"Human progress is said to have started when civilizations sprang up in China, Egypt, and Mesopotamia over 5,000 years ago. The Renaissance, which began in Europe in the 13th century, accelerated the search for both a deeper understanding of the physical world and better forms of government. But for centuries, that progress benefited only the fortunate few with enough to eat and the leisure to ponder worldly affairs. Life for the masses was little better in the 18th century than it was in the 13th century when the Renaissance began. Thomas Piketty noted in his book Capital in the Twenty-First Century that economic growth was basically at a standstill during this period, averaging only 0.1 percent per year."
Inhaltsverzeichnis: Introduction to the other half of macroeconomics -- Balance sheet problems create shortage of borrowers -- Dearth of investment opportunities can deter borrowers -- Macroeconomic policy during the three stages of economic development -- Challenges of remaining an advanced country -- Helicopter money and the QE trap -- Europe repeating mistakes of 1930s -- Banking problems in the other half of macroeconomics -- The Trump phenomenon and the conflict between free capital flows and free trade -- Rethinking economics
Compare global experiences during the balance sheet recession and find out what is needed for a full recovery The Escape from Balance Sheet Recession and the QE Trap details the many hidden dangers remaining as the world slowly recovers from the balance sheet recession of 2008. Author and leading economist Richard Koo explains the unique political and economic pitfalls that stand in the way of recovery from this rare type of recession that was largely overlooked by economists. Koo anticipated the current predicament in the West long before others and issued warnings in his previous books: Bala
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Hay bastante confusión en los círculos políticos, académicos y también en los mercados con respecto a la situación económica internacional que se desencadenó por la crisis de 2007-2008. Y como hay tanta confusión, las respuestas de política económica han sido en gran parte inconsistentes, no solo en EEUU si no por todo el mundo, y esto puede estar prolongando innecesariamente la recesión. Sin embargo, lo que estamos viviendo actualmente ocurrió en Japón hace exactamente quince años. Lo que está pasando ahora, después del estallido de la burbuja, es que el sector privado se está desapalancando o reduciendo su deuda al mínimo. Esto se denomina recesión de balances. Y, en este tipo de recesión, recortar los tipos de interés al cero y aumentar la base monetaria no se traduce en una mejora del acceso al crédito del sector privado y en una recuperación de la actividad económica. La política monetaria se vuelve ineficaz. Tal y como muestra la experiencia japonesa, la respuesta para prevenir el colapso de la actividad económica reside en la política fiscal, esto es, el gobierno debe incrementar el gasto financiándose a si mismo con los ahorros que el sector privado genera al desapalancarse. Solo después de que los balances hayan sido saneados y el sector privado esté deseando, y pueda, endeudarse, puede empezar el gobierno a reducir su déficit presupuestario ; There is quite a bit of confusion in the policy circles, in the academic circles and also in the markets regarding the international economic situation unleashed by the 2007-2008 crisis. And, as there is so much confusion, the economic policy responses have been largely inconsistent, not only in the United States but also all around the world, and this might be prolonging the recession unnecessarily. However, what we are currently going through happened in Japan exactly 15 years ago. What is happening now is that, after the bursting of the bubble, the private sector is deleveraging or reducing its debt to a minimum. This is called a balance sheet recession. And, in this type of recession, cutting the interest rate to zero and increasing the monetary base do not translate into an improvement of credit to the private sector and into a recovery of economic activity. The monetary policy becomes ineffective. As shown by the Japanese experience, the response to prevent the collapse of economic activity lies in the fiscal policy, i.e. the government should increase spending by financing itself with the savings the private sector generates in order to deleverage. Only after the balance sheets have been repaired and the private sector is willing to, and may, get into debt, should the government start to cut its budget deficit.
