Europa está preocupada por la situación en Rumania donde su primer ministro ha tomado recientemente una serie de medidas institucionales a fuerza de decreto, lo que para algunos se constituye en un virtual estado de suspensión constitucional. El problema, que de por sí preocupa, adquiere un cariz más inquietante dado que se suma —en esa misma región del continente— al caso húngaro, que la Unión Europea todavía está procesando (y digiriendo, se diría).Hungría está gobernada desde el 2010 por el partido Fidesz (Alianza de Jóvenes Demócratas). Fidesz se autoconsidera un partido de centro derecha aunque el ejercicio mismo del gobierno parece aproximarlo al extremismo de derecha, juicio solo posible de relativizar dado que en ese extremo del espectro político existe la peor de las pesadillas, un partido declaradamente xenófobo y antisemita como el Jobbik (Movimiento para una Hungría Mejor). En las elecciones del 25 de abril de 2010, Fidesz obtiene más de dos tercios de los escaños del Parlamento. A pesar de que obtuvo un 53% de votos, un peculiar régimen electoral, donde coexisten escaños electos por representación proporcional y otros por circunscripciones uninominales, le permitió alcanzar esa mayoría parlamentaria que no reconoce antecedentes desde la caída del comunismo. Tamaña mayoría le permite a Fidesz gobernar en solitario, incluyendo el hecho de poder legislar a nivel de Constitución. El Partido Socialista cayó al 19% desde una votación del 43% en el 2006. El mencionado partido de extrema derecha obtuvo un 17%, creciendo respecto a aquella elección en la que no había ni siquiera alcanzado la barrera el 5%, en un hecho que reconoce casos similares por toda Europa.El gobierno húngaro del primer ministro Viktor Orban fue adoptando merced a la abrumadora mayoría una serie de medidas de corte nacionalista, talante conservador y naturaleza autoritaria, todos instrumentos de lo que se concibe como un proceso de refundación del país, según propias palabras de Orban. La primera llamada de atención fue a pocos días de asumir el gobierno cuando se despacha con una legislación que otorga la nacionalidad húngara a todos los que puedan probar sus orígenes maggiares sin que pierdan por ello la nacionalidad que tuvieran en la actualidad. Se calcula en tres millones la cantidad de habitantes del centro y este europeo que podrían acceder a la nacionalidad húngara y que hoy viven en los territorios que pertenecieron a Hungría antes de la Primera Guerra Mundial. Esa especie de apelación a la "Gran Hungría" no cayó en gracia en los países vecinos que tuvieron la sensación de estar frente a los primeros pasos de una futura reivindicación territorial basada en fronteras étnicas, lo que parece retrotraerse a épocas desagradables. Aunque se estuviera ante una hipótesis improbable, también es cierto que la medida pintó de cuerpo entero al gobierno húngaro.Luego se acumularon un conjunto de leyes verdaderamente preocupantes. Entre las más alarmantes se encuentra aquella que limita fuertemente la libertad de prensa. A una autoridad nacional dependiente del gobierno se le faculta para sancionar a los medios de comunicación que publiquen información "no equilibrada", "parcial" u ofensiva para la "dignidad humana", términos suficientemente amplios como para que quepan, como se advirtió, todo lo que le pueda molestar al gobierno. A continuación se redacta una nueva constitución (catalogada de "antediluviana") que contiene normas, entre otras, como la restricción del derecho al voto de aquellos con "capacidades mentales limitadas", la intangibilidad de la vida desde la fecundación (está vigente la ley que despenaliza el aborto dentro de las 12 semanas) y la consideración de la unión entre el hombre y la mujer como la única posible. Asimismo, se legisló concediendo reconocimiento exclusivamente a sólo catorce iglesias (cristianas y la judía), haciendo perder el estatus de tales a credos como el musulmán, budista, hinduista, adventistas y baptistas, los que deberán volver a tramitar su reconocimiento luego de cumplir ciertos requisitos e, inconcebiblemente, someterse a la aprobación —o no, quizá— del Parlamento. También se estableció la pena de prisión para las personas que vivan en la calle y que no quieran pernoctar en los centros de atención. Paradójicamente, los centros existentes no tienen la capacidad de recibirlos a todos. En un uso de la historia con objetivos políticos, se declaró inocente al pueblo húngaro de los crímenes cometidos por el Estado entre la ocupación nazi en 1944 y el fin del comunismo en 1990 y, peor aún, se consideró por ley al Partido Socialista como el heredero del régimen comunista. El Partido Socialista efectivamente fue fundado por militantes del Partido Socialista Obrero Húngaro, el partido único durante el período comunista, aunque evolucionó hacia la social democracia y se desprendió de los sectores más duros. De cualquier manera, llevar a términos normativos lo que debería estar radicado únicamente en la dialéctica política, habla de una intención avasalladora hacia quienes justamente son la oposición al gobierno. Por otro lado, la nueva Constitución limitó la capacidad del Tribunal Constitucional al enajenarle de sus competencias la de controlar asuntos presupuestales, casualmente poco tiempo después que el Tribunal había invalidado una medida económica del Ejecutivo. Más tarde se afectó la independencia del Banco Central cambiando la composición del directorio al añadirle delegados directos del gobierno. El último intento de controlar al Banco fue la creación de una figura institucional por encima de la autoridad bancocentralista de una única persona designada por el Ejecutivo. Entre tanto, los agravios proferidos al presidente del Banco Central procurando su renuncia rayaron la grosería, seguramente provocada por la desesperación de quedarse con un cargo que al regirse por otros plazos de ejercicio estará en funciones hasta avanzado el 2013. En una afectación de la independencia del Poder Judicial, se rebajó la edad de retiro obligatorio de los magistrados de los 70 a los 62 años. Esto provocó que muchos magistrados tuvieran que dejar sus puestos, los que fueron cubiertos con fieles al gobierno. Como remate, se modificó la legislación electoral y se cambiaron las circunscripciones de tal manera que el que podría ser beneficiado sería el partido de gobierno. Más allá de que efectivamente esto es lo que termine sucediendo, utilizar las mayorías para cambiar las reglas electorales a medida no es ético. En síntesis, las medidas —mencionadas deliberadamente sin pausa— son una catarata de normas arbitrarias que apuntan a la concentración de poder.A partir del mismo comienzo del actual gobierno húngaro, la Unión Europea ha expresado por parte de diversos voceros su preocupación por la calidad de la democracia en Hungría, sin alcanzar el punto de cuestionar al régimen mismo como antidemocrático. Probablemente, como sostuvo el líder de los socialistas europeos, es duro para la Unión Europea tener que admitir que se cuenta con un estado no democrático como uno de sus miembros. Algunas voces del Parlamento europeo fueron muy críticas, como la del popular Daniel Cohn Bendit —"Dany el rojo" en el Mayo del 68— quien llegó a acusar a Orban de ir "en la misma dirección de Chávez, Castro y todos esos regímenes totalitarios y autoritarios".Cada medida adoptada por el gobierno maggiar reforzaba las críticas por su autoritarismo al tiempo de acrecentarlas hacia la misma Comisión Europea por lo que comenzaba a entenderse como un perfil demasiado bajo en el tema. Se especulaba que la Comisión pretendía manejarse con pies de plomo para no aumentar los problemas económicos de Hungría que, pese a no pertenecer a la Zona Euro, su quiebre podía terminar afectándola. La explicación no alcanzaba a satisfacer porque se sostenía que de este modo sólo se "alimentaba a las fieras". Los críticos a la Comisión Europea por su lentitud en encarar la cuestión húngara destacaban que la Unión Europea no es solo una unión comercial sino que antes que cualquier otra cosa es una unidad política basada en determinados valores, que los Tratados reconocen y que Hungría desconoce. Hungría había ingresado a la Unión el 1º de mayo de 2004 y algunos entendidos han afirmado que en las condiciones actuales el país maggiar no hubiera podido ingresar. Pero el problema es que ya está adentro.Finalmente la Comisión Europea inicia en enero de este año un procedimiento de infracción para que Budapest rectifique sus rumbos so pena de ser sancionada si no lo hace en consonancia con el Tratado de la Unión Europea. Al mismo tiempo, sin ligarlas explícitamente, inicia una serie de medidas de carácter financiero suspendiendo contactos que se iban a llevar a cabo para conceder nuevos créditos y aumentando las presiones para la reducción del déficit a los estándares que la Unión determina para sus miembros ante las dudas de que lo estuvieran "maquillando". La reacción del primer ministro Orban fue destemplada comparando a Bruselas con la Viena de los Habsburgo o la Moscú soviética al grito de "¡No seremos una colonia!". Fuera de los micrófonos, el gobierno promete realizar los cambios requeridos.Sin embargo, la clave del proceso radica en los asuntos por los que Bruselas abrió el proceso infraccional. Estos fueron: la afectación de la independencia del Banco Central, la ley que adelanta la jubilación de los jueces y por la afectación de la autonomía de la autoridad de protección de datos. Ninguno de los asuntos refiere a aspectos netamente deontológicos como los que emanan del Tratado de la Unión Europea, modificados hace bien poco en el 2007 por el Tratado de Lisboa y ratificados naturalmente por Hungría. En el mencionado Tratado se puede leer:"La Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres" (Artículo 2)."A propuesta motivada de un tercio de los Estados miembros, del Parlamento Europeo o de la Comisión, el Consejo, por mayoría de cuatro quintos de sus miembros y previa aprobación del Parlamento Europeo, podrá constatar la existencia de un riesgo claro de violación grave por parte de un Estado miembro de los valores contemplados en el artículo 2" (Artículo 7).Es cierto que las objeciones planteadas por la Comisión Europea fueron respecto a temas más concretos y por lo tanto más factibles de comprobar su violación así como sus enmiendas. Sin embargo, la ausencia a referirse concretamente a aspectos flagrantemente violatorios