"Este libro reúne seis artículos acerca de migrantes rurales que a lo largo de los siglos XX y XXI se desplazaron a diferentes ciudades de México donde se convirtieron en empresarios que modificaron no solo las trayectorias de sus vidas y las de sus familias, sino también las de sus comunidades de origen. En pocos años, esos migrantes se convirtieron en hombres de negocios ampliamente reconocidos en sus nichos de actividad, sus establecimientos han persistido y, a pesar del tiempo y el paso de las generaciones, han mantenido, ellos y sus descendientes, relaciones significativas con las comunidades de las que son originarios. Los migrantes-empresarios comparten el provenir de un lugar de origen específico, la dedicación, por cuenta propia, a un mismo giro, y, aunque con una gran dispersión geográfica, el haber mantenido la relación, necesaria y persistente, con las comunidades de las que un día salieron en busca de mejores oportunidades. Se trata de una historia de migrantes construida desde el margen, en las orillas menos conocidas de dos fenómenos: la migración rural-urbana y los empresarios en México. El elemento central que tienen en común es haber generado un modelo de negocios al que denominamos franquicia social. Se trata de una variedad de desarrollo y reproducción empresarial que, ante la ausencia de recursos monetarios y un fácil acceso a ellos, se basa en la maximización de bienes sociales y culturales. En este libro presentamos cuatro ejemplos históricos de migrantes-empresarios de Jalisco y Zacatecas y dos ejemplos recientes de los estados de Hidalgo y Michoacán. "--Back cover
"Research based on El Rincón de Guanajuato, an area that includes parts of Guanajuato, Jalisco, and Michoacán states, examines changes in the relationship between small/mid-sized cities and rural areas between 1970-90. Women entered the labor market as workers in local industry and as vendors of imported products; men increasingly depended on earnings as migrant laborers, either in Mexico or, more frequently, in the US to augment farm earnings. Well-researched study sheds light on trends in the Mexican rural economy"--Handbook of Latin American Studies, v. 57
Velasco, Laura, Christian Zlolniski y Marie-Laure Coubès (2014), De jornaleros a colonos: residencia, trabajo e identidad en el Valle de San Quintín, Tijuana, El Colegio de la Frontera Norte.
This article reviews recent anthropological and sociological findings and discussions surrounding the possible impacts of international migration on family dynamics in the home—both for rural and indigenous people—in Mexico. Because one of the major changes has to do with the escalation of female migration, as well as the circumstances facing those women who stay behind, this article emphasizes the position of women in the realm of international migration from a gendered perspective.
Este artículo revisa los hallazgos y discusiones antropológicas y sociológicas de investigaciones recientes en torno a los impactos que puede haber acarreado la migración internacional en las dinámicas familiares de los hogares—campesinos e indígenas—en las comunidades de origen en México. Como uno de los cambios mayores tiene que ver con la intensificación de la migración femenina pero también con la situación de las mujeres que se quedan, el artículo hace hincapié, aunque no únicamente, en la situación de las mujeres desde una perspectiva de género.
Con base en la revisión de algunos estudios recientes que se han llevado a cabo en diversas comunidades rurales de las nuevas regiones migratorias, en este artículo se revisan, de manera crítica, dos interpretaciones de los estudios sobre la familia rural: la economía campesina como unidad de producción-consumo y el ciclo de desarrollo de la unidad doméstica. En las condiciones actuales la migración, interna e internacional, desempeña un papel decisivo en las comunidades rurales. Muchos estudios han constatado la voluntad de las mujeres de salir de los grupos domésticos y sumarse a los flujos migratorios por motivos particulares, por situaciones y demandas específicas de ellas; su salida ha contribuido al resquebrajamiento de los sistemas tradicionales de organización y reproducción de la familia campesina.Las feministas, y más tarde los estudios con la perspectiva de género, criticaron la visión de que las familias rurales constituían unidades de producción-consumo donde las decisiones correspondían a un modelo de estrategias familiares de sobrevivencia y reproducción (Hondagneu-Sotelo, 2007; Wolf, 1990). Ese modelo privilegiaba la homogeneidad, la colectividad, la solidaridad y el consenso, es decir, suponía que en los hogares no había conflictos ni tensiones a la hora de tomar decisiones que a todos comprometían (Ariza, 2007). La familia era una "unidad económica moral" que se sustentaba en los principios de "reciprocidad, consenso y altruismo" (Grasmuck y Pessar, 1991).Los estudios desde el enfoque de género señalaron que en las familias había relaciones de poder basadas en una distribución jerárquica y desigual de los derechos, recursos y autoridad que afectaban especialmente a las mujeres (Ariza, 2007; González Montes, 2002; Hondagneu-Sotelo, 2007; Wolf, 1990). Las críticas alcanzaron a los estudios migratorios: la migración no era un fenómeno exclusivamente de los hombres, las migrantes no eran apéndices de la migración masculina y sus desplazamientos podían tener motivaciones particulares (Ariza, 2007; Hondagneu-Sotelo, 2007). AbstractBased on a review of recent studies conducted in various rural communities in the new migration regions, this article critically reviews two interpretations of rural family studies: the peasant economy as a production-consumption unit and the household development cycle. In the current conditions, internal and international migration play a key role in rural communities. Many studies have shown the willingness of women to leave home and join migratory flows for personal reasons, or due to specific situations and demands. Their departure has contributed to the breakdown of the traditional systems of organization and reproduction of the peasant family.Feminists, and subsequently studies with a gender perspective, criticized the view that rural families were production-consumption units where decisions corresponded to a model of family strategies for survival and reproduction (Hondagneu-Sotelo, 2007; Wolf , 1990). That model favored homogeneity, collectivity, solidarity and consensus, in other words, it assumed that households had no conflicts or tensions when it came to making decisions that involved everyone (Ariza, 2007). The family was a "moral economic unit" based on theprinciples of "reciprocity, consensus and altruism" (Grasmuck and Pessar, 1991).Studies from a gender perspective pointed out that there were power relations infamilies based on a hierarchical, unequal distribution of rights, resources and authority that particularly affected women (Ariza, 2007; González Montes, 2002; Hondagneu-Sotelo, 2007; Wolf, 1990). This criticism reached migration studies: migration was not an exclusively male phenomenon; women migrants were not appendages of male migration and their displacement could be based on personal motivation (Ariza, 2007; Hondagneu-Sotelo, 2007).