Este trabajo se centra en la dimensión programática de los partidos chilenos. A diferencia de la atención más frecuente que ha recibido en Chile la ideología de los partidos y sus propuestas programáticas desde la transición hasta ahora; aquí se analiza el modo en que los partidos políticos diseñan su programa, intentando establecer similitudes y diferencias, a la vez que planteando una posible explicación a las mismas. Este capítulo servirá para caracterizar los procesos de tres de los partidos políticos más importantes en la escena chilena: el progresista Partido por la Democracia (PPD) y los conservadores Renovación Nacional (RN) y Unión Demócrata Independiente (UDI). De estos tres partidos, el PPD y la UDI son quizá, de todos los partidos de la escena partidista chilena, los dos con mecanismos más antagónicos para elaborar programas. El PPD ha profundizado progresivamente en un proceso donde los técnicos de la organización se han convertido en los principales protagonistas en la elaboración del programa del partido y sobre quienes la organización delega la responsabilidad de elaborar un producto atractivo pero que guarde cierta coherencia con la esencia del partido. Se trata, por lo tanto, de una tecnificación de la elaboración del programa semejante a la de otros partidos chilenos y también latinoamericanos que, además, se apoyan, de forma creciente, en "datos científicos" procedentes de encuestas y grupos de discusión.
Este trabajo examina a los partidos políticos PRI, PAN y PRD, en un periodo de 1997 a 2010 y sistemas de partidos mexicanos federal y de cuatro entidades subnacionales a partir del modelo de partido cártel de Katz y Mair (1995). Para ello, se propone un concepto de partido cártel y se le operacionaliza en tres dimensiones, siguiendo el trabajo de Detterbeck (2005).La primera de las dimensiones es el rol político de los partidos, que atiende a qué tan similares o distintos son los tres grandes partidos en términos de su ideología. En primera instancia, se analizan las plataformas identificando temas clave de cada partido, y los distintos énfasis mostrados en ellos. Luego, a partir de los presupuestos públicos en los distintos años y entidades se observa si los partidos tienden a maximizar la inversión en dichos rubros cuando son gobierno y poseen mayoría legislativa.La segunda dimensión se refiere a la organización interna de los partidos políticos. Al respecto, el modelo de partido cártel supone una atomización de la militancia de base, que cada vez tiene menor peso en las decisiones del partido. En su lugar, la cara del partido `en oficina pública¿ ¿es decir, aquellos miembros del partido que logran acceder a puestos de gobierno o legislativos¿ se convierte en el actor fundamental, incluso por encima en ocasiones de la estructura formal del partido o `partido en oficina central¿.Por último, la tercera dimensión trata las condiciones de la competencia interpartidaria, es decir, las `reglas del juego¿ electoral. El modelo sugiere que los partidos dominantes, aprovechando su capacidad de modificar las reglas mediante su representación en los legislativos, se `coluden¿ y procuran legislaciones electorales con altas o crecientes barreras de entrada para evitar la irrupción de nuevos competidores. Asimismo, ese acceso privilegiado a las decisiones políticas les permite allegarse una cantidad importante de recursos públicos y depender altamente de ellos, incrementando su independencia respecto de sus propios ...
La nacionalización de los partidos políticos, o el amplio y homogéneo apoyo electoral que estos reciben con votaciones similares en el nivel nacional y subnacional en cada uno de los distritos en que se divide un territorio, se ha constituido en un instrumento teórico novedoso que permite analizar la importancia y representatividad de los partidos políticos en una democracia. La literatura política se ha focalizado a estudiar la relación entre nacionalización e institucionalización de los partidos políticos dadas las beneficiosas condiciones que tienen los partidos institucionalizados por ser ordenados, tener alta legitimidad, arraigo a la ciudadana y líderes no interesados, los cuales permiten que logren un mayor apoyo electoral en el territorio. Pese a lo anterior, es posible la presencia de partidos nacionalizados en contextos de no institucionalización, tema poco estudiado y que es el centro de esta investigación. Ocurre cuando los partidos políticos al ser la suma de liderazgos o empresas electorales individuales, muchas veces desarticuladas, dan la sensación en conjunto de ser nacionalizados por el apoyo homogéneo que reciben en todo el territorio.
