema menor. Mucho se ha criticado la gestión del gobierno de Bush en lo relacionado al rescate, pero sin duda en el caso de AIG se puede hablar de las lecciones aprendidas de crisis anteriores.Es que, y está claramente comprobado, la quiebra de AIG hubiera significado un daño de escala global para la economía en su conjunto. Como señaló Ben Bernanke ante el House Financial Services Committee del Congreso de su país, "the consequences of AIG´s failure would have been a significant intensification of an already severe financial crisis and worsening of global economic conditions. Conceivably, its failure could have result in a 1930s style global finance and economic meltdown, with catastrophic implications for production, income, and jobs"Más allá de que el Sr. Bernanke esté realizando una defensa de decisiones tomadas durante su mandato en la FED, sobre todo teniendo en cuenta las críticas recibidas hacia su falta de apoyo a un potencial rescate de Lehman Brothers, lo cierto es que hay un componente de aprendizaje acerca de lo que se debe y no se debe hacer en el rescate de instituciones con componentes de riesgo sistémico.El debate sobre lo conveniente o no del rescate a Lehman sigue vigente, y para muchos era indistinto en lo relacionado a la salud del sistema financiero internacional, ya que si Lehman era rescatado, el mundo hubiese presenciado en poco tiempo más la caída de algún otro gigante financiero. En el caso de AIG la lección ha sido clara al momento de rescate: la compañía no podía caer, sin importar el monto que el gobierno norteamericano tuviese que pagar. Seguramente que dentro de los cambios propuestos por Obama está la preocupación de que, manteniendo las reglas del capitalismo, evitemos que se vuelva a generar una nueva crisis en otro banco o institución similar con riesgo real para todos nosotros.*Coordinador Académico AdjuntoDepto. de Estudios Internacionales. FACS - ORT
En su conocido ensayo Moc bezmocných1 (El poder de los sin poder), Václav Havel delinea el contorno general de su concepción sobre la "vida en la verdad" como opuesta a la "vida en la mentira" del post-totalitarismo en Checoslovaquia. Partiendo de la descripción de la conducta de un verdulero que coloca en la vitrina de su negocio, diariamente, el lema "proletarios del mundo, únanse" entre zanahorias y tomates, el ensayo busca las causas que le impelen al vendedor de hortalizas a expresar su anhelo de unidad de los obreros de distintas latitudes. ¿Son, acaso, su férrea voluntad socialista y su conciencia de clase las que lo llevan a colocar ese lema entre las verduras? La conclusión a la que arriba el autor es que ni el verdulero ni sus clientes prestan ya atención al contenido de los carteles omnipresentes, sino que esta rutina significa una señal hacia arriba, hacia la jerarquía del Partido, expresando su lealtad al orden establecido. El verdulero asiste a las reuniones y vota las resoluciones allí tomadas, sin oponerse ni discutir; concurre a votar en los comicios generales por los candidatos oficiales; firma las proclamas "anticartistas". Sin embargo, esto no es suficiente y debe desplegar en su vitrina el slogan mencionado. En este sentido, la ideología sirve como puente entre el hombre común y el Partido. Si el vendedor fuera compelido a colocar la frase "tengo miedo y obedezco sin dudar", su contenido sería estrictamente cierto, pero significaría una humillación para su dignidad. A través de los "rituales" de esta índole, el hombre comunica a la jerarquía su estricta obediencia. El cliente que concurre a comprar verduras no advertirá la presencia del lema, puesto que éstos están en toda la ciudad, e incluso ella misma colocará uno en su oficina. De este modo, cada uno participa en el control de los demás, convirtiéndose en responsable de la mentira del post-totalitarismo. ¿Qué ocurriría –se pregunta Havel en su ensayo- si el verdulero no colocara más el lema en su vitrina, si no concurriera más a sufragar en elecciones que considera una farsa, si expresara su opinión libremente en las reuniones a las que es convocado? En esta decisión que el autor denomina "vivir en la verdad", el verdulero señalaría al rey desnudo. Perdería su posición; sería "degradado" en su oficio, ganando menos dinero; ya no tendría vacaciones en Bulgaria y sus hijos tendrían problemas para acceder a la educación superior. Sus antiguos compañeros testificarían en su contra, no porque lo creyeran culpable y agente de la "contrarrevolución", sino para preservar sus empleos. Ahora bien, el interrogante que plantea Havel en su ensayo es sobre cuáles son las condiciones que llevan al hombre moderno a ser el creador de un sistema de estas características. Vivir en la mentira provoca la desmoralización del hombre, que sólo se siente responsable por lograr los medios necesarios para su propia supervivencia, sin sentir una responsabilidad mayor por el mundo que lo rodea. Havel remarca que esto es propio de la sociedad tecnológica contemporánea, siguiendo el razonamiento de Heidegger, de que la humanidad ha perdido el dominio sobre la técnica. El post-totalitarismo es la versión más crítica de lo que el automatismo lleva a las sociedades industriales y de consumo, exhibiendo la inhabilidad de la humanidad de ser dueña de su propia circunstancia. De esta crisis de la identidad humana no escapan las democracias parlamentarias de Occidente; por el contrario, el mayor espacio que tienen los individuos en ellas serviría para ocultar mejor esta crisis. "Realmente, no parece que la democracia parlamentaria tradicional pueda ofrecer una forma de oponerse al automatismo de la civilización tecnológica y de la sociedad industrial y de consumo; ellas también son arrastradas en el desconcierto. La gente es manipulada en maneras que son infinitamente más sutiles y refinadas que los métodos brutales usados en las sociedades post-totalitarias. Pero este complejo estático de enmohecidos partidos políticos de masas, conceptualmente flojos y políticamente pragmáticos, dominados