Resumen: Según los resultados de la Encuesta de la Deuda Social Argentina de la UCA, referidos al tercer trimestre de 2016, sólo el 41,4% de la población económica activa de 18 años y más logró acceder a un empleo pleno de derechos. Asimismo, el 18% de esta población de referencia se encontraba en una situación de subempleo inestable (realizando changas, trabajos temporarios o no remunerados, o siendo beneficiarios de programas de empleo con contraprestación), el 30,7% contaba con un empleo precario (desarrollando actividades con continuidad laboral, con niveles de ingresos superiores a los de subsistencia pero no participaban en el Sistema de Seguridad Social) y el 11,8% se encontraba abiertamente desempleado. • Una importante proporción de los trabajadores ocupados posee un bajo nivel de instrucción formal, el 39,9% de los ocupados no completo sus estudios secundarios. El bajo nivel educativo se encuentra asociado en forma inversa con la calidad del empleo. En 2016 el 63,7% de los ocupados con subempleo inestable no contaban con el secundario completo, este porcentaje se reduce al 51,3% y al 21% si se considera a los trabajadores con empleo precario y con empleo pleno, respectivamente • En los últimos años se incrementó levemente la proporción de ocupados en el sector microinformal (actividades laborales dominadas por la baja productividad, alta rotación de trabajadores y su no funcionalidad al mercado formal o más estructurado) alcanzando, en 2016, al 49,7% de los ocupados.
Introducción: El objetivo del trabajo es contribuir al diagnóstico y la explicación de los factores que determinan la dispar calidad del empleo de la población de la Argentina entre los años 2004 y 2009. Teniendo en cuenta que en el marco del proceso de expansión económica (2004-2007) aumentaron marcadamente las posibilidades de la población de obtener una inserción laboral, se analizarán las particularidades que hicieron que algunos trabajadores logren obtener un empleo de calidad y que, contrariamente, otros sólo puedan insertarse en un subempleo inestable. De este modo, se evidenciara la persistencia de algunas de las desigualdades laborales generadas por los cambios estructurales ocurridos en la década de 1990 y la posterior crisis de 2001. Con este fin, se considerarán dos modelos de regresión logística para analizar la relación del estrato socioeconómico y la edad de los trabajadores con la calidad de la inserción laboral que lograron obtener en los años 2004 y 2009. Además, se evidenciará el cambio en el peso relativo de estos factores. La unidad de análisis a considerar serán los trabajadores de los centros urbanos de Argentina y se analizarán series estadísticas generadas a partir de datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA)18 realizada anualmente por la Pontificia Universidad Católica Argentina desde el año 2004.
Resumen: El presente informe tiene como objeto analizar los efectos generados por las políticas de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), en el contexto del COVID-19, sobre la situación laboral y la estructura ocupacional de la población económicamente activa que reside en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 30 partidos del Conurbano Bonaerense). En este marco, aborda los siguientes interrogantes: ¿Con qué magnitud la crisis económica suscitada por las políticas sanitarias ocasionó pérdidas de puestos de trabajo, suspensiones o disminución de las horas trabajadas? ¿Qué tan desiguales fueron estos efectos en términos socio-ocupacionales? ¿Cómo impactaron las limitaciones económicas en los ingresos de los trabajadores? ¿Qué proporción de los ocupados contaron con permisos especiales o accedieron al teletrabajo? Las evidencias empíricas indican que la situación de pandemia y su correlato en el tipo de cuarentena adoptado generó alteraciones regresivas de magnitud en un escenario laboral que desde hace varias décadas presenta un alto nivel de precariedad, desigualdad y exclusión. Esta inédita situación generó una importante pérdida de empleos, tanto formales como informales, así como una disminución de ingresos tanto para empleadores como para trabajadores. El estado de emergencia sanitario generó, como efecto no deseado, un estado de emergencia en la estructura productiva y un empeoramiento del escenario laboral que amplía aún más las brechas entre los trabajadores generando un previsible aumento de la pobreza y una sociedad más empobrecida. El estudio forma parte de una investigación más amplia cuya finalidad fue dar cuenta del impacto de las políticas económico-sanitarias -en contexto de pandemia- sobre el nivel de bienestar de la población residente en la región del AMBA. Con el fin de llevar adelante esta tarea se llevó adelante, entre el 7 y el 12 de mayo de 2020 -transitados 55 días de cuarentena-, una encuesta denominada EDSA-COVID-19 a un panel de 500 ...