El presente trabajo de investigación pretende analizar los procesos de selección interna de candidatos a puestos de elección popular dentro de los partidos políticos especialmente aquellos donde se apliquen métodos de selección incluyentes y democraticos. El trabajo se enfocara principalmente en los partidos políticos hegemónicos en regímenes poco democraticos como fue el caso de México, para este efecto se realizará un estudio de caso aplicado al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México en donde elaboraremos un análisis comparativo diacrónico en el cual analizaremos dos periodos diferentes en el tiempo (1965-1984). En ellos, el PRI intentó modificar sus procesos de selección interna de candidatos a presidentes municipales mediante un sistema de elecciones primarias abiertas a su base militante. Para la realización de este análisis comparativo utilizaremos un modelo explicativo construido a partir de los trabajos por un lado de Rahat y Hazan, (2010) y por otro de (Panebianco 1984), (Lundell, 2004) y (Bonnie 2008). El modelo explicativo propuesto se divide en dos dimensiones analíticas: una interna (candidatos, electores, estructura de partido, origen e institucionalización) y otra externa (sistema político, electoral e incertidumbre política). Con la aplicación de este modelo en las dos reformas estatutarias del PRI, podremos obtener elementos para el análisis y explicación de este fenómeno de democratización interna en este partido hegemónico. La tesis está estructurada en cinco capítulos y una conclusión. El primer capítulo servirá como nuestro marco teórico. En el segundo capítulo, desarrollaremos un marco introductorio del sistema político mexicano que servirá para analizar las peculiaridades propias de este sistema a partir de una breve referencia histórica sobre la consolidación del modelo presidencialista hasta el siglo XX. El tercer y cuarto capítulos son los estudios de caso en los que analizaremos dos periodos históricos en donde el PRI modificó sus estatutos en lo que se refiere a los ...
El triunfo de la democracia como el modelo político que mejor define los principios de libertad e igualdad política de los ciudadanos, exige que sus intereses sean efectivamente representados, por tal razón actualmente hay un predominio de la democracia representativa como el sistema que permite delegar el poder del demos en candidatos que personifican la voluntad y los deseos de los ciudadanos, lo que a su vez ha consolidado a los partidos políticos como las principales organizaciones que reúnen a los candidatos y quienes tienen dentro de sus funciones actuar como representantes de los ciudadanos. En este escenario la democracia representativa y los partidos políticos están íntimamente ligados, ya que tanto la una como el otro permiten el adecuado funcionamiento mutuo y su razón de ser. Sin embargo, y pese a existir implícitamente un compromiso entre los partidos políticos y los ciudadanos, entre los elegidos y los electores, por cumplir la voluntad delegada de los ciudadanos una vez accedan al poder, existen puntos en los cuales los representantes no poseen algún compromiso con sus electores, en un entorno que carece de mecanismos de control, quedando en libertad de actuar según sus propias ideas, de manera independiente, y que por su condición humana les limita la objetividad al momento de decidir acorde a la delegación recibida y que puede estar en contravía del querer de los ciudadanos. Por lo anterior, existe una baja credibilidad de la ciudadanía tanto en el sistema político como en los partidos políticos y el Congreso, hecho que también sucede en el caso colombiano donde si bien hay una democracia representativa ininterrumpida desde el momento mismo de la conformación del Estado, existe una baja percepción de los partidos políticos y del Congreso que afecta el sistema político. En tal sentido el objetivo de esta investigación es establecer si a través de una mejora en la democracia interna de los partidos políticos y en los mecanismos de participación ciudadana se relegitima la percepción del sistema ...
Son muchos los análisis que tratan de explicar las relaciones que se entablan entre los partidos políticos y sus grupos parlamentarios. Pero son pocas las investigaciones que han tenido como objeto los mecanismos que conducen a la cohesión del grupo parlamentario y del partido en el Parlamento, y más escasos aún, si cabe, en el ámbito español. Por tal motivo, en este artículo se examinan las relaciones que mantienen los partidos políticos con sus grupos parlamentarios en las Cortes Generales, prestando una especial atención a su papel en el Congreso de los Diputados. Para ello, se han analizado los mecanismos que llevan a la unidad en los grupos parlamentarios y, por lo tanto, a su capacidad de actuar concertadamente. Se ha tomado como principal objeto de estudio el Partido Popular y el Partido Socialista, dado que son las dos organizaciones que han definido, esencialmente, la democracia en España, el bipartidismo como rasgo definitorio del sistema político español.