de los derechos humanos esenciales es cuestionable. En abril la Comisión Europea cierra el proceso de infracción respecto al asunto del Banco Central, luego de algunos cambios del gobierno húngaro en la legislación que a juicio de la Comisión fueron suficientes. Respecto a la edad jubilatoria de los jueces y la protección de datos, la Comisión entendió que Budapest no había adoptado las medidas del caso y pasó el asunto al Tribunal de Justicia con sede en Luxemburgo.Toda la Unión Europea, su esencia, su vocación, el espíritu bajo el cual se creó y se extendió en un continente que vivió dos guerras mundiales y la dominación comunista, es puesta en el banquillo ante las señales que ofrece o deja de ofrecer ante un país que notoriamente rompe con los fundamentos de la Unión. La Unión ya había actuado en el 2000 cuando en Holanda asume un gobierno cuya coalición estaba integrada por un partido de inspiración nazi, pero que ni siquiera alcanzó a tomar tantas medidas cuestionables ni duro tanto como para generarle un problema mayor a la propia Unión. Quizá se esté esperando que los resultados electorales de 2014 le saquen el problema. Las encuestas parecen indicar un descenso pronunciado de la popularidad del gobierno húngaro, cuya explicación se encuentra en los problemas económicos y en los nuevos impuestos. Aunque la solución puede no ser tal si los extremistas de derecha confirman en las urnas lo que las crecientes intenciones de voto parecen pronosticar.Mientras tanto por toda Hungría se desarrollan homenajes a Horthy, el gobernante húngaro que se alió a Hitler y es el responsable del asesinato de al menos 400.000 judíos. Sobre el autorLicenciado en Ciencia Política. Universidad de la República.
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Recent elections in Central Europe swept out incumbents, but in opposite directions, with the nearby Ukraine war and its impact on citizens and the economies never far from the political surface.Poland's liberal opposition managed to defeat the stubborn hold on power of the conservative nationalist party that has ruled since 2015. With the exception of the far-right Konfederacja party, the victors and the vanquished in Poland both support Ukraine's war effort. However, the campaign period exposed some economic grievances related to supporting Ukraine's European Union membership bid.In Slovakia, former prime minister Robert Fico, whose SMER party combines social democratic welfare policies with conservative nationalism, defeated the pro-EU and pro-Ukraine incumbents by emphatically opposing further military aid for Ukraine. Poland: Return to the European fold?The victory of Poland's liberal opposition in the October 15 parliamentary elections was momentous for the European Union, since it could signal the end of the uneasy relations with Europe under Poland's conservative Law and Justice party (PiS).The prospective coalition will be composed of the Civic Platform led by former Prime Minister Donald Tusk, along with the centrist Third Way coalition and the New Left bloc. Together, these three parties won 54% of the vote in a record turnout. Tusk, who served as president of the EU Council from 2014 to 2019, is committed to unblocking over 30 billion euros withheld by the EU pending the reversal of measures taken by PiS seen as having curbed judicial independence.Although it has no obvious coalition partner, PiS got the largest share of votes of any single party at 35.6 percent, allowing their leader Jaroslaw Kaczynski to claim a victory of sorts. The Law and Justice party, having governed for eight years, will be formidable in opposition, in part because the PiS-aligned President Andrzej Duda's term ends only in 2025. Even if Duda bows to the election arithmetic and allows Tusk and partners to form a new government, PiS can rely on the presidential veto and court challenges to hobble Tusk's policy agenda.Law and Justice took a stubborn anti-German stance while in power and has sought to depict Tusk and other liberal opponents as agents of Germany. Moreover, Kaczynski has long accused Tusk of conspiring with Russia to cause the Polish presidential aircraft to crash as it attempted to land in the Russian city of Smolensk in 2010. For several years prior to this event, Tusk had, as Prime Minister, pursued a limited rapprochement with Russia, part of his attempt to bring Polish diplomacy more into alignment with that of France and Germany.A rare exception among nationalist-populist parties in Europe, PiS enthusiastically pushed for greater and more advanced weapons deliveries to Ukraine. However, during the election campaign this fall, PiS exploited Ukraine fatigue among Polish farmers calling for barring Ukrainian grain from the Polish market. In mid-September, in the midst of the electoral campaign, Duda likened Ukraine to a drowning man that risked taking others down with it.Polls indicate that many Poles resent the alleged economic impact of the roughly 1 million Ukrainian refugees resettled in the country. The Polish population seems to be torn between this resentment and the otherwise still solid support for Ukraine's war effort. There are also unresolved historical grievances held by some Poles against Ukrainians. Insightful polling last year concluded that Poles love Ukraine but not Ukrainians. PiS in opposition will likely seek to block Ukrainian EU accession, which can easily be depicted as disadvantageous to Polish economic interests and will respond to the frustrations exposed by the swing in public opinion.Slovakia's elections move country away from Ukraine supportSlovakia's elections of September 30 brought former Prime Minister Robert Fico's SMER (Direction) party back to power in coalition with two other parties. Fico and his coalition partners — the social democratic Voice Party and the hard-right nationalist Slovak National Party — campaigned openly on halting military support to Ukraine and on resisting any new sanctions on Russia. The pro-EU and pro-Ukraine Progressive Slovakia finished a distant second.Slovak public opinion shows a swelling Ukraine fatigue. Inflation, a weak economy and a general positive disposition among many Slovaks toward Russia are among the causes.At his first EU summit on October 27, Fico announced an end of any further military support from Slovakia to Ukraine and called for the EU to press for a negotiated settlement. He pledged to oppose any new sanctions against Russia that would adversely affect Slovakia's economy. In these positions, Fico and Hungarian Prime Minister Viktor Orban were in close alignment. Since matters of foreign and security policy in the EU are decided unanimously, Hungary and Slovakia have some leverage over policy outcomes.How might the balance have shifted?The Polish election result may well reinforce Poland's already pronounced Atlanticist orientation. But Tusk's government may also align Poland more closely with the somewhat more nuanced and reserved position taken by Germany on supporting Ukraine. Germany has been cautious to avoid escalation of the conflict in Ukraine and has only reluctantly come on board with the US in the provision of longer-range and more advanced weaponry. Poland, under its conservative government, publicly derided German hesitations. This may change under Tusk.Chancellor Olaf Scholz and French president Macron have also championed intensified cooperation in defense-industrial modernization for Europe, a cause which Poland has not heretofore espoused. This could also change under Tusk's leadership. But Tusk's role will be under constant challenge, since PiS will hope to divide his coalition and bring forward new elections. The ongoing drag on the Polish economy will ensure that the question of balancing support for Ukraine with other objectives will not disappear from public discourse.Kaczynski's PiS was strongly in sympathy with Orban's Hungary in decrying the imposition of the European normative agenda on the scope of their powers. But the two parties never began to close the gap between their views on questions of war and peace. Relations between the two countries will now be far less cordial.Slovakia, on the other hand, is a small but unreserved ally for Hungary in resisting further military support for Ukraine. Fico has already fully committed Slovakia to opposing new military aid from the EU to Ukraine and any new sanctions against Russia. This will on balance reduce the marginalization of Hungary in the EU and in NATO.The net effect of these two elections leave the disposition of Europe as a whole toward support for Ukraine still very much in play. Poland returns to the top table of European decision-making but in doing so will be expected to accommodate to some extent the views of Germany and France. Slovakia under Fico will offer important cover to Orban's Hungary, which would otherwise be isolated.