por aparatos profesionales que liberan al ciudadano de todas las formas de responsabilidad concreta y personal; las estructuras complejas de focos de acumulación de capital comprometidos en manipulaciones secretas y de expansión; la dictadura omnipresente del consumo, la producción, la publicidad, el comercio, la cultura de consumo y de todo ese torrente de información: todo ello, tan frecuentemente analizado y descripto, realmente es difícil considerarlo, con alguna perspectiva, como un camino para que el hombre se descubra a sí mismo nuevamente"2. La revolución existencial, entonces, es la reconstitución moral de la sociedad, lo que significa la relación auténtica del hombre con el "orden humano", que ningún orden político puede suplantar. Es la renovación de una más alta responsabilidad con los demás y con la comunidad. La superación del automatismo de las sociedades industriales, ya sea en su forma post-totalitaria, ya sea en el mondo de vida de las democracias parlamentarias, lo denomina provisionalmente como "post-democracia". Havel desconfiaba de los partidos políticos y las instituciones, por lo que propugnaba que para cada problema concreto, los ciudadanos se reunieran en organizaciones ad hoc, que se disolverían tras lograr su cometido. En estas organizaciones tendrían un espacio relevante las personalidades reconocidas por sus méritos y no por ocupar una jerarquía en la nomenklatura. Incluso deslizó la idea de que tuvieran cierto poder legislativo, aunque sin profundizar en ello. Reconoció que en 1968 consideraba que imprescindible un partido de oposición, pero en este ensayo rectificó su opinión, descartando que la solución de los problemas del mundo contemporánea se hallara en el orden político. Este redescubrimiento de la responsabilidad también tendría consecuencias en la economía, puesto que las empresas tendrían una participación genuina de los trabajadores en las decisiones, así como auto-control y auto-disciplina. Por consiguiente, el ciudadano vuelve a ser responsable por lo que acontece en la polis de la que forma parte. Solamente con el cambio en la persona individual puede cambiar la sociedad. Václav Havel no cambió su parecer sobre los partidos políticos con el correr de los años en sus tiempos de disidente. En 1986, en sus conversaciones con Karel Hvížďala, remarcó que no confiaba demasiado en el principio tradicional de dos o tres partidos como única garantía posible de la democracia y no lo consideraba un ideal, aun cuando el sistema del aparato burocrático del partido único comunista era peor. Como solución, planteó que fueran electas personas y no partidos políticos, personas concretas y no en su carácter de miembros de una "megamaquinaria" partidaria o sus favoritos3. A fines de 1989, pocos días antes de asumir la primera magistratura de Checoslovaquia, manifestó su clara desconfianza hacia los partidos políticos en términos prácticamente idénticos a los ya citados: "En mi parecer, en el futuro deberían jugar un papel mayor las personalidades y uno menor los partidos políticos, que deberían, según mis concepciones personales e ideales, tener la función de clubes, en los cuales las personalidades políticas nacen, se perfilan, se presentan; pero los partidos políticos no deberían participar directamente en el poder, porque ello acarrea a una forma de anonimización del poder. En mi opinión, la única salvación de esta civilización es si libera al hombre, la personalidad humana concreta, de las manipulaciones de todas las megaestructuras que el hombre inventó y que lo destruyen"4. En los primeros meses de la presidencia, Havel repitió en reiteradas oportunidades los principios que había sustentado como ensayista y disidente, procurando utilizar su influencia para establecer las bases de la "revolución existencial"5. Señala Honajzer6 que el Foro Cívico procedió como lo hizo anteriormente Carta 77, y que la autoridad de sus representantes, el prestigio de la Carta y el rechazo de los ciudadanos a participar en un partido político, generó que triunfara el camino de la "política no política" y por ello propiciaron el diálogo con los comunistas. Una alternativa claramente política es la que entonces planteó en los inicios de la revolución de terciopelo el grupo de Iniciativa Democrática checoslovaca, propugnando la dimisión del gobierno, la disolución del parlamento y la convocatoria a comicios libres para el 1° de febrero de 1990, exigencias que el resto del Foro Cívico rechazó7. Según Honajzer, el camino de Iniciativa Democrática era el de la política regular, en el que los partidos aspiran al gobierno. Fue, precisamente, este grupo disidente, llamado "realista", el que más duramente criticó el "radicalismo moral" de los miembros de la Carta 77. Realizaban seminarios y discusiones en los que también participaron personas de la "estructura", como Tomaš Ježek, con el objeto de que el punto de partida de las soluciones se encontrara analizando la situación real de Checoslovaquia en tiempos de la "normalización".8 Petr Pithart9 realizó una autocrítica, algunos años después, sobre el temperamento antipartidos y la búsqueda de una vía alternativa al sistema de partidos, juzgándolo como un síntoma de baja cultura política. Esta atmósfera "no política" era ampliamente compartida entre los miembros del Centro Coordinador del Foro Cívico, como en el caso de Jana Petrová, diputada en la Asamblea Legislativa, que declaró que "Cuando Occidente comprobó que tumbamos a los comunistas, pensó que inmediatamente adoptaríamos el sistema estadounidense. Pero nosotros no queremos ni comunismo, ni capitalismo estadounidense, sino una tercera vía. Justicia social, economía de mercado de los partidos no políticos de Havel. Cuando el Occidente finalmente lo comprenda, evidentemente estará sorprendido y tal vez nos tome como ejemplo"10. El movimiento político era interpretado como una forma superior para la acción cívica, y el triunfo electoral del Foro Cívico en junio de 1990 sirvió para reforzar en algunos miembros