El Estado palestino existe
In: Política exterior: revista bimestral, Band 12, Heft 62, S. 31-44
ISSN: 0213-6856
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In: Política exterior: revista bimestral, Band 12, Heft 62, S. 31-44
ISSN: 0213-6856
In: Política exterior: revista bimestral, Band 25, Heft 143, S. 30-38
ISSN: 0213-6856
In: Cultura de Paz, Band 20, Heft 64, S. 25-33
ISSN: 2308-2771
Hablar del conflicto en el Medio Oriente significa hablar de más de 66 años de guerras y masacres. Un conflicto en el que una minoría extranjera inmigrante expulsa y desplaza al pueblo originario de su tierra y establece un Estado extranjero invasor. Significa hablar de refugiados, prisioneros, asentamientos, muros, justicia internacional, protección a la ley internacional y responsabilidad de la comunidad internacional ante los derechos del pueblo palestino.Estos son temas que nos obligan a buscar una solución justa y definitiva a este conflicto, algo que la mayor parte de la comunidad internacional exige, sobre todo después de las últimas y criminales masacres cometidas por parte de Israel en la Franja de Gaza.En este caso específico, hablar de soluciones no significa hablar de posibilidades sino de derechos, necesidades, obligaciones y valores humanos.DOI: http://dx.doi.org/10.5377/cultura.v20i64.1874 Cultura de Paz Vol.20 Num.64 2015: 25-33
El proceso de paz de Oriente Medio se encuentra en una encrucijada. Tras dos décadas de negociaciones infructuosas, israelíes y palestinos están ante la que podría ser su última oportunidad para alcanzar un acuerdo que ponga fin a su largo conflicto. El factor tiempo es fundamental, ya que las posibilidades de que se establezca un Estado palestino viable decrecen mientras se multiplican los asentamientos israelíes sobre el Territorio Ocupado. En lugar de liberar a la población palestina, el Proceso de Oslo la ha recluido en decenas de cantones aislados entre sí, lo que ha acentuado la sensación de que la solución de los dos Estados podría desvanecerse pronto de no alcanzarse un acuerdo en el corto plazo. El bloqueo de Gaza, la colonización de Cisjordania, la judaización de Jerusalén Este y la construcción del muro así parecen confirmarlo. Las opciones sobre la mesa son conocidas: el mantenimiento de la situación actual beneficia a Israel, que puede proseguir con su política de hechos consumados para entorpecer la aparición del Estado palestino viable o reducirlo a su más mínima expresión. Una proclamación unilateral de independencia, tal y como demanda el Plan Fayad, contaría con el respaldo de la comunidad internacional pero no resolvería por sí sola el futuro de Jerusalén Este, la delimitación de las fronteras y el destino de los refugiados. Por último, la disolución de la Autoridad Nacional Palestina obligaría a Israel a asumir la administración de la población, librando a la Unión Europea de esa onerosa carga. Otras alternativas –como la opción jordana o el Estado binacional–parecen menos viables hoy por hoy, pero no deberían descartarse por completo en el medio y largo plazo en caso de que la solución de los dos Estados se descartara de manera definitiva. ; The Middle East Peace Process is at a crossroads. After two decades of fruitless negotiations, Israelis and Palestinians are at what could be their last chance to reach an agreement to end the conflict. Time is crucial, because the possibilities of a viable Palestinian state decrease with the increase of the Israeli settlements. Instead of liberating the Palestinians, the Oslo Process has isolated them in dozens of cantons. This fact has fostered the idea that the two-State solution could vanish if an agreement is not reached soon. The The Gaza blockade, the West Bank settlement, the East Jerusalem judaization and the wall construction, seem to confirm that. The options at stake are well known: the maintenance of the current situation benefits Israel, because it can continue with its fait accompli policy to block a viable Palestinian state. A unilateral declaration of independence would be supported by the international community, but it would not solve the East Jerusalem future, the boundaries delimitation, or the refugees question. On the other hand, the Palestinian National Authority dissolution would force Israel to assume the responsibility over the occupied population, liberating the European Union of this burden. Other alternatives, such as the Jordanian option or the bi-national state, seem less viable today, but should not be completely dismissed in the medium and the long term if the two-state solution was discarded for good.
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In: Cadernos de relações internacionais, Band 2016, Heft 1
ISSN: 1983-4500
In: Foro internacional: revista trimestral, Band 49, Heft 4, S. 804-831
ISSN: 0185-013X
World Affairs Online
In: Foro internacional: revista trimestral, S. 804-831
ISSN: 2448-6523
In: Colombia internacional, Heft 5, S. 3-11
ISSN: 1900-6004
In: Cadernos de política exterior, Band 2, Heft 3, S. 65-91
The Palestinian Authority is committed not to take unilateral action outside the framework of negotiations with Israel. However, in recent years, Palestinian leaders have launched a major diplomatic and political race in order to obtain international recognition for Palestine as a state. This may jeopardize, in the short and medium term, the two states project. ; L'Autorité palestinienne s'est engagée à ne pas prendre des mesures unilatérales en dehors du cadre des négociations avec Israël. Cependant, au cours des dernières années, les dirigeants palestiniens sont entrés dans une grande course diplomatique et politique afin d'obtenir une certaine reconnaissance internationale pour la Palestine en tant qu'Etat. Cela pourrait mettre en danger, à court et moyen terme, le projet des deux états.
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After the terrorist attacks of September 11, in the United States, the Israeli-Palestinian conflict reaches a new dimension as Osama bin Laden's ideological-religious alibi to attack the United States. This induces a greater emphasis on the study of the religious-cultural roots of the conflict, within the framework of the stalled peace process. At the same time, explains the strategy of the Labor sector that still follows Shimon Peres, to relaunch him from a government led by an adversary of the Oslo Accords. In this framework, the role of Palestinian organizations acting from dissent to the Palestinian Authority led by Yasser Arafat and their sympathy for bin Laden's actions must be considered. On the other hand, the September 11 attacks force a new vision of the role of the United States as a mediator or facilitator of the peace process. ; Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre, en los Estados Unidos, el conflicto israelo-palestino alcanza una nueva dimensión en cuanto coartada ideológico-religiosa de Osama bin Laden para atacar a los Estados Unidos. Esto induce un mayor énfasis en el estudio de las raíces religioso-culturales del conflicto, en el marco del estancado proceso de paz. Al mismo tiempo, explica la estrategia del sector laborista que aún sigue a Shimon Peres, para relanzarlo desde un gobierno liderado por un adversario de los Acuerdos de Oslo. En este marco, debe contemplarse el rol de las organizaciones palestinas que actúan desde la disidencia a la Autoridad Palestina liderado por Yasser Arafat y su simpatía por las acciones de bin Laden. De otra parte, los atentados del 11 de septiembre obligan a una nueva visión sobre el rol de los Estados Unidos en cuanto mediador o facilitador del proceso de paz.
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In: Estudios internacionales: revista del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Band 34, Heft 136, S. 57-74
ISSN: 0014-1518, 0716-0240
In: Política exterior: revista bimestral, Band 21, Heft 119, S. 79-92
ISSN: 0213-6856
In: Política exterior: revista bimestral, Band 24, Heft 133, S. 27-33
ISSN: 0213-6856
In: Política exterior: revista bimestral, Band 21, Heft 116, S. 7-10
ISSN: 0213-6856