Finalmente, tras muchas idas y venidas, el 15 de julio el Parlamento Europeo refrendó al luxemburgués Jean-Claude Juncker como Presidente de la Comisión Europea. Juncker había sido designado el 27 de junio como candidato por 26 de los 28 Estados miembro, oponiéndose a tal designación el británico David Cameron y el húngaro Viktor Orban. De acuerdo con lo estipulado en el Tratado de Lisboa, el nuevo Presidente de la Comisión Europea debe ser ratificado por mayoría calificada de los eurodiputados. El 1ero de julio también fue reelecto como Presidente de ese Parlamento el euro-socialista (social-demócrata alemán) Martin Schulz.La ratificación de Juncker, lograda mediante negociación interna entre los Jefes de Gobierno y grupos parlamentarios, contó con el respaldo de una amplia mayoría. El luxemburgués obtuvo 422 de 729 votos emitidos, o sea el 57.9% (siendo la mayoría calificada 376 votos). Sus apoyos estuvieron en el Partido Popular Europeo (PPE), del que Juncker era el candidato, así como en parte de los votos socialistas (los socialistas españoles siendo una de las excepciones al oponerse abiertamente a su nominación) y liberales. Sin embargo, en los últimos dos campos hubo deserciones importantes que le amputaron la mayoría arrolladora que hubiera significado el apoyo de los tres grupos pro-europeos (480 parlamentarios).La elección de Juncker y el proceso previo que llevó a su designación, no ha dejado a nadie particularmente feliz. Los grupos parlamentarios comenzaron acordando entre ellos que el candidato del grupo que resultara mayoritario en las elecciones sería el candidato "obligado" a Presidente de la Comisión, en base a una interpretación un tanto "generosa" del Tratado de Lisboa (que solamente establece que el Consejo deberá designar a su candidato tomando en consideración los resultados de la elección europea). Con ello, el Parlamento intentaba dar un paso hacia una verdadera "transición democrática", hacia una Europa "popular y transparente", donde el voto de los ciudadanos influiría en las futuras decisiones europeas. Además, el Parlamento inteligentemente instaló así un debate sobre la representatividad de los cargos europeos y la necesidad de otorgar mayor poder de decisión a la ciudadanía.Claro está que esta interpretación no fue compartida por la gran mayoría de Jefes de Estado y de Gobierno, que no imaginaban ceder poder de decisión al Parlamento. Sin embargo, ignorando el efecto de la campaña parlamentaria y las consecuencias que la misma podría tener a la interna de sus países, los líderes permitieron que fuera creciendo la interpretación de "candidato de partido ganador equivale a candidato a la presidencia de la Comisión". Aunque el Consejo retiene la potestad de proponer al candidato que desea, las presiones populares y de sus propios partidos políticos (asociados a uno u otro de los grandes grupos europeos) impidieron que los principales líderes europeos impusieran candidatos diferentes al del partido ganador.El discurso generalizado anti-Juncker que precedió a los comicios y perduró durante los días siguientes a la elección (Merkel, Hollande, Renzi, Cameron) se fue apagando, fruto de la repartición que populares, socialistas y liberales hicieron de los cargos disponibles a fin de "quedar todos contentos" y al definir ellos las próximas autoridades europeas. Así, por primera vez, los líderes europeos debieron agachar la cabeza y aceptar al candidato del Parlamento, incluso reconociendo que no era el mejor "hombre para el puesto", pero poco dispuestos a verse como "irrespetuosos de la voluntad popular".Pero, si los Jefes de gobierno parecen no estar del todo contentos con Juncker, ¿qué podemos decir de la ciudadanía? ¿Con la elección de Juncker el ciudadano europeo que decidió emitir su voto el pasado mes de mayo está realmente satisfecho y siente que ha triunfado finalmente la voluntad popular? La respuesta es clara: NO. Esto es así por dos razones. Quien votó por el PPE en cualquier país de Europa no votó una papeleta con la cara y el nombre de Juncker (quien ni siquiera fue candidato por Luxemburgo, argumentando que no se puede ser al mismo tiempo candidato a parlamentario europeo y candidato a la Presidencia de la Comisión), sino que eligió a sus representantes nacionales. En este caso, el europeo promedio no tenía idea que estaba optando también por Jean-Claude Juncker como próximo Presidente de la Comisión. Si esto se aplica a los votantes del PPE, mucho más se aplica a los votantes de los demás grupos europeos. Más evidente aún es la segunda razón: el 25% de los votantes europeos apoyaron a partidos y eurodiputados euroescépticos, lo que muchos consideraron un llamado al "cambio". Para esos electores y para quienes prefirieron no votar, Jean-Claude Juncker no es más que un "insider", un burócrata europeo que si algo no representa, es la voluntad de cambio. Este mecanismo de elección, democrático no obstante, no habría seguido el proceso de "trickle down" hasta su culminación lógica, o mejor dicho, el círculo que partiría del apoyo del ciudadano hacia su eurodiputado local, de este eurodiputado hacia el candidato a Presidente de la Comisión, culminando con el vínculo o sintonía de dicho Presidente hacia ese ilustre ciudadano al cual le debe, por la mágica propiedad transitiva de los procesos electorales, su elección, no ha logrado cerrarse. ¿Por qué? Por la simple razón de que nadie vota en las elecciones europeas PARA las elecciones europeas.Esto es producto del desconocimiento de lo que pasa en Bruselas, del desinterés o de que, como ciudadanos, nuestras preocupaciones están dominadas por la política doméstica, y cada instancia de sufragio, regional, local o supranacional, representa una nueva oportunidad para expresarnos sobre los gobiernos nacionales de turno. Aquellos que argumentan que votar directamente por un candidato a Presidente de la Comisión aumentaría el interés de los ciudadanos, tienen un punto válido.No obstante, es difícil creer que los mismos patrones de validación electoral, las mismas herramientas y atajos cognitivos a la hora de elegir nuestros candidatos, no sean reproducidos al elegir al Presidente de la Comisión. Los ciudadanos votarían por el Presidente de la Comisión como si lo hicieran por un presidente, diputado o senador local, es decir influenciados por las estructuras partidarias locales, con preocupaciones y arraigos bien locales, por más campaña europea que intente hacerse. Nadie vota por Juncker o por Schulz, sino que vota por Hollande, Merkel, Le Pen, Farrage, Renzi, etc. Pero esto, evidentemente, no es responsabilidad ni culpa de Juncker. En todo caso, los responsables son los partidos nacionales que no impiden la desinformación y la instrumentalización de dichas elecciones por los partidos políticos con fines políticos nacionales. Las principales críticas escuchadas tienen que ver con la supuesta falta de transparencia y de mecanismos democráticos en la elección del Presidente de la Comisión, así como con la no representatividad de la burocracia de Bruselas y la opacidad de los procesos de toma de decisiones.Analicemos cómo cambiarían las cosas en caso de votar directamente por un candidato a Presidente de la Comisión, ya que éste es el principal argumento de los euroescépticos y de aquellos que critican la falta de democracia de todo este proceso. El primer escenario alternativo sería que cada partido nacional elija a su(s) propio(s) candidato(s) y se lo(s) presente a sus electores nacionales. Por ejemplo, podríamos considerar que en un futuro no muy lejano, cuando ambos se encuentren desempleados, los franceses de derecha voten por Sarkozy como candidato a Presidente de la Comisión y los de izquierda voten por Hollande. Cada país tendría varios candidatos nacionales y contaríamos en toda la Unión con más de 100 posibles presidenciables (o 200, o 300…). Ahora, en este caso, ¿cómo elegiríamos al próximo presidente? ¿Sería el presidente electo el candidato del partido nacional más votado a nivel europeo? En este caso, salvo raro milagro, el futuro Presidente de la Comisión será siempre un alemán y, para agravar el caso, con un muy escaso porcentaje de los votos totales a nivel europeo.Por supuesto que la opción de múltiples candidatos por países no sería nunca una opción válida, ya que terminaría siendo mucho menos democrática que cualquier opción actual. La hipótesis alternativa es que los partidos nacionales determinen uno o más candidatos (al cabo de negociaciones conjuntas con sus contrapartes europeas) que presentarán luego en sus listas nacionales. Así, por ejemplo, el votante del PSOE español tendrá la opción entre 2 o 3 candidatos socialistas… Pero espere un momento, ¡¿no es acaso esto algo muy similar a lo qua ya ocurre en la actualidad con la selección anticipada de los candidatos por los grupos parlamentarios europeos?! La única diferencia es que el candidato actual no está claramente identificado en la boleta de voto, pero, en la práctica, el votante informado de un partido afiliado al PPE sabía que su candidato a Presidente siempre fue Juncker, así como los socialistas sabían que el candidato siempre fue Schulz, y esto antes de iniciar la campaña. Ahora, puede usted ser de derecha y no gustarle Juncker, o ser de izquierda y no gustarle Schulz (es cierto que podría haber habido más de un candidato por partido europeo…), ¿pero en qué medida es eso diferente de, por ejemplo, si es usted un votante de derecha alemán y no le agrada Merkel? En la medida que la elección del candidato de cada grupo europeo sea el resultado de la negociación interna de los eurodiputados nacionales, en poco o nada difiere de los mecanismos internos de nominación de los candidatos de los partidos nacionales. Por lo tanto, en la práctica, el mecanismo de elección "directa y democrática" no cambiará en nada si es llevado adelante por los ciudadanos o los eurodiputados, siempre que la información y las reglas de juego sean claramente explicadas y aplicadas, e incorporadas por la ciudadanía.En relación a la supuesta falta de democracia de las instituciones europeas, conviene precisar que los que más claman contra la falta de transparencia y democracia son, como siempre, las fuerzas menos democráticas, transparentes y tolerantes. Estos son los Le Pen, los Farrage, los Wilders y tantos otros, que camuflan, como todos los representantes de movimientos de este tipo (los hay, y también bien coloridos, a la izquierda), sus principios autoritarios en la denuncia de un supuesto ataque a los valores democráticos y más en particular a la democracia directa, única forma de gobierno que, según ellos, no ha sido corrompida por las instituciones burguesas y las élites tecnocráticas. Pero su ideal democrático es sobre todo el del liderazgo carismático, paternalista y autoritario, su lenguaje democrático es el de la demagogia y la desinformación, su ideal social se basa en la segregación y en la xenofobia, en fin, su ideal de proceso democrático no es otro que el que los vea hacerse con el poder, independientemente de los medios para dicho fin. No nos engañemos, ni Marine Le Pen ni Nigel Farrage están preocupados por la calidad democrática de las instituciones europeas, lo único que les preocupa es cómo capitalizar el descontento hacia la integración europea de una parte de la población y poder así afianzar su posición nacional. En esa óptica, la plataforma europea les ofrece la posibilidad de maximizar el impacto de su discurso y minimizar los riegos relacionados a la toma de decisiones. En definitiva, estos partidos son los free riders del proceso de integración política de la UE, se benefician con todas las ganancias relativas a su participación en el sistema (exposición, financiación, tribuna pública, ayuda a las colectividades, etc.) y al tener una posición abiertamente contraria a la integración, y ningún puesto de responsabilidad, no pagan los costos políticos relacionados al momento de crisis en Europa. Es cierto que la UE se ha transformado en una unidad administrativa