esta visión. Por ejemplo, Miroslav Filip escribió en el diario del FC que "Contra el movimiento cívico y dinámico, que es en opiniones mucho más democrático e incluye casi dos decenas de organizaciones y grupos de izquierda a derecha, actúan partidos políticos clásicos un tanto anticuados"11. Sin embargo, el mismo Havel cambió de parecer respecto de los partidos políticos en su Letní přemítání (Meditaciones de verano), arguyendo que tanto sólo se oponía a la dictadura partidista. Pero rechazar a los partidos, afirmó en el ensayo, sería oponerse a la democracia misma12. ¿Qué se comprende por "política no-política"? Si bien nunca fue explicada esta concepción con profundidad, en líneas generales se la puede bosquejar como el compromiso del ciudadano con la comunidad sin ataduras ideológicas, sin supeditarse a estructuras preestablecidas –como pueden serlo los partidos- y un cierto recelo hacia las instituciones, que originan rutinas y burocracias –en el sentido de nomenklatura- que las vacían de contenido. En un sistema político de estas características, prima la búsqueda del consenso entre los actores, y no la confrontación de ideas e intereses entre partidos. Resulta claro que en el transcurso del año 1990 la ilusión "post-democrática" y "no-política" se fue desvaneciendo para ir dejando su lugar a la democracia parlamentaria al estilo occidental con todas sus virtudes y defectos. El naufragio de esta convicción se fue dando paso a paso, en cada tomas de decisión en el gobierno, en los ámbitos de la legislación, de la reforma económica, de la competencia electoral y hasta de la misma organización interna del Foro Cívico. Sin embargo, la campaña electoral del FC tuvo un fuerte carácter anti-partidos, siendo su más claro ejemplo el slogan "Los partidos son para los partidarios, el Foro Cívico es para todos". El discurso antipartidos recobró fuerza nuevamente tras los comicios generales de junio de 1990, cuando Václav Klaus, a la sazón ministro federal de Finanzas y presidente del Foro Cívico desde octubre de 1990, propugnó la conversión del movimiento en un partido político cuyo programa fuera la defensa de la transición radical hacia la economía de mercado. La definición del Foro Cívico En la definición que el Foro Cívico siempre buscó de sí mismo, influyó notoriamente la concepción de Václav Havel sobre la política. Los dirigentes del Foro que no pertenecían a ningún partido y que habían actuado, fundamentalmente, en Carta 77, tomaron como referencia los ideales políticos del presidente. Muchos dirigentes, incluso, pese a que pertenecieron a otras antiguas agrupaciones de la disidencia, como Ivan Gabal, L. Kopecký y Josef Vavroušek al KNI (Club de los Intelectuales Independientes) o Hana Marvanová y Jana Petrová al MNS (Asociación Independiente por la Paz), luego se declararon simplemente como miembros del Foro.13 En la primera sesión de la Asamblea del Centro Coordinador del Foro Cívico, Havel expresó que "(…) no recomiendo que el Foro Cívico llegue a ser un partido. Hoy el Foro es mucho más que una coalición de algunos partidos. El FC representa al amplio espectro de la sociedad que comprende a los partidos en formación o los ya existentes, los que por supuesto pueden ser soberanos, independientes de alguna pseudo coalición. El FC es, hasta las elecciones, el garante universal del camino pacífico a la democracia (…). No olviden que en el FC hay una absoluta mayoría de personas que no desea estar en ningún partido, que sólo anhelan una vida mejor. No piensen en el Foro como en alguna confabulación de cinco o seis partidos"14. En esa misma reunión, explicó que actuaría como presidente por encima de todas las fuerzas políticas y que, por lo tanto, ya no procedería como un representante del Foro Cívico. Cuando Josef Vavroušek, miembro del Centro Coordinador del Foro Cívico, presentó sus ideas sobre las perspectivas del Foro Cívico15, planteó tres posibles escenarios, con sus ventajas y desventajas: El FC como agrupación provisional de ciudadanos de las más diversas orientaciones políticas, que finalizaría sus actividades entre dos y seis semanas previas a las elecciones libres.El FC como la coalición de diferentes corrientes políticas (no comunistas) participando en los comicios con una lista unificada. Tras las elecciones, esta alianza se disolvería.El FC como un movimiento político a largo plazo, del cual se separarían los partidos políticos que concurrirían a las elecciones individualmente. Este movimiento podría organizarse en dos formas: c1) como un partido político "clásico" o c2) en la forma de un partido político sin miembros estables, con un aparato mínimo y con predominio de una estructura horizontal, fundada en el funcionamiento autónomo de unidades locales. Vavroušek indicó que consideraba a la alternativa c2 como la más adecuada para el FC, si bien iba en contradicción con las declaraciones hasta entonces emitidas por los representantes del movimiento, lo que podría explicarse a la sociedad como resultado del desarrollo de los acontecimientos y, además, por la misma presión ejercida por los miembros del FC. Aconsejaba descartar la opción "a" porque debilitaría rápidamente al movimiento, lo que afectaría al objetivo fundamental del Foro: ser el garante de las elecciones libres. La variante "b" era más aceptable, puesto que sumaba furzas para enfrentar al experimentado aparato del Partido Comunista, pero igualmente tenía riesgos –menores que en la opción "a"-, como las dificultades para la selección de los candidatos y que esta fuera, además, no democrática. El camino "c" era el que más concordaba con la experiencia y las concepciones de la disidencia, alentando a la participación de los ciudadanos no afiliados a los partidos existentes, aun cuando no hubiera experiencia de este tipo de movimientos. Jiří Suk subraya que una semana después, el 11 de diciembre, Vavroušek constató que el escenario político se había alterado sustancialmente, cuando los partidos establecidos declararon su individualidad e