Ciencia y tecnología social son una sola
In: Debates en Sociología, Heft 20-21, S. 221-224
ISSN: 2304-4284
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In: Debates en Sociología, Heft 20-21, S. 221-224
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Las peculiares características, históricas, económicas y geográficas de la región central del departamento, en la que actúan las rondas, ha determinado un sistema de propiedad básicamente minifundista, a diferencia de las zonas norte y sur donde predomina la gran propiedad Es así que los autores luego de caracterizar nítidamente a los --ronderos-- como campesinos parcelarios se avocan a responder dos preguntas globales: 1. -- ¿Por qué aparecen las 'rondas' en los años '70 y no antes? ¿Por qué en Cajamarca Central y no en otro sitio? 2. -- ¿Qué son estos grupos vigilantes? ¿Hasta qué punto representan o representarán un movimiento político más amplio y radical? Para ello y debido a la casi total ausencia de monografías regionales, de la que hacen expresa referencia, entrevistan directamente a los protagonistas, al mismo tiempo que recogen las impresiones muchas veces contradictorias (pero por lo mismo fructíferas para el análisis desprejuiciado e imparcial usado) de los habitantes de la zona, acerca de los ronderos. El abigeato y el robo menudo, males verdaderamente endémicos de la región; ineficazmente combatidos por las instituciones oficiales estatales encargadas,por razones que los autores no se detienen a considerar; sufre un inusitado impulso que torna insoportable la situación, ya de por si desmejorada por el recrudecimiento de la crisis económica que sufre el país. Debido al endurecimiento del mercado laboral eventual, que ofrecían los departamentos costeros y, en menor medida, los medianos agricultores del lugar, los campesinos, tienden a depender cada vez más del mercado del que tradicionalmente solo requerían productos que completacen subsidiariamente su producción mayormente autárquica. Es en este contexto que el ganado, tradicional capital de reserva de estos agricultores cada vez más monetarizados, adquiere vital importancia. Pero los abigeos y ladronzuelos no escapan a los estragos de la crisis y si antes actuaban en forma paralela sin establecer contacto entre ellos, hoy en aras de una imperiosa 'mayor eficiencia' establecen coordinaciones que los hacen aunque momentáneamente, dueños de la situación. La crisis enfrenta a productores y abigeos y por iniciativa de un funcionario estatal y sin recusar colaboraciones partidarias diversas surgen espontáneamente los comités de ronderos de Cajamarca. Su labor obvia muchas veces los anquilosados aparatos estatales, cumpliendo destacada labor alrededor de conflictos menores y dejando de lado casi totalmente conflictos de mayor envergadura. Las Rondas, muchas veces criticadas por su supuesta politización o por la inexistencia de una adecuada colaboración policial-ronderos, han logrado sin embargo una capacidad de convocatoria inigualada y sobre todo han desterrado casi por completo el robo.
BASE
Las peculiares características, históricas, económicas y geográficas de la región central del departamento, en la que actúan las rondas, ha determinado un sistema de propiedad básicamente minifundista, a diferencia de las zonas norte y sur donde predomina la gran propiedad Es así que los autores luego de caracterizar nítidamente a los --ronderos-- como campesinos parcelarios se avocan a responder dos preguntas globales: 1. -- ¿Por qué aparecen las 'rondas' en los años '70 y no antes? ¿Por qué en Cajamarca Central y no en otro sitio? 2. -- ¿Qué son estos grupos vigilantes? ¿Hasta qué punto representan o representarán un movimiento político más amplio y radical? Para ello y debido a la casi total ausencia de monografías regionales, de la que hacen expresa referencia, entrevistan directamente a los protagonistas, al mismo tiempo que recogen las impresiones muchas veces contradictorias (pero por lo mismo fructíferas para el análisis desprejuiciado e imparcial usado) de los habitantes de la zona, acerca de los ronderos. El abigeato y el robo menudo, males verdaderamente endémicos de la región; ineficazmente combatidos por las instituciones oficiales estatales encargadas,por razones que los autores no se detienen a considerar; sufre un inusitado impulso que torna insoportable la situación, ya de por si desmejorada por el recrudecimiento de la crisis económica que sufre el país. Debido al endurecimiento del mercado laboral eventual, que ofrecían los departamentos costeros y, en menor medida, los medianos agricultores del lugar, los campesinos, tienden a depender cada vez más del mercado del que tradicionalmente solo requerían productos que completacen subsidiariamente su producción mayormente autárquica. Es en este contexto que el ganado, tradicional capital de reserva de estos agricultores cada vez más monetarizados, adquiere vital importancia. Pero los abigeos y ladronzuelos no escapan a los estragos de la crisis y si antes actuaban en forma paralela sin establecer contacto entre ellos, hoy en aras de una imperiosa 'mayor eficiencia' establecen coordinaciones que los hacen aunque momentáneamente, dueños de la situación. La crisis enfrenta a productores y abigeos y por iniciativa de un funcionario estatal y sin recusar colaboraciones partidarias diversas surgen espontáneamente los comités de ronderos de Cajamarca. Su labor obvia muchas veces los anquilosados aparatos estatales, cumpliendo destacada labor alrededor de conflictos menores y dejando de lado casi totalmente conflictos de mayor envergadura. Las Rondas, muchas veces criticadas por su supuesta politización o por la inexistencia de una adecuada colaboración policial-ronderos, han logrado sin embargo una capacidad de convocatoria inigualada y sobre todo han desterrado casi por completo el robo.