La larga estabilidad democrática en Venezuela contrasta con la tónica dominante en el resto de los países del área, atravesados en su historia contemporánea por la frecuencia de las interrupciones autoritarias. La tesis investiga el rendimiento del sistema de partidos en Venezuela, analizando las funciones que dicho sistema ha ido cumpliendo para la instauración y la consolidación de la democracia en Venezuela. Para ello el estudio divide en dos partes la historia venezolana, siendo el criterio de separación el transito de un sistema multipartidista a uno bipartidista. Describe la evolución del régimen político y del sistema de partidos, concluyendo que en un marco presidencialista un sistema de partidos duopolico acaba por no ser eficiente y tiene el efecto de someter al régimen democrático a un elevado nivel de tensión que ha puesto en peligro su regularidad funcional
¿La era de la democracia de partidos ha pasado? Esta tesis busca rescatar el valor del partido político tradicional mexicano como institución clásica de la representación política y manifestación institucional de la opinión pública frente a los duros ataques a que la doctrina lo ha sometido. Es un estudio que ofrece un intento de comprensión sobre las llamadas "crisis" de la identidad, de la confianza y de la representación, en momentos dignos de atención para el sistema de partidos mexicano: la primera gran derrota del partido hegemónico en la elección presidencial del año 2000 y su regreso a encabezar la primera posición política del Estado mexicano –la presidencia de la República– en el año 2012. El análisis de la "crisis" de la identidad se centra en estudiar factores comparables de medición tanto cuantitativos como cualitativos, relacionados a conceptos tales como: la identificación partidista y la ciudadanía electoral, para determinar la permanencia o variación en la identidad del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Posteriormente, en el estudio de la "crisis" de la confianza se procura presentar una manera de medir la confianza partidista en México vista a través del lente cuantitativo y fundamentada en la comprensión teórica del concepto, en la función de socialización del partido político, así como en la observación del comportamiento de las variables "confianza institucional", "confianza interpersonal" y "confianza para que con los partidos haya democracia". Finalmente, en lo concerniente a la crisis de la representación se analiza desde la ciudadanía mexicana la evolución o involución del sentimiento de la representación, tomando como estudio de caso a los principales partidos políticos tradicionales en términos de representatividad: Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y Partido de la Revolución Democrática (PRD). Asimismo, se ofrecen algunas consideraciones útiles para el fortalecimiento de dichas instituciones y del sistema democrático representativo en ...
El sistema de partidos español ha experimentado diferentes variaciones en el periodo de tiempo comprendido entre las doce elecciones generales celebradas en nuestro país desde las de 1977 —llevadas a cabo tras la restauración de la democracia después de la larga dictadura franquista— a las de 2015. Así, en una primera etapa, en la que se incluyen las dos primeras elecciones — las constituyentes de 1977 y las celebradas dos años después,en 1979—, el sistema de partidos emergente ha sido caracterizado bien como un pluripartidismo limitado y moderadamente polarizado y fragmentado por la presencia tanto de otros dos partidos de ámbito nacional como de diferentes minorías nacionalistas,mientras otros autores lo incluyeron dentro del modelo bipartidista por la presencia dedos grandes partidos con posibilidades de alternancia en el poder. En todo caso, en ambas definiciones, la competición electoral quedaba circunscrita a solo dos partidos con capacidad de formar gobierno: UCD (Unión de Centro Democrático) y PSOE (Partido Socialista Obrero Español). En la segunda fase —que se inicia con las elecciones de 1982y perdura hasta las elecciones de 1989— el sistema de partidos se transforma en hegemónico teniendo al PSOE como protagonista: los socialistas encadenan tres mayorías absolutas consecutivas sin ningún partido con posibilidades políticas reales de disputarle el Gobierno. La tercera fase comprende los comicios generales de 1993 y 1996. En estas elecciones, se vuelve a las mayorías minoritarias de las dos elecciones de finales de los setenta pero esta vez de la mano de un pacto de legislatura entre el PSOE y CiU(Convergència i Unió).
