La monarquía española sufrió una crisis durante 1807 y 1808, mientras tanto se nombraron representantes para la Nueva Audiencia de Santa Fe, y pronto se vio la imitación de la misma circunstancia por parte de la Junta de Quito, para poder conservar la fidelidad al rey Fernando VII, se reclutaron dos batallones, igualmente siguieron los inconvenientes de obediencia los cuales dieron lugar a convocar Colegios Electorales que redactaron cartas constitucionales y proclamaron la independencia de España. ; *Este capítulo se encuentra incluido en la I parte del libro Cartagena de Indias en la independencia, titulada "El contexto internacional y nacional"
<p class="Standard"><span lang="ES">En este ensayo se aborda el proceso histórico de la crisis de la monarquía española de 1808 desde una perspectiva global. Como es sabido, la monarquía a la que hacen referencia todos los textos y reflexiones políticas de aquel crucial momento daban por entendido que no se referían a lo que sólo muy posteriormente se conoció como España sino a un complejo conglomerado territorial. Lo que singulariza la crisis española es el hecho de que se generalizara en toda aquella geografía en sus distintas fases. Tanto la crisis del espacio imperial como los intentos de solucionarla por medio de las juntas creadas por los pueblos fueron experiencias globales. También lo fueron los distintos proyectos de solución constitucional. Es por ello que este ensayo propone como planteamiento de fondo que únicamente desde esa misma mirada atlántica es posible interpretar correctamente la crisis de 1808. De otro modo, desde la perspectiva nacional respectiva, sólo estaremos prolongando una suerte de historia provincial.</span></p><p class="Standard"> </p>
SUMARIO: 1.- Soberanía y monarquía. 2.- Moanarquía y división de poderes. 3.- La confianza regia y parlamentaria de los ministros. 4.- El fracaso de la monarquía parlamentaria en la historia constitucional española. 5.- La monarquía parlamentaria en la teoría constitucional española. 6.- Apéndice: la importancia de la monarquía en la historia de España.
La actuación de Amelot en España (1705-1709) significó el punto máximo del influjo de Luis XIV en gobierno de su nieto. El impulso del embajador a las reformas que culminaron en la Nueva Planta contrasta con el descontento que suscitó en la nobleza, interpretado habitualmente como el reflejo de su oposición por principio a toda reforma. Esta actitud, sin embargo, estuvo precedida por el empeño de Luis XIV de debilitar la posición política de los Grandes y apartarles del gobierno de su Monarquía, y así tener un mayor margen de maniobra en sus negociaciones con las Potencias enemigas a costa de los intereses españoles. ; The action of Amelot in Spain (1705-1709) marked the maximum point of Luis XIV's influence on his grandson's government. The ambassador's intervention on the Nueva Planta marks a constrast with the displeasure aroused in the nobility, that is usually attributed to the reflection of his basic resistance to all reform. This attitude, however, was preceded by Luis XIV impulse to weaken the political position of the Grandes, and to take them off the government of his monarchy, and thus to have a bigger margin to manoeuvre in his negotiations with the enemy states, at the sake of the Spanish interests. ; L'activité d'Amelot en Espagne (1705-1709) a signifié le point maximal de l'influence de Luis XIV dans le gouvernement de son petit-fils. L'élan de l'ambassadeur pour les réformes qui ont terminé Dans la Nueva Planta contraste avec le mécontentement qui a suscité dans la noblesse, et qui est habituellement interprété comme le reflet de son opposition par principe à toute réforme. Cette attitude a été, toutefois, précédée par la persistance de Luis XIV d'affaiblir la position politique des Grands et de les séparer du gouvernement de sa Monarchie, pour avoir ainsi une plus grande marge de manoeuvre Dans ses négociations avec les Puissances ennemies au prix des intérêts espagnols.
La reforma concursal de 2009 ha pretendido eliminar las deficiencias que la Ley Concursal ha manifestado en sus cinco años de vigencia y en consecuencia, ha favorecido tanto la liquidación anticipada de las empresas como el convenio anticipado; ha reducido los plazos del procedimiento y ha abaratado los costes y, finalmente, ha favorecido la refinanciación previa de las empresas. La nueva regulación no está exenta de problemas jurídicos, tanto en la forma como en el fondo, que pueden dificultar las finalidades pretendidas por el legislador. Pero al margen del mayor o menor acierto del legislador sobre los términos jurídicos de la reforma, conviene tener en cuenta que sin la creación de una auténtica cultura concursal esta reforma puede fracasar en los mismos términos que lo hiciera la Ley Concursal de 2003. ; The 2009 Insolvency Act reform has tried to eliminate the deficiencies revealed by the Insolvency Act throughout its five year life and therefore, it has favoured both the early liquidation of companies and the proposal of advanced agreements with creditors; it has also reduced the insolvency proceeding time limits and it has made procedural costs cheaper; finally, it has favoured the pre¿insolvency refunding of companies. The new regulation is not exempt from legal problems, both in form and substance, which could hinder the legislature¿s aims. However, leaving aside the reform legal terms set forth by the legislature in a more or less wise move, it should be borne in mind that without the creation of a real insolvency culture, this reform may fail on the same terms as the Insolvency Act 2003 did.
