Sociologist Manuel Antonio Garreton discusses contemporary challenges to democratization in Latin America in this work. He pays particular attention to the example of Chile, analysing the country's return to democracy and its hopes for continued prosperity following the 1973 coup.
El artículo analiza la evolución del gobierno de Michelle Bachelet, abarcando desde el comienzo del proclamado "nuevo estilo ciudadano de gobierno" –enfrentado a movilizaciones sociales que modificaron su agenda–; el posterior periodo de recomposición –con fuerte énfasis en el enfrentamiento de la crisis financiera mundial, la política de protección y una agenda de género–; su finalización –que presenta la paradoja de un altísimo apoyo a la Presidenta y la derrota de su coalición de centroizquierda después de cuatro periodos sucesivos en el gobierno–; y el triunfo de la coalición de derecha. La hipótesis interpretativa que se presenta aquí, sostiene la existencia de tres tensiones: la primera, entre el estilo de alta sensibilidad y la debilidad de proyecto; la segunda, entre la política social de orientación socialdemócrata y la conducción económica liberal; y la tercera, entre la popularidad de la Presidenta y la prescindencia de su liderazgo en su coalición. El artículo concluye analizando las causas de la derrota de la Concertación –entre ellas, la incapacidad de renovar su proyecto democratizador que llevó a divisiones electorales significativas–, y los dilemas que enfrenta el nuevo gobierno de derecha como, por ejemplo, la tensión entre un proyecto conservador autoritario y un estilo puramente empresarial de gestión.
La caída de los socialismos en los países centrales y la derrota de los movimientos revolucionarios en la periferia, especialmente en América Latina, parecían mostrar que el capitalismo se imponía como el orden natural de las cosas. Poco a poco las resistencias sociales, políticas, culturales e intelectuales fueron conformando girones de alternativas, algunas de las cuales, aunque manteniendo grandes diversidades, fueron denominadas progresismo o nuevas izquierdas. En Chile, ello coincidió con los procesos de democratización, de modo que los gobiernos que sucedieron a la dictadura, conformados por la coalición de centro-izquierda Concertación de Partidos por la Democracia, tuvieron que enfrentar un doble desafío. Por un lado, consolidar un régimen democrático superando los enclaves autoritarios heredados de la dictadura. Por otro, enfrentar un modelo socioeconómico consolidado que se había impuesto sin restricciones durante esta. Ello desde una postura que retomaba y recreaba las ideas progresistas circulantes en el mundo. Este libro presenta una investigación sobre los gobiernos de la Concertación, en la cual se analizó el modo como estos enfrentaron la herencia neoliberal, desde una perspectiva progresista. Los cuatro gobiernos de la coalición se examinan desde una doble perspectiva: por un lado, la definición de la problemática central de cada uno y, por otro, el análisis de una política específica, considerada emblemática desde la visión que nos ocupa. Esta, a su vez, se estudia desde dos dimensiones: su vinculación con dicha problemática y su inserción en el debate sobre el modelo económico social heredado. Así, en el gobierno de Patricio Aylwin se aborda la reforma tributaria; en el de Eduardo Frei Ruiz- Tagle, la política de modernización del Estado; para el gobierno de Ricardo Lagos la política de reforma de la salud y para el de Michelle Bachelet, la política de protección social. En todos estos casos el análisis se enfocó en los debates en torno a las propuestas tanto en el seno de la coalición gobernante como con la oposición de derecha. En este libro se hace un balance del modo como los gobiernos de la Concertación enfrentaron el modelo neoliberal en el contexto de una tarea que definieron básicamente como de democratización. Se revisa la discusión sobre diferencias y semejanzas entre el modelo neoliberal original y el de la Concertación y las tensiones al interior de esta respecto de la corrección o superación de aquél. De manera que se intenta un balance en términos de un modelo neoliberal corregido y de un progresismo limitado, lo cual daría al proyecto democratizador de la Concertación un carácter incompleto. Queda planteada, entonces, la doble tarea de completar lo que quedó pendiente y generar un nuevo proyecto político progresista, lo que implica, a su vez, un nuevo sujeto político social.