El objetivo del trabajo es contribuir al diagnóstico de la variación de la capacidad de consumo de los hogares urbanos de la Argentina durante las últimas décadas. Complementariamente, se busca determinar el efecto que generaron en ella los cambios en la cantidad de perceptores por hogar, en el nivel de ingreso por perceptor familiar y en el tamaño y composición de las unidades domésticas, tanto a nivel general como para cada uno de los estratos sociales. Se parte del supuesto que la estratificación social es el resultado de dispares capacidades de la población, de los disímiles posicionamientos en las relaciones sociales y de las desiguales formas de producción y distribución de la riqueza social. Es importante tener en cuenta que gran parte de los ingresos de los hogares provienen del mercado de trabajo. A partir de esto, la persistente precarización laboral afecta fuertemente los ingresos laborales y, por ende, la capacidad de consumo de los hogares. En líneas generales, se observa que con posterioridad a 2002, a pesar de varios años de un marcado crecimiento económico, no se pudo superar una dinámica de gran polarización de la estructura económico-ocupacional. Por lo tanto, continuaron sin superarse, en el sistema productivo, las formas de expresión de la heterogeneidad estructural2 consolidadas durante la década de 1990 (Cortes, 2011 y Salvia, 2012). La polarización del mercado de trabajo puede evidenciarse en la existencia de, por una parte, un sector más dinámico-formal-estructurado de la economía y, por otra parte, de un sector de carácter más tradicionalinformal-poco competitivo. Frente a lo que corresponde adicionar la presencia de un tercer agente empleador: el propio Estado nacional, provincial y municipal; el cual tiende a comportarse bajo las reglas del sector más dinámico de la economía o del sector informal (en el caso de implementar políticas contracíclicas de empleo directo). La persistente polarización del sistema económico ocupacional habría tenido impacto directo en las capacidades de ...
A fines de 2015, solo 43% de los activos poseían un trabajo asalariado o no asalariado con calidad plena de derechos laborales (8,3 millones de trabajadores), 31,9% poseían un empleo precario (6,2 millones), 15,6% realizaban actividades de escasa remuneración, alta inestabilidad o eran beneficiarios de políticas de empleo (3 millones) y 9,4% se encontraban desocupados (1,8 millones). En total, más de 10 millones de personas sufrían problemas de empleo. En el mismo año, uno de cada cuatro trabajadores (24,9%) se encontraron desocupados por lo menos una vez en los últimos doce meses (4.3 millones). Expresando esto un elevado riesgo de desempleo estructural. Desde el año 2010, ocho de cada diez trabajadores ocupados consideran que si dejan o pierden su trabajo no conseguirán fácilmente uno mejor o similar al que poseen. Este porcentaje se incrementó, entre 2010 y 2015, de 81,2% a 84,5%. Entre 2010 y 2015, el empleo total se expandió 8% pero se incrementó sólo 3% la cantidad de puestos de trabajo con empleo pleno de derechos, disminuyó en 5% el número de empleos precarios y aumentaron 80% los ocupados en subempleos inestables. Este fuerte incremento, originado principalmente por las políticas de empleo contra cíclicas de generación de puestos de trabajo transitorios, fue el que limitó los niveles de desocupación en un contexto de falta de inversión productiva y de ausencia de creación de empleo genuino.