independencia con respecto al Foro Cívico, de manera que la variante "b" de constituir un bloque de fuerzas democráticas ya no respondía a la realidad. El FC reuniría a "todos los ciudadanos que están de acuerdo con sus principios programáticos del día 26 de noviembre de 1989, ya como miembros de los diferentes partidos políticos con orientación democrática, ya como no partidarios. El FC concurrirá a las elecciones como coalición de fuerzas políticas democráticas, y al mismo tiempo que prepara su propio programa y lista de candidatos, apoyará a los candidatos escogidos de los distintos partidos. El FC posibilita a los no partidarios la acción política organizada luego de los comicios". De acuerdo con esto, el FC tendría que haber sido como un partido al estilo estadounidense, el que uniría por un tiempo determinado a todas las fuerzas políticas anticomunistas. El Pleno (Plenum), reunido el 10 de diciembre, se declaró por la tercera de las variantes propuestas por Vavroušek16. Ivan Fišera, también miembro del Centro Coordinador del FC, poco tiempo después escribió un artículo fundamentando el nuevo paso del Foro al constituirse no sólo como el garante de los comicios libres, sino también como uno de los competidores en los mismos17. Argüía que, pese al rechazo que muchos sentían por todo aquello que rememorara al partidismo, debía afrontarse la transición con realismo, ya que la cristalización de una vida política normal requeriría tiempo y tranquilidad, puesto que sin estas condiciones elementales, no podrían desarrollarse partidos políticos modernos. Éstos no sólo no estarían imposibilitados de expresar los sentimientos y deseos de sus simpatizantes, sino que tampoco formularían programas electorales concretos y posibles de discernir entre sí, ni conformarse con personalidades representativas en su dirección, mucho menos –en caso de una eventual victoria electoral- para el gobierno. Es por ello que el FC habría de representar a la corriente de ciudadanos sin partido, a la vez que contendría en su seno a los partidos que recién se estaban constituyendo. Una encuesta realizada por el Grupo de Análisis Social Independiente (Skupina por nezávislou sociální výzkum) demostró que el 77% de la población no quería que el Foro Cívico y Opinión Pública Contra la Violencia se convirtieran en partidos políticos. Otro dato relevante de la desconfianza hacia los partidos en Checoslovaquia fue que el 90% de los consultados subrayaba la responsabilidad de los diputados hacia sus votantes, y no hacia sus formaciones políticas de origen18. Según Hadjiisky, las concepciones del Foro privilegiaron, en su forma de organización interna, una visión de la democracia fundada en la autonomía del individuo y la autonomía local, en detrimento de la idea de la organización política, del mandato y el sufragio19. Para esta autora, uno de los grandes principios constitutivos del Foro fue el carácter horizontal de sus estructuras, careciendo de una jerarquía vertical de decisiones y mandatos. Los foros cívicos locales tenían funciones que respondían, sobre todo, al ideal de movilización de la sociedad civil, basados en los principios de autonomía y la no-subordinación. Así lo establecía el documento para la organización interna llamado Co jsme (Qué somos), del 28 de noviembre de 1989, en su artículo 3b, que "el Centro Coordinador es solamente el centro informativo y organizador, de ninguna manera es el centro director, su tarea es reunir información de los foros cívicos locales, servir de intermediario e informar sobre actos ejecutados y en preparación. Absolutamente todos los FC locales trabajan en sus lugares individualmente"20. Los foros cívicos locales habrían trabajado de una forma separada, unos de otros, y eran la continuación de los comités de huelga, ya que era concebidos como un medio legítimo de defensa cívica ante las estructuras burocráticas del Estado. Habrían sido concebidos, entonces, a la vez como centros de resistencia civil –herencia de las jornadas de noviembre y diciembre de 1989- y como eventuales centros de gobierno local. 1- Václav Havel, Moc bezmocných, en O lídskou identitu. Úvahy, fejetony, protesty, polemiky, prohlášení a rozhovory z let 1969-1979. Praga, Rozmluvy, 1990.2- Havel, op. cit., pp. 127-128.3- Václav Havel, Dálkový výslech. Rozhovor s Karlem Hvížďalou. Praga, Academia, 2000. P. 21.4- "Tísková konferences Václavem Havlem", en Infórum n° 4/89, 22 de diciembre de 1989.5- Aviezer Tucker, Fenomenologie a política. Od J. Patočky k V. Havlovi. Olomouc, Votobia, 1997. Pp. 189-190.6- Jiří Honajzer, Občanské fórum. Vznik, vývoj a rozpad. Praga, Orbis, 1996. Pp. 14-15.7- Conf. reportaje a Karel Štíndl en Čas Demokratické iniciativy, 1987-1990. P. 267. Tb. la proclama del 19 de noviembre de 1989, pp. 205-206.8- Milan Otahal, Opozice, moc, společnost. 1969/1989. Praga, Maxdorf, 1994. P. 35.9- Petr Pithart, Po devětaosmdesátém: Kdo jsme? Brno, Kalligram-Doplněk, 1998. P. 25.10- Tucker, op. cit., p. 202.11- "Žadný strach z vítězství" en Občanský Deník, 12 de junio de 1990.12- Václav Havel, Letní přemítání. Praga, Odeon, 1991. P. 38.13- Magdaléna Hadjiisky, La fin du Forum Civique et la naissance du Parti civique democratique (janvier 1990-avril 1991): la construction d'une Enterprise politique et le reniement symbolique du mouvement civique de 1989. En Itinéraires politiques et partisans en ex RDA et en République tchèque. Documents de travail n° 5-6. Praga, CEFRES, diciembre de 1996. P. 8.14- Zápis ze Sněmu Občanského fóra, 23 de diciembre de 1989. También puede consultarse en Jiří Suk, Občanské fórum. Listopad-Prosinec 1989. Brno, Doplněk, 1998. Tomo II, Dokumenty, p. 281.15- Perspektivy OF, 2 de diciembre de 1989, en Jiří Suk, op. cit., T. II, pp. 44-46.16- Jiří Suk, Vzník Občanského fóra a proměny jeho struktury (19. listopad – 10. prosinec 1989) en Soudobé Dějiny 1/95, Praga, ÚSD, 1995, p. 37. La exposición de Vavroušek en Jiří Suk, Občanské fórum, Tomo II, p. 207.17- "Občanské fórum před volbami", en Infórum n° 10/90, 19 de enero de 1990.18- "Odpovědnost za vítězství", en Infórum n° 18/90, 28 de febrero de 1990.19- Hadjiisky, op. cit., p. 10.20- Co jsme, en Suk, op. cit., Tomo II, p. 35.Sobre el autorDr. en Historia Profesor de Historia Universal Contemporánea Universidad ORT- Uruguay
