La crisis del humanismo: inquietudes y esperanzas en el atardecer de la vida
In: Bioética para pensar
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In: Bioética para pensar
In: Análisis y crítica
In: Argumentos de Razón Técnica, 2007, (10): 239-249
Existe un amplio consenso acerca de que vivir en democracia es la única manera de vivir en sociedad con dignidad. La cuestión clave es hasta qué punto las tecnologías de la comunicación pueden poner sus enormes potencialidades al servicio del desarrollo de la ciudadanía. Es urgente una "cultura tecnológica" que permita incorporar la técnica a un proyecto de liberación e humanización en nuestra sociedad cibernética. La técnica debe convertirse en tecnología de la liberación.
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Present globalization is causing an independence of economic power relative to nation state control. Market globalization is further increasing the divide between those groups and countries of the world becoming wealthier and those getting poorer. This financialhegemony is an attack on democracy and a political system based on liberty and justice. Such economic globalization is similarly imposing an intellectual and behavioural uniformity in our consumer, prosperity-driven society that is de-personalising both individuals and groups. The identity crisis that this implies is producing, as a response, the revival of "differences", of cultural heritage, of "patriotism chic". But a serious problem arises when these socio-cultural phenomena are converted into legitimate weapons by those who suffer from politico-economic exclusion in order to condemn and oppose those who exclude them. This explains the phenomena of traditionalism and religious fundamentalism, and the more lethal one of terrorism. Face with this, only intercultural, and in particular inter-religious, dialogue can create a humanizing opportunity for us to discover that which unites us, beyond our differences, and which will, through diverse routes and alternatives, further promote the cause of humanity. ; La actual globalización está promoviendo una independencia del poder económico con relación al control de los estados nacionales. Mundialización, pues, de los mercados que está aumentando la distancia entre los grupos y países del mundo que se enriquecen y los que se empobrecen. Esta hegemonía del dinero es un atentado a la democracia, ya un sistema de libertades políticas y de justicia. La globalización económica también está imponiendo una uniformización mental y de comportamientos sociales en la sociedad consumista y del bienestar, que despersonaliza a los individuos y a los grupos. La crisis de identidad que esto conlleva está produciendo, como reacción, la recuperación de la "diferencia", de la memoria cultural, de "la patria chica". Pero lo grave es que estos fenómenos socio-culturales, se están convirtiendo en armas legitimadoras por parte de los que sufren la exclusión económico-política, para condenar y oponerse a los que les excluyen. Esto explica los fenómenos del fundamentalismo e integrismo religiosos, y el fenómeno letal del terrorismo. Frente a ello, sólo el diálogo intercultural en general, y el interreligioso en particular, pueden constituir una ocasión humanizadora, para descubrir lo que nos une, más allá de las diferencias, y poder tomar diversos caminos y alternativas que promuevan la causa de la humanidad.
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In: Revista española de investigaciones sociológicas: ReiS, Heft 2, S. 87-114
ISSN: 1988-5903
Se examina la cuestión relativa a la existencia o inexistencia de una filosofía moral en el marxismo, haciendo referencia a la obra de A. F. Shishkin, Ética marxista, Méjico: Grijalbo, 1966. Al centrar su interés fundamentalmente en las condiciones sociales de la libertad, K. Marx no dedicó a la ética un lugar específico en sus escritos. Sin embargo, investigando dichos escritos, autores posteriores a Marx han sabido extraer implicaciones éticas, encontrando en ellos un ethos humanista y comunitarista preocupado por la libertad. Sin embargo, en la práctica los marxistas han consentido el derrocamiento violento del orden establecido. Se sugiere que la ética marxista se basa en el relativismo; el marxismo rechaza la moralidad de clase y trata de expresar aspectos comunes a toda la humanidad. Marx creía que el modo de producción material y la infraestructura económica determina el proceso general de la vida política, social e intelectual. Los marxistas justifican la violencia revolucionaria cuando esta sirve al propósito de producir un cambio en la infraestructura capaz de generar una sociedad nueva y humanizada y un nuevo tipo de relaciones sociales. El marxismo contiene valores importantes: el valor del trabajo humano, la necesidad de justicia social, el rechazo del egoísmo y la utilidad práctica del pensamiento. Su contribución más importante consiste en la atención que prestó a los posibles condicionantes socioeconómicos de determinados sistemas morales
In: Argumentos de Razón Técnica, 2011, (14): 37-67
Este artículo recuerda cómo la globalización se ha entendido demasiado a menudo como una cuestión económica, olvidando nociones básicas como la justicia y los principios morales. Para recuperarlos se propone un gobierno cooperativo en la esfera internacional que evite la estandarización cultural y sus peligros, tales como el nacionalismo radical. Es necesario así abrir un espacio para los ciudadanos dentro de un diálogo intercultural. ; This paper deals on how globalization has been understood many times as a economic issue and has forgotten basic questions such as justice and moral principles. To do so it is required to propose a cooperative government for the international sphere. Also culture suffers a process of standarization with clear dangers such as radical nationalism. Then it is necessary to open a space to citizens with an inter-cultural dialogue.
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