La inclusión de la "Fiesta de los Patios de Córdoba" en laLista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial dela UNESCO en 2012, ha supuesto el reconocimiento de losvalores que ésta aporta tanto a la convivencia y la solidaridadhumanas, como al patrimonio natural y cultural de la ciudad.Este artículo incluye una completa revisión bibliográficasobre el estado de la cuestión, y propone nuevas categoríastipológicas que pretenden contribuir a una actualizaciónde su valoración patrimonial mediante una geografía de lasemociones basada en el paseo, el reconocimiento, la identidady la memoria de sus habitantes, que vendría a incorporarsea las clasificaciones actuales basadas en la arquitectura de loconstruido.
La inclusión de la Fiesta de los patios de Córdoba (FPC) en la Lista Representativa de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (LRPI), promovida por UNESCO, en diciembre de 2012 ha supuesto un hito en la celebración de una fiesta popular condicionada tanto por el hábitat que la acoge, las casas patio ubicadas en el centro histórico de Córdoba, como por la forma de vida de quienes generan dicha fiesta, los habitantes de estas casas patio. Una forma de vida habitus estrechamente ligada, a su vez, a dicho hábitat. Desde sus inicios, esta fiesta ligada a la celebración de la primavera en el entorno urbano, ha sido generada y protagonizada por los habitantes de las casas patio a pesar de su situación de pobreza y de las precarias condiciones de vida que procuraban estas casas patio, casas para obreros en las que no se lograría acceder a los recursos básicos que se establecen como umbral de vida digna hasta bien avanzado el siglo XX. En este mismo sentido se inscribe el contexto social deficitario en educación, salud y cultura predominante durante gran parte de su historia, esto es, durante los casi cuarenta años de dictadura. A pesar de ello, o precisamente por ello, la FPC ha devenido en recurso fundamental para la economía de la ciudad, especialmente tras la restauración de la democracia. Un recurso que ha sido mediado por el creciente interés turístico despertado tanto en los mercados nacionales como internacionales. Este hecho lleva implícita una responsabilidad que afecta tanto al organizador del concurso que ha conservado la fiesta durante los últimos ochenta años, el ayuntamiento, como a los generadores mismos de la dinámica cultural que la hace posible: los habitantes de casas patio. Su consideración primero como fiesta de Interés Turístico Nacional en 1982 provocó un creciente interés y atención por parte de las instituciones públicas. Así, el ayuntamiento de Córdoba, organizador del concurso de patios populares desde 1921, promovió activamente con el restablecimiento de la democracia sus intervenciones en la conservación de las casas patio a través de su empresa municipal de vivienda y favoreció una mayor participación en el concurso, incrementando significativamente el presupuesto asignado a su organización, especialmente en premios y accésit, y mediante la asignación de una cantidad monetaria fija a todas las casas patio admitidas a concurso. El gobierno autonómico andaluz, por su parte, ha facilitado su inclusión en diversas medidas normativas de conservación de la fiesta como patrimonio inmaterial. Finalmente, dado que España suscribió la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (CSPI) en 2006, la inclusión de la FPC en la LRPI obliga al gobierno de España a considerar la FPC como elemento patrimonial sujeto a la nueva Ley de Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial, cuyo anteproyecto fue aprobado el 24 de octubre de 2014 por el Consejo de Ministros. Actualmente, la fiesta se ve sometida a dos tensiones: la intensa actividad turística que se genera durante los días de su celebración en mayo y las medidas de salvaguarda y protección que pretenden conservar y mantener el recurso patrimonial para no agotar, precisamente, su interés turístico. La coordinación de estas dos fuerzas, aparentemente opuestas, debería ser el objetivo de quienes pretenden asumir el papel de promotor de un plan de gestión de la FPC, pues es, justamente, la capacidad del sitio para desarrollar un buen instrumento de gestión el aspecto en el que UNESCO pone mayor énfasis para mantener la inclusión del bien en la LRPI. De acuerdo con este preámbulo, este trabajo de investigación se justifica en la necesidad de atender el requerimiento de UNESCO, es decir, en la urgencia por diseñar e implementar un plan de gestión para la FPC que permita consolidar su estatus de recurso turístico patrimonial y, simultáneamente, oriente y vigile las acciones que deben conducir a preservar, si no mejorar, las condiciones de vida de quienes generan dicho recurso, esto es, los habitantes de las casas patio. Sólo atendiendo de forma solidaria ambas premisas será posible garantizar la sostenibilidad en el tiempo de un modelo que considera las ciudades patrimonio como lugares de interés turístico.