gigantesca, incomprensible para la gran mayoría de los ciudadanos, y esto agrega al sentimiento que es el "burócrata de Bruselas" el que controla el proceso de toma y ejecución de decisiones y no así el representante democráticamente electo. Pero entendamos aquí a la burocracia, no en su acepción peyorativa y comúnmente compartida, sino como ese concepto weberiano de un cuerpo administrativo, formado y calificado, y necesario para la administración y el buen funcionamiento del Estado. Este proceso de toma de control de las potestades ejecutivas, pero también legislativas por parte de un órgano no electo, es la principal crítica de los euroescépticos. Sin embargo, no resulta en nada diferente del proceso de burocratización que se viene dando, desde larga data, al interior del Estado. En efecto, la complejidad creciente de los temas, la falta de tiempo y de horas disponibles de los parlamentarios, así como la necesidad de llevar adelante ciertos procesos de manera diligente y eficiente, han llevado a que en todos lados (inclusive en los regímenes parlamentarios), el parlamento haya perdido poder frente a los ejecutivos y su cuerpo burocrático. Pensar que cualquier unidad política puede sobrevivir únicamente con un cuerpo de representantes electos responsables tanto de legislar y ejecutar, es cándido en el mejor de los casos, irresponsable y peligroso en el peor de ellos. Los que atacan a la UE en este punto no atacan realmente la falta de transparencia democrática, lo que está realmente bajo amenaza es el concepto mismo de la integración y del supranacionalismo de las instituciones. Lo que molesta a Marine Le pen no es que un burócrata estonio no electo decida por ella, ¡sino que un burócrata estonio (electo o no electo, es irrelevante) decida por ella!Algunos desearían ver en la importancia de estas nuevas elecciones europeas la transición hacia una cierta forma de parlamentarismo, y en la ratificación (o elección) de Juncker por el parlamento, la emergencia de una figura similar a la de un primer ministro. Un par de precisiones se imponen. En primer lugar, Juncker no es el Presidente de la UE, es tan sólo el Presidente de la Comisión, con importantes potestades, es cierto, pero lejos de ser todopoderoso. Es el Consejo Europeo el que mantiene el rol de fijar las grandes líneas políticas de la UE, no la Comisión, quien ejecuta, legisla, lleva adelante las negociaciones, controla y sanciona. La UE es un mecanismo de integración supranacional, pero no es, y probablemente no lo sea nunca, una única entidad política totalmente integrada, es decir, un Estado. Por más competencias supranacionales que la UE haya desarrollado en los últimos años (comerciales, monetarias, fiscales, etc.) los Estados retienen aún gran parte de sus funciones gubernamentales "régaliennes".El debate sobre la "democracia" detrás de los procesos de selección de las autoridades de la UE y del control popular sobre los organismos burocráticos de gestión, es ocioso y capcioso, y ampliamente instrumentalizado por las fuerzas antieuropeas. La nominación de Juncker es democrática porque fue acordada entre los jefes de Estados, electos todos democráticamente por sufragio universal, y los eurodiputados, electos igualmente democráticamente. La democracia representativa implica, le pese a quien le pese, la elección de representantes. Si se exige mayor transparencia y democracia, se debe exigir igualmente un comportamiento ejemplar de la ciudadanía. Un sistema político, para ser eficiente (en la articulación y representación de los intereses y en la consecución de los objetivos), debe ser como un organismo en simbiosis, todas las partes trabajando en conjunto para el beneficio mutuo. Aquellos que ven sólo las culpas y responsabilidades de un lado y las víctimas del otro, o son irresponsables, o mienten descarada y peligrosamente, o sencillamente no han entendido nada a la vida política.En conclusión, me pregunto: si la elección de Juncker no es democrática, ¿qué dejamos entonces para el Secretario General de las Naciones Unidas? Electo supuestamente de manera democrática por los líderes del mundo, cuando más de un tercio de estos no son avalados por ningún proceso democrático. ¿Y qué decir del presidente del FMI o del Banco Mundial? Y por favor, ni siquiera toquemos el tema de la FIFA y de la CSF… Germán Clulow es Licenciado en Estudios Internacionales por la Universidad ORT - Uruguay, Master en Ciencia Política por la Université de Genève - Suiza, y Master en Estudios de Desarrollo por el Instituto de Altos Estudios Internacionales y de Desarrollo (IHEID-The Graduate Institute) Ginebra, Suiza
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Es waren Antifaschist:innen, die die italienische Verfassung ausgearbeitet haben. Sie trat 1948 in Kraft und sollte sicherstellen, dass niemand jemals wieder die Kontrolle über die Republik übernehmen konnte, ähnlich wie dies der Diktator Benito Mussolini die Jahre zuvor vollbracht hatte. Seitdem hat Italien bereits 67 Regierungen erlebt, doch die aktuelle Regierung, Nummer 68, ist auch für Italien besonders (Siefert, 2023). Sie wurde mehrfach als "gefährlichste Frau Europas" betitelt (Brandl & Ritter, 2022). Die Rede ist von Giorgia Meloni, die am 22. Oktober 2022 als Vorsitzende der nationalistischen, konservativen und postfaschistischen Partei Fratelli d'Italia (FDI) als Ministerpräsidentin vereidigt wurde.Mit dem Wahlsieg der italienischen Postfaschistin ist ein weiterer Schritt in Richtung einer politischen Entwicklung vollzogen worden, die den autoritären Rechtspopulismus als Regierung zu einem sichtbaren Bestandteil der politischen Realität macht. Ihre politische Gruppierung wird weithin als populistisch, postfaschistisch und weit rechts im politischen Spektrum positioniert, was in weiten Teilen der europäischen Öffentlichkeit zur Kenntnis genommen wurde. Die folgende Seminararbeit versucht nach mehr als einem Jahr an der Macht eine Bilanz zu ziehen, die Auswirkungen der Wahl zu analysieren und die Besonderheiten der italienischen Rechten näher zu beleuchten.Melonis Aufstieg in der politischen Landschaft Italiens: Vom Engagement in der Jugendpolitik über die MSI zur Gründung der Fratelli d'Italia Die am 15. Januar 1977 in Rom geborene Meloni ist nicht nur die erste Frau, die das Amt ausübt, sondern auch die erste Regierungschefin, deren politische Karriere in der postfaschistischen Ära Italiens begann. Sie kandidierte bereits in ihren Jugendjahren für politische Ämter in Italien. Im Jahr 2006 wurde sie zur jüngsten Ministerin Italiens ernannt. Heute ist die Vorsitzende der von ihr mitbegründeten rechtsextremen Partei Fratelli d'Italia (Brüder Italiens, benannt nach der ersten Zeile der Nationalhymne, mit Wurzeln in der postfaschistischen Bewegung) die erste weibliche Premierministerin.Vor 31 Jahren, im Juli 1992, begann Giorgia Meloni ihr politisches Engagement in Rom mit dem Beitritt zur Jugendorganisation des Movimento Sociale Italiano (MSI, Italienische Soziale Bewegung), einer von Faschist:innen gegründeten Partei (Ventura, 2022, S. 8 ). Die italienische Ministerpräsidentin unterstreicht häufig, dass sie aus bescheidenen Verhältnissen stammt und in einer Familie von Angestellten aufgewachsen ist. Dabei verschweigt sie allerdings gerne die Tatsache, dass ihre Mutter, Anna Paratore, der MSI damals angehörte (Feldbauer, 2023, S. 15).Die am 26. Dezember 1946 gegründete Italienische Soziale Bewegung entstand unmittelbar nach Ende des Zweiten Weltkrieges. Die Gründer:innen der Partei waren politisch in der Italienischen Sozialen Republik (Repubblica Sociale Italiana, RSI) aktiv, einem Satellitenstaat, der während der deutschen Besatzung von 1943 bis 1945 von Mussolini regiert wurde. Ideologisch bezog sich die Partei auf den "sozialen Faschismus" der RSI (Ventura, 2022, S. 2). Die MSI zeichnete sich nicht nur durch ihre antikapitalistische und antiliberale Ideologie mit korporatistischer Entscheidungsfindung aus, sondern auch durch ihren ausgeprägten Antikommunismus und ihre scharfe Kritik an den etablierten Parteien. Obwohl es innerhalb der MSI von Anfang an eine konservative und pro-westliche Minderheit gab, blieb die Partei bis Anfang der 1990er Jahre unfähig, sich wesentlich zu reformieren und konnte daher keinen nennenswerten Einfluss auf das politische System Italiens ausüben (ebd.).Im Januar 1995 wurde die Partei kurz nach dem Beitritt Melonis aufgelöst und in die "Alleanza Nazionale" (AN, Nationale Allianz) umgewandelt. Die AN fusionierte 2009 mit der Partei "Forza Italia" (FI, Vorwärts Italien) von Silvio Berlusconi zur Partei "Il Popolo della Libertà (PdL, Das Volk der Freiheit). Der damalige Parteivorsitzende Gianfranco Fini wollte den von der AN eingeleiteten liberal-konservativen Rechtsruck erfolgreich zu Ende führen, was jedoch einigen ehemaligen Aktivist:innen und Führungskräften aus den Reihen der MSI missfiel. Diese Unzufriedenheit machte sich später Meloni zunutze. Im Jahr 2006 wurde Meloni ins Parlament gewählt und zwei Jahre später wurde sie die jüngste Ministerin (Jugend und Sport) in der Geschichte Italiens. Die einzige Regierungserfahrung hat sie auf nationaler Ebene (ebd.).Verhältnis zum (Post)Faschismus Eine Woche vor dem hundertsten Jahrestag von Mussolinis "Marsch auf Rom", der Machtübernahme durch den "Duce", übernahm Meloni ihr Amt. Ihr Kabinett, welches hauptsächlich aus Anhänger:innen Mussolinis besteht, wurde in linken Medien als eine Regierung von "reuelosen Faschisten" beschrieben (Feldbauer, 2023, S. 38f). Meloni war im Jahr 2012 Mitbegründerin der Partei FdI, die in der Tradition des italienischen Faschismus steht, und gehört somit zur dritten Generation des Partito della Fiamma (Livi & Jansen, 2023, S. 173). Das Symbol der faschistischen Flamme, das in der Vergangenheit der MSI vorbehalten war, ist im Parteilogo vertreten (Feldbauer, 2023, S. 16f).Im Jahr 1929 wurde das Wort "Faschismus" zum ersten Mal in den Duden aufgenommen. Dies geschah sieben Jahre, nachdem die italienische Partito Nazionale Fascista (PNF) unter Benito Mussolini 1922 in die Regierung Italiens eingetreten war. 1926 entwickelte sie sich zu einer diktatorischen Staatspartei, bevor sie 1943 aufgelöst wurde. Der Begriff "Faschismus" wurde von der PNF als Selbstbezeichnung verwendet und entstammt dem italienischen Wort "fascio", dessen Bedeutung dem Begriff "Bund" gleichgestellt ist (Schütz, 2022). Im heutigen Sprachgebrauch bezeichnet der Terminus eine nationalistische, antidemokratische