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The Allied Occupation of Japan, between 1945 and 1952, is one of the most remarkable chapters in world history. The tone and style of the occupation were set by General Douglas Mac Arthur, Supreme Commander of the Allied Powers, who by the enlightened leadership of his own staff and the entire Japanese nation gave the stamp of his personality to the entire enterprise. Faced with the moral prostration of the people, he raised the need for a mystique and a moral rebirth to put the nation back on its feet. His most enduring work was the reform of the Constitution which established a parliamentary system of government and in which the position of the Emperor was changed. His reforms were vast and profound and modernized Japanese society: land reform, anti-trust law, labor law, and educational reform. ; La Ocupación Aliada de Japón, entre 1945 y 1952, es uno de los capítulos más notables en la historia del mundo. El tono y el estilo de la ocupación fueron establecidos por el general Douglas Mac Arthur, Comandante Supremo de las Potencias Aliadas, quien por el esclarecido liderazgo de su propio personal y de toda la nación japonesa dio el sello de su personalidad a toda la empresa. Ante la postración moral del pueblo, planteó la necesidad de una mística y de un renacimiento moral para poner de nuevo en pie a la nación. Su obra más duradera fue la reforma de la Constitución que estableció un sistema parlamentario de gobierno y en la cual la posición del Emperador fue cambiada. Sus reformas fueron vastas y profundas y modernizaron la sociedad japonesa: la reforma agraria, la legislación anti-trust, la legislación laboral y la reforma educacional.

The 1980s began with rumors of a war between superpowers that could unleash a Third World War. What to make of these rumors of the death of the detente and the beginning of a second cold war? In this paper those questions are analyzed. On the one hand, the European and Japanese allies perceive the decline in US military and economic power; on the other, the world left, including the Marxist currents, also perceives the decline of Moscow as the ideological center of Marxism-Leninism. For its part, the Third World has begun to search for new ways of expression, through which it can break its bonds of dependency. Everything seems to indicate that the new circumstances could be interpreted as signs of a return to the cold war, where two empires in decline resort to military force to prevent their disintegration. ; La década del 80 se inicia con rumores de una guerra entre superpotencias que podría desencadenar una Tercera Guerra Mundial. ¿Qué pensar de estos rumores de la muerte de la detente y el comienzo de una segunda guerra fría? En este estudio nos proponemos analizar estas interrogantes. Por un lado, los aliados europeos y japoneses perciben la declinación del poder militar y económico de EE.UU.; por otro, la izquierda mundial, incluidas las corrientes marxistas, percibe igualmente la decadencia de Moscú como centro ideológico del marxismo-leninismo. Por su parte, el Tercer Mundo ha empezado a buscar nuevos caminos de expresión, a través de los cuales pueda romper sus vínculos de dependencia. Todo parece indicar que las nuevas circunstancias podrían interpretarse como signos de un retorno a la guerra fría, donde dos imperios en declinación recurren a la fuerza militar para evitar su desintegración.

The President of the United States has proposed the adoption of a national energy plan for the country. From the point of view of economic doctrines or theories, the plan represents a middle way between the simple game of market mechanisms, characteristic of liberalism, and a more radical solution that means controls and authoritarian measures of the Federal Government. It seeks to establish a system of incentives, sanctions and restrictions to financially reward those who save energy and punish those who waste it. However, by touching the energy sector, the foundation of the economy of the most industrialized country in the world, Carter has touched the most sensitive nerve centers of the nation. ; El presidente de los Estados Unidos ha propuesto la adopción de un plan nacional de energía para su país. Desde el punto de vista de las doctrinas o teorías económicas, el plan representa una vía media entre el simple juego de los mecanismos del mercado característicos del liberalismo y una solución más radical que significa controles y medidas autoritarias del Gobierno Federal. Busca establecer un sistema de estímulos, sanciones y restricciones para recompensar económicamente a los que economizan energía y sancionar a aquellos que la derrochan. Sin embargo, Al tocar el sector energía, base de la economía del país más industrializado del mundo, Carter ha tocado los centros nerviosos más sensibles de la nación.

To understand the relations between the United States and Latin America, it is necessary to study them in a global context. The sole framework of the inter-American system would be insufficient for its analysis since, due to its quality of superpower, the United States is a world actor par excellence and Latin America, in recent decades, has become a field of political, economic, social and cultural interactions with the rest of the world. We maintain that the inability of the Reagan Administration to resolve in terms of force the challenge of Nicaragua and El Salvador, despite the demonstration of Grenada, the increasing politicization of the economic problems of the region, despite the "private" policy of Washington, and the difficult relations with the intermediate powers of Latin America demonstrate in practice the new multipolar horizon that is beginning to characterize the international insertion of the region. ; Para comprender las relaciones entre Estados Unidos y América Latina es preciso estudiarlas dentro de un contexto mundial. El solo marco del sistema interamericano sería insuficiente para su análisis ya que, por su calidad de superpotencia, Estados Unidos es un actor mundial por excelencia y América Latina, en las últimas décadas, se ha convertido en un campo de interacciones políticas, económicas, sociales y culturales con el resto del mundo. Sostenemos que la incapacidad de la Administración Reagan de resolver en términos de fuerza el desafío de Nicaragua y El Salvador, a pesar de la demostración de Granada, la creciente politización de los problemas económicos de la región, a pesar de la política "privada" de Washington, y las difíciles relaciones con las potencias intermedias de América Latina demuestran en la práctica el nuevo horizonte multipolar que comienza a caracterizar la inserción internacional de la región.