El trabajo presenta la interpretación del resultado de la yuxtaposición de dosdimensiones analíticas. Una genética, que abre una interrogación respecto de las representaciones culturales e identitarias de los integrantes del universo científico y tecnológicovigentes en el período neoliberal de la década de los 90´, previo al cambio operado en laArgentina, desde el año 2003 en lo referente a las políticas públicas en ciencia y tecnología.La otra dimensión de orden antropológico se orienta al registro y diagnosis de las alteraciones y diferencias manifestadas en aquellas representaciones según los ensambladossociales donde hayan emergido en tal período. Siempre a partir de un análisis etnográfico que toma por tópico y dispositivo al habitus científico y sus diversas manifestaciones(Bourdieu 2001, 2003; Wacquant, 2009). Se utilizarán al efecto, estudios realizados en comunidades científicas de biólogos y biotecnólogos, como así también en empresas mixtasy privadas consagradas a la producción biotecnológica.
Uno de los rasgos más notables de la época de la globalización, es, sin duda, el lugar central que ocupa la memoria en la cultura y la política de las sociedades occidentales. En efecto, a partir de las dos últimas décadas del siglo XX ha surgido una, casi obsesiva, preocupación por el pasado y, particularmente, por la memoria de los hechos histórico traumáticos. Tal fenómeno puede atribuirse, entre otras explicaciones, a que el mundo global, surgido del final de la guerra fría, a despecho de las optimistas primeras especulaciones, resultó un escenario violento, de genocidios, conflictos étnicos, nacionales y religiosos. De este modo, los principales protagonistas de la historia reciente pasaron a ser los emigrados, refugiados, genocidas, víctimas y victimarios y, tal como lo plantea Andreas Huyssen, el Holocausto se ha convertido en la matriz interpretativa universal de los hechos de violencia masiva (Huyssen, 2002, p. 13-22). Por otro lado, y relacionado con lo anterior, ha surgido un renovado interés por la memoria y la justicia sobre los criminales del nazismo. En este proceso, el cine ha tenido un papel relevante a través de un considerable número de películas de ficción y documentales que retomaron con asiduidad el tema, a partir la década 80, profusión que contrasta con la etapa anterior.
Según nuestra hipótesis, así como el Holocausto se convirtió en un tropos universal a la hora de explicar las grandes masacres y genocidios de la era actual, la cultura de la globalización volvió a la Shoá, formulando una fuerte crítica a toda la generación que siguió al evento –principales potencias, líderes políticos, instituciones– por haber sacrificado el pasado en función del presente y del futuro y haber consagrado el olvido, el silencio y la impunidad, durante varias décadas.
Dentro de este contexto de revisión del pasado nacionalsocialista y la preocupación por la justicia en relación con los perpetradores del que participa, notablemente, el cine, el presente trabajo se ocupará del filme Laberinto de mentiras (Ricciarelli, 2014), de sus vínculos con el contexto histórico de producción y los nuevos significados que construye en torno a aquellos hechos traumáticos sucedidos al promediar el siglo anterior. Nuestro enfoque considera al cine como fuente de la historia, en el sentido que da cuenta del contexto histórico en el que surge, sus preocupaciones, sus discursos (Ferró, 1995) y, por otra parte, apunta al análisis de sus representaciones para detenerse en los nuevos sentidos que le atribuye a ese pasado (Rosenstone, 1997).
This essay introduces the interpretation of the yuxtaposition of two analiticdimensions. One of them of genetical bias, ask for cultural and identitary representationsfrom members of scientific and technologic universe during decade 90´neoliberal period,previous at the change of public politics of science and technology operate since 2003 inArgentina. The other dimension of anthropological bias try to register and make the diagnosis of manifested alterations and differences in that representations in that period inaccordance with social assemblages. Always from one ethnographic perspective in whichscientific habitus and their manifestations are taken as topic and tool (Bourdieu, 2001,2003; Wacquant, 2009). The utilized frame is the studies made in scientifics communitiesof biologyst and biotechnologist and in private and mixed biotech companies . ; El trabajo presenta la interpretación del resultado de la yuxtaposición de dosdimensiones analíticas. Una genética, que abre una interrogación respecto de las representaciones culturales e identitarias de los integrantes del universo científico y tecnológicovigentes en el período neoliberal de la década de los 90´, previo al cambio operado en laArgentina, desde el año 2003 en lo referente a las políticas públicas en ciencia y tecnología.La otra dimensión de orden antropológico se orienta al registro y diagnosis de las alteraciones y diferencias manifestadas en aquellas representaciones según los ensambladossociales donde hayan emergido en tal período. Siempre a partir de un análisis etnográfico que toma por tópico y dispositivo al habitus científico y sus diversas manifestaciones(Bourdieu 2001, 2003; Wacquant, 2009). Se utilizarán al efecto, estudios realizados en comunidades científicas de biólogos y biotecnólogos, como así también en empresas mixtasy privadas consagradas a la producción biotecnológica. ; O trabalho apresenta a interpretação do resultado da yuxtaposicão de duas dimensões analíticas. Uma genética, que abre uma interrogação com relação às ...
