En las elecciones presidenciales de Perú de 2021, votantes insatisfechos y descontentos apoyaron al outsider antisistema Pedro Castillo y a Keiko Fujimori. Las elecciones de 2021 reflejan la persistencia de tendencias que durante mucho tiempo han caracterizado al sistema político de Perú, sobre todo la extrema debilidad de los partidos políticos del país. A estas tendencias se sumó una crisis compleja de dimensiones políticas, económicas y de salud pública, aumentando aún más el descontento de la ciudadanía, la fragmentación política y la prominencia de las brechas regionales y socioeconómicas preexistentes. Todo esto llevó a las y los votantes a considerar opciones más radicales en las urnas; a esto le siguió una segunda vuelta entre candidaturas de dudosas credenciales democráticas que polarizó profundamente a la sociedad. En medio de la polarización y las acusaciones infundadas de fraude por parte del partido Fuerza Popular de Keiko Fujimori, las perspectivas para la democracia en Perú parecen sombrías.
Resumen: Estudio de caso desarrollado en el municipio de Concepción Antioquia, que partiendo de la existencia de una declaratoria nacional para la protección del centro histórico, explora desde los actores del territorio, las percepciones e importancia del patrimonio tangible e intangible y las estrategias para gestionarlo y articularlo a los instrumentos de planificación del territorio, visto éste más allá de los límites y elementos físico-bióticos, incluye dimensiones socio-culturales, políticas, económicas y educativas. En este contexto, esta investigación formula una metodología con estrategias de inclusión del patrimonio cultural de tipo tangible e intangible para contribuir a la gestión eficaz del territorio, pertinente tanto para entidades ambientales como el ente municipal y que busca que todos los actores del territorio evidencien la importancia que tiene reconocer dicho patrimonio en la elaboración y puesta en escena de los planes, programas y proyectos de desarrollo local ; Abstract: Case study conducted in the city of Concepción Antioquia, which based on the existence of a national declaration for the protection of the historic center, explores the territory from the actors, perceptions and importance of tangible and intangible heritage and strategies to manage and articulate instruments of spatial planning, seen it beyond the limits and physical- biotic elements, including socio- cultural, political, economic and educational dimensions. In this context, this research formulates a methodology with inclusion strategies of cultural tangible and intangible heritage at contributing to the effective management of the territory, for both environmental relevant entities such as municipal entity and seeks that all actors in the territory evidencing importance of recognizing that heritage in the preparation and staging of the plans, programs and projects of local development ; Maestría
This article argues that in Colombia, decentralization and electoral reforms adopted in the late 1980s and in the 1991 Constitution – designed to improve democratic quality – brought about a gradual deinstitutionalization of this country's traditional party system as an unintended consequence. Building upon resource-based theories of party configuration, we contend that in developing countries, where resources are usually crucial for party aggregation, "democratizing" reforms designed to distribute power and resources in the political system can reduce local candidates' incentives to join and remain loyal to political parties, particularly when those parties' reputations are weak. In Colombia, these reforms (i) reduced the power of intermediate-level party leaders over the distribution of selective incentives, making these leaders less important for local politicians, and (ii) gave more political and financial autonomy to local candidates, reducing their need to join parties in order to advance their electoral goals. As a result, party cohesion and discipline become difficult to maintain, and the party system gradually deinstitutionalizes.
This article argues that in Colombia, decentralization and electoral reforms adopted in the late 1980s and in the 1991 Constitution – designed to improve democratic quality – brought about a gradual deinstitutionalization of this country's traditional party system as an unintended consequence. Building upon resource-based theories of party configuration, we contend that in developing countries, where resources are usually crucial for party aggregation, democratizing reforms designed to distribute power and resources in the political system can reduce local candidates' incentives to join and remain loyal to political parties, particularly when those parties' reputations are weak. In Colombia, these reforms (i) reduced the power of intermediate-level party leaders over the distribution of selective incentives, making these leaders less important for local politicians, and (ii) gave more political and financial autonomy to local candidates, reducing their need to join parties in order to advance their electoral goals. As a result, party cohesion and discipline become difficult to maintain, and the party system gradually deinstitutionalizes. ; Este trabajo argumenta que las reformas descentralizadoras y electorales adoptadas a fines de los años ochenta y en la Constitución de 1991 en Colombia – diseñadas para mejorar la calidad democrática – provocaron, como consecuencia no esperada, una desinstitucionalización gradual del sistema de partidos tradicional de este país. Basándonos en teorías que resaltan el efecto de los recursos sobre la configuración partidaria, argumentamos que en países en vías de desarrollo, donde los recursos suelen ser cruciales para la agregación partidaria, reformas «democratizadoras» diseñadas para distribuir poder y recursos en el sistema político pueden reducir los incentivos de los candidatos locales para unirse y permanecer leales a los partidos políticos, particularmente cuando la reputación de estos últimos es débil. En Colombia, estas reformas(i) redujeron el poder de los líderes de nivel intermedio de los partidos sobre la distribución de incentivos selectivos, lo que los volvió menos importantes para los políticos locales, y (ii) dio más autonomía política y financiera a los candidatos locales, lo cual redujo su necesidad de afiliarse a partidos a fin de alcanzar sus objetivos electorales. Como resultado, la cohesión y disciplina partidaria se hicieron más difíciles de mantener y el sistema de partidos se desinstitucionalizó gradualmente.