En La idea de la justicia (2009), A. Sen retoma la idea de desigualdad como una forma de injusticia y señala las injusticias reparables, así como las fórmulas posibles para su análisis y compensación. La idea de la desigualdad es una constante en la obra de A. Sen desde Desigualdad económica (1972, revisada y ampliada en 1997). En Equality of what? (en castellano, Nuevo examen de la desigualdad) ampliaba aquella propuesta al analizar las implicaciones sociales de las desigualdades económicas, de los denominados "igualitarismos" y del "utilitarismo".La medición de la desigualdad económica y de la pobreza permitió proponer un "corpus" conceptual al que pertenece el denominado "enfoque de las capacidades" (Capability approach), en el que colaboró activamente M. Nussbaum. Este "enfoque de las capacidades", aquello que somos capaces de ser, hacer y elegir, fue adoptado para el diseño de indicadores por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) o el Índice Multidimensional de la Pobreza (S. Alkire y J. E. Foster, Oxford). La aplicación del enfoque de las capacidades permite identificar y ordenar alternativas de mejoras sociales adaptadas siempre al contexto en el que se generan las desigualdades.
Recensiones de la obra de: NUSSBAUM, M. C. (2012) Crear capacidades. Propuesta para el desarrollo humano, traducción del inglés de Albino Sánchez Mosquera, Barcelona, Espasa, 266 pp.
ES: La influencia de la obra y doctrina de Francisco Suárez (Granada, 1548-Lisboa, 1617) enla conformación del pensamiento moderno ha sido ampliamente estudiada en áreas como la filosofíapolítica y del derecho, la metafísica o la epistemología. Sin embargo, la filosofía moral de Suárez, enconcreto aquella que, como él mismo explica, habrá de servir de base a sus tratados de teología moral,está todavía por analizar. El objetivo de este trabajo es traer a luz algunos aspectos de la teoría suarecianasobre la causalidad final en los agentes libres, confrontando su doctrina sobre la causalidad delfin en dos comentarios, escritos en distintos períodos, a las cuestiones I-IIae de la Suma de Teologíade Tomás de Aquino: el manuscrito inédito De beatitudine (1579) y el tratado De ultimo fine hominis,publicado por Baltasar Álvares (1628). La cuestión aquí analizada qué significa actuar por un fin seasume como un instrumento heurístico para dar a conocer sea estas dos fuentes estudiadas, sea elinterés filosófico de las doctrinas de Suárez a respecto de la causalidad final. Las conclusiones apuntana los siguientes aspectos: i) la proximidad, aun con dudas, de Suárez a la doctrina tomista de lacausalidad del fin, en el comentario de 1579; ii) la asunción parcial de la doctrina tomista en cuanto a lafunción del intelecto en el actuar libre, y la afirmación de que el locus finis es la voluntad, en el comentariode 1628. Trabajando con estos matices hemos querido establecer algunos puntales de encuentroque permitan hacer visibles los puentes que emergen entre una tradición escolástica que enfrenta unanueva imagen del hombre, y la filosofía moral inmediatamente posterior que despojando aquella de sufundamento teológico, avanza con paso firme hacia la modernidad. ; The influence of the work and teaching of Francisco Suárez (Granada, 1548-Lisbon,1617) in the shaping of modern thought has been widely studied in areas such as political philosophyand law, metaphysics, and epistemology. However, the moral philosophy of Suarez, in particular thatwhich, as he himself explains, was needed as a basis for his moral theology, has yet to be analyzed. Inthis paper, we propose to elucidate some aspects of Suarezs theory of human agency final causality.We compare two of his commentaries, from different periods, on the I-IIae of Thomas Aquinas Summatheologiae: the unpublished manuscript De beatitudine (1579) and Suarezs treatise De ultimo finehominis, the first of five treatises on morality posthumously published by Baltasar Álvares (1628). The question analyzed here, the nature of final causality, is assumed as a heuristic instrument to acquaintreaders with both the sources studied and the philosophical import of Suárez doctrine on morality.The findings suggest the following: i) the closeness, still with doubts, of Suárez 1579 commentary toThomas doctrine of human agency final causality; (ii) in the 1628 commentary, his partial assumptionof Thomas doctrine on the role of intellect in free choice, and his clear determination in the assertionthat the locus finis is the will. Working with these nuances, we illustrate some connection points thatshow both how 16th century scholasticism deals with philosophical tradition to explain a new imageof man, and how subsequent moral philosophy is influenced by these theories while rejecting theirtheological foundation.