Resumen: En este trabajo se examina la evolución del ingreso monetario corriente de los hogares del Gran Buenos Aires en el período comprendido entre 1974 y 2014. El objetivo es analizar la relación entre los procesos político-económicos y los cambios en la distribución del ingreso de los hogares durante diferentes fases que transitó el régimen de acumulación en el período bajo estudio: (a) el final de la industrialización por sustitución de importaciones, (b) el período de reformas estructurales y (c) la etapa de crecimiento bajo políticas heterodoxas. Se parte del hecho conocido de que, durante los últimos cuarenta años de historia económica el régimen de acumulación social argentino fue experimentando transformaciones cruciales que afectaron de manera regresiva la capacidad adquisitiva de la población. Para abordar estos temas, se lleva adelante un análisis de los ingresos monetarios totales y per cápita de los hogares, a nivel agregado y por quintiles de hogares, como una aproximación a la estratificación social del Gran Buenos Aires. El trabajo examina la distribución y las brechas de ingresos a lo largo de cada período, así como la evolución del coeficiente de Gini, con el fin de dar cuenta de los cambios ocurridos en la desigualdad económica. La base empírica de este estudio la proporciona la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), relevada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Según la evidencia reunida en este trabajo se produjeron aumentos significativos en la desigualdad después de políticas de estabilización macroeconómica y liberalización económica, con costos importantes sobre el bienestar social. A la vez que, por el contrario, la desigualdad creció menos o cayó de manera significativa pasados los episodios de crisis, en contexto de crecimiento del empleo y expansión de las políticas gubernamentales de transferencia de ingresos. Incluso, cuando al final del período las condiciones macroeconómicas mostraron límites estructurales para ampliar la demanda y la calidad de los empleos.
Resumen: En este trabajo se examina la evolución del ingreso monetario corriente de los hogares del Gran Buenos Aires en el período comprendido entre 1974 y 2014. El objetivo es analizar la relación entre los procesos político-económicos y los cambios en la distribución del ingreso de los hogares durante diferentes fases que transitó el régimen de acumulación en el período bajo estudio: (a) el final de la industrialización por sustitución de importaciones, (b) el período de reformas estructurales y (c) la etapa de crecimiento bajo políticas heterodoxas. Se parte del hecho conocido de que, durante los últimos cuarenta años de historia económica el régimen de acumulación social argentino fue experimentando transformaciones cruciales que afectaron de manera regresiva la capacidad adquisitiva de la población. Para abordar estos temas, se lleva adelante un análisis de los ingresos monetarios totales y per cápita de los hogares, a nivel agregado y por quintiles de hogares, como una aproximación a la estratificación social del Gran Buenos Aires. El trabajo examina la distribución y las brechas de ingresos a lo largo de cada período, así como la evolución del coeficiente de Gini, con el fin de dar cuenta de los cambios ocurridos en la desigualdad económica. La base empírica de este estudio la proporciona la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), relevada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Según la evidencia reunida en este trabajo se produjeron aumentos significativos en la desigualdad después de políticas de estabilización macroeconómica y liberalización económica, con costos importantes sobre el bienestar social. A la vez que, por el contrario, la desigualdad creció menos o cayó de manera significativa pasados los episodios de crisis, en contexto de crecimiento del empleo y expansión de las políticas gubernamentales de transferencia de ingresos. Incluso, cuando al final del período las condiciones macroeconómicas mostraron límites estructurales para ampliar la demanda y la calidad de los empleos. ; Fil: Salvia, Agustín. Universidad Católica Argentina. Programa del Observatorio de la Deuda Social Argentina; Argentina ; Fil: Salvia, Agustín. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales. Instituto de Investigaciones Gino Germani; Argentina ; Fil: Salvia, Agustín. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas; Argentina ; Fil: Vera, Julieta. Universidad Católica Argentina. Programa del Observatorio de la Deuda Social Argentina; Argentina ; Fil: Vera, Julieta. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales. Instituto de Investigaciones Gino Germani; Argentina ; Fil: Donza, Eduardo. Universidad Católica Argentina. Programa del Observatorio de la Deuda Social Argentina; Argentina ; Fil: Donza, Eduardo. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales. Instituto de Investigaciones Gino Germani; Argentina
Durante el segundo año del Bicentenario argentino (2010-2016) tuvo lugar una rápida recuperación del terreno perdido en materia económica después de los embates de la crisis internacional de 2009 y 2010. En este marco, la comparación con el año 2007 brinda un adecuado punto de referencia para evaluar el impacto de estos procesos en materia de desarrollo social, es decir, sobre el nivel de vida de la población, las capacidades de florecimiento humano y las desigualdades sociales. Según la mayor parte de los especialistas, el año 2007 fue el mejor momento del modelo político-económico post-devaluación a lo largo de la primera década del siglo XXI. Esto hace que dicho año se constituya en un parámetro ideal a partir del cual evaluar los eventuales logros o retrocesos alcanzados durante los dos primero años del Bicentenario argentino 2010-2011.
