Ikenberry, G. John: La ambición imperial de Estados Unidos. - S. 2-21. Hirsh, Michael: El mundo de Bush. - S. 22-52. Mandelbaum, Michael: La insuficiencia del poderío estadounidense. - S. 53-67. Hoffmann, Stanley: Choque de globalizaciones. - S. 68-80. Anderson, Philip: Seguridad del territorio nacional. Un largo camino para Estados Unidos. - S. 81-86. Hristoulas, Athanansios: México y Canada ante la seguridad continental. Visiones encontradas. - S. 87-97
Después del 11 de septiembre, superada la impresión de haber asistido –prácticamente en directo- a unos atentados que se nos presentaban casi como un espectáculo de ficción, muchos creyeron que aquella fecha iba a marcar un antes y un después en la historia contemporánea. Se pensó en el cambio que experimentarían la economía y la política, y en la influencia que podrían tener en la cultura, la religión y el periodi mo. En las redacciones de todo el mundo, periodistas, articulistas y especialistas en comunicación social hacían examen de conciencia y se preguntaban qué podía significar para su profesión aquel acontecimiento. Tras varios años en los que la labor informativa parecía haberse trivializado, muchos creyeron que, con las torres gemelas, se había derrumbado también esa manera de abordar la información. ; After September 11th, once we're overcome the shock of being present at the terrorist attacks which seemed to be a science-fiction show, many people thought that such date would determine a before and after stage of the contemporary history. Many thought about the drastic change that economy and politic would experience as well as the influence on culture, religion and journalism. At newspaper offices all around the world both journalists and social communication specialists reflected on the happenings and asked themselves what such events would involve for their profession. After several years of an informative labour which seemed to get trivial, many people thought that together with the twin towers, this way of tackling the information had collapsed too.
Sin duda los atentados del 11 de septiembre de 2001 provocaron una colosal onda de choque en la comunidad internacional. En Estados Unidos, Europa y el mundo árabe-musulmán, se impuso una lógica de seguridad, que llevó a la formación de una amplia coalición, a la que se unieron estados deseosos de participar en la "guerra contra el terrorismo", lanzada por la administración Bush. Al mismo tiempo se definió un "Eje del mal", y se estableció la misión de vencerlo. Este artículo presenta algunas de las consecuencias políticas, sociales, económicas y militares de esta nueva estrategia con respecto al mundo árabe. Hay dos estados que están viviendo transformaciones más o menos profundas, todas ellas inherentes a la nueva estrategia global de la "guerra contra el terrorismo": Iraq y Libia.
El escenario social de los inmigrantes y de la sociedad civil, en general, de Estados Unidos fue atacado, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, no por fuerzas extrañas sino por la política ultraconservadora del presidente George W. Bush. La clave interpretativa de este suceso radica en evidenciar cómo Bush crea un régimen de excepción, que le permite atribuirse facultades sobrepuestas a los otros poderes del Estado, vulnerar las libertades civiles y golpear directamente a los inmigrantes laborales, en tanto despliega hacia el exterior una estrategia de agresión para garantizar su hegemonía mundial, para lo cual aniquila de una vez el multilateralismo y emprende guerras de conquista en puntos estratégicos que le permiten garantizar los abastos petroleros, contrarrestar la fuerza del euro y afianzar los intereses de las corporaciones multinacionales estadounidenses. ; Producción Científica de la Universidad Autónoma de Zacatecas UAZ
El escenario social de los inmigrantes y de la sociedad civil, en general, de Estados Unidos fue atacado, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, no por fuerzas extrañas sino por la política ultraconservadora del presidente George W. Bush. La clave interpretativa de este suceso radica en evidenciar cómo Bush crea un régimen de excepción, que le permite atribuirse facultades sobrepuestas a los otros poderes del Estado, vulnerar las libertades civiles y golpear directamente a los inmigrantes laborales, en tanto despliega hacia el exterior una estrategia de agresión para garantizar su hegemonía mundial, para lo cual aniquila de una vez el multilateralismo y emprende guerras de conquista en puntos estratégicos que le permiten garantizar los abastos petroleros, contrarrestar la fuerza del euro y afianzar los intereses de las corporaciones multinacionales estadounidenses. ; Producción Científica de la Universidad Autónoma de Zacatecas UAZ
This essay invites reflection on 9/11 in the context of other tragedies and conflict situations and puts those events in a wider historical and evaluative framework if we are to find a satisfactory way of making sense of 9/11, and differing responses to it. The author propose a cosmopolitan world order vision that affirms the irreducible moral status of each and every person and, concomitantly, rejects the view of moral particularists that belonging to a given community limits and determines the moral worth of individuals and their capacity for freedom. Cosmopolitanism also builds on the way these principles have been entrenched in significant post Second World War legal and political developments. The response to 9/11 could have followed in the footsteps of these achievements and strengthened our multilateral institutions and international legal arrangements. But, in fact, it gave priority to a narrow security agenda which was pursued as the War on Terror, and it took us further away from these fragile gains toward a world of further antagonisms and divisions. Finally, the author propose the headlines of a cosmopolitan security agenda. ; Este ensayo comienza invitándonos a reflexionar sobre el 11 de septiembre en el contexto de otras tragedias y situaciones conflictivas y a situar los acontecimientos en un marco histórico y de valoración más amplio si queremos encontrar una forma satisfactoria de dar sentido al 11 de septiembre, y a las distintas respuestas a éste. El autor propone una concepción cosmopolita del orden mundial que afirma el status moral irreducible de todas y cada una de las personas y, paralelamente, rechaza la visión de los particularismos morales que derivan de la pertenencia a una comunidad determinada y que limitan y determinan el valor moral de los individuos y su capacidad para la libertad. Y nos recuerda que estos principios cosmopolitas cristalizaron en importantes avances jurídicos y políticos después de la Segunda Guerra Mundial. La respuesta al 11 de Septiembre podía haber seguido los pasos de estos logros fortaleciendo nuestras instituciones multilaterales y los acuerdos jurídicos internacionales. Pero la estrecha agenda de seguridad que se puso en marcha como "Guerra contra el Terror", nos apartó aún más de estos logros frágiles y nos llevó hacia un mundo de divisiones y antagonismos adicionales. Finalmente, se proponen como enfoque alternativo, las líneas fundamentales de una agenda de seguridad cosmopolita.