und rechtsextreme Ideologie, die nach dem Führerprinzip ausgerichtet ist. Seit den Parlamentswahlen in Italien im vergangenen Jahr sind vermehrt Artikel zum Thema "Postfaschismus" verfügbar. Dies hängt mit dem Sieg bei der Parlamentswahl und der FdI zusammen, welche als "postfaschistisch" bezeichnet wird (ebd.).Gianfranco Fini distanzierte sich 2003 offiziell vom Faschismus und bezeichnete ihn als "absolut böse" (Tagesschau, 2022). Giorgia Meloni hat es jedoch bis heute vermieden, eine so eindeutige Aussage über die Wurzeln ihrer Partei zu tätigen. Meloni erhob sogar Vorwürfe gegen Gianfranco Fini, das Erbe der italienischen Rechten zu zersplittern (Ventura, 2022, S. 6). Im Jahr 2014 wurde Meloni zur Vorsitzenden der FdI gewählt. Sie konnte den harten Kern der Faschist:innen um sich versammeln, indem sie sich auf Mussolini bezog. Aufgrund der möglichen Verluste eines Teils ihrer Wählerschaft an die Lega kann sie die Flamme nicht aus dem Parteilogo entfernen. Sie hob wiederholt hervor, wie stolz sie auf das Wappen mit der italienischen Trikolore sei, bezeichnete Mussolini sogar als einen "guten Politiker" (Feldbauer, 2023, S. 16).Froio (2020) stellt fest, dass die FdI ein "emotionales" Verhältnis zu ihrer faschistischen bzw. postfaschistischen Vergangenheit pflegt, mit der sie sich nie wirklich kritisch auseinandergesetzt hat. Dies wird durch die Statements von Giorgia Meloni sowie durch die Aussagen und Handlungen von Vertreter:innen und Führungskräften der FdI deutlich. So trat Meloni am Tag vor der Wahl 2018 bei einer Wahlkampfveranstaltung in Latina, einer von Mussolini gegründeten Stadt südlich von Rom, in Begleitung seiner Enkelin Rachele Mussolini auf. Dabei kündigte sie die Absicht ihrer Partei an, dem Symbolort den ihm gebührenden Platz in der Geschichte der italienischen Rechten wieder zu verschaffen (Latza Nadeau, 2018). Bei ihrem Versuch, sich in ihrer Ansprache vor der Abgeordnetenkammer am 25. Oktober 2022 trotz ihrer früheren Bekenntnisse zum Faschismus Mussolinis zu distanzieren, stieß Meloni angesichts der genannten Tatsachen auf Widerstand. Mit ihrer Partei verkörpert Meloni nach wie vor die "Kontinuität des Faschismus" (Feldbauer, 2023, S. 16f).Auch Tronconi und Baldini (zit. nach POP, 2023) erkennen die Identitätswurzeln der FdI im Neofaschismus, der in Italien jahrzehntelang durch die MSI verkörpert wurde. Ihrer Meinung nach sei es jedoch falsch, die FdI als neofaschistische Partei zu bezeichnen, da wesentliche Merkmale wie die Akzeptanz von Gewalt als Mittel des politischen Wettbewerbs fehlen würden. In der öffentlichen Debatte und in den offiziellen Dokumenten der Partei würden tatsächlich die für die europäische radikale Rechte typischen Themen wie Islamophobie und eine allgemeine Feindseligkeit gegenüber der Einwanderung betont, die als potenzielle Verwässerung der Identität der italienischen Nation angesehen werden.Der Weg einer "Frau, Mutter, Italienierin und Christin" an die MachtMeloni präsentiert sich gerne als Frau, Mutter, gläubige Christin und als hilfsbereite Vertreterin aller Italiener:innen (Feldbauer, 2023, S.70). Diese Worte passen zum allgemeinen Slogan "Gott, Heimat und Familie" (Dio, patria e famiglia), welcher von Melonis Partei und anderen radikalen Rechtsparteien in der Vergangenheit übernommen wurde (De Giorgi et. al, 2022).Im Jahr 2022 wurden mehr als 70 Prozent der parlamentarischen Parteien in den EU-Mitgliedsstaaten von männlichen Führungskräften geleitet (Openpolis, 2022, zit. nach De Giorgi et. al, 2022). In Italien wurde bis zum Jahr 2013 keine Partei, weder aus dem politischen Establishment noch aus dem rechten Spektrum, von einer Frau geführt (De Giorgi et. al, 2022). Studien, die sich auf das weibliche Führungsverhalten konzentrieren, betonen oft, wie Frauen Führungspositionen erreichen können, wenn sie von einem "Legacy Advantage", also sozusagen von einem Vorteil ihres Erbes profitieren, wie als Ehefrau, Witwe, Tochter oder eine andere enge Verwandte eines Schlüsselakteurs in der Politik (Baker & Palmieri, 2021). Diese Praxis ist auch bei rechtsextremen Parteien üblich. Ein bekanntes Beispiel ist Marine Le Pen, die die Führung des Front National (jetzt Rassemblement National) von ihrem Vater übernommen hat. Auch in Italien gibt es rechtsgerichtete Politikerinnen mit starken familiären Bindungen zu ehemaligen Staatsoberhäuptern und prominenten politischen Persönlichkeiten, wie Alessandra Mussolini, die Enkelin des ehemaligen Diktators, die mehrmals als Abgeordnete für die AN gewählt wurde (De Giorgi et. al, 2022). Giorgia Meloni hebt sich von diesem Weg ab. Ihr politisches Engagement begann 1992, als Meloni der Jugendorganisation der MSI beitrat. Im Unterschied zu anderen Oppositionsführer:innen, welche dazu neigen, ihre politische Außenseiterposition zu betonen, hebt Meloni oft ihren beruflichen Werdegang sowie ihr politisches Know-how hervor und verbindet dies mit der Idee der "Kompetenz". Darüber hinaus gibt es in Italien keine weitere politische Partei, die von einer Frau geführt wird, wodurch Meloni zweifellos eine beachtliche Medienpräsenz in dieser Hinsicht erreicht hat (Feo & Lavizzari, 2021).Angesichts der politischen Geschichte Italiens sei der Erfolg der FdI nicht verwunderlich. Die italienischen Rechten sind mit ihren traditionellen Anliegen seit Jahrzehnten erfolgreich. Der Gesamterfolg der FdI-FI-Lega-Koalition im Jahr 2022 kam daher weder überraschend noch sei er außergewöhnlich (POP, 2023). Der Erfolg kann auf die langjährige Dominanz der wechselnden Mitte-Rechts-Koalitionen um Berlusconi zurückgeführt werden, die in den letzten drei Jahrzehnten die Mehrheit der Wahlen gewinnen konnten. Trotz der langen Präsenz der größten kommunistischen Partei des Westens in Italien seit mehr als 50 Jahren war das Land mit Ausnahme einer kurzen Periode in den 1970er Jahren immer strukturell rechts orientiert (Livi & Jansen, 2023, S. 178f).Die Mehrheit der italienischen Gesellschaft war antikommunistisch, prokapitalistisch, katholisch und von konservativen Vorstellungen über die Familie, Geschlechterrollen und soziale Ordnung geprägt. Die Christlich-Demokratische Partei (DC, Democrazia Cristiana), die in der Ersten Republik dominierte, integrierte eine breite konservative Mittelschicht, die sich als antikommunistisch verstand und einem autoritären traditionellen Katholizismus anhing. Diese Schicht bildete die Grundlage für Berlusconis Aufstieg in den 1990er Jahren. So entstand eine neue konservative Rechte. Berlusconi mobilisierte eine bis dahin politisch unsichtbare konservative Strömung in der Gesellschaft, die im Hintergrund agierte (ebd.).Mit 43 Prozent der Stimmen ist die Koalition nicht weit von ähnlichen Prozentsätzen entfernt, die Mitte-Rechts-Koalitionen in den neunziger Jahren oder bei den Wahlen 2001, 2006 und 2008 erzielt haben. Die konservativen Parteien genießen in Italien mehr Unterstützung als die progressiven, und wenn diese aus allgemeinen Wahlen als Sieger hervorgehen, dann vor allem infolge von Spaltungen innerhalb der rechtsgerichteten Parteien (POP, 2023).Neben ihrer eigenen Partei, die bei den Wahlen 26 Prozent der Stimmen erhielt, gehören zur Regierungskoalition der Premierministerin zum einen die Lega, Matteo Salvinis Partei, die mit fremdenfeindlichen und separatistischen Ansichten bis 2018 als Lega Nord bekannt war. Zum anderen die liberal-populistische Partei von Ex-Premier Silvio Berlusconi, Forza Italia. Die Lega kam auf 8,8 Prozent, gefolgt von der Forza Italia mit 8,1 Prozent (Feldbauer, 2023, S.7). Aufgrund der besonderen Regeln des italienischen Wahlrechts verfügen diese drei Regierungsparteien über breite Mehrheiten in beiden Kammern des Parlaments, der Camera und dem Senato (Livi & Jansen, 2023, S.169). Neben der Berufung ihres Schwagers hat die italienische Ministerpräsidentin auch ihre Schwester in die Führungsebene ihrer Partei geholt. Melonis ältere Schwester, Arianna, ist nun verantwortlich für das politische Sekretariat. Ihr Ehemann, Francesco Lollobrigida, Landwirtschaftsminister und Mitglied der FdI, gilt als enger Vertrauter von Meloni (Ventura, 2022, S. 3).Laut Tronconi und Baldini (zit. nach POP, 2023) liegt der interessante Aspekt darin, dass sich die FdI innerhalb der rechten Parteien durchsetzte. Dies könnte vor allem damit begründet werden, dass die Forza Italia eine schon lange schwindende Partei sei, während die Positionen von FdI und Lega in den wesentlichen Punkten übereinstimmen. Dazu gehören feindselige Haltungen gegenüber Migration, die Verteidigung traditioneller Werte, die Unterstützung der wirtschaftlichen Interessen zahlreicher italienischer Kleinunternehmen, der Schutz der traditionellen Familie vor einer angeblichen "Gender-Theorie", die darauf abziele, die Unterschiede zwischen den Geschlechtern zu verwischen oder auszulöschen, und die vertikale Abgrenzung zur EU in Form von Skepsis bzw. offener Feindseligkeit gegenüber dem europäischen Integrationsprojekt. Allerdings habe die Persönlichkeit von Giorgia Meloni im Vergleich zu Matteo Salvinis abnehmender Führungsstärke sowie die Glaubhaftigkeit und Beständigkeit der Partei der FdI 2022 den entscheidenden Vorteil gebracht. Salvini habe sich im Vergleich zu Meloni in der Vergangenheit auf Koalitionen, wie zum Beispiel mit der Fünf-Sterne-Bewegung eingelassen, die nicht besonders gut bei den rechten italienischen Wähler:innen ankamen. Meloni war und ist jedoch innerhalb des Rechts-Bündnisses eine überzeugte Hardlinerin (Feldbauer, 2023).WählerschaftDie Partei von Giorgia Meloni übte vor allem eine Anziehungskraft auf ehemalige Lega-Wähler:innen aus, aber auch Wähler:innen der Forza Italia bekundeten Interesse an der FdI. In soziodemografischer Hinsicht ist festzustellen, dass FdI-Anhänger:innen in der Altersgruppe von 50-64 Jahren überrepräsentiert, in der jüngsten Altersgruppe (18-34 Jahre) unterrepräsentiert waren. Dies könnte darauf zurückzuführen sein, dass jüngere Wähler:innen ihre Proteststimme eher der Fünf-Sterne-Bewegung ohne postfaschistische Vergangenheit gaben. Die Partei erhielt Unterstützung von verschiedenen Berufsgruppen wie Handwerker:innen, Händler:innen, Selbstständigen sowie Angestellten und Lehrkräften, also weitgehend der (unteren) Mittelschicht.Die geografische Verteilung der Wählerschaft der FdI zeigt nicht nur - wie anfangs in der Parteigeschichte - eine starke Präsenz im Süden Italiens, sondern auch eine landesweite Verbreitung. Die Wählerschaft weist migrationsfeindliche