Capacidad de subsistencia económica de los hogares / Julieta Vera, participación de Agustín Silva -- Hábitat urbano, vivienda digna, acceso a servicios públicos y conidciones amibentales saludables / Juna Ignacio Bonfiglio -- Derechos labores y seguridad social / Eduardo Donza -- Condición y prevención de la salud, recursos psicológicos y redes de contención social / Solange Rodríguez Espínola -- Cultura democrática, confianza institutional y vida ciudadana / Carolina Romera, participación de María De Hertelendy
Resumen: Este estudio "TIEMPO DE BALANCE: DEUDAS SOCIALES PENDIENTES AL FINAL DEL BICENTENARIO. NECESIDAD DE ATENDER LAS DEMANDAS DEL DESARROLLO HUMANO CON MAYOR EQUIDAD E INCLUSIÓN SOCIAL" ofrece información del estado de situación social en la Argentina para el período 2010-2015 a partir de la información generada por la Encuesta de la Deuda Social – Serie Bicentenario. Ese nuevo informe busca contribuir al esclarecimiento de un período histórico cargado una vez más de fuertes controversias. En este marco, es tan importante aprender de aciertos y errores anteriores, como descifrar el carácter estructural de muchas de las deudas sociales que nos atraviesan. Tanto antes como ahora, las injustas privaciones pueden agravarse frente a un error de diagnóstico que conlleve a equívocos insalvables en la orientación de las políticas. El actual escenario político económico está signado tanto por expectativas positivas como por temores justificados. Esto ocurre –según sus protagonistas- en el marco de un conjunto de medidas orientadas a ordenar los desajustes macroeconómicos dejados por la administración anterior, así como a crear las bases para un nuevo modelo de desarrollo de más largo aliento. Ahora bien, con el fin de contar con un diagnóstico cierto de la efectiva situación social heredada, de los urgentes desafíos que se nos presentan y del eventual acierto que puedan tener las políticas que se adopten, se requiere información estadística amplia, veraz y objetiva. Este estudio representa un valioso aporte en este sentido. Tal como hemos señalado otras veces, las estadísticas sociales ofrecen información acerca de problemas relevantes que, una vez interpretados, constituyen un conocimiento valioso para la acción, el debate y la definición de políticas. Este modo de generar conocimiento permite hacer comparaciones, establecer relaciones y sacar conclusiones sobre los problemas que preocupan a la sociedad. Datos como los índices de precios, pobreza, empleo y desigualdad, entre otros, constituyen medidas cruciales para evaluar la calidad de vida de una población. El actual gobierno apuesta a alcanzar soluciones más estructurales en la lucha contra la pobreza a través de un régimen de mayor libertad económica y seguridad jurídica; a partir de lo cual confía en lograr un derrame de inversiones, empleo y bienestar. Ahora bien, para llegar a esta meta, el esperado derrame requiere atravesar –a juicio del gobierno- por una tan inevitable como dolorosa transición en materia social. En este marco, la nueva administración ha buscado activar –aunque por lo general de manera tardía- una serie de medidas de alivio: aumento en las prestaciones por jubilación y pensión, programas sociales y asignaciones familiares; decretos de transferencias extraordinarias; reducción del mínimo no imponible de ganancias; ampliación de las tarifas sociales; adelantamiento del consejo del salario mínimo; mantenimiento del sistema de precios cuidados; mejoramiento de los servicios públicos; reducción parcial del IVA a los alimentos para beneficiarios de programas sociales y jubilados; entre otras medidas; a la vez que algunas de las cuales todavía son proyectos (ampliación de la AUH, reactivación de la construcción a través de la inversión pública en infraestructura). A pesar de lo cual cabe llamar la atención en que el mayor riesgo social no sólo lo están experimentando los segmentos de la población más vulnerables que dependen de la ayuda social, sino también los millones de hogares que fundan su subsistencia en trabajos precarios, pequeños comercios y trabajadores eventuales. Todos ellos, además de carecer de visibilidad y representación política no han sido objeto de una especial protección social frente a la actual fase de caída del consumo, aumento de los precios y mayor riesgo de despido o caída de la actividad. Un segmento al cual no llegan los aumentos por paritarias, ni las tasas de interés favorables, ni las tarifas sociales, ni el salario familiar, ni los aumento en los programas sociales, etc. Justamente, es esta masa de segmentos vulnerables de clase media baja o sectores populares los que constituyen los "nuevos pobres" que emergen de medidas normalizadoras adoptadas por el actual gobierno. Es factible que el gobierno necesite ganar tiempo para que la economía comience a crecer y para generar confianza en que un futuro distinto es posible; sin embargo, muy poco se logrará al respecto si durante este duro tránsito no hay una distribución socialmente más equitativa de los costos del ajuste y de los recursos disponibles. En este contexto, el Observatorio de la Deuda Social Argentina espera a través de sus informes seguir contribuyendo a visibilizar, comprender y debatir los desafíos en materia de desarrollo humano, integración social y equidad que continúa enfrentando nuestra sociedad.
