En su obra novelística, el autor peruano Manuel Scorza hace uso de la fantasía y el mito para representar los conflictos entre los campesinos de los Andes peruanos, y los terratenientes, empresas mineras y autoridades. Como uno de sus recursos narrativos, el escritor reviste de características sobrenaturales a sus protagonistas, y abre un espacio onírico en que resulta posible concebir la posibilidad de derrota de los opresores, espacio que es clausurado violentamente por los desenlaces trágicos que culminan en la masacre de los campesinos. Además de inscribirse en un espacio textual onírico, los dones sobrenaturales metaforizan la esperanza de un pueblo, y permiten apreciar la dimensión alegórica de los personajes centrales.
En el espacio andino, uno de los aspectos más importantes de la dominación colonial es la imposición del cristianismo como elemento civilizador. La carencia de la religión cristiana señala en el período colonial a aquellos hombres que no han logrado salir de un estado considerado primitivo; en este contexto, un grupo étnico considerado atrasado e inferior es, sin duda, el de los indios. La religión cristiana se constituye así como fundamento de jerarquías que adquieren carácter racial al segregar a ciertos grupos humanos. Más adelante, al inicio del período republicano, puede observarse la declinación de la fuerza del elemento religioso, ante la propuesta de la educación como redentora de la inferioridad de los andinos. Este trabajo explora la inclusión de la religión o la lengua española en tres discursos a los que llamo "de enunciación andina"1: El Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno de Felipe Guamán Poma de Ayala (1615), Representación Verdadera.2 de Fray Calixto Túpac Inca (1748) y Huillca: habla un campesino peruano, enunciado por Saturnino Huillca (1974), a fin de observar continuidades y rupturas en la articulación de la idea de raza con conceptos vinculados a la religión y educación. Siguiendo a Aníbal Quijano, quien ha señalado que la raza es una construcción mental que expresa la experiencia colonial (2000: 201), quiero sugerir que esta subyace tras los elementos civilizadores vigentes en el imaginario de cada época, permeando las construcciones identitarias en los discursos de enunciación andina coloniales y republicanos. ; In the Andean area, one of the most important aspects of the colonial rule is the imposition of Christianity as a civilizing element. In the colonial period, those men who were not Christian were considered primitive. In this context, an ethnic group considered as being backward and inferior, is undoubtedly that of the Indians. Therefore, the Christian religion forms the basis for hierarchies which acquire racial character by segregating specific human groups. Later, at the beginning of the republican period, we can see a drop in the strength of the religious element, at the proposal of education as saving grace of the Andean inferiority. This paper explores the inclusion of religion or the Spanish language in three speeches which I call "andean enunciation"1: El Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno of Felipe Guamán Poma de Ayala (1615) [The First New Chronicle and Good Government by Felipe Guaman Poma de Ayala (1615)], Representación Verdadera.2 of Fray Calixto Túpac Inca (1748) [True Representation of Fray Calixto Túpac Inca (1748)], and Huillca: habla un campesino peruano, enunciado por Saturnino Huillca (1974) [Huillca: a Peruvian peasant speaks, enunciated by Saturnino Huillca (1974)], in order to observe continuities and ruptures in the articulation of the idea of race with concepts linked to religion and education. Following Aníbal Quijano, who has noted that race is a mental construct that expresses the colonial experience (2000: 201), I would suggest that this underlies the civilizing elements existing in the imagination of every epoch, permeating identity constructions in the speeches of colonial and Republic Andean enunciation. ; Dans l'espace andin, un des aspects les plus importantes de la domination coloniale est l'imposition du christianisme comme élément civilisateur. L'absence de religion chrétienne marque dans la période coloniale ces hommes qui n'ont pas encore réussi à s'extraire d'un état considéré primitif; dans ce contexte, un groupe ethnique regardé comme arriéré et inférieur est, sans doute, celui des Indiens. La religion chrétienne devient ainsi fondement de hiérarchies qui acquièrent un caractère racial en discriminant certains groupes humains. Plus tard, aux débuts de la république, on peut observer le déclin de la force de l'élément religieux, face à l'éducation, prônée comme rédemptrice de l'infériorité de l'habitant des Andes. Le présent article explore l'inclusion de la religion ou de la langue espagnole dans trois discours, que je nomme "d'énonciation andine":3 Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno de Felipe Guamán Poma de Ayala (1615), Representación Verdadera.4 de Fray Calixto Túpac Inca (1748) et Huillca: habla un campesino peruano, énoncé par Saturnino Huillca (1974), afin de déceler des continuités et des ruptures dans l'articulation de l'idée de race avec des concepts liés à la religion et l'éducation. Sur les traces d'Aníbal Quijano, qui signale que la race est une construction mentale qui exprime l'expérience coloniale (2000: 201), je veux suggérer qu'elle est sousjacente aux éléments civilisateurs en vigueur dans l'imaginaire de chaque époque, pénétrant les constructions identitaires dans les discours d'énonciation andine coloniaux et républicains.