Discussion concerning the establishment of a federal Constitution in Buenos Aires, the doctrines of Dr Irigoyen, the doctrine held by the Interior Minister denying provincial governments the power to declare the state of siege, the jurisdiction of the court, constitutional reform, immigration, international relations, sovereignty and the justice system
El imaginario oficial defendía desde el Golpe del ´76 (aunque recuperando ideas anteriores como las de la Guerra Fría) la existencia de una guerra integral contra el comunismo, la cual, según su visión, se libraba tanto en planos materiales como espirituales2. De este modo, junto a la fase destructiva que hizo desaparecer a aquellas personas e ideas consideradas subversivas, se desarrolló una acción constructiva que intentaba (re)fundar un orden social tradicional cimentado en la trilogía de Dios, Patria y Familia (Cf. Avellaneda, 1986; Invernizzi & Gociol, 2002; Philp, 2009). Al respecto, el año 1980 en Córdoba emerge como una bisagra peculiar ya que el diagnóstico bélico oficial celebraba la victoria armada sobre el marxismo, pero advertía sobre su amenaza latente en el plano cultural. Así, junto al diálogo político puesto en marcha con Las Bases del Proceso de Reorganización Nacional, múltiples nuevas medidas se abocaron a la batalla espiritual que tenía por trofeo las mentes y los corazones de los argentinos, especialmente de "los jóvenes". Esta ponencia centra la mirada en una arista de aquellas políticas culturales: las performances gubernamentales (Schechner, 2000) concretadas por los militares y sus aliados civiles para conmemorar el Aniversario Fundacional de la ciudad de Córdoba. Esas celebraciones precedieron y prosiguieron al período autoritario, pero evidenciaron un apogeo especial entre 1980 y 1983, cuándo los actos de un día (el tradicional 6 de julio) se ampliaron a una Semana de Córdoba. En esas fiestas oficiales (Bajtín, 1989) lo que se (re)construía anualmente era la propia identidad cultural cordobesa, donde el mito de origen hispánico servía para (re)fundar el imaginario gubernativo de la civilización occidental y cristiana. Entre las distintas puestas en escena materializadas por esos rituales cívicos, y dedicadas a la más española de las provincias argentinas, los eventos artísticos ocuparon un lugar constante y destacado. ; publishedVersion
Este libro tiene un mensaje que puede resultar incómodo: la democracia española no ha estado a la altura de las circunstancias en la cuestión catalana. [...] Los errores que haya cometido el independentismo catalán, que a mi entender son muchos y graves, no pueden nublarnos el juicio con respecto a nuestro propio sistema democrático, que ha mostrado serias deficiencias". Ignacio Sánchez-Cuenca argumenta en estas páginas que la crisis catalana ha activado un nacionalismo español con un discurso claro: frente a la política identitaria de los independentistas, se erige una sociedad española abierta y democrática, un Estado español con siglos de antigüedad que cuenta con instituciones que garantizan las libertades, los derechos fundamentales y la igualdad política. Pero la crisis constitucional catalana ha supuesto un descalabro colectivo desde un punto de vista democrático; el Gobierno de España prefirió no abrir una negociación que desactivara el conflicto, lo que aprovecharon los líderes del independentismo catalán para justificar una estrategia unilateral que ha acabado en un sonoro fracaso
Entre 1793 y 1795 en las provincias vascas se produjo el primer encuentro con la Revolución, la que entonces era mayúscula y encarnación misma del espíritu revolucionario. Sería la primera ocasión para que los territorios vascos de la monarquía española experimentaran —en mayor o menor grado— lo que tal revolución podía significar. No se trató únicamente de una escaramuza militar ni de una ocupación territorial. No fue tampoco ante todo —como veremos— ocasión para plantear una posible alternativa a la tradicional vinculación al continente de la monarquía católica. Históricamente aquel primer encuentro hubo de tener una significación bastante más profunda marcando una muy clara línea de evolución en el proceso provincial de tránsito de sistemas y en su relación con el fenómeno revolucionario francés.