"This title was first published in 2001: In 1989, central and Eastern European countries broke free form the Soviet Union and looked upon the European Community to support their 'return to Europe'. Some years later, leaders of the European Community, meeting in Copenhagen in June 1993, endorsed for the first time the membership aspirations of the recently democratized countries of Central and Eastern Europe. This insightful text examines the negotiations, debates, tensions and contradictions behind the process of approximation between the two halves of Europe, both within the EC itself as well as between the EC and the countries of Central and Eastern Europe. The extensive consultation of unpublished internal documents, and a theoretically relevant and well-written analysis, ensures that this book is an indispensable resource for students and researchers of EC/EU relations with Central and Eastern Europe."--Provided by publisher.
La Presidencia Española de la Unión Europea de 2002 ofrece una lección importante tanto a los investigadores académicos como a los profesionales de la política. El gobierno español, que adoptó un enfoque instrumental a la Presidencia, intentó avanzar cuanto fuera posible en su agenda doméstica en una gran variedad de asuntos políticos, en los que su preferencia era abiertamente doméstica u orientada al partido. Sin embargo, de manera bastante inesperada, y a pesar de que no pudo avanzar en una buena parte de su agenda a nivel europeo, tuvo un desempeño bastante bueno en dos asuntos que reflejaban un verdadero e indiscutible interés europeo: el lanzamiento del euro y las negociaciones sobre la ampliación. Cuando se presentaron problemas con el Pacto de Estabilidad y se estancaron las negociaciones sobre la ampliación, no se culpó de ello a la Presidencia. A su vez, los resultados domésticos estuvieron notablemente por encima de la media.Aunque parezca una paradoja, las victorias nacionales españolas se consiguieron defendiendo intereses europeos, no cuando se avanzaba en la agenda doméstica al nivel europeo.Si se demuestra que en otros casos puede mantenerse este patrón, las propuestas para reformar la Presidencia deberían tomar en cuenta dicho patrón, reforzando además los instrumentos que pudieran ayudar a las Presidencias a resolver los problemas de acción colectiva y a ofrecer bienes públicos europeos. Podemos examinar la Presidencia española y la ampliación a los países del Este de dos maneras. Puede abordarse desde la perspectiva de la política de ampliación de la UE y, desde ahí, evaluar cuál ha sido el impacto de la Presidencia en las negociaciones de ampliación y en el proceso de la ampliación.Sin embargo, también puede enfocarse desde un ángulo más general sobre cómo se comportan las Presidencias y sobre cuáles son sus potenciales, límites y posibilidades.Si nos centramos exclusivamente en los resultados de la Presidencia, resulta evidente que la Presidencia fue incapaz de obtener una posición común sobre los asuntos más decisivos de las negociaciones de ampliación, dando esto lugar a que se pusiera en peligro la fecha límite de ampliación del 2004.Si en vez de ello nos centramos en el desempeño de la Presidencia, podemos concluir fácilmente que, al contrario de lo que se esperaba, y en lo referente a la gestión del expediente de ampliación, España tuvo un buen desempeño tanto en la Presidencia como en su condición de Estado Miembro.Es evidente que explicar por qué un buen desempeño no se tradujo en unos buenos resultados merece un análisis detallado.