The influence of the work and teaching of Francisco Suárez (Granada, 1548-Lisbon, 1617) in the shaping of modern thought has been widely studied in areas such as political philosophy and law, metaphysics, and epistemology. However, the moral philosophy of Suarez, in particular that which, as he himself explains, was needed as a basis for his moral theology, has yet to be analyzed. In this paper, we propose to elucidate some aspects of Suarez's theory of human agency final causality. We compare two of his commentaries, from different periods, on the I-IIae of Thomas Aquinas' Summa theologiae: the unpublished manuscript De beatitudine (1579) and Suarez's treatise De ultimo fine hominis, the first of five treatises on morality posthumously published by Baltasar Álvares (1628). The question analyzed here, the nature of final causality, is assumed as a heuristic instrument to acquaint readers with both the sources studied and the philosophical import of Suárez' doctrine on morality. The findings suggest the following: i) the closeness, still with doubts, of Suárez' 1579 commentary to Thomas' doctrine of human agency final causality; (ii) in the 1628 commentary, his partial assumption of Thomas' doctrine on the role of intellect in free choice, and his clear determination in the assertion that the locus finis is the will. Working with these nuances, we illustrate some connection points that show both how 16th century scholasticism deals with philosophical tradition to explain a new image of man, and how subsequent moral philosophy is influenced by these theories while rejecting their theological foundation. ; La influencia de la obra y doctrina de Francisco Suárez (Granada, 1548-Lisboa, 1617) en la conformación del pensamiento moderno ha sido ampliamente estudiada en áreas como la filosofía política y del derecho, la metafísica o la epistemología. Sin embargo, la filosofía moral de Suárez, en concreto aquella que, como él mismo explica, habrá de servir de base a sus tratados de teología moral, está todavía por analizar. El objetivo de este trabajo es traer a luz algunos aspectos de la teoría suareciana sobre la causalidad final en los agentes libres, confrontando su doctrina sobre la causalidad del fin en dos comentarios, escritos en distintos períodos, a las cuestiones I-IIae de la Suma de Teología de Tomás de Aquino: el manuscrito inédito De beatitudine (1579) y el tratado De ultimo fine hominis, publicado por Baltasar Álvares (1628). La cuestión aquí analizada —qué significa actuar por un fin— se asume como un instrumento heurístico para dar a conocer sea estas dos fuentes estudiadas, sea el interés filosófico de las doctrinas de Suárez a respecto de la causalidad final. Las conclusiones apuntan a los siguientes aspectos: i) la proximidad, aun con dudas, de Suárez a la doctrina tomista de la causalidad del fin, en el comentario de 1579; ii) la asunción parcial de la doctrina tomista en cuanto a la función del intelecto en el actuar libre, y la afirmación de que el locus finis es la voluntad, en el comentario de 1628. Trabajando con estos matices hemos querido establecer algunos puntales de encuentro que permitan hacer visibles los puentes que emergen entre una tradición escolástica que enfrenta una nueva imagen del hombre, y la filosofía moral inmediatamente posterior que despojando aquella de su fundamento teológico, avanza con paso firme hacia la modernidad.