und europaskeptische Tendenzen auf, insbesondere bei langjährigen Anhänger:innen. Neu gewonnene Wähler:innen zeigen eine populistische und anti-elitäre Haltung, bei der die Ablehnung von Migration eine große Rolle spielt (Ventura, 2022, S. 5).Migrationspolitik als Kernthema Bei den Parlamentswahlen stand die Migrationspolitik im Fokus. Es bestanden Bedenken, die neue Regierung unter der Führung der FdI könne in der Asyl- und Migrationspolitik einen äußerst restriktiven und sogar illegalen Weg einschlagen. So hatte Meloni für ihr Amt mit dem Ziel kandidiert, der "illegalen" Einwanderung nach Italien Einhalt zu gebieten. Es wurde auch über die mögliche Errichtung einer Seeblockade vor Nordafrika sowie die Einrichtung von Hotspots auf afrikanischem Territorium diskutiert (Angeli, 2023, S. 4f). Durch ihre Forderungen in der Opposition konnte sie das Thema Migration für sich gewinnen. Dennoch ist die Verwirklichung politischer Versprechen im Wahlkampf und ihre Umsetzung in konkrete Politik keineswegs als selbstverständlich anzusehen. Im Zuge der sogenannten "Flüchtlingskrise" bestimmten nativistische und souveränistische Motive die Haltung der Partei zur Migration. Die auf dem Parteitag 2017 verabschiedeten programmatischen "Thesen von Triest für die patriotische Bewegung" stellten die Migration als existenzielle Bedrohung für den Fortbestand der europäischen Nationalstaaten dar. In diesem Zusammenhang fand auch die Verschwörungstheorie vom "großen Austausch" Eingang in das Parteiprogramm (Baldini et. al, zit. nach Angeli, 2023, S. 6). Die Partei warf der EU vor, aus demografischen Gründen ein "multikulturelles Prinzip" zu verfolgen, woraus angeblich eine Zustimmung zur unkontrollierten Einreise von Menschen aus anderen Kontinenten abgeleitet wurde (FdI, 2017, zit. nach Angeli, 2023, S. 6). Die Partei befürwortete restriktive Maßnahmen im Zusammenhang mit legaler Zuwanderung. Diese sollten nur für Staatsangehörige möglich sein, die sich problemlos integrieren könnten, ohne Sicherheitsprobleme zu verursachen. Dabei wurde die Bedeutung des Grenzschutzes besonders betont, der mit dem Schutz des "Vaterlandes" gleichgesetzt wurde. Die FdI schlugen drastische Maßnahmen, wie eine internationale "Landmission" vor, die Kontrolle über die Häfen übernehmen sollte, sowie die Möglichkeit einer Seeblockade. Der Schwerpunkt lag dabei auf Nationalitäten, die weniger bereit seien, die Gesetze und die Kultur zu akzeptieren, insbesondere wurden damit Muslim:innen gemeint. Darüber hinaus wurde zum ersten Mal die Einrichtung von Hotspots in Nordafrika zur Prüfung von Asylanträgen vorgeschlagen, verbunden mit der Absicht, das Recht auf "humanitären Schutz" abzuschaffen. Die programmatische Entwicklung der Partei im Bereich der Migrationspolitik war von zwei konträren Tendenzen geprägt. Einerseits stand die Partei unter dem Druck, sich dem Mitte-Rechts-Bündnis anzupassen, was zu einem einheitlichen Programm für die Parlamentswahlen 2018 führte, welches jedoch nicht die radikalsten migrationspolitischen Positionen enthielt. Andererseits sorgte die Konkurrenz innerhalb des Rechtsbündnisses für einen Differenzierungsbedarf insbesondere in der Migrationspolitik. Hier konkurrierten die FdI und die Lega darum, sich als die restriktivere und migrationsfeindlichere Partei zu präsentieren (Angeli, 2023, S. 6f).Die FdI hob zunehmend ihr Alleinstellungsmerkmal durch die kompromisslose Verteidigung der italienischen Interessen hervor, insbesondere durch die häufige Verwendung von "Italians first". Dieser Slogan implizierte einen Wettbewerb zwischen Italiener:innen und Menschen mit Migrationshintergrund und wurde zur Rechtfertigung diskriminierender Maßnahmen verwendet (Ventura, 2022). Im Wahlprogramm für die Europawahl 2019 wurde der Vorrang der italienischen Bevölkerung hervorgehoben und normativ untermauert (ebd.). Das Wahlprogramm für die Parlamentswahlen 2022 markierte eine Abkehr von der Radikalisierung der Partei in der Migrationspolitik, die in den vergangenen Jahren zu beobachten war. Stattdessen kehrte die FdI zu einer sicherheitspolitisch motivierten Migrationsskepsis zurück, ähnlich wie im Wahlmanifest von 2013. Im Gegensatz zu früheren Positionen betonte das Manifest nicht mehr den Grundsatz "Italians first", der das Primat der italienischen Identität und Interessen in der Migrationspolitik hervorhob. Stattdessen verfolgte das Programm einen nüchternen Ansatz zur Migration, ohne aggressive oder aufrührerische Sprache. Dies deutet darauf hin, dass die Partei realistische und machbare Ansätze für eine geregelte Einwanderung und soziale Integration formulieren wollte (Angeli, 2023, S. 6f). In ihrer ersten Regierungserklärung schlug Meloni einen versöhnlichen Ton an, auch in Bezug auf das Thema Migration. Es gab kaum nativistische Elemente. Zwar betonte sie die strategische Rolle Italiens im Mittelmeerraum, doch die Verhinderung irregulärer Einwanderung wurde vor allem mit juristischen oder humanitären Gründen gerechtfertigt, etwa um Schiffbrüche oder Menschenhandel zu verhindern (ebd.).Melonis migrationspolitische Maßnahmen und Entscheidungen in den letzten 12 Monaten könnten auf einen pragmatischen Umschwung hindeuten. Diese Annahme ist jedoch mit Vorbehalten behaftet. Die Entwicklung des migrationspolitischen Programms der FdI zeigte bereits vor den letzten Parlamentswahlen eine Mäßigung bzw. "Entradikalisierung" (Angeli, 2023, S. 9). Das Wahlprogramm 2022 betonte die Förderung der legalen Migration und verstärkte diplomatische Bemühungen mit Herkunfts- und Transitländern irregulärer Migranten. Dennoch hat Meloni wenig getan, um der Kriminalisierung von NGOs entgegenzuwirken, die Rettungsschiffe für Asylsuchende betreiben. Sie argumentiert, diese Schiffe seien ein "Pull-Faktor", der die illegale Migration begünstige. Meloni hat sogar strenge Bedingungen für Rettungsaktionen von NGOs eingeführt, um die Ressentiments ihrer Anti-Migrations-Wählerschaft zu befriedigen. Es bleibt abzuwarten, ob die steigende Zahl von Geflüchteten, die das Mittelmeer überqueren, Meloni dazu veranlassen werden, radikalere Maßnahmen zu ergreifen, um sich die Unterstützung ihrer Anti-Migrations-Wählerschaft zu sichern. Erste Anzeichen für einen Umschwung gab es Mitte September, als Melonis Kabinett unter dem Druck negativer Schlagzeilen eine Verschärfung der Maßnahmen beschloss, darunter die Erhöhung der Höchstdauer der Abschiebehaft und die Einrichtung spezieller Abschiebegefängnisse durch das Militär in dünn besiedelten Regionen des Landes (Angeli, 2023, S. 10).Die politikwissenschaftliche Forschung hat in jüngerer Zeit wiederholt die Diskrepanz zwischen rechtspopulistischen Migrationsdiskursen und der tatsächlichen Migrationspolitik untersucht (Lutz, 2021). Demnach komme es öfters zu Mäßigungen, sobald Rechtspopulisten an der Regierung beteiligt seien. Die Ausprägung dieser Mäßigung kann jedoch stark variieren und von vielen Faktoren beeinflusst werden. Unter anderem sind sie als Regierungspartei institutionellen Zwänge unterworfen, die ihr politisches Agieren limitieren. Aber auch die Notwendigkeit, die bestehenden Verfassungsorgane zu bewahren, veranlasst sie oft dazu, sich von ihren radikalsten Ansätzen im Bereich der Migrationspolitik zu distanzieren. Darüber hinaus stehen rechtspopulistische Parteien vor der Aufgabe, neben ihren eigenen Anhänger:innen auch breitere Gesellschaftsschichten und die Eliten für ihre Ziele zu gewinnen. Aus diesem Grund könnten sie ihre Migrationspolitik entsprechend umgestalten, um weitere wichtige Interessengruppen zu erreichen. Schließlich kann auch internationaler Druck zu einer Kursänderung rechtspopulistischer Parteien führen. Bei der italienischen Regierung betrifft dies vor allem die EU, die finanzielle Hilfe als Druckmittel zur politischen Einflussnahme nutzen kann (Angeli, 2023, S. 4). Das Thema Migration war für die FdI von Anfang an ein zentrales Wahlkampfthema. Allerdings ist diesem Thema nur einer von insgesamt 25 Abschnitten im Wahlprogramm von 2022 gewidmet. Dennoch sollte die Bedeutung dieses Abschnitts keineswegs unterschätzt werden. Die "Gefahr" der irregulären Migration hat der Partei zu politischer Sichtbarkeit verholfen, insbesondere aufgrund des gestiegenen Interesses der italienischen Öffentlichkeit am Thema Migration seit 2013. Der Umgang der Partei mit dem Thema spiegelt somit die Radikalisierungs- und Mäßigungstendenzen wider, welche sie während der letzten zehn Jahre erfahren hat (Angeli, 2023, S. 5f). In einem Artikel mit dem Titel " Das schwarze Jahr " kritisierte die Zeitung "La Repubblica" die Migrationspolitik von Giorgia Meloni als gescheitert. Meloni selbst gab in einem Interview mit der RAI zu, dass die erzielten Ergebnisse nicht den Erwartungen entsprechen. Daraufhin kündigte sie erneut härtere Maßnahmen an, darunter die Verlängerung der möglichen Abschiebehaft auf die EU-Höchstdauer von 18 Monaten und den Bau weiterer Abschiebezentren. Sie forderte die Vereinten Nationen auf, den Menschenhändler:innen einen "globalen Krieg" zu erklären (ZEIT ONLINE, 2023).Wirtschafts- und SozialpolitikBesonders frauenpolitische Themen spielten eine wichtige Rolle in und für Melonis Partei. Es wird davon ausgegangen, dass die Parteivorsitzende Meloni eine wichtige Rolle für die weibliche Wählerschaft spielt. Sie setzt sich für einen Imagewandel der männerdominierten Partei ein und engagiert sich insbesondere für Frauen und Mütter, zumindest im Hinblick auf den Schutz vor potenziellen "Bedrohungen", wie dem Zuwachs an Migration, der Islamisierung und sozialer Unsicherheit, wie von der Kommilitonin Schmidt bereits beschrieben wurden (Feo & Lavizzari, 2021, S. 13). Zusätzlich engagiert sie sich entschlossen in der Verteidigung der Frauenrechte, wobei der Fokus jedoch auf anti-immigrationspolitischen Zielen liegt. In Bezug auf frauenrelevante Themen hat Giorgia Meloni niemals ihre anti-abtreibungsorientierten Überzeugungen verschleiert. Diese basieren auf ihrem katholischen Glauben sowie persönlichen Erfahrungen. In ihrer Biografie wird dargelegt, dass ihre Mutter in Erwägung zog, die Schwangerschaft abzubrechen (Meloni, 2021, zit. nach De Giorgi et. al, 2022). Meloni strebt vor allem eine breite Unterstützung in katholischen Kreisen an, indem sie sich gegen Abtreibung und Leihmutterschaft aussprach. Nachdem sie dort jedoch auf erheblichen Widerstand stieß, versuchte sie ihre Position zu mildern, indem sie betonte, das Recht auf Abtreibung nicht abschaffen zu wollen. Im Unterschied