Introducción: Durante los últimos dos años (2012-2013), luego de una efervescente y destacada recuperación en materia económico-social post-crisis internacional de 2009, se advierten nuevos problemas en la economía y un aceleramiento del proceso inflacionario. A pesar de esto, dadas las medidas de protección social tomadas por el Gobierno Nacional, fueron los sectores más pobres los menos afectados por esta tendencia regresiva con respecto a los logros alcanzados en 2010 y 2011. Sin embargo, una vez más la situación socioeconómica y sus repercusiones sobre la desigualdad social tuvieron efectos negativos sobre el malhumor psicosocial, el clima político-institucional –elecciones mediante- e, incluso, sobre el estado de inseguridad. En este marco, de poco le sirve a las dirigencias y a la sociedad negar los riesgos de exclusión social que afectan a una parte importante de la población. A pesar de las indiscutibles mejoras logradas durante una década de crecimiento, reducción de la pobreza, aumento del empleo y ampliación en los derechos sociales, queda mucho por hacer en materia de desarrollo humano e integración social, así como en el sistema democrático para el alcance de una ciudadanía plena. El programa del Observatorio de la Deuda Social Argentina, en tanto programa de investigación, extensión y formación de recursos humanos busca hacer un aporte a la necesaria tarea de diagnosticar el estado en que se encuentra el desarrollo integral de la sociedad argentina contemporánea. Ahora bien, no pocas veces los científicos sociales deben enfrentarse a los dispositivos montados por los sectores que dominan la construcción de sentido. En general, cuando los hallazgos contradicen las expectativas -sean oficiales u opositoras-, los protagonistas que se sienten aludidos tienden a creer que la representación científica de los hechos los tiene a ellos– para bien o para mal- como responsables históricos de todos los males; sin darse cuenta que el objetivo de estos estudios no es imputar responsabilidad a los actores sino dar cuenta del alcance que presentan las "deudas sociales" –esta es la formalidad específica de nuestro trabajo- así como los factores o condiciones socio-económicas o político-institucionales que imponen barreras estructurales para su superación.