The aim of the present paper is to describe the changes in the educationalsystem in the Czech Republic that have taken place from the beginning of the 1990's up to the present. The first part includes a brief characterisation of the initial situation typical of the socialist model of education and a specification ofthose areas that were viewed sceptically or critically after the "velvet revolution»in 1989, and that have been identified as areas where a change is desirable. Next part of the paper describes the course of changes and reforms of education in subsequent years. Periodisation of reforms is carried out on the basisof a general model that has been created, as one of possible approaches, for postsocialist countries in transformation. Each part of the model, i.e. the correctivereforms, modernization reforms, structural reforms and system reforms, containsan outline of the respective individual changes that took place in the Czech Republic in the course of the last, almost fifteen years, and the changes arecritically evaluated.There are some documents (e.g. the Czech «White Paper») that are of essential importance to the recent and current situation in the Czech educational systembecause they create basic visions and orientation but also a strategy of future changes. The documents are treated in the next section of the present text. It isfollowed by a brief analysis of the current situation of the Czech educational system, namely as regards the educational opportunities and participation in education, structure and network of schools, financing of the Czech educational system, and finally the school leavers' prospects at the labour market.The last part of the paper deals with the outlooks of further development of the Czech educational system in connection with the entry into the European Union,and a conclusion is drawn that it involves mutual convergence of problems caused by global economic and social forces that also leads to mutual convergence of their optimal solutions, namely not only within the EU member states.El objetivo de este articulo es presentar una descripción de los cambios que han tenido lugar en la República Checa desde el inicio de la década de los años 90 hasta el presente. Ha sido un periodo trascendental en la historia de la República Checa. La caída del muro de Berlín en 1989, y todo lo que supuso para los países del Este de Europa que orbitaban bajo la influencia soviética, trajo entre otras consecuencias la división de Checoslovaquia en la República Checa y Eslovaquia. Desde entonces, la República Checa ha situado en su agenda de política exterior el ingreso en la Unión Europea (UE), hecho que se ha producido en mayo de 2004. Su deseo de integración en la UE ha desembocado en profundas transformaciones sociales políticas y económicas. Pero el horizonte europeo ha obligado también a cambios de rumbo en el campo de la educación. La primera parte del articulo se inicia con una breve semblanza sobre la situación educativa en esos momentos iniciales del cambio; situación que la autora define como la típica situación de un modelo socialista de educación. Continua después esa parte con una especificación tanto de los aspectos educativos más criticados en aquel momento como de las áreas consideradas susceptibles de una mejora y, por tanto, sobre las que se hacían unas mayores demandas de cambio. A continuación el articulo se detiene en la evolución de los cambios y de las reformas educativas en los años siguientes. Se lleva a cabo, además una interesante periodización de dichas reformas sobre la base de una propuesta de modelo que se ha creado como un enfoque posible para los países ex-socialistas en transición. El modelo supone una categorización que habla de "reformas correctivas", "reformas modernizadoras", "reformas estructurales" y "reformas de sistema". Para cada uno de esos componentes del modelo la autora repasa las reformas de la República Checa de los últimos 15 años desde una evaluación crítica de dichas reformas. El análisis de la autora tiene en cuenta también una serie de documentos (entre los que destaca el "Libro Blanco") que resultan esenciales para comprender el pasado reciente y 'la situación actual de las reformas educativas checas y del sistema educativo al que han dado lugar. La importancia de esos documentos radica, por una parte, en que han generado una serie de visiones básicas sobre la educación y unas orientaciones fundamentales al respecto y, por otra, en que han sido capaces de diseñar una estrategia para las reformas futuras. Tras la presentación de esos documentos se describe el sistema educativo checo tal y como se configura actualmente tras haber implantado las reformas de los últimos años. Dicha configuración se aborda a partir de las oportunidades educativas y la participación en la educación, la estructura del sistema y la red escolar, la financiación del sistema educativo checo y, por último, las perspectivas de los egresados escolares ante el mercado de trabajo. El epígrafe final del artículo aborda las perspectivas del desarrollo futuro del sistema 'educativo checo ante la reciente entrada en la Unión Europea. Las conclusiones que cierran el articulo enfatizan la importancia de la confluencia recíproca de problemas derivados de la economía global y de las fuerzas sociales propias, que obliga a buscar convergencias sobre soluciones óptimas no sólo en el seno de la Unión Europea