Uno de los rasgos más notables de la época de la globalización, es, sin duda, el lugar central que ocupa la memoria en la cultura y la política de las sociedades occidentales. En efecto, a partir de las dos últimas décadas del siglo XX ha surgido una, casi obsesiva, preocupación por el pasado y, particularmente, por la memoria de los hechos histórico traumáticos. Tal fenómeno puede atribuirse, entre otras explicaciones, a que el mundo global, surgido del final de la guerra fría, a despecho de las optimistas primeras especulaciones, resultó un escenario violento, de genocidios, conflictos étnicos, nacionales y religiosos. De este modo, los principales protagonistas de la historia reciente pasaron a ser los emigrados, refugiados, genocidas, víctimas y victimarios y, tal como lo plantea Andreas Huyssen, el Holocausto se ha convertido en la matriz interpretativa universal de los hechos de violencia masiva (Huyssen, 2002, p. 13-22). Por otro lado, y relacionado con lo anterior, ha surgido un renovado interés por la memoria y la justicia sobre los criminales del nazismo. En este proceso, el cine ha tenido un papel relevante a través de un considerable número de películas de ficción y documentales que retomaron con asiduidad el tema, a partir la década 80, profusión que contrasta con la etapa anterior. Según nuestra hipótesis, así como el Holocausto se convirtió en un tropos universal a la hora de explicar las grandes masacres y genocidios de la era actual, la cultura de la globalización volvió a la Shoá, formulando una fuerte crítica a toda la generación que siguió al evento –principales potencias, líderes políticos, instituciones– por haber sacrificado el pasado en función del presente y del futuro y haber consagrado el olvido, el silencio y la impunidad, durante varias décadas. Dentro de este contexto de revisión del pasado nacionalsocialista y la preocupación por la justicia en relación con los perpetradores del que participa, notablemente, el cine, el presente trabajo se ocupará del filme Laberinto de mentiras (Ricciarelli, 2014), de sus vínculos con el contexto histórico de producción y los nuevos significados que construye en torno a aquellos hechos traumáticos sucedidos al promediar el siglo anterior. Nuestro enfoque considera al cine como fuente de la historia, en el sentido que da cuenta del contexto histórico en el que surge, sus preocupaciones, sus discursos (Ferró, 1995) y, por otra parte, apunta al análisis de sus representaciones para detenerse en los nuevos sentidos que le atribuye a ese pasado (Rosenstone, 1997). ; One of the most remarkable features of the era of globalization is, without doubt, the central place that memory occupies in the culture and politics of Western societies. Indeed, since the last two decades of the 20th century, there has been an almost obsessive concern for the past and, particularly, for the memory of traumatic historical events. Such phenomenon can be attributed, among other explanations, to the fact that the global world, which emerged from the end of the Cold War, despite the optimistic first speculations, turned out to be a violent scenario, of genocides, ethnic, national and religious conflicts. In this way, the main protagonists of recent history were emigrants, refugees, genocide victims and perpetrators and, as Andreas Huyssen puts it, the Holocaust has become the universal interpretative matrix of the acts of mass violence (Huyssen, A., 2002, p. 13-22). On the other hand, and related to the above, there has been a renewed interest in memory and justice over the criminals of Nazism. In this process, the cinema has had a relevant role through a considerable number of fiction films and documentaries that took up, with assiduity the theme, from the 80s, a profusion that contrasts with the previous stage. According to our hypothesis, just as the Holocaust became a universal tropes in explaining the great massacres and genocides of the current era, the culture of globalization returned to the Shoah, formulating a strong criticism of the entire generation that followed the event–main powers, political leaders, institutions– for sacrificing the past in terms of the present and the future and having enshrined oblivion, silence and impunity, for several decades. Within this context of revision of the National Socialist past and the concern for justice in relation to the perpetrators, of which the cinema plays a significant role, the present work will deal with the film Labyrinth de Lies (Giulio Ricciarelli, 2014), of its links with the historical