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In: Apuntes / Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico: revista de ciencias sociales, Heft 16, S. 115-141
ISSN: 2223-1757
Las peculiares características, históricas, económicas y geográficas de la región central del departamento, en la que actúan las rondas, ha determinado un sistema de propiedad básicamente minifundista, a diferencia de las zonas norte y sur donde predomina la gran propiedad Es así que los autores luego de caracterizar nítidamente a los --ronderos-- como campesinos parcelarios se avocan a responder dos preguntas globales: 1. -- ¿Por qué aparecen las 'rondas' en los años '70 y no antes? ¿Por qué en Cajamarca Central y no en otro sitio? 2. -- ¿Qué son estos grupos vigilantes? ¿Hasta qué punto representan o representarán un movimiento político más amplio y radical? Para ello y debido a la casi total ausencia de monografías regionales, de la que hacen expresa referencia, entrevistan directamente a los protagonistas, al mismo tiempo que recogen las impresiones muchas veces contradictorias (pero por lo mismo fructíferas para el análisis desprejuiciado e imparcial usado) de los habitantes de la zona, acerca de los ronderos. El abigeato y el robo menudo, males verdaderamente endémicos de la región; ineficazmente combatidos por las instituciones oficiales estatales encargadas,por razones que los autores no se detienen a considerar; sufre un inusitado impulso que torna insoportable la situación, ya de por si desmejorada por el recrudecimiento de la crisis económica que sufre el país. Debido al endurecimiento del mercado laboral eventual, que ofrecían los departamentos costeros y, en menor medida, los medianos agricultores del lugar, los campesinos, tienden a depender cada vez más del mercado del que tradicionalmente solo requerían productos que completacen subsidiariamente su producción mayormente autárquica. Es en este contexto que el ganado, tradicional capital de reserva de estos agricultores cada vez más monetarizados, adquiere vital importancia. Pero los abigeos y ladronzuelos no escapan a los estragos de la crisis y si antes actuaban en forma paralela sin establecer contacto entre ellos, hoy en aras de una imperiosa 'mayor eficiencia' establecen coordinaciones que los hacen aunque momentáneamente, dueños de la situación. La crisis enfrenta a productores y abigeos y por iniciativa de un funcionario estatal y sin recusar colaboraciones partidarias diversas surgen espontáneamente los comités de ronderos de Cajamarca. Su labor obvia muchas veces los anquilosados aparatos estatales, cumpliendo destacada labor alrededor de conflictos menores y dejando de lado casi totalmente conflictos de mayor envergadura. Las Rondas, muchas veces criticadas por su supuesta politización o por la inexistencia de una adecuada colaboración policial-ronderos, han logrado sin embargo una capacidad de convocatoria inigualada y sobre todo han desterrado casi por completo el robo.
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Las peculiares características, históricas, económicas y geográficas de la región central del departamento, en la que actúan las rondas, ha determinado un sistema de propiedad básicamente minifundista, a diferencia de las zonas norte y sur donde predomina la gran propiedad Es así que los autores luego de caracterizar nítidamente a los --ronderos-- como campesinos parcelarios se avocan a responder dos preguntas globales:1. -- ¿Por qué aparecen las 'rondas' en los años '70 y no antes? ¿Por qué en Cajamarca Central y no en otro sitio?2. -- ¿Qué son estos grupos vigilantes? ¿Hasta qué punto representan o representarán un movimiento político más amplio y radical? Para ello y debido a la casi total ausencia de monografías regionales, de la que hacen expresa referencia, entrevistan directamente a los protagonistas, al mismo tiempo que recogen las impresiones muchas veces contradictorias (pero por lo mismo fructíferas para el análisis desprejuiciado e imparcial usado) de los habitantes de la zona, acerca de los ronderos. El abigeato y el robo menudo, males verdaderamente endémicos de la región; ineficazmente combatidos por las instituciones oficiales estatales encargadas,por razones que los autores no se detienen a considerar; sufre un inusitado impulso que torna insoportable la situación, ya de por si desmejorada por el recrudecimiento de la crisis económica que sufre el país. Debido al endurecimiento del mercado laboral eventual, que ofrecían los departamentos costeros y, en menor medida, los medianos agricultores del lugar, los campesinos, tienden a depender cada vez más del mercado del que tradicionalmente solo requerían productos que completacen subsidiariamente su producción mayormente autárquica. Es en este contexto que el ganado, tradicional capital de reserva de estos agricultores cada vez más monetarizados, adquiere vital importancia. Pero los abigeos y ladronzuelos no escapan a los estragos de la crisis y si antes actuaban en forma paralela sin establecer contacto entre ellos, hoy en aras de una imperiosa 'mayor eficiencia' establecen coordinaciones que los hacen aunque momentáneamente, dueños de la situación. La crisis enfrenta a productores y abigeos y por iniciativa de un funcionario estatal y sin recusar colaboraciones partidarias diversas surgen espontáneamente los comités de ronderos de Cajamarca. Su labor obvia muchas veces los anquilosados aparatos estatales, cumpliendo destacada labor alrededor de conflictos menores y dejando de lado casi totalmente conflictos de mayor envergadura. Las Rondas, muchas veces criticadas por su supuesta politización o por la inexistencia de una adecuada colaboración policial-ronderos, han logrado sin embargo una capacidad de convocatoria inigualada y sobre todo han desterrado casi por completo el robo.
BASE
In: Journal of Latin American studies, Band 15, Heft 1, S. 163-197
ISSN: 1469-767X
In December, 1976, the peasants of Cuyumalca, a small, dispersed rural settlement in the northern Peruvian mountain department of Cajamarca, organized the first of what have become known as the rondas campesinas, village level vigilante committees whose primordial aim was from the first and continues to be that of putting an end to robbery, both professional cattle rustling and petty thievery. The rondas patrol roads, trails, pastures and fields