El historiador Tony Judt realiza a lo largo de 960 páginas un riguroso y profundo análisis de las implicancias de la Segunda Guerra Mundial en la configuración de la Europa contemporánea. Primero, es necesario remarcar lo riesgoso de la tarea emprendida por Judt: relatar una historia de Europa en un período largo y cercano. Es decir, en un período donde el autor no se encuentra suficientemente lejos como para no estar demasiado embebido de la temática y, a la vez, en un período donde la información existente es tan amplia que enfrenta el riesgo de dejar pasar acontecimientos que en breve podrían ser percibidos como relevantes.Sin embargo, vale la pena el riesgo que Judt toma porque complementa la tarea del historiador con la tarea del analista. La tarea del investigador se ve consolidada en la primera parte, donde la data sobre la tragedia de la guerra conlleva el detalle frío de los números de refugiados, muertos, exiliados y desaparecidos.El libro se divide en 4 partes. Como mencionamos, la primera (Post War: 1945-1953) lleva a cabo una notable recopilación de estadísticas e indicadores de la guerra y pos-guerra. A su vez, elige acertadamente data representativa. Si bien en muchos casos la cantidad de muertes, refugiados y aberraciones genera repulsión en el lector, el autor en ningún momento busca el golpe bajo. Así, el destino y la lógica política detrás del Plan Marshall se describe en forma fría y detallada. La primera parte se sub-divide, a su vez, en 7 capítulos. La edición electrónica del libro ha incorporado un apartado donde intenta relatar la inmediata posguerra, titulado "The End of Old Europe". En este agregado de la primera parte el autor no logra escapar de la lógica de los números y anécdotas y, por ende, no alcanza a elaborar un capítulo capaz de enriquecer la perspectiva meramente historiográfica que, hasta allí, el trabajo reflejaba.La Parte II se titula "Prosperity and Its Discontents: 1953-1971". Aquí se puede encontrar buena data comparativa con el periodo de penurias de la guerra, por ejemplo en el capitulo X, "The Age of Affluence". La parte III se titula "Recessional: 1971-1989" y la parte IV, la ultima del trabajo, "After the Fall: 1989-2005". Es posible que en esta parte final el lector esperara una aproximación a la idea de Europa y la búsqueda de un relato que dejara por un momento la descripción para por fin pasar a ser una ensayo sobre el destino común como camino inexorable. Sin embargo, Judt no busca y menos aún logra semejante cosa. Pero ello es perfectamente comprensible: después de una descripción minuciosa de las tragedias y no-tragedias acontecidas a lo largo de cinco décadas en Europa occidental y oriental, al autor le queda una reducida perspectiva temporal y analítica. Mas aún, es posible pensar que el capítulo que trata sobre la socialdemocracia y el estado de bienestar (el capítulo XI, "The Social Democratic Movement") es una buena introducción a la moderna filosofía política donde descansa una idea de Europa.Así, el capítulo XXIV, "Europe as a way of life" carece, como mencionamos, de la necesaria distancia (analítica y temporal) como para desarrollar una profunda idea de la aspiración comunitaria que recorre al continente. En cambio, recae en descripciones innecesarias sobre como Alemania gasta muchos recursos públicos en arte y lo hace con una cosmovisión cosmopolita y como Francia gasta mucho en arte pero lo hace principalmente para difundir la superioridad de la cultura francesa. A su vez, en el mismo capítulo hay una digresión poco felíz sobre el papel local de los deportes en general y el papel pan-europeo del fútbol en particular.Judt intenta pero no alcanza a desarrollar una rigurosa síntesis sobre la íntima relación de la Europa de la posguerra con EE.UU. y la Unión Soviética. Si bien describe las desastrosas consecuencias que la economía centralmente planificada tuvo en la vida de millones de personas y relata las sistemáticas violaciones a los derechos humanos a lo largo y a lo ancho de la Europa Oriental y la URSS, el autor no logra realizar una gran síntesis de la relación dialéctica entre Europa y las dos superpotencias. ¿Pero cómo sería posible semejante cosa? ¿Cómo sintetizar rigurosamente la relación de posguerra entre "Europa" y la URSS? ¿Sería posible hablar de una voz europea? Mas aún, ¿Cuándo ha sido posible hablar de una sola voz europea?¿Cuál ha sido el papel de la Europa de posguerra para la conformación de la idea de Europa? Siguiendo el razonamiento de Judt, el continente vivió un proceso de paréntesis histórico. Es decir, enfrentó una dinámica donde su lugar geopolítico en el mundo no era decidido por sus propios miembros. En esta particular coyuntura la Europa política se resignaba a ser, por primera vez en la historia moderna, un actor dependiente de las decisiones estratégicas de otras (dos) superpotencias.Sin embargo, semejante humillación política tal vez tuvo un correlato conceptual y filosófico positivo: ni más ni menos que el proyecto europeo o la idea de Europa. ¿Podría haberse dado esta inédita idea supra-nacional sin esa condición de relevancia relativa o secundaria? En tanto contra-fáctico, es difícil saberlo. Sin embargo, podemos remarcar que parte de la excepcional construcción que ha significado para la historia universal el proyecto europeo descansó, al menos en parte, en la posibilidad geopolítica generada por la coyuntura de la posguerra.¿Podría Europa no ser excepcional? Es decir, aún asumiendo una creciente irrelevancia relativa, ¿Podría, incluso como actor geopolítico menor, dejar de contribuir al florecimiento de inconmensurables modus vivendi? Mas aún, ¿Podría otra región o expresión humana en el mundo contribuir al florecimiento de un conjunto de modus vivendi tan diversos? La excepcionalidad de Europa radica en parte en que aún su supuesta decadencia relativa ha sido (y es) percibida como irrelevante en tanto el proyecto común pervive en una particular belleza que consiste en la floreciente convivencia de modos de vida a veces opuestos, pero casi siempre complementarios. Siguiendo a Judt, en esta lógica la posguerra es un paréntesis histórico que ha contribuido en parte a la indirecta construcción de un proyecto inédito (la Unión Europea) en la historia universal."Postwar Europe" lleva implícito una connotación geopolítica: la complementaria y tensa relación entre las democracias liberales a ambos lados del atlántico. Desde esta perspectiva es posible pensar tanto la declinación europea como la hipotética declinación de los EE.UU. Sin embargo, es necesario repensar el argumento: ¿Hubo una declinación europea o, en cambio, una declinación de potencias imperiales que ya no podían mantener sus colonias de ultramar? Si fuera esto último, ¿En qué medida la declinación imperial europea y la paralela emergencia de un mundo bipolar no contribuyó al menos en parte a la construcción de la idea de Europa? Si bien, como mencionamos, esta pregunta tiene el problema de todo contra-fáctico, es razonable pensar que la declinación imperial debilitó la ingerencia de los países europeos en los asuntos internacionales pero a su vez contribuyó a repensar Europa. Si esta manera de repensar Europa ha sido positiva o negativa (tanto para el mundo como para Europa) es otra historia. Pero la pregunta permanece vigente: ¿Podría haber surgido la idea de Europa sin primero acontecer la (hipotética) declinación geopolítica del viejo continente en la posguerra?El libro contribuye a generar en el lector más preguntas que respuestas. Judt no resuelve ni quiere resolver cuestiones diversas y complejas. En cambio, pretende introducir preguntas que probablemente un lector sofisticado tampoco se encuentre interesado en contestar.En la parte final del libro, hay un notable apartado bibliográfico con "Suggestions to Further Readings" donde se detalla una amplísimo listado para "General Histories", otro para "National Histories" (Austria y Suiza, los Balcanes y Turquía, los países del Benelux, Checoslovaquia, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Polonia, Rumania, España y Portugal, Reino Unido e Irlanda, URSS/Rusia y, por último, Yugoslavia). El tercer apartado es "Topics" y comienza con la Guerra Fría, continua con Cultura y las Artes, luego Economía. Prosigue con Unión Europea, en quinto lugar aparece Europa y USA, en sexto Inmigrantes y Minorías, en séptimo Intelectuales e Ideas, en octavo lugar Partidos Políticos y Movimientos, en noveno Religión, en décimo lugar el Estado de Bienestar, en decimoprimero Guerra y Memoria, en duodécimo Biografía y Autobiografías. Por último, aparece un amplio listado de Lecturas adicionales por Capítulo. Es probable que la sola presencia de estas "Suggestions to Further Reading" hagan necesaria para el investigador la compra del libro.Nota: Es posible encontrar la bibliografía incluida en el libro más trabajos adicionales sobre el tema en www.remarque.as.nyu.edu/object/postwar.*Profesor Depto. Estudios Internacionales, FACS - Universidad ORT Uruguay.Master en Filosofía Política, London School of Economics and Political Science.
É hoje banal dizer que a queda do muro de Berlim marcou o início de uma nova era, não só nas relações internacionais, mas também no estudo académico da disciplina que tem o mesmo nome – Relações Internacionais. Testemunhei ambos inícios faz agora vinte anos, em primeira mão, e as palavras que se seguem são uma genealogia dessas origens.Tinha dezoito anos quando o muro caiu e encontrava-me à espera de entrar na Universidade. Enquanto a Europa acolhia com perplexidade e júbilo a mudança política, o ensino superior em Portugal vivia momentos conturbados e o ano lectivo só começaria no início de Janeiro seguinte. Visto à distância, o atraso parece-me agora providencial. Permitiu-me seguir pela televisão – com todo o tempo do mundo, e sem ter que me dedicar às sebentas que já me esperavam no palácio Burnay da rua da Junqueira – esses momentos libertários de uma Europa, e de um mundo, que desconhecia por completo.Lembro-me dessa primeira aula com o professor Adriano Moreira, no palácio Burnay, sob o signo da queda do muro. Os tempos desafiavam a compreensão do mundo, lembro-me que repetiu, e em seguida distribuiu o seu último livro por todos os alunos da turma para demonstrar – foram estas as suas palavras – que bibliotecas inteiras haviam de repente ficado obsoletas com os acontecimentos dos meses anteriores. Lembro-me dessa aula com a gratidão que se sempre é devida a quem abre caminhos e nos ajuda a construir uma visão própria do mundo. Lembro-me dela com o brilho de que dispõem apenas as descobertas essenciais e as coisas excitantes da vida, a origem das ideias mais caras e que nos acompanham até ao fim. Foi nessas aulas que descobri Václav Havel, que comecei a perceber o sentido da política e que intuí a importância da relação entre identidade, responsabilidade e autenticidade. Escrevi-lhe uma carta em 2001, quando já era presidente da República Checa (e que não sei se alguma vez chegou a ler), a acompanhar um exemplar da minha tese de mestrado., um texto a que pus o título de "Dear Mr Havel" (título e conteúdo numa alusão explícita à carta aberta que ele próprio escrevera, em 1975, ao presidente comunista da Checoslováquia): "[p]assaram vinte e seis anos, vivemos ambos em sociedades ocidentais, democráticas, liberais e que muitos acreditam ser o fim da história. E no entanto, a mesma falta de autenticidade, a mesma dificuldade de comunicação, a mesma auto-complacência por parte das sociedades e dos governantes, o mesmo esquecimento de que a responsabilidade é o eixo fundamental da identidade humana. E a mesma satisfação com uma normalidade que sistematicamente exclui, que produz um passivo pesado e que serve os interesses dos poderosos, ignorando as vítimas e os sem-poder da era global. Enfim, a mesma e crescente dificuldade de concentração para compreender o mundo real como problema filosófico."Passaram vinte anos desde a queda do muro de Berlim e o início da reconciliação europeia. Os antigos satélites soviéticos são hoje membros de pleno direito da UE e um outro checo, Václav Klaus, acaba de levantar o último obstáculo – ele próprio e a sua assinatura – à entrada em vigor do tratado de Lisboa. E no entanto, a mesma necessidade de recordar a responsabilidade de Europa na criação de um mundo mais