context of production and the new meanings it builds around those traumatic events that took place at the middle of the previous century. Our approach considers the cinema as a source of history, in the sense that it gives an account of the historical context in which it arises, its concerns, its discourses (Ferró, Marc, 1995) and, on the other hand, it aims at the analysis of its representations to stop at the new senses that attributes to that past (Rosenstone, R., 1997). ; Uma das características mais notáveis no tempo da globalização é, sem dúvida, o lugar central que ocupa a memória na cultura e nas políticas das sociedades ocidentais. Realmente, a partir das últimas duas décadas do século de XX surgiu um quase obsessivo interesse pelo passado e, particularmente, para a memória dos fatos históricos traumáticos. Esse fenômeno pode ser atribuído, entre outras explicações, a que o mundo global, surgido no fim da Guerra Fria, resultou um cenário violento, de genocídios, conflitos étnicos, nacionais e religiosos. Deste modo, os personagens principais da história recente se tornaram emigrados, refugiados, genocidas, vítimas e vitimadores e, como analisa Andreas Huyssen, o Holocausto se converteu na matriz interpretativa universal dos fatos de violência massiva (Huyssen, 2002, p. 13-22). Por outro lado, e em relação com o anterior, surgiu um renovado interesse pela memória e a justiça sobre os criminais do nazismo. Neste processo, o cinema teve um importante papel através de um número considerável de filmes de ficção e documentais que retomaram assiduamente o tema, a partir da década dos 80, profusão que contrasta com a etapa anterior. Segunda nossa hipótese, assim como o Holocausto se tornou um tropo universal à hora de explicar os grandes massacres e genocídios da era atual, a cultura da globalização voltou à Shoá, fazendo uma crítica forte a toda a geração que seguiu o evento –potências, líderes políticos, instituições– por ter sacrificado o passado em função do presente e do futuro, e ter consagrado o olvido, o silêncio e a impunidade durante várias décadas. Neste contexto de revisão do passado nacional-socialista e a preocupação pela justiça em relação com os perpetradores do qual participa notavelmente o cinema, este trabalho se ocupará do filme Labirinto de mentiras (Ricciarelli, 2014), dos seus vínculos com o contexto histórico de produção e os novos significados que constrói ao redor a aqueles fatos traumáticos que sucederam no século passado. Nosso enfoque considera ao cinema como fonte da história, no sentido que dá conta do contexto histórico no qual nasce, seus preocupações, seus discursos (Ferró, 1995), e, por outra parte, aponta à análise de suas representações para deter-se nos novos sentidos que atribui a esse passado (Rosenstone, 1997).
El propósito del presente trabajo es interpretar a las prácticas y discursos sociales surgidos del film Talentos ocultos dirigida por Theodore Melfi (2016), desde el enfoque de la antropología de la ciencia sobre la relación entre ciencia, género y poder.
La película, un largometraje biográfico basado en el libro de no ficción Hidden Figures de Margot Lee Shetterly, rescata las trayectorias personales y científicas de Katherine Johnson, Dorothy Vaughn y Mary Jackson como calculistas afroamericanas de la NASA, invisibilizadas, desfavorecidas y segregadas en una época teñida por la lucha por el reconocimiento de los derechos civiles y la inclusión social. El film reaviva y explora el drama humano expresado por su doble condición de mujeres y afrodescendientes en una comunidad científica preponderantemente masculina interesada en revertir el avance soviético en el dominio del espacio y desarrollar competitivamente la carrera espacial de los Estados Unidos.
El material aportado por el film, muy concordante con el libro en que se basa, permite analizar no sólo el rol de la mujer como sujeto hacedor de la ciencia, sino ir más allá en la comprensión de sus prácticas y representaciones científicas, analizando sus avances y límites en la producción del conocimiento, sus especificidades aportadas en los contenidos obtenidos y el tipo de saberes situados socialmente. En tal sentido, la antropología de la ciencia, en especial sus pioneras provenientes del campo de los estudios feministas y culturales, aporta un bagaje específico de tratamiento teórico que reconocen en gran parte aunque no unánimemente los novedosos conceptos aportados por Foucault (1976) sobre el resurgimiento de los saberes soterrados por una ciencia detentada por unos pocos.