Hay bastante confusión en los círculos políticos, académicos y también en los mercados con respecto a la situación económica internacional que se desencadenó por la crisis de 2007-2008. Y como hay tanta confusión, las respuestas de política económica han sido en gran parte inconsistentes, no solo en EEUU si no por todo el mundo, y esto puede estar prolongando innecesariamente la recesión. Sin embargo, lo que estamos viviendo actualmente ocurrió en Japón hace exactamente quince años. Lo que está pasando ahora, después del estallido de la burbuja, es que el sector privado se está desapalancando o reduciendo su deuda al mínimo. Esto se denomina recesión de balances. Y, en este tipo de recesión, recortar los tipos de interés al cero y aumentar la base monetaria no se traduce en una mejora del acceso al crédito del sector privado y en una recuperación de la actividad económica. La política monetaria se vuelve ineficaz. Tal y como muestra la experiencia japonesa, la respuesta para prevenir el colapso de la actividad económica reside en la política fiscal, esto es, el gobierno debe incrementar el gasto financiándose a si mismo con los ahorros que el sector privado genera al desapalancarse. Solo después de que los balances hayan sido saneados y el sector privado esté deseando, y pueda, endeudarse, puede empezar el gobierno a reducir su déficit presupuestario.
There is quite a bit of confusion in the policy circles, in the academic circles and also in the markets regarding the international economic situation unleashed by the 2007-2008 crisis. And, as there is so much confusion, the economic policy responses have been largely inconsistent, not only in the United States but also all around the world, and this might be prolonging the recession unnecessarily. However, what we are currently going through happened in Japan exactly 15 years ago. What is happening now is that, after the bursting of the bubble, the private sector is deleveraging or reducing its debt to a minimum. This is called a balance sheet recession. And, in this type of recession, cutting the interest rate to zero and increasing the monetary base do not translate into an improvement of credit to the private sector and into a recovery of economic activity. The monetary policy becomes ineffective. As shown by the Japanese experience, the response to prevent the collapse of economic activity lies in the fiscal policy, i.e. the government should increase spending by financing itself with the savings the private sector generates in order to deleverage. Only after the balance sheets have been repaired and the private sector is willing to, and may, get into debt, should the government start to cut its budget deficit. ; Hay bastante confusión en los círculos políticos, académicos y también en los mercados con respecto a la situación económica internacional que se desencadenó por la crisis de 2007-2008. Y como hay tanta confusión, las respuestas de política económica han sido en gran parte inconsistentes, no solo en EEUU si no por todo el mundo, y esto puede estar prolongando innecesariamente la recesión. Sin embargo, lo que estamos viviendo actualmente ocurrió en Japón hace exactamente quince años. Lo que está pasando ahora, después del estallido de la burbuja, es que el sector privado se está desapalancando o reduciendo su deuda al mínimo. Esto se denomina recesión de balances. Y, en este tipo de recesión, recortar los tipos de interés al cero y aumentar la base monetaria no se traduce en una mejora del acceso al crédito del sector privado y en una recuperación de la actividad económica. La política monetaria se vuelve ineficaz. Tal y como muestra la experiencia japonesa, la respuesta para prevenir el colapso de la actividad económica reside en la política fiscal, esto es, el gobierno debe incrementar el gasto financiándose a si mismo con los ahorros que el sector privado genera al desapalancarse. Solo después de que los balances hayan sido saneados y el sector privado esté deseando, y pueda, endeudarse, puede empezar el gobierno a reducir su déficit presupuestario.
L'effondrement des cours boursiers et la déréglementation financière depuis le milieu des années 80 ont accru la concurrence parmi les investisseurs. Cette compétitivité accrue force un grand nombre d'entre eux, actionnaires stables d'entreprises japonaises depuis des décennies, à exiger pour la première fois des bénéfices et des dividendes plus importants. Etant donné que les faibles taux de rémunération se généralisent à tous les niveaux de la production, des petits sous-traitants aux grandes entreprises mondialement connues, la nécessité d'augmenter les bénéfices par des prix plus élevés à chacun de ces niveaux pourrait rendre les produits japonais moins compétitifs.