El Partido Agrario Español (PAE), presidido por José Martínez de Velasco, representó, dentro de la II República española, una alternativa conservadora y, al tiempo, leal al régimen. Pese a que el PAE no fue fundado hasta enero de 1934, sus futuros miembros más destacados habían actuado ya en las Cortes Constituyentes dentro de la Minoría Agraria, desplegando una fuerte oposición a las reformas republicanas, en especial al Estatuto de Cataluña y a la Reforma Agraria. Tras la victoria de las derechas en noviembre de 1933, Martínez de Velasco decidió crear una fuerza conservadora alternativa a la CEDA y a los monárquicos. Así, en enero de 1934, sus seguidores en el Parlamento -supervivientes muchos de ellos de la "vieja política"- aceptaron la República y, a continuación, fundaron el Partido Agrario Español. Éste, en su programa, defendía la unidad nacional, el establecimiento de una segunda Cámara legislativa, la protección de la agricultura y la industria mediante aranceles, el libre comercio dentro de las fronteras nacionales y la revisión de la Reforma Agraria de 1932. El PAE formó parte de casi todos los gabinetes del segundo bienio: Martínez de Velasco ocupó los ministerios de Agricultura, Industria y Comercio y de Estado, José María Cid fue titular de Comunicaciones y de Obras Públicas, Nicasio Velayos desempeñó la cartera de Agricultura y Antonio Royo Villanova estuvo al frente de la de Marina. Además, en dos ocasiones, Martínez de Velasco intentó, sin éxito, formar Gobierno. Paralelamente, los agrarios persiguieron la revisión de la legislación del primer bienio, especialmente la Reforma Agraria, objetivo logrado en julio de 1935. En las elecciones de febrero de 1936 el PAE participó de la derrota derechista y no obtuvo más que doce diputados, perdiendo a partir de entonces toda influencia política y desapareciendo en la Guerra Civil.
The spread of democracy beyond Western Europe to Latin America and the duration of Latin American democracies through one or more elections has revealed a surprising and disturbing trend in Latin America. Many new Latin American electorates have supported rightist and non-democratic candidates who, once elected president, have engaged in auathoritarian behavior, bypassing, corrupting or closing the legislature, undeterminig judicial autonomy, and attempting to extend their terms in office indefinitely. Examples of such presidential behaviour in Latin America include Carlos Menen in Argentina, Alberto Gujimori in Peru, and Arnoldo Aleman in Nicaragua. Within Latin American electorates, it is evident that the rural population is even more likely to support rightist candidates than is the electorate as a whole. Rural rightism is surpring, however, given a largebody of literature from the 1970s and 1980s where peasants and rural dwellers are seen primarily as leftists, such as in Russia, China, Mexico, Cuba and Nicaragua. The presence of rightist rural electoral support in new Latin American democracies leaves a puzzle: are peasants fascists or revolutionaries? To unravel such a puzzle, the essay looks first at four cases of rural support for fascism or authoritarian populism in the early to mid-twentieth century, France, Italy, Germany, and Argentina. It compares factors explaining such rightist rural support with the knowledge we have about rural support for the left in Russia, China, Cuba, and Nicaragua. The essay concludes that two overall sets of factors are at play in explaining rural support and activism of a rightist or leftist nature. These are 1) background factors including the context of economic and social relations and the nature of land tenure and 2) foreground factors including thye nature of political leadership, organizational style and skill and the kind of rhetoric used to attract and motivate rural followers. Based upon these comparisons of rural political activism and scrutiny of the European and Latin American cases, the essay concludes that rural dwellers are neither naturally fascists nor naturalleyrevolutionaries. Rather, their activism and heir electoral support can be moved in either direction depending upon the preexisting social and economic background and upon the skill and style of leaders attempting to win rural support. We need to look carefully at the candidates running for office and at their organizational style and the nature of their rhetoric. Such foreground factors will be more likely to tell us whether or not their electoral support (and their behavior in office, for that matter) willresemble the cases of fascism and rightist authoritarianism of the early and midtwentieth century. ; La expansión de la democracia en América Latina y su extensión en el tiempo ha puesto de manifiesto una tendencia sorprendente y preocupante. Muchos de los nuevos electores latinoamericanos han dado su apoyo a candidatos de derecha y no democráticos