dazu blieb sie gegenüber Homosexuellen und sexuellen Minderheiten unverändert kompromisslos (Feldbauer, 2023, S. 70)."Wir wollen eine Nation, in der es kein Skandal mehr ist, zu sagen, dass – unabhängig von legitimen Entscheidungen und Neigungen jedes einzelnen – wir alle geboren sind durch einen Mann und eine Frau. Eine Nation, in der es kein Tabu mehr gibt. Es heißt, dass es die Mutterschaft nicht zu kaufen gibt, dass die Gebärmutter nicht zu mieten ist, dass Kinder keine Produkte sind, die man aus dem Regal kauft, als wäre man im Supermarkt. Wir wollen neu beginnen beim Respekt der Würde." (Meloni, 2022, zit. nach Seisselberg, 2023)Wie aus dem Zitat hervorgeht, betont die Politikerin ausdrücklich ihre Unterstützung der sogenannten natürlichen Familie, um die traditionellen Werte zu bewahren. Mit der Verteidigung dieser Werte und dem klassischen Vater-Mutter-Kind-Bild erfolgt eine Ablehnung der LGBTQ+-Gemeinschaft, die von Meloni als "LGBT-Lobby" bezeichnet wird (De Giorgi et. al, 2022). Die Ministerpräsidentin zeigt kein Interesse an einer feministischen Agenda, sondern strebt weiterhin ein traditionelles Familienmodell an (POP, 2023). Frauenrechte und Geschlechtergleichheit wurden von Meloni und ihrer Partei mehr für femonationalistische Argumente instrumentalisiert (De Giorgi et. al, 2022).In wirtschaftspolitischer Hinsicht herrscht in Italien eine Unzufriedenheit, da verschiedene Wahlversprechen nicht umgesetzt wurden. Dies ist auf das Schrumpfen der italienischen Wirtschaft im zweiten Quartal sowie der hohen Inflation zurückzuführen. Zudem wurde noch kein Mindestlohn eingeführt. Die Regierung unter Giorgia Meloni wurde auch dafür kritisiert, dass knapp 170.000 Menschen per SMS darüber informiert wurden, dass sie ab sofort keinen Anspruch mehr auf die Sozialleistung reddito di cittadinanza, auch Bürgergeld genannt, haben. Dies wurde von Gewerkschaften als "soziale Bombe" bezeichnet (ZEIT ONLINE, 2023). Es sei jedoch absehbar gewesen, dass die Umstrukturierung des Staatshaushalts wesentlich auf Kosten der ärmeren Bevölkerung erfolgen würde. Dennoch glaubten die meisten Menschen, dass die postfaschistische Regierung in den Augen der Weltöffentlichkeit nicht so weit gehen würde, wie ihre Rhetorik des "Runter vom Sofa" suggerierte, mit der sie ihren Geldgebern in Industrie, Landwirtschaft und Tourismus billige Arbeitskräfte zur Verfügung stellen wollten (Seeßlen, 2023).EU und Außenpolitik Der Zuwachs an Migration wurde von Meloni vor allem dazu genutzt, um das Thema der irregulären Migration auf die europäische Tagesordnung zu setzen. Sie war auch maßgeblich am Zustandekommen des Europäischen Migrationspaktes beteiligt, gegen den Widerstand ihrer einstigen Verbündeten aus Polen und Ungarn. Durch diese diplomatischen Bemühungen wird Meloni nun nicht mehr als internationale Außenseiterin in Bezug auf die europäische Migrationspolitik betrachtet. Im Gegensatz zu einigen früheren Verbündeten, wie Viktor Orbán, steht sie nicht mehr auf der Seite der Visegrád-Staaten (Angeli, 2023, S. 8f). Melonis Wandlung zu einer gemäßigten Politikerin findet nicht nur national, sondern auch im internationalen Kontext innerhalb und außerhalb der EU statt. Trotz ihrer Position als Präsidentin der EU-Parlamentsgruppe der Europäischen Konservativen und Reformer (ECR) hat Meloni ihre frühere euroskeptische Haltung zurückgefahren. Die Entscheidung, von der Leyen in Rom zu empfangen, wird als Versuch der Anbahnung einer Zusammenarbeit zwischen der ECR (unter Melonis Führung) und der Europäischen Volkspartei (EVP) bewertet. Die FdI hat einen moderaten Kurswechsel von radikalen Positionen gegenüber der EU hin zur Mitte vor den Wahlen 2022 vollzogen. Ziel dieses Kurswechsels sei der Aufbau eines guten Rufs im Ausland und die Sicherung vorteilhafter internationaler Abkommen (Griffini, 2023). Giorgia Meloni hat ihre gemäßigte politische Ausrichtung durch das Einhalten ihres Wahlversprechens im Hinblick auf Atlantizismus und Unterstützung für die Ukraine gegenüber dem russischen Eindringling weiter gestärkt. Ihre diplomatischen Beziehungen zur Ukraine und das Treffen mit dem ukrainischen Präsidenten Wolodymyr Selenskyj in Kiew untermauern dies. Im Gegensatz zu Salvini, der im Bezug auf die russische Invasion in der Ukraine uneindeutige Standpunkte vertrat, zeigte sich Meloni klar positioniert. Der Unterschied in ihrer Haltung zum Krieg in der Ukraine führte zu Spannungen innerhalb der Regierungskoalition und betonte Melonis gemäßigte Position in dieser Angelegenheit (ebd.). Manche sagten für Italien einen heißen Herbst voraus, aber nicht in Hinblick auf die außenpolitische Lage. Meloni verfolgte in diesem Bereich einen äußerst pragmatischen Ansatz. Der schrille Ton des Wahlkampfes, in dem sie die EU für fast alle Probleme verantwortlich gemacht hat, ist vorbei. Das hat auch mit der prekären Finanzlage des Staates zu tun, denn Italien braucht dringend die fast 200 Milliarden Euro, die ihr von der EU zur Bewältigung der Folgen des Coronavirus versprochen wurden (ZEIT ONLINE, 2023).Meloni in den Medien"Melonis Politik, anders als die einiger ihrer Vasallen, besteht auch darin, die innere Faschisierung nicht allzu sehr als ein internationales lesbares Bild zu präsentieren. Die Giorgia Meloni, die erscheint, wo man unter sich ist, und die Giorgia Meloni, die vor internationalen Kameras spricht, unterscheiden sich gewaltig" (Seeßlen, 2023).Durch die Stärkung des Kerns der Partei ist es Meloni gelungen, mit einem breiteren Publikum zu interagieren, wobei ihr geschickter Einsatz von Social-Media-Plattformen eine Schlüsselrolle spielte. Dies führte dazu, dass sie als das neue Gesicht der italienischen Politik wahrgenommen wird. Ihre einzigartige Position als erste weibliche Ministerpräsidentin in Italien hat zweifellos dazu beigetragen. Außerdem hat sie bewiesen, dass sie in der Lage ist, die Herausforderungen zu meistern, mit denen populistische Politiker:innen konfrontiert sind (POP, 2023).Der Erfolg der FdI wäre ohne die entschlossene und konsequente Führungsperson, die dem Volk sehr nahe steht, unvorstellbar. Durch ihre Ansprachen an das Volk im römischen Dialekt kommt sie den Italiener:innen sehr nahe. Schon kurz nach der Gründung und dem Vorsitz der FdI war die charismatische Führerin ein gern gesehener Gast in den wichtigsten Talkshows. Sie zeichnete sich durch Jugend, Attraktivität, Selbstbewusstsein, außergewöhnliche Eloquenz und eine kompromisslose Haltung aus und scheute keine Konfrontation. Man kann behaupten, Meloni brachte frischen Wind ins Fernsehen und erfreut sich auch heute noch großer Beliebtheit in diesem Medium (Ventura, 2022, S.6).Im Laufe der Zeit hat ihre Medienpräsenz stetig zugenommen, insbesondere in den letzten Jahren, als sie eine immer bedeutendere Funktion im Mitte-Rechts-Lager einnahm. Meloni macht ausgiebigen Gebrauch von sozialen Medien wie Facebook, Twitter und Instagram, in denen sie ihre politischen Inhalte darstellt und gleichzeitig ihr öffentliches Image zu pflegen versucht. Unter den italienischen Politiker:innen war sie Vorreiterin bei der Einrichtung eines Instagram-Profils. Darauf veröffentlichte sie in erster Linie Bilder, die Botschaften von Stärke und Entschlossenheit vermitteln und in der Popkultur verwurzelt sind. Parallel dazu zieht sie informative, institutionelle und ereignisbezogene Nachrichten vor (Moroni, 2019).Bis vor wenigen Jahren versuchte Meloni, ihr Privatleben aus der Öffentlichkeit weitestgehend herauszuhalten. Doch in letzter Zeit begann sie damit, ihr Privatleben zu inszenieren und sehr persönliche Einblicke zu gewähren, was auch als "intimate politics" beschrieben werden kann. Vor allem in ihrer 2021 erschienenen Autobiografie präsentiert sie sich als Tochter, Mutter und Partnerin. Diese Inszenierung wird von den Medien in zahlreichen Interviews und im Fernsehen aufgegriffen, wobei vor allem Infotainment- und Unterhaltungssendungen erneut die Aufmerksamkeit auf Melonis Pop- und Privatseite lenken. Dabei geraten viele der eigentlichen politischen Botschaften des Buches in den Hintergrund (Ventura, 2022, S. 6).Auf ihrem Popkanal präsentiert Giorgia Meloni ein attraktives Bild von sich selbst, das ihre kulturellen und politischen Ansichten in den Hintergrund drängt. Diese Ansichten spiegeln u.a. ein ambivalentes Verhältnis zum italienischen Faschismus und Postfaschismus wider. Laut Ventura (2022, S. 6) propagiert sie die Idee einer illiberalen und organisierten Gesellschaft, die auf einer reaktionären Auslegung der individuellen Rechte beruht, wobei das Individuum stets der Familie und der Gemeinschaft verpflichtet ist. Sie vertritt auch einen essentialistischen und ethnozentrischen Nationalismus und relativiert die Werte, die nach dem Sieg über den nationalsozialistischen Totalitarismus entstanden sind. Trotz ihres reaktionären Weltbildes, welches einen stark vereinfachenden Gegensatz zwischen Volk und Elite sowie eine verschwörungstheoretische Interpretation der Realität beinhaltet, kann ihre Kommunikation als erfolgreich bewertet werden (ebd.).Die laufende Legislaturperiode erstreckt sich über weitere vier Jahre, was normalerweise keine typische Amtszeit für italienische Regierungschefs ist. Diese Ausdauer wird der Rechtsnationalistin jedoch zugute gehalten. Berichte über die verschiedenen Angriffe der Regierung auf die Pressefreiheit zeigen auf, dass es Verleumdungsklagen und Versuche gibt, die öffentliche Rundfunkanstalt RAI auf Linie zu bringen, indem sie ihre eigenen Leute in der Leitung beruft und kritische Programme streicht (Braun, 2023). Sie habe den staatlichen Fernsehsender RAI weitgehend unter ihre Kontrolle gebracht. Einige Leute würden bereits über "Tele-Meloni" spotten, allerdings stellen Privatsender keine große Bedrohung dar, da viele von ihnen der Familie von Silvio Berlusconi gehören (ZEIT ONLINE, 2023). Ein weiteres Beispiel dafür ist die Streichung des Programms des prominenten Anti-Mafia-Journalisten und Aktivisten Roberto Saviano (Braun, 2023).Melonis Umgestaltung hat für die Frage nach der Kontinuität, Mäßigung oder Radikalisierung der Partei in der Regierung eine doppelte Bedeutung. Einerseits zeigt Meloni ihre "Nähe zum Volk", was ein typisches Merkmal populistischer Parteien ist. Auf diese Weise betont sie ihre anti-elitäre und volkszentrierte Haltung, die seit der Gründung der FdI besteht. Auf der anderen Seite zeichnet sich ihre Rhetorik durch eine bürgerliche Aura aus, die durch Werte wie den Respekt vor der EU, der