Prólogo: Una vez más nos reunimos en torno al aporte de un ámbito académico de investigación. Sabemos que los datos que ofrecemos significan un cuestionamiento a cualquier gobierno, nacional o local, presente o futuro, de cualquier signo político, porque su objetivo es poner de manifiesto y reclamar una "deuda social". Se trata de aportar elementos de juicio para poder mirar hacia adelante, analizando adecuadamente los distintos aspectos de esa deuda pendiente y detectando quiénes son los más afectados, quiénes no están pudiendo llevar una vida acorde con la inalienable dignidad de una persona humana. Nuestros datos no se fundamentan en una intuición o en una mera interpretación de las noticias, sino en una encuesta de casi 5700 casos, que se repite año tras año, y así puede ostentar el inmenso valor de ofrecer información comparativa. El Barómetro no baja la guardia, y nos permite seguir la evolución de muchos fenómenos sociales. A su vez, nuestros investigadores han estado abiertos al diálogo y a la discusión, porque cualquier metodología de las ciencias empíricas puede ser discutida. Conversamos e interactuamos, por ejemplo con la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, con la Presidencia de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, con la Secretaría de Hábitat e Inclusión Social del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con diferentes Ministerios del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, con las autoridades y equipos técnicos de la Provincia de Santa Fe, con el Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires, y con diversos actores sociales preocupados por el desarrollo de nuestra sociedad. Pero el ODSA no quiere reducirse sólo a brindar un número de pobres, porque eso sería ignorar la riqueza y la amplitud de su aporte. Por esa razón en el último año hemos avanzado en dos líneas de trabajo que permiten visibilizar mejor la magnitud de la producción académica de este Observatorio: Este año estamos produciendo un informe acerca de la pobreza con una mirada más multidimensional, que ayude a percibir la complejidad de los datos. Esperemos que los medios de comunicación sepan recoger esa complejidad en orden a reflejar mejor toda la realidad. Hemos avanzado en la producción de informes sobre otras temáticas. Por ejemplo, en el último año presentamos un informe sobre la familia y los argentinos, otro sobre la tercera edad, y hemos inaugurado un nuevo "Barómetro sobre el narcotráfico y las adicciones". Quiero remarcar que esta información pretende recordarnos a todos que la "deuda social" no es solo la deuda pendiente de un gobierno, sino un desafío que interpela a toda la sociedad, a los empresarios, a las instituciones, a las ciudades, a las familias, a cada uno de nosotros, de manera que se produzcan aportes concretos y no solamente análisis. Hace falta reaccionar entonces de modo propositivo y proactivo, porque hay muchos actores que podrían aportar mucho más. Agradecemos nuevamente a las empresas y fundaciones que siguen sosteniendo fielmente esta costosa tarea, y no dejamos de lamentar que algunas hayan dejado de hacerlo por temores o desinterés. Nosotros seguimos y seguiremos apostando a este costoso aporte que la Universidad ofrece generosamente al país. Felicito de corazón a los investigadores y becarios que elaboran los informes con abnegación, entusiasmo, esfuerzo y un profundo sentido social, y a los administrativos y directivos por su gestión comprometida con el ODSA.
Contenido: El desarrollo humano y social desde una perspectiva de derechos -- Las condiciones habitacionales y de acceso a bienes y servicios urbanos en la Argentina 2010 -- Trabajo productivo y trabajo reproductivo -- La salud de la población y el acceso al sistema que la atiende -- Componentes psicosociales del bienestar subjetivo -- Cultura democrática, confianza institucional y compromiso ciudadano -- Anexo metodológico -- Anexo estadístico
Durante los primeros tres años del Bicentenario argentino 2010-2016 se han hecho presentes tanto una efervescente recuperación en materia socioeconómica, pasada la crisis internacional de 2009, como una preocupante persistencia de la recesión económica iniciada a principios de 2012; todo ello en un contexto altamente inflacionario, con estancamiento en la generación de empleo y una marginalidad estructural que hace caso omiso al relato de una "década ganada". Una vez más, la inestabilidad económica y sus efectos negativos sobre el malhumor social parecen dominar parte del escenario de la vida política y social del país. Sin necesidad de recurrir a estadísticas sofisticadas, sobran a diario testimonios y evidencias cotidianas –aunque a menudo se busque ocultarlas– que permiten reconocer la persistencia de penurias humanas de diverso orden que finalmente terminan estallando en el escenario social. De poco sirve que se nieguen las situaciones de exclusión social, suponiendo, con táctica del avestruz, que nada pasa. Poca justicia se hace a los pobres cuando una sociedad niega su existencia. De ahí que nos toque a nosotros decir una vez más que pese a las indiscutibles mejoras logradas durante casi una década de continuado crecimiento socioeconómico y avances en los derechos sociales, incluido el período 2010-2012 que aquí se estudia, queda aún mucho por hacer en materia de desarrollo, integración y justicia social, así como en el perfeccionamiento del sistema democrático, para el alcance de una ciudadanía plena para todos. ; Se ha agregado al informe anual los siguientes anexos: Anexo Metodológico y Anexo Estadístico: indicadores de desarrollo humano e integración social según categorías sociodemográficas y socioeconómicas.