que una vez en el poder han atentado de diversas maneras contra la democracia. Dentro del electorado se constata que ese apoyo a las fuerzas antidemocráticas es mayor en la población rural. A la luz de la bibliografía de los años 70 y 80 sobre las revoluciones campesinas de Rusia, China, Cuba o Nicaragua, este derechismo campesino es un rompecabezas: ¿los campesinos son fascistas o revolucionarios? Para descifrar este enigma, el trabajo en primer lugar analiza cuatro casos de apoyo rural al fascismo o al autoritarismo populista en la primera mitad del siglo XX (Francia, Italia, Alemania y Argentina). Compara los factores explicativos que emergen de esa comparación con los resultados obtenidos de la investigación sobre el izquierdismo campesino en China, Rusia, Cuba y Nicaragua. La conclusión del trabajo es que hay dos conjuntos de factores que explican el apoyo de los campesinos a la izquierda o a la derecha. El primer tipo de factores, de transfondo, incluye el contexto económico y las relaciones sociales de propiedad y tenencia de la tierra. El segundo tipo de factores, de primer plano,incluye el tipo de liderazgo, el estilo organizativo y la habilidad política, así como el tipo de retórica que se usa para atraer el voto campesino. La población rural no es por naturaleza ni de derecha ni de izquierda, sino que su apoyo puede llevarse a cualquiera de los dos lados dependiendo del trasfondo económico-social y de la escena política. En América Latina hay que estudiar en detalle los estilos de liderazgo y las retóricas de los candidatos. Estas variables de primera instancia nos van a permitir dictaminar si el apoyo electoral dará lugar a panoramas fascistas o autoritarios como los de la Europa de la primera mitad del siglo XX.
La investigación está dividida en tres partes. La primera constituye un tratado sobre la oposición política. Su objetivo es analizar y comparar el rol de las oposiciones en diversos tipos de régimen, donde los democráticos se establecen en el centro de atención. Se abordan los principales derroteros teóricos, se sitúa a la oposición como un agente institucional y se examina el grado de avance sobre su estudio. La segunda parte enmarca a la oposición política en el sistema institucional español, al tiempo que se exploran y distinguen las causas del consenso parlamentario durante la transición, la nueva democracia y la consolidación de ésta. Finalmente, la tercera parte representa el aspecto empírico del trabajo. Se buscan las razones del consenso entre gobierno y oposición en materia parlamentaria durante las siete legislaturas del periodo democrático. Las variables con las que se pretende explicar dicho consenso son la relación de poder entre gobierno y oposición (tipo de gabinete), los promoventes de las iniciativas (gobierno, entidades autonómicas, grupos parlamentarios minoritarios, oposición, etcétera), el contenido o las materias de las leyes (derechos fundamentales, asuntos jurídicos, instituciones, integración territorial y exteriores, régimen electoral-partidos) y la disposición de gobierno y opositores para establecer intercambios políticos.
Los partidos políticos son agrupaciones temporales que median entre los grupos de la sociedad y el Estado y participan en la lucha por el poder político, a través de los procesos electorales. Los partidos tienen la obligación de registrar una plataforma electoral, a través de la cual plantean propuestas preliminares que se someten a consideración de los ciudadanos con el propósito de convocar al diálogo y a la deliberación, las cuales son enriquecidas y profundizadas a lo largo de las campañas, que debieran convertirse posteriormente en la base del programa de gobierno del partido que resulte triunfador en las elecciones. Respecto a la relación que existe entre la Plataforma Electoral y las iniciativas legislativas del Ejecutivo Federal en materia político-electoral, cabe señalar que: El 15 de diciembre de 2009, el Presidente presentó la iniciativa de Reforma Política compuesta por 9 puntos, a saber: Permitir la elección consecutiva de legisladores federales, locales, miembros de los ayuntamientos y jefes delegacionales; reducir el número de integrantes de las cámaras, modificando los principios para la integración de la Cámara de Senadores; adoptar la segunda vuelta electoral para la elección del Presidente; incrementar a 4% el porcentaje mínimo de votación para que un partido político nacional conserve su registro; incorporar las candidaturas independientes; permitir a los ciudadanos y a la Suprema Corte de Justicia de la Nación presentar iniciativas de ley; facultar al Presidente para presentar iniciativas preferentes y para observar, parcial o totalmente, el Presupuesto de Egresos de la Federación y la Ley de Ingresos; así como para publicar parcialmente aquellas leyes cuyas observaciones no hayan sido superadas en el Congreso.