Del 13-M al 15-M
En una democracia representativa la campaña electoral es la antesala del voto. El valor del sufragio depende del debate público que le precede. Una campaña abierta, plural y competitiva garantiza el voto libre y soberano. En las Elecciones Generales de 2004 y en las elecciones locales y autonómicas de 2011, los actos electorales fueron desplazados por la ciudadanía que tomó las calles y plazas del estado. En ambas ocasiones, la campaña de los votantes cuestionó y apagó la de los candidatos. Las jornadas de reflexión cobraron una dimensión colectiva y deliberativa, en contra de las prohibiciones de la Junta Electoral; rebasada ya tres veces por las cibermultitudes. Pero, ¿quiénes son las cibermultitudes del 13-M y el 15-M? ¿Qué papel podrían jugar?