inclusivo, sustentável e equitativo. A mesma necessidade de recordar o momento em que muro caiu, ou foi derrubado – como sublinha alguns – para insistir no valor fundacional que é a construção de pontes na história da Europa. Hoje tenho trinta e oito anos e sinto-me herdeiro dessa Europa que derrubou o muro de Berlim, não só para se reconciliar mas, sobretudo, para transformar a política das relações internacionais. Sinto-me herdeiro desses homens e mulheres que, no chamado Leste europeu, sofreram o acosso de um dos projectos totalizantes da modernidade e se opuseram a ele com o poder da palavra, o poder dos que não têm poder. Sempre recordando, como fez questão de escrever Havel, que aquele era apenas o espelho convexo, uma imagem distorcida, porém evocadora, da sociedade ocidental a caminho do mesmo desastre (que Václav Bělohradský denominou escatologia da impessoalidade), e que só a auto-complacência impede de compreender as razões. Nestes anos, tive o privilégio de ler os manifestos, os ensaios políticos, as peças de teatro, as cartas escritas a partir da prisão por essa geração conhecida como 'dissidente'. À distância de duas décadas, tive o privilégio de seguir os passos e as ideias de muitos daqueles que deram a vida por uma Europa unificada e sem muros. Como Jan Patočka, o filósofo checo da fenomenologia, discípulo de Husserl e porta-voz da iniciativa cívica Carta 77, que morreu após ter sido submetido a um interrogatório policial. Essas gerações de resistentes em nome da Europa continuam a ser grandemente desconhecidos no resto da Europa e do mundo, por muito que os prémios literários e as honras políticas se vão encarregando de difundir o reconhecimento merecido. É o caso de Hertha Müller, a romena de língua alemã que recebeu o prémio Nobel da literatura 2009, Győrgy Konrád, Tadeusz Mazowiecki, Imre Kertész, Czesław Miłosz ou Doina Cornea. Mas tive o privilégio de viajar por essa outra Europa, logo a seguir a ter entrado na Universidade, e cruzar-me com as faces anónimas dos que, com ansiedade e desespero, descobriam o outro lado da mudança política e que a transição para uma sociedade aberta não era coisa nem fácil nem imediata. Fui várias vezes a Praga e a São Petersburgo nesses anos noventa, e fui testemunha do bom e do menos bom que trouxeram os novos ares políticos. Da Praga cinzenta e despida de gente à Praga colorida e formigueiro de turistas; da imensa aldeia de Leninegrado, de filas a perder de vista para comprar pão e botões, à São Petersburgo cosmopolita e das lojas de luxo. Dessa primeira visita à cidade que foi de Pedro, depois de Lenine, e outra vez de Pedro recordo com pudor a ida a uma aula de espanhol, na Faculdade de Pedagogia de Leninegrado. Lembro-me do desencanto da professora, russa, que depois de me pedir que olhasse em redor, para roupas e móveis dentro da sala de aula, concluía que tudo tinha parado no tempo, algures nos anos 1960. O desencanto dessa professora não mais o pude esquecer – tenho pena de não ter retido o seu nome – e misturei-o com a opressão da alma e a ansiedade que senti, nesses dias do fim da URSS, por causa do céu baixo e de chumbo. A noite perpétua desses dias de Dezembro era uma metáfora que só mais tarde compreendi e relacionei directamente com as palavras de George Orwell em 1984. As imagens do muro em 1989 sucedem-se em todas as televisões, neste domingo oito de Novembro de 2009, enquanto procuro escrever o meu texto. O muro derrubado, perfurado, pintalgado, atravessado pela chusma exultante, inútil na função que as autoridades da República Democrática Alemã que haviam atribuído em 1961. E as mesmas perguntas assaltam-me: o muro de Berlim caiu ou foi derrubado? Deve dizer-se a 'queda' ou o 'derrube' do muro? A palavra muro deve escrever-se com 'm' maiúsculo ou minúsculo? Pormenores, provavelmente, mas não posso deixar de me confrontar com eles se quero terminar este texto. E no entanto, muito se esconde por detrás do que parecem simples pormenores, aspectos cruciais da teoria social e da interpretação da história. Estas questões não são despiciendas, e representam o cerne da discussão sobre as causas – ou melhor dizendo, sobre as razões – do fim dos regimes comunistas, da coesão do bloco soviético e da ordem internacional bipolar. Tudo isto foi o resultado da acção dos actores externos, da sublevação dos povos, ou da acção de actores externos, da competição militar, económica e tecnológica dos Estados Unidos e seus aliados ocidentais? A sublevação dos povos do chamado Leste europeu derrubou, de facto, os regimes comunistas, ou estes caíram pelo desgaste de décadas da sua legitimidade e pela incapacidade de cumprir o projecto? Queda ou derrube? Provavelmente as duas coisas, a acção endógena e a influência exógena, agencialidade e estrutura. Finalmente, muro com maiúscula ou minúscula? A primeira solução é a dos que entendem que a sua importância na história (ou História?) merece letra capital; a segunda é a da simplicidade da escrita e a que não deixa no esquecimento o passivo dos mortos caídos na tentativa de o atravessar. Um muro é sempre um muro, ainda que esteja em Berlim e tenha mudado o curso da história da Europa e do mundo.A recordação dos vinte anos passados sobre a queda, ou o derrube, do muro de Berlim coincide com a entrada em vigor do tratado de Lisboa e um novo passo na integração europeia. A coincidência é mais que simbólica e obriga a cumprir as expectativas criadas a 9 de Novembro de 1989. Após anos de indecisão e contínuos reveses, acabaram os pretextos para o défice de Europa, tanto no plano interno como no exercício do poder normativo para a produção de governação global. Assim queiram e saibam os dirigentes dos vinte e sete, e os que agora serão chamados a desempenhar os novos cargos europeus criados pelo tratado reformador. *Doctor en Relaciones Internacionales. Profesor del Instituto de Ciencias Sociales y Políticas, Universidad Técnica de Lisboa. Profesor Invitado del Instituto de Estudios Políticos, Universidad Católica Portuguesa.