Rechtsstaatlichkeit, der nationalen Sicherheit und den Rechten der Frauen unterstrichen wird. Diese Betonung von Gewöhnlichkeit und Bürgersinn verbirgt jedoch radikalere ideologische Aspekte der neuen Regierung unter Meloni. Es handelt sich um eine Strategie, die darauf abzielt, eine bürgerliche Fassade zu schaffen. Diese Strategie ist von radikalen populistischen Rechtsparteien in Europa als Versuch bekannt, Ideologie und Politik zu mäßigen und sich selbst in führende Machtpositionen zu bringen (Griffini, 2023).Deutlicher Rechtsruck?"Es hätte schlimmer kommen können" – so lautete nicht nur der Titel eines Beitrags im Deutschlandfunk Kultur über das erste Jahr von Giorgia Meloni als Regierungschefin in Italien. Dieser Tenor stand im Mittelpunkt vieler Analysen zu ihrem Jahrestag als Ministerpräsidentin. In zahlreichen Medien wurde bezeugt, dass sie sich in ihrem ersten Amtsjahr weitaus gemäßigter verhalten hat als erwartet. "Die gefährlichste Frau Europas" sei sie keinesfalls (Seisselberg & Kolar, 2023, zit. nach Galetti, 20230). Die Grundaussage war, dass die Faschisten nicht so besorgniserregend seien wie befürchtet. Es scheint, als hätte Giorgia Meloni den inneren Frieden in Italien bisher nicht gefährdet und als bleibe das Land eine "stabile" parlamentarische Demokratie mit intakten Institutionen. Insbesondere in grundlegenden Bereichen wie der Außenpolitik und der Wirtschaft wird betont, dass Melonis Regierung nicht als Bedrohung für die Europäische Union gesehen wird. Die bisherige Amtszeit Melonis wird als eher konventionelles Regieren bezeichnet (Reisin, 2023). Sie sei "gekommen, um zu bleiben" und innerhalb weniger Monate zu einer "festen Größe" geworden (ZEIT ONLINE, 2023).Andere Journalist:innen sind jedoch der Meinung, dass die Gefahr in den Details liege. Sie argumentieren, dass Meloni sehr geschickt agiere und es fraglich sei, ob sich ihre politische Haltung überhaupt geändert habe (Reisin, 2023). Seeßlen (2023) warnt davor, Italien als eine Demokratie mit einer rechten Regierung zu betrachten. Stattdessen beschreibt er das Land als einen Ort, an dem die Verbindung von neoliberaler Postdemokratie und funktionalem Postfaschismus exemplarisch erprobt werde. Die Gesamtheit dieser Transformation könnte übersehen werden, da es der Regierung unter Meloni noch gelingt, nicht alle Aspekte ihrer Machtübernahme deutlich erkennbar zu machen. Die Rhetorik von Populisten ist bekanntermaßen darauf ausgerichtet, extreme Positionen vor der allgemeinen Öffentlichkeit zu verbergen. Auch das kommunistische Online-Portal Contropiano (zit. nach Feldbauer, 2023, S. 81) hat vor der Gefahr gewarnt, Meloni zu unterschätzen, da sie ihr reaktionäres Weltbild mit rechtsextremen, nationalistischen, fremdenfeindlichen und homophoben Positionen gegenüber der EU mit der Inszenierung als vernünftige und verantwortungsbewusste Politikerin kaschiere. Die Frage nach einem möglichen Rechtsruck in Italien wird kontrovers diskutiert. Auf der einen Seite wird der Wahlsieg Melonis als Teil einer allgemeinen europäischen Tendenz hin zum rechten Spektrum gedeutet. Auf der anderen Seite wird betont, dass die Regierung unter Meloni eine gewisse Kontinuität mit den politischen Entwicklungen der letzten 30 Jahre in Italien aufweist und somit nicht als radikaler Neuanfang zu interpretieren ist. Melonis Erfolg wurde vor allem auch durch die Enttäuschung über etablierte politische Figuren begünstigt (Livi & Jansen, 2023).FazitAls Giorgia Meloni mit ihrer postfaschistischen Partei Fratelli d'Italia die Wahlen gewann, stellte sich in ganz Europa die Frage, wie mit ihr umgegangen werden sollte. Ob diese Frage nun vollständig geklärt ist, erscheint ungewiss. Für viele macht Meloni bisher jedoch einen relativ gemäßigten Eindruck. Die Zusammenarbeit mit der EU wirkt jedoch eher zweckorientiert als von tiefer Überzeugung getragen. Obwohl Meloni eine pro-europäische Haltung einnimmt, kann man sie nicht uneingeschränkt als überzeugte Verfechterin der EU bezeichnen. Während sie eine gemäßigte Außenpolitik verfolgt, engt sie im Inneren die Freiheit der Medien ein, limitiert die Rechte von Minderheiten und stellt die Elternschaft gleichgeschlechtlicher Eltern in Frage. Trotz der Befürchtungen über eine mögliche Radikalisierung der FdI deuten die gegenwärtigen Anhaltspunkte in eine andere Richtung. Angesichts dieser Erkenntnisse lässt sich ableiten, dass die FdI zweifellos als populistisch-radikale Rechtspartei agiert, die zur Mäßigung tendiert. Weite Teile zeigen die Kontinuität der Partei mit den Wahlaussagen von 2022, obwohl einige Schwankungen in Richtung Radikalisierung erkennbar sind. Es bleibt abzuwarten, ob sie diesen gemäßigten Ansatz in der Migrationsdebatte langfristig beibehalten wird, oder ob sie angesichts der steigenden Zahlen von Geflüchteten zu einer aggressiveren Rhetorik und Politik zurückkehrt. Obwohl eine Legislatur auf dem Papier fünf Jahre dauert, liegt die durchschnittliche Dauer italienischer Regierungen bei 18 Monaten (Siefert, 2023). Die Prognosen bezüglich Melonis politischer Zukunft sind vorsichtig optimistisch, wobei einige spekulieren, dass sie eine längere Amtszeit haben und sogar zur Galionsfigur der "neuen Rechten" in Europa werden könnte. Die Vergangenheit hat jedoch gezeigt, dass sich solche Vorhersagen als irreführend erweisen können (ZEIT ONLINE, 2023).Insgesamt scheint es, als fehle es in Italien an Diskursen und Ideen sowie Kraft für Widerstand. Die italienische Gesellschaft, die aus widersprüchlichen Lagern der Linken und der katholischen Gemeinschaft sowie aus den nördlichen, mittleren und südlichen Teilen besteht, ist zersplittert. Von der Opposition kommt wenig Kritik an der aktuellen Regierung und es scheint, als ob ihr die Herausforderungen, vor denen Italien steht, noch weniger zugetraut werden. Bei vielen sozialen Fortschritten der letzten Jahre, einschließlich der Errungenschaften im Kampf gegen die Mafia, der Bekämpfung von Steuerhinterziehung oder auch Maßnahmen gegen Verfall von Bildung und Infrastruktur deutet sich ein Rückschritt an. Der Weg in Richtung einer offenen und toleranten Gesellschaft wird unter Melonis Führung stark gehemmt. Mit der Postfaschistin an der Macht wird in Italien eine rückwärtsgerichtete Umkehr angestrebt, ganz im Sinne eines reaktionären Katholizismus. Literatur Angeli, O. 2023: Giorgia Meloni und die Migrationsfrage. Rückblick auf ein Jahr Regierung, MIDEM-Policy Paper 2023-4, Dresden. Baker, K. & Palmieri, S. (2023). Können weibliche Politiker die gesellschaftlichen Normen der politischen Führung stören? Eine vorgeschlagene Typologie des normativen Wandels. International Political Science Review, 44(1), 122–136. https://doi.org/10.1177/01925121211048298 Brandl, L. & Ritter, A. (2022). Wenn Italien wackelt, schwankt die EU: Darum ist Giorgia Meloni die gefährlichste Frau Europas. https://www.stern.de/politik/ausland/wahlen-in-italien--ist-giorgia-meloni-die-gefaehrlichste-frau-europas--32742572.html De Giorgi, E., Cavalieri, A. & Feo, F. (2023). Vom Oppositionsführer zum Premierminister: Giorgia Meloni und Frauenfragen in der italienischen radikalen Rechten. Politik und Governance, 11(1). https://doi.org/10.17645/pag.v11i1.6042 Feo, F. & Lavizzari, A. (2021): Fallstudie Italien; in: Triumph der Frauen? Das weibliche Antlitz des Rechtspopulismus und -extremismus in ausgewählten Ländern, Heft 06, Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) - Forum Politik und Gesellschaft, online unter: https://www.fes.de/themenportal-gender-jugend-senioren/ gender-matters/artikelseite/fallstudie-italien. Finchelstein, F. (2017). Populismus als Postfaschismus – Essay. BPB.de. https://www.bpb.de /shop/zeitschriften/apuz/257672/populismus-als-postfaschismus-essay/ Griffini, M. (2023). Auf dem Grat zwischen Mäßigung und Radikalisierung: Die ersten 100 Tage der Meloni-Regierung. Quaderni dell Osservatorio elettorale QOE - IJES. https://doi.org/10.36253/qoe-14413 Latza Nadeau, B. (2018): Femme Fascista: Wie Giorgia Meloni zum Star der extremen Rechten Italiens wurde, in: World Policy Journal, 35, 2, 2018. Livi, M. & Jansen, C. (2023). Giorgia Meloni und der Rechtsruck in Italien: Eine Analyse fünf Monate nach der Wahl. Leviathan, 51(2), 169–185. https://doi.org/10.5771 /0340-0425-2023-2-169 Lutz, Philip (2021): Neubewertung der Gap-Hypothese: Hartes Reden und schwaches Handeln in der Migrationspolitik? In: Party Politics, 27(1), S. 174–186. Verfügbar unter: https://doi. org/10.1177/1354068819840776Moroni, C. (2019): La politica si fa immagine: la narrazione visual del Leader politico, in: H-ermes. Zeitschrift für Kommunikation, 15. 2019.Oliviero, A. (2023). Giorgia Meloni und die Migrationsfrage. Rückblick auf ein Jahr Regierung (MIDEM-Policy Paper 2023-4). https://www.stiftung-mercator.de/content/uploads/2023/10 /TUD_MIDEM_PolicyPaper_2023-4_Giorgia-Meloni-und-Migrationsfrage.pdf (POP) Politisches Observatorium für Populismus. (2023). Brüder und Schwestern Italiens: Von den faschistischen Wurzeln zur Normalisierung – ein Doppelinterview. https://populismobserver.com/2023/07/11/brothers-and-sisters-of-italy-a-double-interview/ Reisin, A. (2023). Italien.Medien schreiben sich das erste Amtsjahr von Giorgia Meloni schön. https://uebermedien.de/89003/wie-sich-medien-das-erste-amtsjahr-von-giorgia-meloni-schoenschreiben/ Roio, C. (2020). Prefazione. La grande trasformazione dell'ultradestra, in: C. Mudde: Ultradestra. Rom: Luiss University Press. Schütz, D. (2022). Begriff "Postfaschismus". Italienischer Sonderweg. TAZ.de. https://taz.de/Begriff-Postfaschismus/!5880112/ Seeßlen, G. (2023, 17. August). Giorgia Melonis Kürzung der Sozialhilfe als faschistischer Krieg gegen die Armen Italiens. Gesellschaft als Beute Italien: Ein Lehrstück der Faschisierung in Europa. Jungle.World, Hintergrund (2023/33). Seisselberg, J. (2023). Ein Jahr Meloni in Italien – Neue Schale, rechter Kern (04.10.2023; NDR Info Hintergrund). https://www.ndr.de/nachrichten/info/epg/Ein-Jahr-Meloni-neue-Schale-rechter-Kern,sendung1384714.html Siefert, A. (2023). Italien. Meloni und ihre "Mutter aller Reformen". https://www.zeit.de/politik/ausland/2023-11/italien-giorgia-meloni-verfassungsreform Tagesschau. (2022). Porträt. Giorgia Meloni. "Zuallererst Italienerin". Tagesschau.de https://www.tagesschau.de/ausland/italien-meloni-107.html ZEIT ONLINE. (2023, 25. September). Gekommen um zu bleiben: Ein Jahr Giorgia Meloni. https://www.zeit.de/news/2023-09/25/gekommen-um-zu-bleiben-ein-jahr-giorgia-meloni